jueves, 23 de junio de 2022

 

SAN JUAN TLILHUACA Y SU PARQUE DE LOS AHUEHUETES

Por Don Nayarito Cantalicia  (Grupo Formiga)

Antes de exponer mi artículo de junio 2022, hoy 15 de junio deseo externar que me siento muy agradecido con el Sr. Patricio Garibay, por haberme abierto las puertas a participar en esta revista, en la cual ya llevo dos años ininterrumpidos de publicar, desde julio 2020, en 24 ocasiones. Ha sido una experiencia muy linda, de esas que a mi edad no se esperan. Además, estoy muy feliz de que también el Sr. Garibay haya hecho a final de mayo 2022 un video para su canal de Youtube “Crónica Azcapotzalco”, “La hormiga en línea”, basado en mi reciente artículo “Chaletsen Avenida Azcapotzalco”, de marzo pasado. El video lleva hasta ahora 24,820 vistas (y aumentando), (equivale a más de 1,600 vistas diarias) siendo con eso el video más visto, más popular, en ese canal. Muchas gracias en verdad.

Si usted lector desea ver el video que con gran calidad estructuró y dirigió el Sr. Patricio Garibay, y dio voz mi compañero del Grupo Formiga, Martín Borboa, puede verlo dando clic al siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=Akqz_N5YLX4

Ahora sí, a continuación, mi artículo.

Le llaman a este espacio “Glorieta de los Ahuehuetes”, tipo de árbol del que tiene 9 ejemplares. Sus sombras y pasillos son muy agradables. Seguramente fue más fresco y boscoso en tiempos pasados, dado que entendemos que antes hubo más ahuehuetes, más agua, y con ello seguramente más verdor. Pertenece al pueblo antiguo y centenario, fundacional de la población tepaneca de Azcapotzalco, de San Juan Tlilhuaca.

Actualmente la glorieta se llama así por su forma circular, pero por su contenido merecería muy bien ser llamado “Parque”: “Parque de los Ahuehuetes”.

En su perímetro limitan también las colonias Petrolera y Tezozómoc. Es un espacio acogedor y agradable. En general hallo limpio el suelo y el mobiliario. Está bonito, placentero y tranquilo el lugar. Las construcciones vecinas (en general) no son más altas que sus árboles, por lo que provoca aun más la sensación de relajamiento. A diferencia de otros kioscos de Azcapotzalco (comparado con los de San Álvaro, Nueva Santa María o Clavería), el de aquí es más amplio y no tan elevado. Hasta han proyectado películas ahí arriba incluyendo la pantalla, el proyector y los asientos para el público, con más de 25 sillas, cómodamente acomodados.

El área global tiene, además del kiosco, 5 excelentes mesas tubulares para 4 personas cada una, además de 2 mesas de cemento para las bancas del mismo material, por cierto muy bien pintadas y conservadas.

No todas las bancas tienen mesas, y no todos vienen a comer. Vienen familias, parejas, padres de familia, estudiantes, trabajadores, y todo aquel que en el ir y venir de la rutina se da un momento para disfrutar del canto de los pájaros, de un café o una torta de las que venden por aquí, o de una siesta o lectura. El sol da unas horas en unas bancas, y después en otras. Aquí el café que me he tomado es del Oxxo, donde a mi nieta le gusta revolver los sabores que salen de la maquinita, por ejemplo el de vainilla con chocolate abuelita en un mismo vaso. Luego, con tanta azúcar, tiene más pila en los juegos, y para el chisme de regreso a casa.


Grandes y resistentes juegos infantiles están disponibles, bancas para leer, chatear o descansar, de manera que todas las generaciones tienen maneras para disfrutar este lugar. Mi sobrino me ha traído junto con mi nieta, y aun siendo de edades tan distintas, todos la pasamos bien. Yo prefiero el agua de horchata de la paletería, y mi sobrino se compra un suero de manzana en la farmacia, y no creo que sea por el sabor, sino por una de las chicas que ahí atiende, y como ella cumple años en junio, este mes creo romperemos récord de asistencia al lugar.

En torno al parque “aglorietado” está la calle Miguel Lerdo de Tejada, y en su perímetro hay entre otras cosas: tienda de conveniencia con café para mi nieta, un restaurante (excelente su torta especial muy suave con bistec, tocino, quesillo y piña), carnicería, farmacia con suero para mi sobrino, (y a un ladito mis aguas), recaudería, venta de auto estéreos y accesorios, pozo de agua del sistema gubernamental, un módulo de participación ciudadana, y por si fuera poco, otro espacio con juegos infantiles y aparatos para ejercicio. La circulación vehicular alrededor es a baja velocidad. Hacen parada los peseros y levantan pasaje los taxis.

No sé si todos los parques de Azcapotzalco tienen un asta, pero en Tlilhuaca no solo lo tienen, también lo saben utilizar. ¡Ondea hermosa nuestra bandera en el parque de este pueblo! (foto abr 2022).

Digo parque pues “glorieta” suena a rotonda de cemento con estatua o semáforo, la verdad. Y aquí puede uno echar novio o siesta, tomarse un café, ver a los pequeños jugar, o hasta hacer una convivencia vecinal, bajo sombras de altos árboles entre jardineras, poner casilla electoral o mesas para recaudar firmas a ver a quien enjuician un día de estos.

Para glorietas en Azcapotzalco, la más famosa es la de Camarones, y pues tal cosa brilla por su fantasmal presencia, que cada vez somos menos los que recordamos que alguna vez si hubo una rotonda de cemento en ese crucero. Actualmente es eso, un gran crucero, con una pequeña base para un poste. En cambio, en San Juan, en mi opinión, es un parque, no una glorieta.

Glorietas las de la Diana Cazadora, el Ángel de la Independencia y la de la extinta palma: ejemplos de Avenida Reforma.

Pero bueno, al final, mi propósito con este artículo no es que se altere la nomenclatura del lugar, no, allá cada quien. Mi propósito es invitar a los lectores que ya la conocen, a que vuelvan, y a los que no la conocen, a que vengan otra vez. Es un espacio muy bonito y acogedor para pasar un largo rato muy agradable. Y les sugiero que no se deje llevar por cuentos de brujos o hechiceros. Aquí hasta lo más oscuro se disfruta, pues está entre gente buena y trabajadora bien intencionada. Y me consta.

Ya lo dijo el Señor Vicente Moreno Ríos y aquí lo repito: En el pasado, la sabiduría del pueblo de Tlilhuaca en el manejo de efectos medicinales sanadores de plantas, minerales, y quizá hasta animales, habrá sorprendido a los externos no iniciados, y por parecerles cosa “brujeril” se torció el tema (por parte de los que ignoraban, claro). En los hechos, lo negro habrá sido su muy fértil tierra, tan llena de nutrientes. Pero ese conocimiento en vez de oscuro, significa siempre: LUZ.

En el Grupo Formiga lo vemos de esa manera.

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