PELICULAS
FILMADAS EN AZCAPOTZALCO,
A CIEN AÑOS.
(PRIMERA PARTE).
FILMADAS EN AZCAPOTZALCO,
A CIEN AÑOS.
(PRIMERA PARTE).
Por:
José Carbajal Cortés. Cronista de Azcapotzalco, CDMX.
A
Ivette Rosas.
El
cine filmado en Azcapotzalco inicia en el antiguo Barrio de Atenco, barrio
originario prehispánico, se hallaba conformado como calpulli al lado del
gran lago de Texcoco que se extendía hasta este lugar. El significado en
náhuatl de Atenco es:” junto o a la orilla del agua”. Con
el tiempo este barrio se llamará San Lucas Atenco y que es la actual colonia El
Recreo, este lugar ha existido por tanto desde el siglo XIV. Nos ubicaremos en
este sitio en su entonces Municipalidad en el siglo XX, donde comenzaremos un
viaje cinematográfico.
Es a 100 años del cine filmado en tierra
chintolola Azcapotzalco, cumplidos el pasado año de 2019 (la película o
realización, a la que nos referiremos, se extendería de 1919 a 1920 en su
exhibición) y en el marco asimismo, de la celebración en este 15 de agosto del
2020 del Aniversario de nuestro cine: el Día Nacional del Cine Mexicano,
instaurado el 20 de abril de 2017 por la LXIII Legislatura del Senado Mexicano que
anuncio la aprobación de una iniciativa de manera unánime: todos los 15 de
agosto de cada año se celebraría en todo el país, como un reconocimiento a su
relevancia, expresión artística en la imagen de México y como parte de la
esencia de nuestra identidad nacional (Milenio, 2020). Además del aniversario
de celebración del rodaje en agosto de “Allá en el Rancho Grande” Sirvan estas tres
celebraciones para las presentes crónicas del cine filmado en los terruños
chintololos.
A
manera de introducción: el arribo del cine.
La llegada de la invención del cinematógrafo
o cine a nuestro país se suscitó 8 meses después de su aparición y exhibición
en Francia en el año de 1898, arribando a nuestro país traído por Bon Bernard y
Gabriel Veyre, enviados de los hermanos Lumière, estableciéndose durante el gobierno
de nuestro país del presidente General don Porfirio Díaz, quien simpatía con lo
“afrancesado” y con el lema de “orden y progreso”, iniciándose la entrada del
novedoso invento en la función ofrecida en su honor en el Castillo de
Chapultepec el día 6 de agosto de 1896 (De los Reyes, 1983). Propiamente la
primera función pública de este invento se llevó a cabo en un salón en el
entresuelo de una droguería acondicionada para ello en la 2ª calle de
Plateros 9, en la actual calle Francisco I. Madero, Centro
Histórico, en la capital del país el día el 14 de agosto de 1896 (De los Reyes,
1996). Este gran invento, novedad en su momento, sorprendería ya y convocaría
multitudes.
Surgirán realizadores o directores que empezarán
a filmar en nuestro país con la llegada del naciente invento como don Salvador
Toscano, Jesús H. Abitia, Enrique Rosas, Guillermo Becerril, Ernesto Vollrath,
los Hermanos Alva, los Stahl, Miguel Contreras Torres, entre otros, que generará
además de la novedad y exhibición itinerante, toda una industria
cinematográfica. Serán varios los directores y productores que empezarán a
filmar, primeras escenas breves o “vistas”, hasta conformar películas de mediometraje
o largometraje. El primer claro ejemplo será Salvador Toscano. El cinematógrafo
empieza sin el sonido directo por lo que se le llama en sus inicios del desarrollo,
como la etapa del cine mudo o silente que abarcaría de 1898 a 1930 (Peña,
1996).
1,
2, 3, cámara, acción, comenzamos…
Para empezar este fascinante recorrido por
estas crónicas cinematográficas de cine filmado en Azcapotzalco, es menester o
séase necesario, remitirnos a aquellos lugares en donde se llevo a cabo su
filmación, esto es lo que en el argot cinematográfico se llaman locaciones,
que no es otra situación que los espacios naturales y/o construidos para
acondicionar en una totalidad una atmósfera para tal fin o con ligeras
modificaciones, donde se ha de llevar a cabo la filmación en “exteriores” para
diferenciarlo de los espacios en interiores llamados Estudios de la Industria
cinematográfica como sería el caso de los Estudios Churubusco, CLASA, Tepeyac,
Estudios América, entre otros.
Este es
un recorrido por el tiempo y el espacio a través de las películas filmadas por
Azcapotzalco, en sus barrios, pueblos, su gente, sus paisajes. 1, 2, 3, cámara,
¡comenzamos!...
En este contexto nos encontramos en el siglo
XX: año de 1915 en México, en el terrible año que será historia y noticia.
Históricamente porque será conocido como el “año del hambre”, durante la
contienda de la Revolución Mexicana y de noticia con lo cual empieza nuestro
tema: el de los asaltos o atracos de la llamada la banda del automóvil
gris, cuya historia cinematográfica se empezará a gestar en el momento
en que el camarógrafo Enrique Rosas, filmara con su cámara (ya que fue llamado
y encargado por la policía de registrar el suceso) el fusilamiento de 6 de los
integrantes de esta banda, que será
precisamente estas escenas que se muestran al final de la película, el inicio
de la idea de filmar un largometraje basado en las noticias y documentación de
aquellos sucesos del año de 1915, rodarlas con este elemento incorporado en el
año de 1919 por su realizador Enrique Rosas y Cía., ya que la dirigiría en
aquel año, siendo una película de la etapa muda situada en este contexto histórico
de la postrevolución en nuestra cinematografía.
Ya que Enrique Davalos anota:
“La idea de la película parte precisamente de
registros fílmicos tomados por don Enrique Rosas el 20 de diciembre de 1915”. Y
agrega:
“… El prurito realista documental y verista
de Enrique Rosas se explica por la necesidad de armonizar las partes filmadas
con base en el guión con el material del fusilamiento. Esto lo hace rodar en
los lugares reales de los acontecimientos. El señor Juan Cabrera, jefe
policiaco responsable de la aprehensión de los criminales proporciona
documentación y actúa también en la película representándose a sí mismo” (Dávalos,
2010., p. 11).
Por lo que observamos en el film que las
locaciones elegidas por Enrique Rosas, son para darle un realismo a la película
de manera atrayente, en los mismos lugares, en la mayoría de los casos de los
hechos sucedidos por la banda que asoló a la sociedad de entonces.
Esta película de El automóvil gris, se
filmará entonces con locaciones en Apam, Puebla, San Cosme, en la Av. Reforma,
en la Ciudad de México y alrededores. Es en estos alrededores que se filmaran
dos escenas de este largometraje en el Barrio de San Lucas, en la
entonces Municipalidad de Atzcapotzalco, ello debido a la documentación
proporcionada por el detective, pues sitúa o refiere en su investigación que
dos de aquellos integrantes de la banda -ya que se habían desperdigado para
burlar a la policía- se esconden en diversos sitios como en: Apam, en Ciudad de
México y en la Municipalidad de Azcapotzalco, en donde los pasos del detective
lo llevan a la antigua calle de la Rosa (actual calle Aquiles Elorduy)
en la persecución de dos de los integrantes de la banda, en escenas que se han dicho
como emocionantes en una persecución de “policías y ladrones”.
Por lo que según nos comenta la cronista de
este barrio, la Mtra. Solórzano que:
“Un gran alboroto causo el día que llegaron
reflectores y cámaras para filmar en el barrio algunas escenas de la película La
Banda del Automóvil gris [también conocida como El automóvil gris]”
(Solórzano, 2007, p. 7).
Por lo que la antigua calle de la Rosa en
Azcapotzalco a cien años, ya no se ve así, pues no lleva ya este nombre, ni su
fisonomía es la de aquel tiempo pretérito. La película es un testimonio
histórico de imágenes, documento visual de la ciudad de entonces y sus calles,
siendo considerada la más importante de la etapa del cine mudo, al tener un
argumento basado en un suceso verídico, aunque con los bemoles de su tiempo, ya
que mucho se ha escrito sobre esta banda y del suceso que generó, hasta la
realización de esta película, que se antojaría de antología que no
terminaríamos de contar. Ha sido objeto de estudios, libros y restauraciones,
de logros sonoros y de pérdidas de capítulos, llegando a realizarse una
conmemoración restaurada y digitalizada por la UNAM en 2010, con los diálogos
hablados.
La década de los treinta y el cine sonoro.
Andando el tiempo llegará, la etapa del cine
sonoro en nuestro país, con oficialmente la primera película sonora Santa
en 1931, basada en la novela de Federico Gamboa, dirigida por Antonio Moreno, considerada
de manera oficial según las crónicas cinematográficas, porque es la primera en
estrenarse de manera sonoro-parlante en las salas de cine con diálogos y no
solo sonidos incidentales (Aguilera, 2010). Cuyo estreno la convierte como la
primera película que incorpora la técnica del sonido directo paralela a las imágenes.
Es en ésta ya etapa del cine sonoro en la
década de los 30´s, que surge la realización de tres películas llamadas con el
tiempo como la “Trilogía de la revolución”, siendo el tema la Revolución
Mexicana directa o indirectamente en estas películas realizadas por Fernando de
Fuentes, cuyos títulos son: El prisionero 13, El Compadre Mendoza y ¡Vámonos
con Pancho Villa!, filmadas entre los años de 1933, 1934 y 1935
respectivamente. Nos detendremos en esta película del El Compadre Mendoza
realizada entre 1933 y 1934, interesantísima de abordar ya que es la
primera película que se filma formalmente y casi de manera completa en
Azcapotzalco como locación en exteriores en la Ex Hacienda del Rosario, en
aquel entonces ésta funcionaba como una Hacienda lechera, propiedad de una
pareja de ancianos norteamericanos. Nos ubicamos así en el contexto de cuando
desaparece la Municipalidad por el cambio territorial del 28 de agosto de 1928
en que se promulga la Ley orgánica del distrito y territorios federales,
suprimiéndose la municipalidad pasando a ser Azcapotzalco una de las trece Delegación
foráneas (López, 2005). Siendo parte norte del Distrito Federal, con tintes
campiranos y agrícolas, Azcapotzalco protagonizara con sus paisajes, hacienda y
lugares, una gama de películas rodadas en su terruño.
Juan Bustillo Oro, en ese entonces asistente
y codirector de Fernando de Fuentes, en su libro de memorias Vida
Cinematográfica nos relata las peripecias para dar con este lugar, que se
suscita por medio de un rumor de que al norte aún, se encontraba una hacienda en
pie funcionando cercano al Distrito Federal. Así nos relata:
“Alguien de cuyo nombre no quiero acordarme,
nos habló de un predio que se salvó por milagro y que en lo poco que padeció ya
que había sido reconstruido amorosamente: la hacienda lechera El Rosario, allá
por Azcapotzalco. Para el Rosario volamos con el terror de que nuestro
informante pecase de optimismo fantástico” (Bustillo, 1984. p. 102).
La búsqueda de una locación era para recrear
la Hacienda de Santa Rosa, durante el contexto de la Revolución, perteneciente
al personaje de la obra de Mauricio Magdaleno con el mismo título de El
Compadre Mendoza, que es el hacendado Rosalio Mendoza (interpretado por
Alfredo del Diestro) el dueño de esta Hacienda ya que siendo originalmente una
obra de teatro, es adaptada y llevada al cine por Fernando de Fuentes quien
junto con Bustillo Oro convencen a su autor Magdaleno para esa adaptación, siendo
un producto trasladado de la literatura al cine.
En
esta película se observa el monumental portón de entrada (hoy desaparecido) que
daba acceso a la Hacienda y que se hallaba a un costado del Antiguo
camino de Azcapotzalco-Tlalnepantla, que cambiará su nombre con el
tiempo al de Avenida Parque Vía y que es la actual moderna rúa de
Avenida de Aquiles Serdán. Además de que también podemos apreciar
un camino franqueado por árboles que hacían parecer un pequeño bosque, la
entrada a la noble “Casa grande” de la Hacienda como se les decía entonces, con
su patio colonial, jardín, su amplia terraza, de los alrededores y caminos de terracería
de la periferia en el film.
Es de mencionar el interesante dato cinematográfico
que precisamente con esta cinta de El Compadre Mendoza la
Cineteca Nacional abrió sus puertas con su exhibición en enero de 1974, cuyas
instalaciones se encontraban entonces como un anexo a los Estudios Churubusco. Fernando
de Fuentes en su búsqueda de alguna hacienda de manera afortunada en este caso
la del Rosario la encuentra como locación idónea para filmar esta película en
el Azcapotzalco campirano de antaño, lo cual daría pie a que no sería la única
que se filmaría en esta antigua hacienda colonial (entre los diversos dueños
que tuvo es de mencionar que uno de ellos fue Sebastián de Aparicio importante
personaje del siglo XVI) ya que con el tiempo, se realizarán otras películas en
este mismo sitio como locación en exteriores.
Así la
tierra del hormiguero Azcapotzalco será con sus caminos de antaño, campos,
establos, sembradíos, haciendas y un etc., lo que dará pie al uso del folclor y
ambientes vernáculos con sabor a provincia en sus diversos barrios y pueblos en
un otrora siglo XX como locaciones.
Por la época de oro del cine mexicano.
Pasarían dos años para que Fernando de
Fuentes regresará a filmar al norte de la ciudad, quien sigue realizando
películas en esas fechas y recién había concluido la realización de ¡Vámonos
con Pancho Villa! Al revisar un cuento de la escritora Luz Guzmán con el
título de “Cruz”, el guionista Guz Águila realiza un argumento fílmico en base
a partir de este adaptándolo. Un productor de apellidos Diaz Lombardo decide
filmarla encargándole la dirección a De Fuentes a quien convoca. Éste al
revisar el guión empieza a visualizar el sitio para la filmación en la Hacienda
del Rosario, ya que regresará a ésta para utilizarla como locación de lo será un
éxito cinematográfico: la película Allá en el Rancho Grande.
Alfaro nos comenta los pormenores:
“… la singularidad del caso de “Allá en el
Rancho Grande”, cinta basada en el cuento “Cruz”, de la escritora Luz
Guzmán de Arellano, y filmada por Fernando de Fuentes a partir del 3 de agosto
de 1936 en los estudios México Films y en locaciones de la hacienda del
Rosario, cercana al pueblo de Tlalnepantla…” (Alfaro, 2020).
Así esta película que originalmente llevaría
el título de Cruz o Crucita, se optó por cambiárselo por el de la canción de
autor anónimo, así nos anota Riera:
“El
interprete musical jalisciense propondría a De Fuentes modificar el titulo del
filme por el de “Allá en el Rancho Grande”, uno de los temas que mayores
triunfos le había proporcionado en su vertiginosa carrera artística” (Riera,
1993. p. 236).
El día 6 de octubre de 1936 se efectuó su
estrenó en el cine Alameda, Lux y en un gran número de Salas. Esta película
abrirá toda una industria cinematográfica nacional y mercados a otros países y
es la primera en tener un premio internacional a la mejor fotografía en el Festival
de Venecia de 1938 al célebre fotógrafo Gabriel Figueroa (Valdés, 2005. p.
45).
Esta cinta según los estudiosos de nuestro
cine, concuerdan en que será la que inaugure la llamada “Época de oro del cine
mexicano”, en donde De Fuentes dirige las memorables actuaciones de Tito
Guízar, Esther Fernández, René Cardona, entre otros actores.
Podemos constatar en lo que respecta a la
locación principal ésta se llevó a cabo en la Hacienda del Rosario (antes
Hacienda de Careaga) y en los Estudios CLASA como nos lo ha comentado también
el Mtro. Cesar Aguilera estudioso de nuestro cine mexicano, para recrear la
trama del “Rancho Grande” película que conquistará al público nacional e
internacional y filmada orgullosamente en Azcapotzalco, cuyos estereotipos el
cine mexicano abrazará para siempre, por sus inolvidables personajes y su
folclor. Asimismo, otra locación en Azcapotzalco de esta cinta es en el Barrio
de Nextengo, en la capilla de San Salvador Nextengo, donde se lleva a cabo la
escena del final de la película con la boda de los protagonistas y que
entusiastas vecinos chintololos, participaron como “extras” haciendo bola como
bien nos narra en una entrevista don Luis Téllez, cuyo atrio su piso era de
pura tierra (Azcapo tu revista, 2010). Como un broche de oro, mencionaré que el día
27 de julio de 1991 el actor Tito Guízar en persona devela la placa en la
capilla de Nextengo, que nos indica que ahí se filmó la película “Allá en el
Rancho Grande” otorgada como un reconocimiento de la Legión Nacional de
patriotas, de autoridades y del pueblo de Azcapotzalco como un merecido
reconocimiento a la labor del actor de fama nacional e internacional y que
podemos observar en la capilla, que se encuentra situada a unos pasos de la
entrada en el costado derecho al interior de ésta. Para nosotros en Azcapotzalco y para los
cinéfilos de nuestro cine nacional es un orgullo esta película: apreciamos en
toda su magnitud la Hacienda lechera del Rosario, en una historia de Ex
Hacienda real, a un Rancho idílico, de sus caminos y de su capilla del Señor de
Nextengo.
Azcapotzalco
en esta década de los 30´s estaba conformado de extensos llanos, plantíos y
árboles por doquier sin lugar a dudas, como nos lo dirían los testimonios de la
gente que vivió aquellos años de entonces, así lo podemos constatar en la
película de La China Hilaria realizada en el año de 1938, de Roberto
Curwood, con Alicia Ortiz, Pedro Armendáriz y Alfonso el “indio” Bedoya. Observamos
en una escena una estación de tren o alto señalada al aire libre con una placa,
la cual se indica con la leyenda de “Ferrería” en un testimonio que nos da M.
Gutiérrez, oriundo de Azcapotzalco nos dice que se encontraba esta parada del
tren a un costado de la actual estación del metro Ferrería, en las vías del
moderno tren ligero y que observamos en una escena en esta película este antiguo
lugar de Ferrería, ya que según la trama el protagonista se va a ir “al
otro lado” y el medio para las grandes distancias era el tren, observamos la
larga vía en unas imágenes atrapadas en el tiempo, así como también de los
campos extensos que se observan en una parte de la trama y que son los ahora
terrenos de El Deportivo Reynosa, la Alameda del Norte y que se
encontraban hasta el Centro Deportivo Ferrocarrilero próximo a Ferrería
que eran extensas áreas verdes, de un Azcapotzalco en unas imágenes que han
quedado cinematográficamente en el tiempo.
La película de La india bonita,
dirigida por Antonio Helú en 1938, con las actuaciones de Emilio Tuero, María
Luisa Zea y Julián Soler, según los cronistas Antonio Urdapilleta y Ma. Elena
Solórzano, esta filmada una breve escena en la capilla de San Salvador Nextengo
con la boda ficticia de los protagonistas Tuero y Zea.
En el año de 1948, se filma el remake
[versión basada la trama de un título e historia parecidos] de esta película de
“Allá en el Rancho Grande”, como otra versión por el mismo
director Fernando de Fuentes, tratando de repetir el éxito de la anterior, esta
vez con las participaciones de Jorge Negrete “el charro cantor” en el papel del
caporal José Francisco y de la debutante Lilia del Valle en el papel de
“crucita”. El espacioso lugar de esta Ex Hacienda con su granero y extenso
terreno, será idóneo de nueva cuenta, aunque con ligeras modificaciones. Asimismo,
se volverá a filmar el final de la boda en esta segunda versión en el mismo
Barrio y capilla de Nextengo. Como anécdota, nos cuenta Adriana Durán habitante
del lugar, que su papa Gabriel Durán y Velázquez actuó de niño en la cinta
tocando la campana de la capilla, conviviendo además con los actores (Carbajal,
2018).
Y en esta década también se filmará por
Azcapotzalco la cinta ¡Arriba el Norte! que originalmente llevaría el
título de “Choque en la carretera” según Riera, ya que la trama de la película
se suscita en un choque de los protagonistas en una carretera lo que da pie a
un sinfín de peripecias por las que tienen que pasar. Dirigida por Emilio Gómez Muriel en 1949 para
Filmex, con Luis Aguilar “el gallo giro”, Marga López, Joaquín Pardave y Lilia
Prado. En esta comedia minutos después del empiezo observamos el choque aludido
de la historia y el portón de la hacienda del Rosario ligeramente modificado
para la escena, precisamente en lo que seria el antiguo camino de
Azcapotzalco a Tlalnepantla y que sería después la Av. Parque Vía. En
el film podemos apreciar el Azcapotzalco llano como nos lo han testimoniado
aquellos que vivieron en él y cuyo lugar de la escena es la actual entrada
principal del Town Center El Rosario en el imparable crecimiento de la
modernidad.
Mencionaremos ahora la película de Islas
Marías de 1950 dirigida por Emilio “el indio” Fernández y producida por los
Hermanos Rodríguez, con las actuaciones de Pedro Infante, Rosaura Revueltas,
Jaime Revueltas. Drama que se desarrolla en una familia que queda desintegrada
a raíz de una fatalidad. Las locaciones interesantes que podemos mencionar son
el H. Colegio Militar en Popotla, la antigua estación de la Villa, la anterior
Basílica de Guadalupe, las Islas Marías y las desaparecidas ladrilleras de San
Pedro Xalpa en Azcapotzalco. En la película se observan en dos escenas: cuando
sufre la madre del protagonista un accidente y cuando éste encarnado por
Infante la busca en las infames ladrilleras que para el drama eran puestas de
desproporcionadas condiciones insalubres. El testimonio nos lo da el sr. Daniel
Rojas, quien nos comenta que existían unas ladrilleras tanto en tierra nueva,
cercano al Rosario, como unas ladrilleras más extensas en San Pedro Xalpa, que
nos confirma también el Mtro. Francisco Martínez, ubicando ambos que las que
observamos en la película se ubicaban en San Pedro Xalpa, comentándonos que
llegaron a ver estas ladrilleras que se observan en la película. Así como se
decía del rumor que por los años cincuenta habían visto a Pedro Infante por San
Pedro Xalpa por Azcapotzalco por las ladrilleras, decían algunos vecinos del
lugar. Existe una discrepancia en lo que se ha comentado que estas escenas se
filmaron en una ladrillera que se encontraba en el actual Parque Hundido,
situación no probable, ya que esas ladrilleras de “la Noche Buena”, dejaron de
funcionar muchas décadas atrás antes de la realización de la película.
Por la
misma década, año de 1955 se filma La tercera palabra, basada en la obra
teatral del mismo título de Alejandro Casona, siendo adaptada a la pantalla
grande, con la estrella del celuloide: Pedro Infante en una historia de drama, romance
y comedia. Dirigida por Julián Soler
para Filmex, actúan también Marga López, Sara García y Prudencia Grifell. Las
locaciones para la filmación son en la Hacienda del Rosario, las lagunas de
Cempoala en el Edo. De México. Observamos un amplio lugar de escenarios
naturales en las tomas y escenas y de la ExHacienda en su extensión: El antiguo
camino de Azcapotzalco-Tlalnepantla, el casco de la Hacienda, su gran
arboleda de gran follaje aún, la puerta de entrada a este casco y su
gran patio colonial en diversas escenas. Llevada innumerables veces al
teatro, para los cinéfilos es del agrado la versión cinematográfica con la
estrella Pedro Infante y demás memorables actuaciones, así como de los
inolvidables lugares en que se desarrolla la historia y que uno de estos sitios
es nuestro lugar de las hormigas, que se nos ha ido con el tiempo, como diría
el poeta: ¡Un verde que te quiero verde Azcapotzalco!
En
1956 se filma en la Ex Hacienda del Rosario nuevamente, con la propiamente y
desconocida continuación de “Allá en el Rancho Grande”: Los hijos de Rancho
Grande, con Tito Guízar, Esther Fernández, entre otros, cuya trama se sitúa
en el mismo lugar del acontecer de la historia original 20 años después. Filmada
ahora por el director Juan Bustillo Oro, como un homenaje a su realizador
original Fernando de Fuentes, película digna de ver, ya que al principio del
film, se retoman las imágenes de la entrañable versión de 1936 y en la cual una
voz narradora nos va guiando presentándonos el escenario anterior de la
historia del Caporal y Crucita en una reminiscencia y situarnos dos décadas
después con otro contexto en el mismo lugar y los cambios que han sucedido y
que la hace curiosamente una película a manera de testimonio antes del comienzo
de la nueva historia en el “Rancho Grande”, entrañable de ver dos décadas
después de la película clásica que dio un comienzo e identidad a nuestro cine
nacional y con su incipiente proyección internacional que ubicaría a nuestro
país entre los principales productores de películas para diversos mercados en
su época de oro, desde 1936 pasando por la década de los 40 y hasta mediados de
los 50s, según algunos estudiosos de nuestro cine, en el contexto de la Segunda
guerra mundial, al poder producir nuestro país gran cantidad de películas y
exhibirlas para los mercados de entonces.
Dos años después con Cuando ¡Viva Villa! es
la muerte, de 1958, dirigida por Ismael Rodríguez con Pedro Armendáriz,
Alma Rosa Aguirre, y Carlos López Moctezuma, regresaran las cámaras de cine a
rodar en Azcapotzalco de nueva cuenta a esta misma Hacienda del Rosario y con
la que concluirá la etapa de las realizaciones filmadas en tierra chintolola de
la llamada Época de oro del cine mexicano que se extendiera hasta la
última década de los años 50´s, esto en el año de 1958, aunque no hay una fecha
precisa de cuando concluye la época de oro, los críticos cinematográficos
ubican el término de esta etapa con el accidente y deceso de Pedro Infante en
el año de 1957. Esta película es la
tercera y última parte de una trilogía que realizara Ismael Rodríguez en torno
a la figura de Doroteo Arango mejor conocido como Francisco Villa (las otras
son: Así era Pancho Villa y Pancho Villa y la Valentina). Con una
visión particular su director nos cuenta en esta película una serie de
anécdotas que se le atribuían a Villa, así como de también lo imaginaba don Ismael
Rodríguez lo cual manifestó en alguna ocasión, no ahondadando tanto en
cuestiones históricas del personaje sino en las anecdóticas. Se recrea en el
film, la Hacienda de Canutillo en Parral Chihuahua perteneciente a Villa,
trasladada por la magia del cine a esta Hacienda del Rosario, ello en el último
capítulo de la trama que es el de ¡Viva Villa!, divida a manera
de capítulos o seriales de antaño que se encuentran enlazados a lo largo del
film.
Como anécdota tenemos una nota sobre don
Román oriundo de Azcapotzalco:
“Román Camacho de 91 años, conoció y vivió en
el Azcapotzalco de haciendas, milpas y rancherías. El vecino de la colonia
Santo Domingo, nació y trabajo en la Antigua Hacienda del Rosario. Participo en
películas grabadas en este lugar e hizo amistad con artistas de la talla de
Pedro Armendáriz…” (Hormiguero
informativo, 2017. p. 8).
Efectivamente son varias las películas
filmadas en este lugar como lo hemos visto a lo largo de estas crónicas
cinematográficas que bien nos dice esta nota sobre Don Román. Gente mayor oriunda
del Rosario, en ocasiones fortuitas nos ha comentado que les toco ver alguna
filmación de estas películas y de haber saludado a estos artistas de la etapa
de oro del cine.
Observamos
ya a colores (eastmancolor) y con mayor aprecio su portón aún
existente y del camino al interior que la atraviesa franqueado por árboles, así
como de la gran terraza abierta, protegida por unas columnas que dan acceso a
la gran noble casa grande en su amplia terraza, donde se recrea la Hacienda
de Canutillo, asimismo del exterior del enrejado forjado a su puerta de
entrada en donde se llevan a cabo algunas escenas finales de la trama.
El casco de la hacienda todavía existe en
pie, aunque un tanto modificado: su casco fue restaurado en 2012, así como su
troje, ya que había estado durante décadas el lugar abandonado de manera
ruinosa, hasta que fue rescatado por la iniciativa privada, aunque llenándose
de comercios a más no poder, transformándose en la enorme plaza comercial Town
Center El Rosario. Es de mencionar que en su patio colonial actualmente cuenta con
una pantalla gigante de cine en formato digital, lugar en donde antes se
filmaban películas de nuestro cine, ahora se proyectan en este sitio una gama
de películas y ofertas visuales.
En el siguiente número continuaremos por
este fascinante viaje cinematográfico por Azcapotzalco y sus películas.
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Grande. En Ortiz E. R. (comp.). Miradas al acervo. México:
CONACULTA-Cineteca Nacional.
Como siempre muy buena crónica, felicidades bueno saber de las películas que se filmaron en la ex hacienda del Rosario, portón del cual recuerdo era entre negro o café oscuro no muy grande, mi abuela le llegó a dar de comer algún artista y nos contaba de uno que rondaba a mi madre a los 15 años, mi madre era hermosa güera y con ojos color miel
ResponderEliminarGracias por los comentarios y si efectivamente el porton era primero claro y después un tanto oscuro como lo podemos apreciar en la pelicula ya a color de Cuando Viva Villa es la muerte y es bueno saber de anécdotas de viva voz , gracias por leernos y siganos en la continuación de las peliculas filmadas en nuestro Azcapotzalco
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