LA FLOR DE NOCHEBUENA,
DE MÉXICO PARA EL MUNDO
Por:
José Carbajal Cortés
Con
dedicatoria a Cristina Espitia.
Nuestro país, posee una gran gama de flores
que nos distinguen. La dalia, el geranio, el cempasúchil (o cempoal-xóchitl) y
muchas más y entre éstas la inconfundible y tradicional flor de Nochebuena. En
torno a esta hermosa flor tenemos su historia, mitos y leyendas.
Su
historia y mito.
Esta flor es originaria de México, es un
símbolo representativo de la navidad y no sólo en nuestro país, sino además se
ha extendido en el mundo. Es maravilloso ver esta flor por todos los Estados de
la República a lo largo de las celebraciones decembrinas y es la flor mexicana
más conocida en todo el mundo.
Siendo
originaria, esta flor era conocida antiguamente por su nombre náhuatl de cuetlaxóchitl
que significa “flor de pétalos como el cuero” y simbolizaba para los
antiguos aztecas la “nueva vida”. Pertenece a la familia de las euforbiáceas,
de hojas grandes de rojo intenso y sinuosas.
Su nombre de Nochebuena se lo dieron los primeros
misiones franciscanos en el siglo XVI, quienes le destinaron un uso decembrino a
esta flor al saber que eran consideradas como de “nueva vida” y empezaron a adornar
el pesebre de la natividad o nacimiento del niño Jesús, empezando la
evangelización con la nueva vida o llegada de la natividad del Señor y por ello
le dieron el nombre a esta flor de Nochebuena, del nacimiento del rey
que traería una nueva vida a todas las generaciones en la noche del nacimiento
del Salvador del mundo.
La cuna de esta bella flor proviene del
Estado de Guerrero y Oaxaca florece de manera especial durante los meses de
noviembre y diciembre. Su intenso color rojo adorna las fiestas navideñas de
manera indispensable en nuestras navidades mexicanas en los hogares cada fin de
año de manera tradicional, siendo pues 100% de nuestro país originaria de
tiempos prehispánicos.
Se le
ha llamado de diversas formas en el mundo como: Flor de fuego, Flor
de Sta. Catarina, Flor de Pascua y de Hoja de fuego.
Esta flor en varias partes del mundo es conocida más como Poinsettia por
ser R. Poinsett primer embajador de Estados Unidos en México quien, en 1828 al
llevarse unas semillas y plantarlas en Carolina del Sur, al aclimatarse una vez
llevada, se empezó a difundir por todo el sur de la Unión Americana y después
se le llevo a Francia, en donde se propagó por toda la Europa, llegándose a
conocer como flor emblemática de la natividad. Aunque es de mencionar que Poinsett,
no menciono que estas semillas de la flor al enviarlas eran originarias de
nuestro país, por lo que se pensó el mito de que esta flor era originaria de
Norteamérica, pero afortunadamente, se le ha reconocido a nuestra flor de
Nochebuena o Cuetlaxóchitl, su origen mexicano.
Es de observar en nuestro país los enormes
invernaderos especialmente acondicionados y protegidos para la Flor de
Nochebuena en Taxco Gro (pueblo mágico, en donde se lleva a cabo el Festival
de la Flor de Cuetlaxóchitl en el mes de diciembre de manera única en
el país), Michoacán (en la carretera a Ocampo de manera maravillosa y
espectacular) y en muy diversas regiones del país.
En la Ciudad se cultiva produciéndose en
lugares como Xochimilco, Milpa Alta, Tláhuac, etc., año con año durante su
temporada. Y si tú has visitado un invernadero, habrás vivido una experiencia
agradable a la vista, llenando el mirar de una manera especial y mágica, ante los
kilómetros de flor cultivada.
Sus
leyendas.
Esta flor ha sido objeto de muy diversas
leyendas sobre la Navidad o Natividad debido a su singular color y apariencia.
Una de estas leyendas es que los aztecas suponían que esta flor de
cuetlaxóchitl, cumplía con la misión de que al plantarla y cuidarla les daba
belleza y esperanza a los seres humanos y simbolizaba una nueva vida, alcanzada
por los guerreros en batalla, que regresaban a la tierra a libar la miel de la
flor.
La leyenda en Francia nos dice de la historia
del niño Cuasimodo quien hacia malabarismos en la noche de Natividad frente al
gran Altar de Notre Dame, en París, pues no tenía que ofrenda llevarle más que
su arte al niño Dios. Por lo que realizó su mejor truco de malabarismo que fue
premiado por el gesto de sonrisa de la Madona, aunque no es leyenda de la flor,
es propiamente más sobre la Nochebuena.
La leyenda mexicana cercana a nosotros, nos
cuenta de un niño humilde llamado José, que fue a la misa de Navidad sin tener
nada queriendo darle un presente al niño Dios. Afuera en la Iglesia se arrodilló
y empezó a rezar y pidiendo algo que pudiera dejar en la cuna y a los pies de
la Virgen. De manera milagrosa aparecieron arbustos cubiertos de
extraordinarias flores rojas. El niño corto las flores de las ramas y surgió de
los tallos una fragancia blanca (Las flores rojas simbolizaban la sangre de
Cristo, lo blanco del tallo, la pureza del alma y el verde lo eterno de la
tierra). El pequeño José entró a la Iglesia y acercándose puso las flores rojas
al pie de la cuna de madera del niño Dios. Entonces se dice que la Virgen
levantó su mano hacia José como un gesto de agradecimiento y de amor. Las
estrellas doradas de su vestimenta brillaron y afuera en el cielo, surgió del
manto de la noche una estrella que brillo sobre aquel poblado.
Regalo
de México, para el mundo.
Es desde el siglo XIX que, en muchos países,
formaría ya parte del ornato de los templos europeos en sus fiestas decembrinas
al irse extendiendo su uso. Fue por primera vez en la Ciudad de Vaticano, en la
Basílica de San Pedro y Plaza que fue adornada en el año de 1899 un 24 de diciembre
con nuestra cuetlaxóchitl, que México aporto. Y de ahí, fue destinada a
simbolizar de manera providencial la Navidad esta flor de Nochebuena en todo el
orbe.
Así a través de los años la gente alrededor
del planeta al celebrar el acontecimiento y las Misas, son para recordar el
nacimiento del Salvador del mundo, en que adorna las iglesias, casas, espacios
públicos, etc., ya que se ha convertido en el símbolo hecho flor del nacimiento
del niño Jesús, de la Navidad.
Actualmente
se le cultiva en diversos países del mundo como flor ornamental en épocas
decembrinas.
Por lo que ya desde hace ya algún tiempo, con
la globalización de culturas y costumbres, esta flor, nuestra flor de
Nochebuena es conocida y apreciada en todo el planeta, siendo así de México
para el mundo.
El 8 de diciembre se ha instaurado como el “Dia
Nacional de la Nochebuena” en nuestro país, reconociendo a ésta su flor
emblemática, su planta nativa.
Que la Nochebuena, traiga al mundo una “nueva
vida” en estos tiempos difíciles de la pandemia del virus que afecta al mundo y
si tú buscas la Flor de Nochebuena, puedes obtenerlas en nuestros mercados (en Azcapotzalco
las puedes localizar o encontrarlas en la calle de Rayón Sur a un
costado del Mercado de Azcapotzalco en su Centro Histórico, donde se instalan
año con años en estas épocas decembrinas de manera tradicional) en tianguis, en
florerías, en invernaderos y en puestos donde las puedas ver a todo lo largo
del país a esta emblemática flor, orgullosamente nuestra flor mexicana.
Bibliografía.
Ramírez
Santos, Alberto (edit.). Navidad en México. Santafé de Bogotá, Colombia:
Panamericana, 2000.
Ruiz
Álvarez, Mercedes. Historia de las tradiciones y costumbres Navideñas de México.
México: Minos Tercer Milenio, 2006.
Shelly,
Jennifer. (trad.). The Treasure of Chrismas (Regalo de Navidad). México:
Quimera editores, 2000.
Verti,
Sebastián. El libro clásico de la Navidad en México. México: Ed. Diana,
1991.
Muy buena crónica querido amigo Carbajal, y mira es el 8 de diciembre el día nacional de la Noche Buena, como no fue el 7. Ja ja ja que nació mi hija Xochitl
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