Azcapotzalco
ÉPOCA
POSTREVOLUCIONARIA
Por: María Elena Solórzano
En
la época postrevolucionaria en Azcapotzalco predomina como actividad la
agricultura, en el casco de la Hacienda del Rosario todavía se encuentran
vestigios de las actividades agrícolas, extensos campos sembrados de maíz y de
alfalfa se localizaban donde ahora se encuentran las instalaciones del CCH
Azcapotzalco, las unidades habitacionales de los entonces trabajadores de la
Refinería 18 de marzo, de la unidad Madero y del fraccionamiento Hacienda del
Rosario y donde ahora se encuentra la Unidad Habitacional El Rosario (la más
grande y conflictiva de Hispano América). Cuando
todavía no se fraccionaba la Hacienda El Rosario, se sembraba en esos
campos y era un emporio lechero, la leche se distribuía en grandes recipientes
en camiones que recorrían parte del D.F. Por cierto uno de los choferes se
llamaba Fidel Velázquez, ahí inició su carrera de líder obrero.
Sí,
Azcapotzalco era un emporio lechero, no solo por la producción del Rosario,
sino que en cada barrio había varios establos, cerca de aquí se ubicaba uno,
precisamente donde está Sanborn’s.
Los
habitantes de Azcapotzalco se convertían paulatinamente de peones agrícolas en
obreros. En 1929 empieza a desarrollarse la Colonia Industrial Vallejo y se
decreta en 1944, convirtiéndose en una de las más importantes del país; siguen
en importancia: La Colonia Industrial San Antonio, Pantaco, Colonia Obrero Popular, Colonia del
Gas.
Con
el desarrollo de la industria surgieron colonias proletarias como: San Alvaro,
Aldana, Pro-hogar, Trabajadores del Hierro, Un hogar para cada trabajador y
otras.
Entre las colonias de clase media Ampliación
del Imparcial (1907) que después de la Revolución cambiaría su nombre por el de
Clavería por encontrarse en los terrenos de la antigua Hacienda San Antonio
Clavería.
Actualmente
Azcapotzalco es una de las delegaciones con más población por metro cuadrado,
en las antiguas casas coloniales han sido construidos condominios y sus
antiguas veredas ampliadas y convertidas en ejes viales. El Azcapotzalco con
arroyuelos bordeados de árboles frutales, con enormes campos de cultivo ya no
existe, la flora y la fauna características han desaparecido. Y sin embargo
Azcapotzalco sigue siendo bello, arbolemos sus calles, conservémoslo limpio, difundamos
sus leyendas y tradiciones, cuidemos el gran patrimonio tangible e intangible
de este pueblo noble y trabajador por algo nuestro glifo es una hormiga.
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