Y LA TRADICIÓN DEL 6 DE ENERO,
DÍA DE REYES EN AZCAPOTZALCO.
DÍA DE REYES EN AZCAPOTZALCO.
Por: José Carbajal Cortés. Cronista de Azcapotzalco.
El Barrio de los Reyes Tetzcacoac o Tezcacoac, se ubica en la periferia céntrica de Azcapotzalco, esto es prácticamente en el corazón del Azcapotzalco antiguo y moderno. Este barrio originario prehispánico formaba parte junto con el calpulli de los pochtecas (San Simón) del calpulli de Atenco (San Sebastián) y del Calpulli de Ixputzalco o Azcapotzalco (Villa o pueblo de Azcapotzalco) de los lugares que concentraba los poderes en tiempos antiguos y que ahora vemos -y que por tanto no es coincidencia en que se ubica la Alcaldía e Iglesia principal de Azcapotzalco y el gran mercado- situándose pues cercano este barrio la nobleza, el gobierno y de la actividad económica y hasta de la comunicación ya que aquí se ha situado el correo postal, donde ha transitado la correspondencia y por supuesto hasta la carta a los reyes magos, desde el céntrico corazón de Azcapotzalco.
Este calpulli, pasando el tiempo, tomará el nombre de Barrio de los Reyes en el siglo XVI, por lo que su nombre español es: Los Santos Reyes (haciendo referencia a los tres reyes magos o sabios) y el nombre mexicano o topónimo de Tezcacoac o Tetzcacoac (significa lugar de la serpiente de espejo) de tézcatl: espejo y cóatl: serpiente, según investigación del arqueólogo A. Urdapilleta Pérez.
Tanto la serpiente (cóatl) como el espejo (tézcatl) y el viento, (ehécatl) tiene una relación cosmogónica en el antiguo pensamiento filosófico, ya que su traza es cósmica como lugar ancestral en su ubicación, por lo que se concentraría en este sitio la nobleza, ya que la serpiente era considerada como sinónimo de conocimiento y que se sabe que, cercano a estos lugares se veneraba la viento o ehécatl y que, por estas razones, durante la evangelización, el lugar tomará el nombre de los Reyes, nombre establecido por los dominicos (es de mencionar el reciente importante hallazgo arqueológico a un costado de este barrio, por la calle de Jerusalén, y que formaría parte de este lugar: del calpulli de Azcapotzalco y del Tetzcacoac, aunque no se ha precisado aún de forma cabal si es tepaneca el hallazgo o mexica, ya que este descubierto ha quedado pues cubierto y aun indagado).
Así, este anterior calpulli, después llamado barrio fue establecido y evangelizado -como otras poblaciones o pueblos y barrios- por los frailes dominicos que empezaron la construcción de la capilla que se cuenta que fue con las piedras y lajas de la gran pirámide del Teocalli que se ubicaría en la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, como también se ha dicho que, tanto otras capillas e iglesias en Azcapotzalco fueron construidas con esta piedra del Teocalli principal de los tepanecas y que, ya construida, dedicaron la Capilla a los Santos Reyes. La construcción de esta data de fines del siglo XVI y principios del XVII y que se encuentra conformada pues con parte de las piedras del gran teocalli que se situaba en el Parroquia principal de Azcapotzalco (hoy Catedral de Azcapotzalco). Esta capilla es austera, de estilo plateresco, con una fachada con decoración con un arco de medio punto y que remata con una espaldaña que alberga al campanario, coronada en lo alto con una cruz de cantera y que se le realizaron trabajos de restauración de los años de 1974 y 1978.
La Capilla de los Reyes se ubica en la calle del mismo nombre en el Barrio de los Reyes, por lo que vemos que curiosamente -aunque no es coincidencia, sino su conformación- este nombre se repite así tres veces como los tres reyes: La Capilla, la calle de su ubicación y el barrio llevan la misma denominación o nombre. Todo empezó en un Portal de Belem con la llegada del niño Jesús con María y José y del arribo en el pesebre de los tres Reyes Magos y sabios: Melchor, Gaspar y Baltasar, que, desde lejanos lugares, llegaron y le honraron con presentes o regalos en el año I de nuestra era al salvador del mundo y de ahí la tradición traída por los frailes dominicos en el siglo XVI.
Así nos ubicamos en este mítico barrio ancestral y representativo hoy en nuestros días y que ha pasado por las etapas prehispánica, colonial, de Independencia, moderna, llegando hasta nuestra época contemporánea. Y es en este Azcapotzalco contemporáneo que, a una cuadra de la Capilla de los Reyes, entre la Av. Castilla Oriente y la calle de Capilla de los Reyes, se instala una feria como de antaño, que se ha situado como nos han dicho los vecinos del rumbo, año con año desde mediados del siglo XX, en los años cincuenta, con los modernos juegos mecánicos, aunque había juegos que jugaban los niños del barrio de antaño que serían juegos tradicionales que se han perdido en estas ferias y vendimias como lo eran: la lotería, futbolitos, competencias de trompos, etc.
En esta fiesta de los Reyes, se realiza asimismo una gran pirotecnia, no obstante el espacio reducido actualmente por la modernidad y urbanidad, de los cohetes, del castillo son el deleite visual con sus luces multicolores y que son de llamar la atención ya que los de pirotecnia se las arreglan para que en espacios pequeños como este, hagan lucir el espectáculo del castillo con sus luces multicolores por las familias donantes del barrio y que es parte de la algarabía de todo el público presente en esta celebración patronal de los Reyes Magos y que disfrutan las familias que asisten, desde los niños, hasta los adultos en este barrio.
Podemos observar al estar en esta Fiesta patronal de Reyes que empieza desde el día 5, con una misa de vísperas y el día 6 de enero las tradicionales mañanitas a los Santos Patronos y que, asimismo se les acompaña con una banda musical. Ese día se ofrece la misa solemne, presidida por el obispo de la Vicaria y en el transcurso de la fiesta patronal actividades como: Ballet folklórico, cantantes amenizadores, venta de antojitos, etc. Por la tarde se lleva a cabo la procesión de los Santos Reyes por las calles de la comunidad, acompañados por los representantes de los pueblos y barrios naturales de Azcapotzalco portando con orgullo sus estandartes y de la comunidad presente. Para concluir con la Santa Misa a la llegada de los estandartes de los pueblos Azcapotzalcas y finalizar con la esperada quema del castillo al frente de la capilla, entre la Av. Azcapotzalco y la calle de los Reyes.
Cercano a este barrio, ya que empieza desde el pueblo de Villa Azcapotzalco, año con año a lo largo de la Avenida, se realiza la vendimia tradicional de los juguetes para el día de reyes, que es, la ilusión de los niños de la llegada de los juguetes a sus casas, algo más arraigado en nuestras tradiciones que el de Santa Claus, ello en los hogares de nuestro país, instalándose una diversidad de puestos de juguetes que se ponen tradicionalmente como cada año desde la década de los ochentas, siendo así desde la demarcación territorial como Delegación Azcapotzalco que la conformaba. Esta tradicional instalación del comercio de puestos de juguetes empieza desde la Avenida Azcapotzalco, esquina con Manuel Acuña y 16 de septiembre y hasta la calle de Castilla Oriente abarcando varias cuadras a lo largo de la Avenida Azcapotzalco y por tanto extendiéndose los puestos precisamente hasta la altura del Barrio de los Reyes Tezcacoac. Al transitar observamos como los padres buscan los juguetes del día de Reyes, iniciándose las compras de los Reyes Magos con juguetes sencillos de plástico, juguetes tradicionales de madera, muñecas, pelotas, hasta juguetes electrónicos muy sofisticados y que serán la ilusión de los niños pequeños a quienes les traerán los Reyes, viendo como los niños acompañan pues a sus padres a ver los juguetes, ello si se han portado bien y han sacado buenas calificaciones les dicen los padres, transcendiendo esta actividad por varias generaciones en este caso en plena calle, en plena Avenida Azcapotzalco y que están desde el día 5, hasta la madrugada del día 6 de enero abarrotado de gente, de un verdadero hormiguero de personas en busca del juguete preciado.
Las grandes panaderías del lugar y los puestos que se instalan, ofrecen como en muchos lugares de nuestro México, la tradicional Rosca de Reyes, el pan deleite de estas fechas del gusto de los pequeños y de los adultos, en el Azcapotzalco centro, en que las personas compran desde la Rosca mediana, hasta una familiar o adquieren la más grande, siendo con sus tradicionales ingredientes y sabor, un deleite culinario para todas las familias de México y de Azcapotzalco, y que con expectativa, todos quieren saber cuando se empieza a repartir, a quien le tocaran los niños o muñequitos de la Rosca y que invitaran a la “tamalada” y el atole en el día de la Candelaria, tradición del 2 de febrero.
De niños, cuando llegamos a Azcapotzalco, en un tiempo en que en el día y en la noche, por estas fechas en que se mantenía el cielo despejado sin tanta contaminación, veíamos desde aquí en Azcapotzalco -aunque se veía mejor desde las afueras de Azcapotzalco- tres estrellas en el firmamento y decíamos que eran los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar (que son el cinturón de Orión) y que se movían a nuestro parecer en nuestros ojos de niños por momentos y que para nosotros eran pues los tres reyes magos que andaban por el firmamento. También es de mencionar que en las matines del cine Cuitláhuac, así como en ocasiones de funciones especiales en el Cinema Claveria, se proyectaba la película mexicana de dibujos animados llamada Los tres reyes magos y que era toda una emoción ver, seguramente una cantidad de niños con sus familias disfrutaron de esta cinta en los cines mencionados en el Azcapotzalco de entonces de los 80´s.
Este reducido pero grandioso Barrio, tiene así un lugar en el Azcapotzalco actual del día de Reyes y su tradición, ya que es a las puertas de este Barrio y de su capilla, hasta donde se extiende y concluyen la tradicional vendimia de puestos de venta de juguetes a lo largo de la Avenida Azcapotzalco (aunque es de mencionar que también el mercado de Azcapotzalco ofrece la venta de juguetes) y que se sitúa a un costado del edificio delegacional y actual Alcaldía. Envió un saludo a la cronista de Barrio de los Reyes Tezcacoac: Martina Rodríguez García de quien he aprendido sobre este Barrio de antaño y ogaño de nuestro Azcapotzalco y a quien dedico este escrito y que extiendo esta dedicatoria a todos los niños y no tan niños de Azcapotzalco.