viernes, 15 de octubre de 2021

 LA NAHUALA DE TEZCOLCO

Por Gustavo Aquino

A la memoria de Jaqueline Armenta

La historia, y algunos cronistas sobrevivientes de la invasión española nos cuentan que aquí había un teocalli, un adoratorio dedicado a Omacatl, la deidad de las fiestas, los banquetes y los agasajos, de la danza, el canto y el juego y es a la vez, la historia de que algún día por aquí anduvo Tezcatlipoca. En el tiempo de los tepanecas se llamaba Tezcolco, “Lugar de la encina torcida”.

Actualmente es el barrio de Santa Apolonia Tezcolco y, durante la invasión española, donde estaba el lugar sagrado, se construyó una capilla dedicada a esta llamada Santa. Ahora, las gentes caminan y conviven, se saludan, intercambian mercancías, pero al salir las brumas, se ocultan.

Las madres salen a buscar a sus hijos, y las esposas se aferran a sus maridos.

Ellas, ellos, lo saben.

Mientras salen a la tienda de la esquina, o a buscar un pulque, o una simple cerveza, al filo de la medianoche, suenan las campanas de aquel templo, construido en el siglo XVI, se tienen que ocultar. Es la hora de aquella aparición, nadie sabe quién toca las campanas si en el templo ya no hay nadie.

Porque está abandonado.

La gente entre murmullos se pregunta, ¿por qué en este lugar y en este siglo aún se aparece la llorona?

-Y porqué doliente pregunta por sus hijos-.

Saben que si salen de su morada a esas horas se la podrían encontrar, algunos dicen que no es la llorona.

Aquellos atrevidos que la han visto dicen que es hermosa: tan esbelta, tan altiva, sus labios tan parecidos a una concha marina, su cabello son los pelos de una mazorca, y sus pechos tan parecidos a una tierna calabaza, lleva una falda con símbolos de antiguas deidades, lleva encima un chal negro, tiene un rostro delgado, de rasgos finos, una indígena de pelo largo, va mascando chicle y de repente deja ver sus piernas.

Es la Nahuala de Tezcolco. Sobreviviente del Teocalli, no pregunta por sus hijos, sino por sus amantes. Le grita a Omacatl, lamenta la falta de aquellas fiestas con pulque.

Quien la ve se enamora, ella, desaparece al instante y se vuelven locos al no poder tocarla.  

Sólo los extraños, los que vienen de fuera, que no conocen la historia se quedan prendados y la buscan hasta la madrugada, caminan por la calle de Tochtli, Querétaro, llegan hasta Santa Cruz Acayucan, a Nextengo, y después, no se sabe nada de ellos.

Cuentan que siguen a esta sombra hasta penetrar al panteón, y allí desaparece la Nahuala.

Al regresar el día todo vuelve a la normalidad, y los habitantes esperan 

No hay comentarios:

Publicar un comentario