jueves, 28 de julio de 2022

 

XOCOYAHUALCO, LAS HACIENDAS DEL

 CRISTO Y SANTA MÓNICA EN LA ULTIMA

 BATALLA POR LA INDEPENDENCIA

Antonio Ernesto Castillo Mercado


Este trabajo tiene como propósito hablar un poco del papel estratégico que jugaron las haciendas de Santa Mónica y del Cristo, y posiblemente el pueblo de Santa María Nativitas Xocoyahualco durante la última batalla por la independencia de México, tanto para las tropas realistas como para las insurgentes.

Hasta ahora, las investigaciones realizadas sobre este acontecimiento se han centrado en el atrio de la iglesia de Azcapotzalco, las casas principales y lugares cercanos, pero han dejado de lado lugares y hechos, que por su aparente insignificancia histórica no son consideradas.

En algunas poblaciones existen edificios, monumentos, leyendas y tradiciones sobre acontecimientos ocurridos a través de la historia, pero generalmente los vecinos del lugar los desconocen.  Como ejemplo, tenemos el caso de Xocoyahualco, donde no conocen el papel que tuvo en la última batalla por nuestra independencia, a pesar de la existencia de un pequeño monumento dedicado al Cura Hidalgo.

La historia del pueblo de Santa María Nativitas Xocoyahualco se encuentra ligada estrechamente con la del pueblo de Azcapotzalco, por haber sido uno de sus 27 barrios originarios. Fue a partir de diciembre1899, que por decreto presidencial firmado por el General Porfirio Díaz, se segregó a la municipalidad de Tlalnepantla.

 

En la actualidad es uno de los 19 pueblos de Tlalnepantla de Baz, se localiza al sur de la zona poniente de la cabecera municipal. Sus límites son: al norte con el Mirador y Puente de Vigas, al oriente con el Vaso del Cristo y el Fraccionamiento Industrial Las Armas, al poniente con Vista Hermosa y Ampliación Vista Hermosa, y al sur con Circuito Escultores, Ciudad Satélite (Naucalpan).

La Vía Gustavo Baz y la Av. Adolfo López Mateos son arterias que cruzan por la comunidad, permiten una fácil entrada y salida del pueblo, ya que se conectan a otras vialidades importantes como: Presidente Juárez, Av. Santa Mónica, Aquiles Serdán y el Boulevard Manuel Ávila Camacho (Periférico).

Busto de Miguel Hidalgo y Costilla

Al interior de la escuela primaria del pueblo, en la base del asta bandera se encuentra un busto de Don Miguel Hidalgo y Costilla. Generalmente pasa desapercibido por alumnos, profesores y padres de familia. La nueva generación de vecinos ni siquiera esta entrada de que existe tal busto.

Solo algunos adultos mayores recuerdan el monumento que se encontraba al lado norte del templo, entre las calles Morelos e Hidalgo, pero no saben en qué momento de la historia se colocó en el lugar y cuál fue el motivo. Fue a principios de los 70´s que el Consejo de Colaboración Municipal decidió quitar el monumento y trasladar el busto del cura Hidalgo al interior de la escuela. (figura 1)

Por mucho tiempo el monumento al cura Hidalgo fue un referente para ubicar una cita o lugar de encuentro. No hubo habitante del pueblo que no quedara de verse con alguien en el cura Hidalgo. Era común escuchar entre los vecinos:

¡Nos vemos en el cura Hidalgo!

¿Te espero en el cura Hidalgo?

Cuando llegues al centro del pueblo, lo primero que vas a ver es el monumento al cura Hidalgo, ¡ahí nos vemos!

 

Mientras el monumento permaneció al costado norte del templo, cada 15 de septiembre se realizó una ceremonia cívica con ofrenda floral por parte del Consejo de Colaboración y vecinos de la comunidad.

A pesar de la relevancia que tuvo el monumento para la comunidad, nadie supo dar razón de su origen. Fue hasta inicios del siglo XXI, que se empezó a rescatar información que nos trasladó hasta la última batalla por la independencia.

 

Xocoyahualco y las haciendas.

Para   el siglo XIX, haciendas, ranchos y particulares habían acotado el territorio del pueblo de Santa María Nativitas Xocoyahualco. Por el norte, su límite era con el pueblo de San Jerónimo Tepetlacalco; por el poniente, con la hacienda de Santa Mónica; por el sur con la hacienda del Cristo y por el oriente, con el rancho de San Jerónimo y la hacienda de Careaga.

Durante los años de la guerra de independencia, Santa Mónica siguió produciendo bastantes cargas de harina; esto se debió a la gran capacidad de almacenamiento, situación que benefició económicamente a sus propietarios, pues el costo del cereal se disparó ante la escasez derivada del conflicto social.[1]

Su ubicación era excelente, ya que en medio de su territorio pasaba el camino real que venía de Tierra Adentro (el Bajío y parte de Michoacán). Se encontraba  justo antes de llegar a la garita ubicada  en Puente de Vigas, camino hacia Tacuba, donde se pagaba al Consulado de México las alcabalas correspondientes a la harina procesada.[2] (figura 2)

Con relación a la hacienda del Cristo, un informe de las haciendas de Naucalpan remitido a la jefatura de Tlalnepantla en 1891,  da idea de su gran extensión. Al norte tenía como límite el pueblo de Xocoyahualco y la hacienda de Santa Mónica  (municipio de Tlalnepantla); al poniente los pueblos de Tlazala, Jilotzingo, San Luis Ayuca, Tepatlaxco y Chimalpa; por el sur y el oriente, la hacienda de Echegaray.[3]

Xocoyahualco tuvo vínculos de tipo laboral y comercial con ambas haciendas. Muchos vecinos del pueblo se contrataban como trabajadores (peones), y parte de la mercancía de dichas haciendas, se distribuía o comerciaba en el cruce de la calle del cristo y del camino real tierra adentro.

 

El camino real Tierra Adentro al bajío y Michoacán, a la altura del pueblo de Xocoyahualco (Puente de Vigas), fue una zona comercial desde la época de la colonia. Ahí  hacían su última parada los comerciantes y arrieros que venían del interior del país, antes de entrar a la ciudad de México. En ese lugar, tanto los arrieros como las haciendas comerciaban y distribuían parte de sus productos.

La última batalla por la Independencia.

El 18 de agosto se desprendió de Tepotzotlán el ejército independiente con rumbo a Tlalnepantla y a la inmediata Hacienda de Santa Mónica, con objeto de acuartelarse en este lugar e ir preparando el sitio a la ciudad de México. Comandaban este ejército los Coroneles Bustamante y Quintanar.[4]

La mañana del 19 de agosto, el Coronel Don Anastasio Bustamante mandó al Capitán Velázquez con 80 jinetes distraer al enemigo y reconocer sus posiciones; después de una escaramuza con el ejército realista, este último retrocedió hasta Tacuba y los insurgentes se retiran a la hacienda del Cristo.[5]

Bustamante por su lado, hizo un reconocimiento de la zona y ocupó las haciendas del Cristo, Careaga y Echegaray; pero al enterarse de que el capitán insurgente Nicolás Acosta se había encaminado a Tacuba bajo el riesgo de ser atacado, salió a protegerlo.[6]

Los realistas recibieron refuerzos, pero en vez de hacer frente a los insurgentes, retrocedieron a Tacuba. Los insurgentes ocuparon Azcapotzalco, donde esperaron el ataque de los realistas. Al ver que no atacaban, emprendieron la marcha hacia Santa Mónica por la calzada Azcapotzalco-Tlalnepantla. Cerca de la hacienda de Careaga, la retaguardia fue atacada por tropas realistas, generalizándose la batalla.[7]

Bustamante hizo retroceder al enemigo hasta el centro de Azcapotzalco, donde éste se hace fuerte en el cementerio de la parroquia y en las principales casas del pueblo. Para reforzar su ataque, los insurgentes emplazaron un cañón en la plazuela del Zacate, causando estragos a los realistas que defendían la plaza.[8]

La lucha duró hasta la noche, llovía y los campos inundados impedían obrar a la caballería de Bustamante, éste ordenó la retirada y que el cañón que se había atascado fuese removido a cabeza de silla, operación que llevaron a cabo el viejo insurgente Encarnación “El Pachón” Ortiz y el teniente de los fieles de San Luis Manuel Arana, siendo acribillados en la operación. La muerte del “Pachón” exacerbó a los independientes quienes atacaron a sus agresores hasta entrar al atrio, haciéndolos huir.[9]

Bustamante ordenó sepultar al “Pachón” Ortiz y 24 soldados en el atrio de Azcapotzalco y al resto de los muertos en los atrios de los barrios de Santa María Xocoyahualco y  de San Lucas Tepetlacalco en su camino a Santa Mónica.[10]

De acuerdo al parte de los insurgentes, reconocieron haber perdido a 150 hombres, entre ellos su capitán de artillería. Se puede calcular que  un buen número de ellos, fueron sepultados en el cementerio de Xocoyahualco, lo cual nos invita a revalorar esta fecha y a devolverle el significado histórico para la comunidad.[11] (figura 3)

Días Después de la batalla de Azcapotzalco, Bustamante y su ejército salen de Santa Mónica y pasan a la hacienda de Careaga en espera de la llegada de Agustín de Iturbide y de Vicente Guerrero.[12]


En recuerdo de los insurgentes caídos.

Como un homenaje a los insurgentes caídos, el Coronel Don Anastasio Bustamante mandó que en todos los lugares donde se presentaron hechos relacionados con el movimiento de independencia, se construyera un monumento para la posteridad.

Así fue como se construyó al costado izquierdo de la capilla, a la entrada del cementerio, el monumento con el busto de Miguel Hidalgo. Al parecer nunca se supo el lugar donde se sepultaron los insurgentes, tal vez nunca se sabrá porque el antiguo cementerio ha sido intervenido infinidad de veces sin consideración de su valor histórico. (figura 4)

Con relación a las haciendas, de Santa Mónica, aún existe la casa principal, la capilla, la tienda de raya y el molino, está habilitada como museo y Salón de eventos. De la hacienda del Cristo no queda nada, donde estaba el casco principal, ahora se encuentra el fraccionamiento jardines de la Florida (Satélite) y la colonia ex hacienda del Cristo. (figura 5 y 6)

              

Documento elaborado por:

 Antonio Ernesto Castillo Mercado

Xocoyahualco, Tlalnepantla

10 de julio de 2022



[1] Peralta Flores Araceli; LA HACIENDA DE SANTA MÓNICA, TLALNEPANTLA, ESTADO DE MÉXICO, Su historia y arquitectura; Colección Científica, Serie Historia; I.NA.H., primera edición, México, 2005, pp. 62,63.

[2] López Mora Rebeca, El Molino de Santa Mónica, Historia de una empresa colonial; El Colegio Mexiquense, Fundación Cultural Antonio Haghenbeck y de la Lama, I.A.P., 1° edición, México, 2002, pp. 98, 118

[3] Ibid, p. 138

[4] Padilla Díaz de León, Guillermo Ernesto (a), Monografía Municipal, Tlalnepantla; Gobierno del Estado de México, 1987, pp. 53, 54

[5] ZORAIDA VÁZQUEZ JOSEFINA, Una historia de México, Biblioteca para la actualización del maestro, SEP, México, 1995, p. 328

[6] Partes oficiales, Victoria conseguida el 19 de agosto de 1821 por el Ejército Imperial contra el Anárquico de México, Septiembre, 5, 1821, Consultado en el Archivo Histórico de Azcapotzalco

[7] Ibid.

[8] México a través de los siglos, pp. 202, 203

[9] Ibid., pp. 202, 203

[10] Sedena, 1821 y Ferrer, 1939, Citado en CONSEJO DE CRONISTAS DE ATZCAPOTZALCO, VOCES TEPANECAS: TEPANECAHTLAHTOLLI. CAPSULAS HISTÓRICAS DE ATZCAPOTZALCO, D. F. Colección reflejos e imágenes de Atzcapotzalco No. 2, Crónicas Históricas, Costumbristas y Urbanas. , Consejo de la Crónica – PACMYC 1999, Atzcapotzalco, 2001, p. 30

[11] Barranco Chavarría Alberto, Azcapotzalco, Periódico Reforma, Ciudad de la Nostalgia, México, 6 de Diciembre de 1998.

[12] Op. cit., Sedena, 1821 y Ferrer, 1939, p. 30

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