COLONIA SAN ALVARO,
UN AMOR, UNOS VERSOS
Por D on Nayarito Cantalicia
Nuestra querida
colonia no es muy conocida, aunque estamos rodeados de movilidad y comercio.
Nos circundan: Avenida Azcapotzalco,
Tacuba, Clavería y la Avenida Cuitláhuac. Cuatro puntos bastante conocidos
y transitados. Es curioso que cualquier taxista sepa dónde están las colonias
Tacuba o Clavería, pero casi nunca sobre la colonia San Álvaro que está en
medio de ellas.
Los que aquí
vivimos vamos a esas otras colonias. Por ejemplo para el metro y mercado a Tacuba. Para el cine y cafeterías a Clavería. Aquí tenemos tapicería,
vidriería, farmacia, miscelánea, escuela, nevería, carnicería, pollería,
recaudería, panadería, lavandería, veterinaria, taller mecánico, estética,
tlapalería, etc. Así que cuando deseamos estar en paz, o comer sabroso y
sencillo en fin de semana, nos basta nuestra colonia, ya sea en nuestras
cocinas, o a los tacos que se ponen en nuestro parque. Disfrutamos las
paleterías y la sombra del arbolado centro de la colonia, que es suficiente
para vivir tranquilos, sin el estrés de los autos, motos ni peseras.
Para mí, el eje
principal dentro de la colonia es: PARQUE
– PARROQUIA – PALETERIA. El contacto con la naturaleza, el contacto con
Dios y el contacto con lo sabroso a cualquier hora, los postres.
EL PARQUE
Es amplio y tiene
bancas muy útiles con mesa y hasta tablero de ajedrez. Hay juegos infantiles
con bancas, para que los padres puedan sentarse cerca.
En el parque hay
un kiosco rodeado de diversos árboles. Entre otros, me gustan los ahuehuetes
que tenemos, los árboles frutales y especialmente la alta y frondosa orquídea
de árbol.
Tiene una cancha
de fútbol rápido decorada con brillantes murales de temática deportiva, que
estimula a la juventud a disfrutar y ejercitar la energía con que la vida los
ha dotado. En su muro interior colocaron la frase: “El deporte tiene el poder de transformar al mundo. Tiene el poder de
inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas”.
En su módulo de
vigilancia, cuando no hay pandemia, se imparten cursos artísticos.
LA PARROQUIA DEL CORAZON EUCARISTICO DE JESUS Y
SAN ALVARO
Es un espacio cálido
de encuentro y oración espiritual, lleno de actividades alegres, profundas y
que tocan el corazón. La limpieza y sencillez del lugar lo hacen bastante
agradable para estar en él, y la paz general de la colonia, que se refleja al
interior de la Parroquia, le permiten ser un refugio muy propicio para cuando
los creyentes deseamos conversar con Dios, agradecerle, pedirle, o simplemente
orar por el bienestar del prójimo. Cuando
salgo de la misa los domingos, es muy agradable hacer una parada en la
paletería.
PALETERIA SAN ALVARO
El aspecto
sencillo y tradicional del negocio me gusta mucho. No es de cadena comercial. Supongo
que algunos la calificarían de estilo “Retro”. Al interior de sus
refrigeradores y congeladores es donde muestra una jovial ambición y marca la
diferencia con los demás. Sus helados y nieves son muy sabrosos. Yo no puedo
comer muchos bocados fríos, pero ellos tienen una deliciosa solución: paletas chiquitas. Tienen de muchos
sabores: limón, coca, grosella, uva,
entre otros, además de su variedad de crema. Una vez con la paleta en mano,
apenas cruza uno la calle y ya está en el calmado y frondoso parque. Oración,
deleite y naturaleza. No hace falta más para una linda tarde.
ALGUNAS CASAS
La Avenida
Azcapotzalco es muy conocida por varias casas de estilo francés que se
construyeron a finales del siglo XIX e inicios del XX y que aún perduran. Son
muy bonitas. Pero pocos saben que hay más casas de ese estilo y época dentro de
San Álvaro. Algunos predios han sido modificados y ya no conservan ese tipo de
arquitectura. Pero otros siguen manteniendo aquel aspecto y logran sacarle al
espectador un suspiro. No incluyo fotografías de ello para no tener problemas.
Pero si invito a los lectores a que se den una vuelta a admirar el patrimonio
arquitectónico e histórico que aquí se conserva.
ALGUNAS CALLES
He comido paletas
caminando tranquilamente en Londres, Venecia, y Niza. Las calles de nuestra
colonia tienen esos nombres, entre otros. Me gustan los letreros viejos de las
calles, esos azul marino con letras blancas y grandes. Perduran y siguen tan útiles y claros como cuando fueron nuevos.
Los modernos de fondo blanco y letras negras, en ocasiones ya solo son una
lámina blanca con manchones grises que no dicen nada, pues se ha borrado todo,
y algunos están chuecos.
SEPARACION IGLESIA Y ESTADO
1)
Condujeron
a sus naciones a establecer la separación entre la Iglesia y el Estado.
2)
Ambos
son gigantes en la historia de sus respectivas patrias, con infinidad de
homenajes, plazas, parques, escuelas, etc., con su nombre.
3)
Los
dos fueron presidentes de sus países en más de una ocasión.
4)
El
mexicano tuvo que gobernar de forma itinerante por los conflictos que vivía su
país, y el ecuatoriano fue enviado al exilio temporalmente.
5)
Ambos
nacieron en la provincia de sus países, y fallecieron en la ciudad capital.
6)
Los
dos legaron infinidad de postulados, documentos y cambios que impactaron la
vida y el destino de sus naciones. Muchas veces los ciudadanos gustamos de
recordar a este tipo de elevados personajes por alguna de sus frases que
resumen su legado. Al General Eloy Alfaro se le recuerda con la frase (que está
en este monumento obsequio de la Embajada de Ecuador): “Nada soy, nada valgo, nada pretendo. nada para mi, todo para vosotros,
que sois el pueblo que se ha hecho digno de ser libres”. En el monumento a
Benito Juárez se lee una de sus frases: “Nada
con la fuerza, todo con el Derecho y la Razón”.
Pasear en nuestra
colonia, en una tarde de fin de semana, es mirar gente disfrutando de los tacos
en el parque, jóvenes jugando en la cancha, parejas de la mano, familias en las
bancas con mesa, padres cuidando a sus hijos en los juegos, algún caminante
gozando las sombras frescas, personas que vienen del mercado de alguna colonia
vecina, o gente saboreando alguna paleta o helado.
Así es San
Álvaro, pedacito de ciudad que se puede disfrutar como si fuera un pueblito
calmado. Los invito a que vengan a conocerlo. Sugiero se coman una paletita de
coca o de grosella, van a ver que por un instante, recordarán a esa niña o niño
que fueron alguna vez, cuando una paletita era un premio. A mí nana María Talamantes le decíamos de cariño Mariquita. Ella me compraba una paletita de coca cuando me recogía
del Jardín de Niños. Con una mano
sostenía yo su mano, y con la otra mi paletita. No necesitaba nada más. Con eso
sentía que todo era bello y seguro. Tenía la certeza de que todo estaba en
orden. Cuanta fuerza, confianza y paz me transmitió con ese cariño
azucarado. Hoy no cuento más con su presencia terrenal, pero su influencia, su
cariño y su huella en mi corazón, lo tengo al recordarla, al orar, y al comerme
una paletita de coca pensando en ella.
¡Gracias Mariquita por impregnarme de un amor tan lindo como el suyo, y por
dejarme un dulce ritual para invocar su tierna memoria!
VERSOS A MI COLONIA SAN ALVARO
Mi San Álvaro
tranquilo
lleno de
serenidad,
no por eso sin
auxilio
de lo que es
modernidad.
Vecinas Tacuba y
Clavería
nos abrazan con
pasión,
allá vamos cual
romería
mercado, cine y
diversión.
El paseo y charla
serena
preferimos en
nuestro parque,
cuya gran
jardinera se llena
Sin tiendas de
grandes franquicias
pero con cancha
deportiva,
sin ruido damos
albricias
por la vida
productiva.
Paletitas,
quiosco y bicicletas,
mesitas para
jugar ajedrez,
con los niños y
sus piruetas
nuestro parque
paraíso es.
Monumentos a
grandes hombres
se erigen en sus
pasillos,
Eloy Alfaro y
Benito Juárez
nos miran
contemplativos.
Jardín del
jubilado
paseo del niño en
carriola,
esconderse con el
amado
o armar partido
con bola.
El corazón de San
Álvaro
es su parque, es
su ambiente,
y en elogios no
reparo
para aplaudir a
su gente.
Postdata:
Los domingos a la
iglesia
que está en la
calle de Grecia
a buscar sana
indulgencia
o instrucción de
penitencia.
A la Virgen del
Rayo reverencia,
su fiesta
esperamos con paciencia
festejo de
alegría y prudencia.
Disculpe usted la
insistencia
pero tenga en su
inteligencia
que en San Álvaro
su presencia
grata será su
experiencia.
¡Viva San Álvaro,
excelencia!
¡y larga sea su
existencia!
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