CORRIDO ANTONIO URDAPILLETA
Autora: María Elena Solórzano
Señores:
el dos de octubre,
mil
novecientos sesenta,
a la luz
abrió sus ojos
José
Antonio Urdapilleta.
Nativo de
Azcapotzalco,
dedicó
toda su vida
a develar
sus secretos,
sus cosas
muy escondidas.
Estudio
Arqueología
en su afán
por aprender,
descubriendo
de la gente
su
ancestral sabiduría.
Era apenas
veinteañero
cuando
decidió gustoso
ser
cronista en su terruño,
Chintololo
se nombró.
Recorrió
barrios añejos
y sus
leyendas rescató,
su palabra
oro molido
a todo
mundo asombró.
Recorría todos los
barrios,
presente en todas las
fiestas
que organizan los
pueblos
para su santo patrón.
Nunca morirá el
cronista,
ya no llores por favor,
vivirá siempre en sus
libros,
está su nombre en los glifos.
Lo guardan los
corazones:
de los niños, de los
viejos,
lo guardan las añejas
casas,
los caminos y
balcones.
Pardeando el 10 de
octubre,
dos mil dieciséis el
año
Al cronista José Antonio.
lo traicionó el
corazón
Tepanecas lo recuerdan
con gran pesar y
tristeza.
se ha marchado un buen
amigo,
gran legado que nos
dejó.
José Antonio falleció,
quien fuera el mejor
cronista
que existiera en la
región.
¡Ya el Chintololo
murió!
Vuela, vuela torcacita,
ya no llores por
favor,
vete hasta lejanas
tierras
a dar la triste razón.
Vuela, vuela
torcacita,
ya no llores por favor.
Felicidades mEstra muy buen corrido a, ese gran cronista, que recuerdo con su sombrero y gabán
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