REYES  TEZCACOAC: VECINOS Y LA FIESTA DE LOS SABIOS DE ORIENTE

Por Martín Borboa Gómez (Grupo Formiga)

(Foto: vecinos caracterizados de Reyes Magos, posando en el interior de la Capilla, con alegres asistentes)

 El inicio del año 2023 nos saludó con un programa de actividades de la Capilla de los Reyes, del barrio de los Reyes Tezcacoac, ubicada en le esquina de Avenida Azcapotzalco y calle de Capilla de los Reyes, en el centro de la Alcaldía.

Compartían en el programa, las celebraciones eucarísticas, los traslados de las imágenes de los Sabios de Oriente (o Reyes Magos, o Santos Reyes), los domicilios en donde habría rosario, los horarios, la invitación a participar en ellos, así como destacar que los días viernes 06 de enero y domingo 08, habrían algunas actividades adicionales.

Yo siempre había visto la Capilla cerrada, solo una vez hace meses, tuve oportunidad de verla abierta, hasta asistí a la misa, e hice un video para mi canal de youtube en internet, “Borboscopio”. Pero fuera de esa vez, creo que siempre estuvo cerrada a mí vista.

Ahora que la comunidad de esa zona difundía sus actividades en redes sociales y pude conocerlas, decidí acercarme. El ingeniero Gustavo Aquino y la Maestra Martina Rodríguez García me habían hablado de Virginia Hernández Vázquez, quien hace crónica escrita en ese barrio de los Reyes, donde radica, y justamente era ella quien redactó una sensacional descripción de su barrio y su fiesta, publicada en la revista electrónica de “La hormiga en línea” en diciembre 2022.

Sabiendo a quien buscar, y que habría actividades interesantes, decidí ir al barrio. Me habían dado el número de celular de Virginia. Intercambiamos algunos mensajes por whatsapp, y así iba yo a la segura. Me presenté puntual al domicilio en donde sería el rosario aquel jueves 05 de enero, marqué, y quien me contestó estaba dentro de un garage de donde saldría la procesión, justo por la banqueta en donde estaba yo parado. Así la conocí.

Desde ese día, las actividades programadas las comenté con ella, y distinguí que son varias personas que conforman un equipo organizador, ejecutor, coordinador, y solucionador de cualquier contingencia.

En adelante en mi artículo, me referiré a ella por ser de quien yo leí el artículo en la revista, ser a quien me recomendaron mis compañeros, y ver que tiene la información del todo el programa en mente. No deseo mencionar los nombres de todas las vecinas y vecinos que me platicaron detalles, porque seguro me faltarán datos y no deseo omitir a nadie. Por ello diré que agradezco a todos los que amablemente me compartieron información desde el minuto uno, y me dejaron ver como desarrollan su actividad, me compartieron anécdotas, expectativas y opiniones, y sobre todo: me dejaron admirar como en la práctica, la unión hace la fuerza, fue un éxito todo el periodo festivo, una celebración muy digna, alegre, con enseñanzas de parte del Pbro. Juan de Dios Manzano, con entrega de todo el equipo, llenos de salud, energía, dedicación, que se multiplicaban sus resultados. Felicidades a todo el grupo de vecinos que ideó, preparó, ejecutó, recibió a los visitantes, los atendió, y los cautivó, para volver a estar hombro con hombro el próximo año. Fue una lección muy positiva verlos trabajar en conjunto.

A continuación un resumen de lo que me tocó presenciar.

 

05 ENERO

Puntuales a las 18 horas de ese jueves, salimos de Ahuacatitla, rumbo a la Catedral de Azcapotzalco. Atravesamos la explanada Fernando Montes de Oca, seguimos por Nueva Jerusalén, llegamos a 22 de febrero, donde nos topamos con parte de los puestos de vendimia por ser día previo a Reyes, dimos vuelta en la calle de Tepanecos, para ingresar a la Catedral, por la puerta de la Capilla conocida como del Señor de la Vida. Las imágenes iban en andas, cargadas por un vecino, y el Pbro. Juan de Dios Manzano, quien está en primera fila con mucho entusiasmo para este festejo. Apenas se colocaron las andas junto al altar en la Catedral, el hombre se secó el sudor, se acomodó la camisa, tomó el micrófono, acompañó los cantos, y dio una muy interesante Catequesis (instrucción, explicación) acerca de los Sabios de Oriente.

Eran unos estudiosos, sabios, científicos, que sabían que nacería Aquel que es Rey, Hombre y Dios. Su estudio de las estrellas los guió, y una estrella en particular los orientó para dar con el sitio exacto, en donde quedó estático ese lucero, y así pudieron ofrecerle los obsequios que traían:

Oro, por ser Rey.

Incienso, por ser Divinidad.

Mirra, aceite perfumado para ser embalsamado, por ser Hombre.

Poderoso, Divino y Mortal. Cualidades de Jesús. La última de ellas, al tercer día quedó vencida por la resurrección.

En las actividades de los vecinos, ese día 05 de enero, las imágenes de los Sabios de Oriente, tradicionalmente conocidos como Melchor, Gaspar y Baltasar, permanecieron en la Catedral de Azcapotzalco, y al día siguiente 06 de enero, serían llevadas desde aquí a la Capilla de los Reyes en animada procesión.

Días antes la Maestra Martina Rodríguez García me había contado el lindo e interesante suceso de “El Niño Perdido”, que en este mes la revista de “La hormiga en línea” contiene, de la autoría de tan amable cronista de este barrio. En esa ocasión platicamos y le hice una entrevista, y salió el tema de si es Pueblo, barrio o colonia ahí en los Reyes Tezcacoac.

La correspondencia llega mayoritariamente como barrio, está en la lista de los pueblos originarios, y hay quien se autodefine ahí mismo como habitar en una colonia. Las tres denominaciones operan. Y la mayoría en su expresión cotidiana lo identifica como barrio.

Incluso ella me comentó que la primera información que tuvo de este territorio, es que pertenecía a Izquitlán y se llamaba Los Reyes Izquitlán, luego, tuvo otra fuente en la que vio que Tezcacoac fue un líder de un grupo de personas, que los llevó a asentarse a esa parte de Izquitlán, le pusieron al lugar el nombre del líder, y se acomodó el titulo quedando Los Reyes Tezcacoac.

(Foto: regalos acumulados en el interior de la Capilla de los Reyes, que después fueron obsequiados a los asistentes)

 

06 ENERO

Ese día no pude asistir a la celebración religiosa ni al festejo, pues ese día las actividades empezarían a las 18 horas, y en ese mismo horario, cortaría la rosca con mi familia. Afortunadamente pude contar con las imágenes de parte de la cronista que escribe en “La hormiga en línea”, Ana María García Alvarado para hacer un video de ese día, y así pude ver lo interesante que estuvo. (Por cierto, la crónica de Ana María en el mes pasado fue tan interesante y detallada sobre las tradiciones decembrinas en Azcapotzalco, que el editor decidió poner su artículo en primer lugar, muy merecidamente).

(Foto: Parte alta del estandarte de la Capilla. La escena completa muestra en su conjunto a la Sagrada Familia y a los Santos Reyes adorando al Niño Jesús)

Respecto a ese día 06 de enero, ante un gran público asistente a la Catedral, tres personas caracterizadas de Reyes Magos, hablaron en primera persona acerca de las dificultades para encontrar el lugar donde María y José acompañaban al recién nacido Jesús, la estrella que los guió, los espías que les puso Herodes, y en fin, la base estudiosa que los llevó a acudir a adorar al Rey, Hombre, Dios en su humilde morada.

En sus conclusiones, uno de los Reyes dijo al público asistente que recomendaba a los niños, no dejar de serlo nunca, y a los adultos, recordar al niño que siempre llevan dentro. Me gustó mucho ese consejo, pues la vida es muy bella a través de esa mirada infantil, que si bien tiene algo de ingenuidad, también tiene mucho de esperanza, optimismo, buena fe y don de alegría, que nunca sobra.

La charla de los Reyes y del Padre fue amena, hubo obsequios para los niños, se compartió rosca de Reyes, hubo alegría y aplausos, información, rezos, y posteriormente, el traslado de la Catedral hacia la Capilla de los Reyes, con las imágenes en andas, las campanas en mano sonando, y las voces de los fieles cantando. Fue una celebración muy bonita.

 

07 ENERO

A mediodía, me comentaron que el día anterior hubo fila para entregar los juguetes y otra para entregar la rosca. Los niños se llegaron a formar hasta más de una vez para obtener regalo. Estuvieron muy contentos.

La comunidad vecinal está contenta con el festejo, se han dado cuenta de aspectos que se pueden mejorar, así como de ingredientes que han funcionado muy bien para la alegría y convivencia del público. Paralelamente, en la red social de whatsapp del grupo de cronistas en Azcapotzalco, se compartieron fotografías y videos de parte de compañeros que asistieron. Me parece que el barrio de los Reyes ha estado estos días en el centro de la atención local y eso se debe a las actividades y la difusión, pero especialmente, a las ganas, ideas y acciones que entre todos los vecinos organizadores llevaron a cabo. Me parecen incansables.

La Maestra Martina Rodríguez García en esta ocasión se desplazó a San Luis Potosí y no pudo acompañarnos, pero sabemos que su residencia y su corazón, están aquí. Y yo le agradezco las entrevistas que me concedió en estos días para charlar del tema. Y haberme contado la interesante historia de “El Niño Perdido” que aconteció en el barrio de los Reyes, respecto a la imagen del Niño Jesús que se extravió y fue hallado tiempo después en un pueblo muy cercano. En la revista de “La hormiga en línea” se publica ahora esa historia de su trabajo de investigación.

Este día 07, el rosario se rezó en un domicilio de la calle Coachilco, así que las imágenes de los Santos Reyes fueron llevadas en andas por un grupo de vecinos fieles, salieron de la Capilla de los Reyes y entraron a la casa pasando por debajo de una luminosa estrella en el arco de entrada. Había muchas sillas plegadizas que abarcaban casi todo el garage, y fue muy grato ver que durante el rosario, y más durante la misa, estuvieron casi todas ocupadas. Muy buena asistencia, muy interesante homilía del Pbro. Juan de Dios Manzano, que registré y tengo en un video en mi canal de youtube para quien guste escucharla.

Después de la ceremonia religiosa, alegre, clara, profunda y de gran alimento espiritual, la familia anfitriona, nos agasajó con panes, gelatinas, café, té de canela, y sobre todo, calidez y amabilidad. Fue una gran noche. Ese día, y cada uno de estos festejos, es de agradecer las atenciones que se brindaron a los asistentes. Gran calidez vecinal, fundamental para vivir estas fiestas en paz y armonía.

 

08 ENERO

Este domingo las actividades con público fueron más temprano que los otros días. Los estandartes de los pueblos y barrios de Azcapotzalco fueron llegando y se acomodaban en los muros del atrio. La gente fue tomando su lugar. Dentro y fuera de la Capilla, ocupando el atrio con sillas. Asistieron las hermanas religiosas que cada domingo acuden a misa en el lugar. El altar muy adornado con flores era admirado por todos. Un gran y colorido conjunto de juguetes reposaba en el piso sobre una tela, como una promesa de futura alegría, que se manifestó cuando fueran entregados a ansiosos niños, y adultos, que muchos fuimos beneficiados con un regalo.

Aconteció la ceremonia religiosa, la homilía muy clara y didáctica, igualmente la registré en un video que ya está en mi canal. Hubo presencia toda la misa de tres vecinos caracterizados como Reyes Magos, sentados atrás de las imágenes de esos mismos Reyes. Al terminar la misa, comenzó la procesión por las calles del barrio, hasta el frente las andas con las imágenes, enseguida el estandarte local, el de la Capilla de los Reyes, luego los acompañantes, y hasta atrás la vigorosa banda musical sonando sus tambores y trompetas, dando ritmo al contingente, numeroso, inspiraba a menudo pasos de baile como si fuéramos chinelos, y definitivamente hubo un momento de una pausa de la caminata que si vio buenos pasos de baile, antes de volver a entrar a la calle de Capilla de los Reyes, y reingresar asoleados, bailados, alegres y con hambre, al atrio.


El trayecto avanzó en un tramo, por la calle de Castilla, por la espalda del edificio de gobierno local, es una vialidad amplia, o la avenida 22 de febrero, también amplia, pero hubo tramos por arterias muy angostas, y ahí fue lindo ver salir a los vecinos y desde su puerta saludar al contingente, tomar imágenes con sus celulares, o asomarse de sus azoteas. Una procesión de pueblo en toda regla. Cohetes, música, baile, porras, banderines, tránsito sujeto al evento y al recorrido, público andante y público desde domicilios, campanas, alegría, armonía.

En el atrio, ya se habían acomodado mesas para extender las cazuelas con guisados para las tostadas: tinga de pollo, salpicón de pollo, salpicón de res, arroz, picadillo, pata, tacos de chicharrón seco, de chicharrón en salsa verde, de arroz con huevo cocido, de polo rostizado, y de tomar, refrescos, agua de tamarindo y de horchata.

Un agasajo. Algunas mesas para los invitados, sillas para todos, la música sonando por las bocinas, la fila muy bien organizada para dar ordenadamente de comer a todos, el Padre conviviendo con todos los asistentes, las imágenes de los Reyes Magos nuevamente en su sitio.  Uno de los representantes de los Reyes Magos abrió el baile, y muy contento comiendo una paleta de caramelo, disfrutaba el baile con su compañera. Adentro de la Capilla, oportunidad de tomarse la foto con los Reyes.

Luego se presentó un número de danza regional que atrapaba las miradas, especialmente creo, cuando las chicas de ese grupo folklórico, ejecutaron un baile haciendo equilibrio estupendo con botellas sobre la cabeza, mientras sus ágiles pasos iban al ritmo de la muy movida melodía.

Yo me formé dos veces para comer tostadas, y otro par de veces fui por agua de tamarindo. Los vecinos del barrio muy amables, servían los platillos, y eran generosas las porciones. Me impresionó que estos vecinos se les veía sirviendo tostadas, luego pasando la gran bolsa para recolectar basura, asegurándose que nada faltara a nadie, y al mismo tiempo, dándose oportunidad para repartir pelotas en el atrio, y los juguetes al pie del altar. Y no hubo adulto o niño que expresara su deseo de un juguete y no fuera satisfecho. Alcanzó para todos los que se acercaron, me consta. Cuando fue mi oportunidad de elegir regalo, distinguí entre el grupo de juguetes al Hombre Hormiga, el personaje de los superhéroes, pensé que en el casi centro de Azcapotzalco, pocos podrían decir que “En Reyes, me tocó de regalo el Hombre Hormiga”. Al compañero Tarsicio López que estaba a mi lado, se le dibujó una gran sonrisa cuando puedo elegir entre los regalos, a una linda conejita de peluche, un bonito personaje. Los dos nos tomamos fotos, y contentos fuimos a formarnos a la fila de la comida.

 (Foto: su servidor, con mi regalo de Reyes, el Hombre Hormiga, junto a las imágenes de los Santos sabios festejados)

 En la convivencia, pude saludar a Gustavo Aquino, a su amiga Liz, a José Carbajal Cortés, y pude agradecer a cada uno de los vecinos sus atenciones durante varios días, felicitarlos por su gran organización y por los estupendos resultados.

 

CONCLUSION

Siento que el suceso bíblico, la enseñanza doctrinal, la celebración del hecho, el aprendizaje que de él se deriva, es de todos. La fiesta, la tradición de que los reyes traen regalos, el compartir rosca, es de todos. Por eso creo que el brillo, el éxito y la continuidad de esta fiesta y novenario en el barrio de los Reyes, es patrimonio y responsabilidad también de todos, y siendo sus vecinos y moradores la voz cantante y sus naturales organizadores, toca a los demás, ser generosos auxiliadores de la ejecución, y alegres y respetuosos asistentes de la celebración.

¡Que viva el barrio de los Reyes, sus vecinos, y su fiesta!

 

ECOS DE LA CELEBRACIÓN PATRONAL

 DE LOS SABIOS DE ORIENTE

Por Virginia Hernández Vázquez

 

“No habrá fiesta de los Reyes este año” respondíamos tristes cada que alguien preguntaba sobre la celebración del 6 de enero. No había dinero a pesar de que ya se había pedido cooperación a la comunidad, el presbítero Abraham Rosales fue cambiado a una Parroquia y no podíamos organizar hasta que llegara el nuevo sacerdote. Y es que no existen aquí mayordomos ni comité como hace años atrás. Cada año se festeja en la Capilla de los Santos Reyes Magos Tezcacoac o Tetzcacoac Azcapotzalco, la fiesta patronal el 6 de enero y el segundo domingo después de navidad, día de la “Epifanía”. Tristes y desilusionados pensamos en solo llevar a cabo las celebraciones eucarísticas.               

Hace muchos años se hacían grandes celebraciones, (en una crónica anterior escribí como se festejaba) no son enormes fiestas pero siempre con el ánimo de quienes las organizaban y la comunidad. Mi padre fue miembro algún tiempo del comité, eso tiene que ver que haya participado y agradecido a Rocío Hernández que es la encargada de la Capilla y al Padre Juan De Dios la oportunidad de estar en la organización.

Aún recuerdo las fiestas cuando era niña con alegría y deseaba trasmitir esa emoción a los niños y adultos, que los niños recordarán algo lindo de la Capilla y de los Reyes. Aunque en algunas oportunidades mi familia pudo elaborar y ataviar a los patronos, los Reyes Magos, vender en las kermeses y apoyar en otras actividades, fue el recuerdo de mi padre y el Presbítero Abraham que logró fomentar mi fé y acercarme a la iglesia de nuevo.                    



              

Así con el optimismo y gran fé de nuestro nuevo Padre Juan de Dios Manzano comenzamos a organizar algo aunque fuera sencillo donde los Reyes Magos y el niño Dios intervinieron y nos fueron abriendo camino, nos trajeron personas de gran corazón que se unieron para ayudar en diferentes actividades, donando, compartiendo y apoyando en diversas cosas, la celebración se llevó a cabo mejor de lo que creímos. La novenas comenzaron el día 26 de diciembre y terminaron el 7 de enero ya que se suspendieron algunos días, al principio solo dos personas se anotaron para recibir a los Reyes en sus casas, así que los demás días serian en la Capilla pero de un momento a otro, los días ya no alcanzaban para toda la gente que los pidió. Los reyes eran trasladados cada tarde de la casa donde se hacía el rosario y misa a la siguiente casa en procesión, algunos vecinos y hasta el Padre cargaba el anda con los Reyes y otros hacían sonar campanas para hacerse notar y cantábamos todo el camino, aunque éramos pocos nunca faltó la mano para cargar la bocina, la casulla del padre, la maleta de los objetos litúrgicos y en las casas no faltaba quien llevará el rosario, los cantos y asistir al padre en misa, así al término las familias nos compartían algo rico para comer y beber. El Padre Juan de Dios tiene una gran voz así que nos deleitaba con sus arrullos al niño Dios y los cantos en misa como en la Noche Buena, hubo gente como mi familia que llevó al Niño Dios de sus casas para poder arrullarlo con los hermosos villancicos, luego un ponchecito para el frío. En la posada hubo una liturgia acerca del significado de la navidad y posadas, se hizo la tradicional letanía para pedir posada, se rompieron piñatas y ocurrió algo como el milagro cuando Jesús multiplicó los peces y el pan, y es que se compartió café, se hizo una olla grande de ponche y una olla de tamales, luego de ver cuánta gente llegó, nos dimos cuenta que no alcanzaría lo que había, el padre bendijo los alimentos y se comenzó a repartir y si, si alcanzó además de que sobró, igual nos pasó con la roscas y bebida de el seis de enero y el ocho con la comida que se dió, se veía poco pero rindió mucho, un milagro para muchos y buena suerte para otros. El día 5 de enero se llevó a cabo la procesión con poca gente, de la última casa de la novena hacia la Catedral Azcapotzalco de San Felipe y Santiago Apóstoles, la misa y el rosario se realizaron ahí.

El día seis de enero Los Reyes  salieron en una linda procesión por la noche desde la Catedral hacia la Capilla de los Reyes,  sobre avenida Azcapotzalco acompañados con mucha gente y más que se fueron uniendo en el camino, sorprendiendo a muchas personas pero sobretodo niños que se emocionaban al paso de Melchor, Gaspar y Baltazar de carne y hueso y al de las imágenes que venían en el anda, se venían dando pelotas y juguetes hasta que llegaron a la  Capilla, ahí fueron recibidos por los repiques de las campanas, mucha gente que los estaba esperando y los hermosos arreglos florales en toda la Capilla. Al término de la misa y de algunos hermosos villancicos se repartió rebanadas de roscas, vasos con atole y café, mientras los niños se tomaban fotos y platicaban con los Reyes  Magos para luego escoger su juguete, se les dio pelotas, aguinaldos y lechitas. El convivió fue algo muy especial por la emoción en las caras de los niños. El día 8 de enero fue la celebración liturgica de la “Epifanía del Señor”, se llevó a cabo la celebración eucarística, luego se hizo una procesión por algunas calles de la colonia con una pequeña banda y algunos cohetes (ambos donados), también acompañaron los estandartes de los “Pueblos Naturales de Azcapotzalco”, la comunidad y las figuras principales de la fiesta “Los Reyes magos”. Ya en la Capilla se repartieron juguetes, pelotas, aguinaldos y se compartió comida con todos los que fueron, todo esto donado por el comité, por comunidad de la Catedral y por gente de la comunidad de la Capilla. Luego siguió alegrando la música, cantantes y el grupo de danza regional.

Con la organización de esta celebración confirme algo, muchas tradiciones de este tipo se están perdiendo porque conlleva gastos fuertes que no se pueden solventar sin la ayuda de la comunidad y de las parroquias a las que corresponden, aún más difícil para una pequeña Capilla con poca comunidad, sin embargo aquí toda la ayuda fue gente de gran corazón la mayor parte de ella que ni siquiera son del Barrio los Reyes, tristemente. También la falta de apoyo del gobierno en este caso la alcaldía que deberían tener más proyectos para no perder estás tradiciones. A lo largo de estos días la gente compartía sus vivencias conmigo, hay mucho que escribir sobre este barrio y su gente. Hay gente con ganas de apoyar a la capilla y con gran fé, alegría y optimismo que colaboraron y con la cual estoy muy agradecida por lo mucho que brindaron a la Capilla y a mi en lo personal, unos que desde el inicio de los novenarios hasta el cierre de la fiesta estuvieron presentes con el corazón en la mano, comenzando con nuestro Presbítero Juan de Dios Manzano, la Sacristana Rocío Hernández. Beatriz Vázquez. Diana Pico Magaña su esposo Rafael Medellín e hijo Eric Medellín Pico. Rosa María Castillo su esposo Miguel Ángel Rodríguez y su hijo Miguel Ángel Rodríguez. Efrén Lazcano. Cristina Álvarez su mamá y sus hijos. Alejandro Villanueva. Otros personas que también nos apoyaron fueron Ana María García Alvarado, el Sr. José Luis que fue sacristán de la capilla, Carmen, Elizabeth y Mabel Martínez, Miguel Balcazar. Las familias que nos recibieron en sus hogares en las novenas, las que cooperaron, donaron, apoyaron y ayudaron hasta en el más mínimo detalle y las que dieron su esfuerzo, trabajo, tiempo y cansancio gracias a ellas está tradición se pudo llevar a cabo. Así lo que esperamos es que no solo acuda la gente en época de fiesta, también todo el año a las misas y se acerque a apoyar, espero que está gran atención que obtuvo en estos días sirva para que nuestra Capilla reciba apoyo de las autoridades pertinentes para reparación, protección y ayuda.

 

BARRIO DE LOS REYES 

TEZCACOAC-IZQUITLÁN

Por José Carbajal Cortés, Cronista.

  Al norte de la Ciudad situándonos en la demarcación territorial de Azcapotzalco, tenemos la presencia desde tiempo antiguo y hasta nuestros días de 27 barrios originarios principales prehispánicos, lo cual nos habla de una riqueza en sus barrios, capillas, templos y tradiciones. Uno de estos barrios junto con su capilla es el de los Reyes Tezcacoac, también llamado los Reyes Izquitlán o Ixquitlán, el porqué de las dos designaciones con estos términos de bellas raíces náhuatl lo veremos más adelante.

 En este barrio o calpulli de origen prehispánico, como en los circundantes, proliferaban extensas áreas en donde el habitante antiguo de estas tierras convivía con la naturaleza, siendo tierras para cultivo cercanas al borde del antiguo lago de Texcoco y que, en su actual parte céntrica, se encontraría la ciudad principal de los tecpanecas (gente del pedregal) en donde se concentraban los poderes de la realeza y la nobleza; aquí en este lugar se encontraba el todo como parte del altépetl o ciudad de Azcapotzalco, con su templo principal y su gobierno o Tlatoani. Si hipotéticamente eligiéramos un lugar como éste y se hicieran excavaciones, a unos metros se encontrarían tesoros arqueológicos de épocas o etapas tecpanecas y aztecas y que esperan quizá algún día ser descubiertas por alguna remoción que se haga en las entrañas de este lugar [como son los casos cercanos de la cerámica encontrada en la calle de Tizoc no.5; de los descubrimientos en un predio de Ahuacatitla y de la calle de Nueva Jerusalén -en el Paseo de las Hormigas- enfrente del mercado de Azcapotzalco en 2019 ante hallazgos rescatados y estudiados por Salvamento arqueológico realizados por el INAH].

 En la cosmogonía antigua de los pueblos nahuatlacos (de habla náhuatl) si nos situamos en el territorio del Azcapotzalco prehispánico por el siglo XII-XIII, hacia el Tlahuizcalpa u oriente observaríamos que se hallaría el lago de Texcoco (que se extendía de manera lacustre, ya que bañaba la orilla hasta estos lugares), y ello explica los registros de humedad en su suelo al excavar o al hacer construcciones en su suelo y el Cihuatlampa o poniente, que era la parte de tierra firme. En esta tierra firme se encontraba el altépetl o ciudad de Azcapotzalco desde donde se regía y administraba por la realeza y la nobleza prehispánica tecpaneca y en donde también se asentaba este antiguo calpulli de Tezcacoac, que sería después llamado por los españoles como barrio a este antiguo calpulli.

 En la importancia de Azcapotzalco como altépetl (Ciudad-Estado) en el valle de México se nos menciona que:

“A principios del siglo XIII d. c. se levantaba a la orilla de los lagos varias ciudades de arraigo cultural. Entre estas ciudades puede mencionarse Azcapotzalco, con clara influencia teotihuacana, centro poderoso, poblado por los tepanecas” (León-Portilla, 1985, p. 80).

 Esta ciudad antigua se asentaba en el actual Centro histórico de Azcapotzalco o Villa Azcapotzalco, concentrando el poder como cabecera principal económica, política y militar del Señorío de Azcapotzalco y del cual también formaría parte el calpulli o barrio de los Reyes Tezcacoac, así como los cercanos barrios o calpullis de manera principal de: San Simón Pochtlán, San Marcos Izquitlán y San Sebastián Atenco, ya que el total de su conformación como altépetl, sería el conjunto de sus calpullis circunvecinos existentes en el territorio azcapotzalca.

  Así pues, este barrio se localiza al norte de su cabecera principal de antiguo como podemos ver. Si analizamos la palabra Tezcacoac, esta se refiere a un templo o adoratorio dedicado a la diosa Ayopechtli (“la que tiene asiento sobre las tortugas”) protectora de las parteras en una investigación del arqueólogo Gilberto Pérez Rico. Ahora bien, la palabra Tezcacoac es de origen mexicano y que en la investigación del cronista y arqueólogo Antonio Urdapilleta en su publicación Los barrios de Azcapotzalco y sus glifos significa en náhuatl “Lugar de la serpiente de espejo” (de tézcatl: espejo y coatl: serpiente) y es de notar que a un costado de este barrio se halla la calle de Coachilco (que significa “lugar de la pequeña serpiente”) haciendo también referencia a la serpiente esto con influencia o herencia de la cultura tolteca en que la serpiente era vista como sagrada en su cosmogonía y rituales, por lo que podemos deducir que la palabra “Tezcacoac” se ha referido al cercano lago de Tezcoco o Texcoco que sería su agua tan límpida como el de un espejo o reflejo en el lugar y en donde posiblemente existían o habrían existido serpientes de río o lago de tamaño no grande como las serpientes de agua que todavía hay en la laguna del Toro en Xochimilco, así como en algunos de sus embarcaderos como fauna todavía habitando sus canales. En este lugar donde se asentaría la nobleza tecpaneca tanto en la administración o de tributos; como de manera posible, el de algunos comerciantes que también pertenecían a la nobleza, ello por su cercanía con el calpulli o barrio de los pochtecas o de comerciantes (actual barrio de San Simón Pochtlán). Podemos considerar los aspectos de la palabra “Ayopechtli” protectora de las parteras, relacionándolo los frailes dominicos en la evangelización con el nacimiento de Niño Jesús por lo del parto o a luz, así como el de la presencia de la nobleza como antaño en el lugar, ahora representada por los llamados Reyes Magos de Oriente (así los llama la tradición, siendo en realidad sabios estudiosos de los astros) como patronos de este antiguo barrio en el siglo XVII en que se instala la capilla que, nos dice la cronista del Barrio de los Reyes Martina Rodríguez García, se construyó la capilla siendo dirigida por los dominicos con la mano de obra del lugar, con las piedras de la pirámide principal de los tecpanecas (como en el caso de otros templos o iglesias edificadas en Azcapotzalco) que se encontraría en la inmediación de la actual Catedral de Azcapotzalco.

 La otra palabra en la designación náhuatl por el que también se le ha conocido a este barrio es la de Ixquitlán o Izquitlán cuya palabra se ha agregado a Tezcacoac o bien empezando a utilizarse durante o a partir de la colonia o virreinato por los dominicos que se asentaron en Azcapotzalco con su nombre español y el agregado en mexicano del náhuatl para identificar a este barrio (en el transcurso del siglo XVII) como: Los Santos Reyes Magos Ixquitlán o Izquitlán que significa “lugar de esquites” de izquitl: esquite o roseta de maíz y tlan: locativo de lugar (ambas palabras de significado igual, solo cambia la grafía de la “x” por la “z”). Asimismo, también se le refiere como: Izquitlán “En el lugar del maíz tostado o de esquites” y también como “En el lugar de Izquitecatl” (el que era el principal de los dioses del pulque) según Gilberto Pérez.

 Aunque es de anotar que el cronista Antonio Urdapilleta ha anotado en su investigación de 1987 “Los barrios de Azcapotzalco y sus glifos” que la designación náhuatl de Izquitlán estaba más indicada hacia el norte de este barrio en San Marcos Izquitlán, barrio contiguo dedicado a la siembra del maíz.

 Entonces la palabra náhuatl de “Izquitlán” en ambos barrios se explica porque ambos se encontraban uno contiguo al otro (ya que la organización en actuales colonias es moderna) y esa es la razón de que en cierta forma compartían el espacio, no así la actividad de cada calpulli,  no siendo por tanto una delimitación exacta, sino en ocasiones irregular como era en este caso de extensos lugares de la naturaleza para la siembra de maíz y de alfalfa. Ya que el cronista don David Delgado refería que en este barrio de los Reyes se sembraba alfalfa en grandes cantidades, ya que era un sitio agrícola por lo que el mote con el que se les conocía a sus habitantes era el de “alfalferos”.

 Así tenemos que el Barrio de los Santos Reyes Magos Tezcacoac con el tiempo también será llamado Izquitlán de manera muy posible a partir del siglo XVII. Por lo que cronistas e historiadores azcapotzalcas actualmente han anotado a este barrio como: Los Santos Reyes Tezcacoac por Antonio Urdapilleta; Los Santos Reyes Ixquitlán o Izquitlán por Martina Rodríguez García, así como por Pablo Moctezuma Barragán y Los Santos Reyes Magos Izquitlán-Tezcacoac por Gilberto Pérez. Observamos así que estos dos nombres o designaciones (junto con el de sus Santos Patronos los Reyes Magos) llegando a una conclusión: el que se utilice de los anotados es por tanto correcto, después de la exposición que se ha desarrollado. Ya que vale aquí mencionar los casos de los nombres náhuatl y del nombre español del Santo patrono de los barrios de San Pedro Xalpa-Mazatlan y el de San Miguel Amantla-Tlalpizac como ejemplo de ello de dos designaciones náhuatl.

 Hablando tan sólo muy breve de la capilla (ya que si habláramos de toda la capilla sería trabajo de otra índole) observamos que proviene del siglo XVII, siendo austera o sencilla de estilo plateresco y como acceso principal consta de una puerta tallada en madera y cuya fachada se presenta con de un arco de medio punto y cuyo intradós sobresale, tiene asimismo dos columnas adosadas al muro. Remata en su parte alta con una espadaña que alberga su campanario y esquirlas y se halla coronada en lo alto por una cruz de cantera. Así también en esta capilla de los Santos Reyes Magos, se encontraba un panteón de reducidas dimensiones anexo a su templo o capilla como era el caso de los templos e iglesias en México y en Azcapotzalco no era la excepción, aunque estos panteones eran de dimensiones reducidas y que desaparecerían con el tiempo.

 Si ponemos atención observaremos con ojos minuciosos que se repite tres veces de manera representativa en este barrio tres designaciones o situaciones a mencionar: El Barrio los Reyes, el nombre de la capilla de los Santos Reyes Magos y la calle Capilla de los Reyes. Tal hecho de estas tres menciones se sigue conservando en el barrio, (que no en otros) ante los cambios urbanos estas tres veces representativas como los tres Reyes Magos en este barrio.

 Por tanto, el actual y grandioso Barrio de los Reyes, ha tenido una importancia en el contexto histórico, ya que ha formado parte de la cabecera principal del Azcapotzalco antiguo, de antaño y de la actual parte céntrica de la Alcaldía Azcapotzalco.

 He de comentar que cuando niño, se nos decían que arriba en el cielo nocturno por estas fechas de los últimos días de diciembre y de los primeros de enero, se podía observar tres estrellas que el imaginario popular lo relacionaba con los tres reyes magos: Melchor, Gaspar y Baltasar y que son las tres estrellas del Cinturón de Orión, que en provincia se veían en todo su esplendor y que aquí en la Ciudad y particularmente en Azcapotzalco si la contaminación se despejaba, nos dejaba observar las tres estrellas titiritando entre los demás luceros nocturnos, era un verdadero prodigio en el cielo el observarlas ante tanta contaminación que las oculta.

 Para concluir es menester mencionar que la Fiesta Patronal de los Reyes, se llevó a cabo  como tal la última vez en el año de 2019 debido a la pandemia y se retomó de nueva cuenta en el presente enero de 2023, pasando la crisis de contingencia de la pandemia llevándose a cabo en un esfuerzo de la comunidad y de personas dedicadas como lo son el Pbro. Juan de Dios Manzano y de Virginia Hernández residente de este barrio quien se encargó de la organización de esta Fiesta o Celebración Patronal de los Reyes con dedicación, así como de la Comunidad del Barrio que apoyo esta celebración. Este 2023 permitió que se realizaran varias actividades presenciales como el novenario, las celebraciones de la misa, la procesión de Los Reyes Magos acompañados por la Comunidad, de los Estandartes de los Pueblos Naturales de Azcapotzalco por sus calles (tuviendo el gusto de ver personalidades como: María Pueblito, Marcos Cazares e integrantes de Los Naturales de Azcapotzalco, Martín Borboa, entre otros más que se dieron cita a esta celebración patronal) y del convivió de la comunidad. En esta ocasión no se realizó la pirotecnia y el castillo, como tampoco observamos la vendimia de juguetes de Reyes que se instala en un largo tramo de la Av. Azcapotzalco y llega hasta la calle de Capilla de Los Reyes, pero que el tiempo seguramente hará que se hagan presente estas actividades de nueva cuenta en este barrio de Los Reyes.

 Espero con este breve escrito aportar tan sólo un poco de lo mucho que se puede encontrar, contar e investigar de este barrio de los Reyes Tezcacoac-Izquitlán.

 

 

 

Bibliografía consultada.

Gonzáles, A. y Martínez, M. (2018). Rescate histórico de los barrios de Azcapotzalco. México: Delegación Azcapotzalco.

León-Portilla, M. (1985). Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares. México: Fondo de Cultura Económica.

Pérez, G. (2003). Azcapotzalco y sus antiguos barrios. México: Archivo Histórico de Azcapotzalco.

Rodríguez, M. (2018). El barrio de Los Reyes Tezcacoac. En Delegación Azcapotzalco (Ed.), Tlacuilos tepanecas: XVIII Encuentro de Cronistas de Azcapotzalco. (pp. 78-87).

Urdapilleta, A. y Solórzano, M. (2003). Los barrios de Azcapotzalco y sus glifos. México, D.F.: Consejo de Cronistas de Atzcapotzalco.

 

UNA CAMINATA INSÓLITA

Por Gustavo Aquino


 
Descendí de aquel nuevo trolebús corriendo, mi necesidad primordial era encontrar un baño. Entré, saqué ese miembro vertiginoso, algo pequeño, lo reconozco, y dejé escapar ese chorro caliente que lastimaba mis entrañas.

Respiré profundo, me lavé las manos con la misma velocidad con que sacudí mi alma abandonada en ese baño.

Y volví a correr, se me hacía tarde. Tal vez debería tomar un microbús pero iban muy lentos, reconocí a una señora que bajó de aquel destartalado transporte, caminaba a mi lado.

-Qué pínche tráfico- Me dijo

Y al llegar a aquellas rejas negras entramos. Era la Catedral de Azcapotzalco, y como era Día de Reyes, esta vez saldría la procesión hacia esa capilla.

¿Cuál capilla?

Recapitulemos: La Catedral de Azcapotzalco está asentado sobre un templo religioso tepaneca, un teocalli, donde se veneraba a Ocontecutli, a Quetzalcóatl, a Tláloc.

En esos momentos un cura católico anunciaba la llegada de los Reyes Magos, presentó a Melchor, Gaspar y Baltazar, cada uno de ellos hizo un pronunciamiento, sus voces eran el advenimiento de un ocaso.

Y sin embargo el Padre anunció la procesión hacia la Capilla de los Santos Reyes Texcacoac.

Recapitulemos otra vez: El nombre de este calpulli es Tezcacoac, la serpiente espejo, lugar de aguas cristalinas. La capilla fue construida sobre un teocalli tepaneca, donde se veneraba a la deidad de las parteras, Ayopechtli.

Aprovecho para contarles un chisme: se veneraba a la Diosa del Pulque, Mayahuel, era un lugar donde el maguey brotaba de manera silvestre.

Salimos de la Catedral, la gente muy ordenada, no era una manifestación contra el gobierno.

Reconocí a algunos vecinos, uno que otro me saludó. Sin embargo los seguí. Ya ven que en este tipo de cosas la onda es ir de incógnitos, pero ya de plano empecé a sacar fotos y videos.

A estas horas sobre la Avenida Azcapotzalco algunos puestos empezaban a recoger, y los de elotes se colocaban. Desde La Luna nos saludaron y entonces entendieron por qué se detenía el tráfico.

Pasamos por el mercado, a mi izquierda vi que en ese Gran Bar comenzaba el reventón. Rebasamos ese nicho del pecado.

Se me olvidó decirles que a nuestro paso se atraviesan algunos indigentes, y recordé al Chalino, asesinado a puñaladas en la esquina de ese mercado donde me he echado esos grandes tacotes de guisado.

Y que camino sobre esta avenida recordando esa gran cultura tepaneca, con gran influencia teotihuacana y tolteca, y si le rascamos un poco más, tal vez olmeca, pero eso se los dejo a los arqueólogos.

Llegamos a la Capilla de los Santos Reyes Tezcacoac, donde me esperaba Doña Beatriz y Virginia, madre e hija respectivamente. 

Alcancé a ver la olla de tamales, hirviente, algunas pelotas, y una rosca gigantesca, algún tipo desde sus oscuras entrañas sacó un mezcal.

Me eché al plato de cada uno de esos manjares, y no habiendo nada que hacer, más que regresar a lavar mis trastes sucios de hace dos semanas abandonados en mi cubículo, me retiré con la discreción necesaria en estos casos.

(Por cierto, Virginia quedó de contarnos más al respecto de esta fiesta).

 

 

 

LA BÚSQUEDA DEL TESORO

Santa Apolonia Tezcolco.

Ana Marisol Reséndiz Pizarro

Dibujo: Patricio Garibay

Cuando se hizo el Eje 3 norte, se cuenta que los albañiles encontraron: uniformes militares que posiblemente pertenecían al ejercito realista, ollas de barro repletas de botones de oro, doblones, centenarios, rosarios entre otros objetos preciosos.

            La señora Enriqueta comenta que el señor Ernesto decía que había mucho oro que fue escondido durante la Revolución, doña Queta refiere que debido a rumores de los tesoros escondidos, muchos vecinos de los más antiguos del barrio antes de comercializar sus terrenos contrataron excavadoras para verificar la existencia de supuestos tesoros escondidos en las haciendas antes de ser fraccionadas en múltiples lotes, estos vecinos dicen que no se encontró nada sin embargo muchos de ellos compraron casas y carros.

Las actividades principales del barrio eran la agricultura, la ganadería, había muchos establos que se extendían hasta la Calzada Camarones. No había drenaje, al desaparecer ranchos y haciendas se construyeron grandes vecindades para atender la demanda de vivienda de la creciente población.

Entre otras cosas doña Queta recuerda con nostalgia, diciendo que la modernidad afecto en gran medida a los descendientes de los hacendados y los antiguos residentes del barrio que vinieron a menos y estaba que poseían grandes tierras que fueron expropiadas o vendidas en diversas ocasiones como la del Eje 3 que solo era una pequeña callecita,  por ejemplo a un lado del Jardín de Niños “El niño Huichol” fue expropiado el terreno donde estaba un aserradero, el resto era un hermoso campo lleno de lagunas y hundimientos de terreno.


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LOS REYES IZQUITLÁN TEZCACOAC, ME GUSTA EL NOMBRE

Por Don Nayarito Cantalicia  (Grupo Formiga)

Me llama mucho la atención que por un lado hay fuentes que a Los Reyes, (donde está la Capilla de los Reyes Magos, en Azcapotzalco, Cdmx), le llaman Los Reyes Izquitlán, y otras le llaman Los Reyes Tezcacoac.

Me agrada Los Reyes Izquitlán Tezcacoac, el que contiene los dos nombres prehispánicos. No me voy a basar en el mosaico pegado hace unos años en un muro a un lado de la Capilla, pues en un lance minimalista que irrumpe en la identidad actual e histórica de la localidad, se omiten las palabras “Los Reyes”, y de paso el “Izquitlán”, solo dejaron el “Tezcacoac”. Los nombres de personas que firman ese mosaico si salen con nombre apellido paterno y materno, su historia e identidad están completas y a salvo. No así las del lugar.

Por lo tanto, sugiero al lector no basarse ÚNICAMENTE en ese mosaico pues además de mutilar la parte de “Los Reyes”, igual hace con la parte “Izquitlán”, que le pertenece a este sitio. Y creo que se toma ese mosaico como una verdad incuestionable. Y digamos que es mejorable.

Pregúntenle a Santa Apolonia Tezcolco y su encina torcida. Yo prefiero la versión que relaciona a Tezcolco con Tezcatlipoca. En Santa Bárbara, el mosaico menciona a Yopico, pero no a Tetlanman.

Pero bueno, regresando al tema de Los Reyes Izquitlán Tezcacoac, hay 3 autores importantes para Azcapotzalco que nombran a Los Reyes como Izquitlán, y ninguno argumenta en sus escritos que se le retirara posteriormente el “Izquitlán”, por lo tanto, se entiende que lo conserva:

 

1.- GILBERTO PEREZ RICO

En su publicación “Guía de sitios históricos de Azcapotzalco”, en la página de internet: https://www.monografias.com/trabajos81/guia-sitios-historicos-azcapotzalco/guia-sitios-historicos-azcapotzalco2 explica muy claramente:

 “Cada uno de estos calpultin poseían un dios tutelar o calpulteona y un templo local o calpulco, donde se realizaban las fiestas y ceremonias particulares del barrio. En torno al templo, se agrupaban las casas de las familias residentes…”. “En Azcapotzalco, al iniciarse la evangelización primero por los franciscanos y luego por parte de los padres predicadores de la orden de Santo Domingo, a los antiguos calpultin se les impuso un santo patrono cristiano que de manera sincrética tenia atributos similares a los de los antiguos dioses protectores de los barrios; de los conquistadores españoles, los antiguos poblados recibieron las imágenes y el nombre cristiano de los nuevos patronos protectores… Sin embargo, aunque los barrios recibieron el nuevo nombre de un santo patrono cristiano, conservaron en segundo término su antiguo nombre indígena”.

“En cada uno de estos barrios se erigió entonces la capilla dedicada al nuevo santo que sustituyó al dios tutelar del barrio, quedando según otro antiguo documento virreinal los nombres antiguos y nuevos, de la siguiente manera, agregando los que aún se conservan en la actualidad…

Los Santos Reyes Magos

Izquitlan: "Lugar del maíz tostado o esquites". "Lugar de Izquitecatl".

Tezcacoac: "Lugar de la serpiente de espejo".

Templo de la diosa Ayopechtli, patrona de las parteras”.

Qué bonito que siendo un calpulli donde la deidad se refería al parto, se adjudicaron como patrones, los sabios que asistieron a adorar a un recién nacido. El nombre quedó como Los Reyes Izquitlán Tezcacoac.

 

2.- JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ GÓMEZ

En su “Nueva Cronología histórica de Azcapotzalco”, publicada en internet en la página: https://www.researchgate.net/publication/363534560_Nueva_Cronologia_Historica_de_Azcapotzalco

Indica en las páginas 5 y 7 por ejemplo que existe el “Barrio de Los Reyes Izquitlán Tezcacouac”. Y señala su ubicación en el mapa, dando por actual la información. Es decir, que el nombre actual (a 2022) es de 4 palabras “Los Reyes Izquitlán Tezcacouac”.

En sus páginas 62 y 63, citando sus fuentes, dice que en 1709, los 27: “barrios del pueblo de Azcapotzalco, mencionados en la revisión, fueron…”, y menciona a “Santos Reyes Izquitlán”.  

Qué bonito que entonces le llamaban todavía “Santos Reyes”. Ahora son solo “Los Reyes”.

 

3.- PABLO MOCTEZUMA BARRAGAN

En su obra titulada “Construcción de Identidades y Globalización en Azcapotzalco. Ampliando las posibilidades del diseño”, disponible en https://core.ac.uk/download/pdf/48394469.pdf  en su página 20, nombra a los sitios e indica su antigua ocupación grupal, y dice que:

“en lo que hoy es Los Reyes -el calpulli izquitan- trabajaban los huertos frutales; en San Martín Xochináhuac sembraban hortalizas y flores; en San Juan Tlihuaca se dedicaban a la curación del cuerpo y del alma, por lo que después fueron llamados “brujos”.

En la página 25 dice (citando a Pérez Rico) que: “En el siglo XVII levantaron los templos de…” y nombra varios lugares, y dice que: “Se levantó también la Iglesia de los Santos Reyes Magos –ubicada en el barrio que antes ocupaba el calpulli Izquítan, que tenía un templo llamado Tezcacoac dedicado a Ayopechtli protectora de las parteras-“.

Así tenemos un tercer autor, en que Los Reyes está vinculado a la palabra Izquitlán en materia de nomenclatura. Y ya vimos que se dejó el nombre del calpulli prehispánico pero se le antepuso un patrono católico, por lo que quedó como Los Reyes Izquitlán. Este mismo autor es quien planteó los mosaicos y diseñó el gráfico, pero no quien hizo la investigación. En su texto admite que el sitio llamado “Los Santos Reyes Magos” era el calpulli de nombre Izquitán. Tezcacoac era el nombre del templo, pero el sitio se llamaba Izquitlán.

No he visto documento oficial (o equivalente) que especifique el acto de retirar a este lugar la parte del nombre de Izquitlán, para dejarlo solo como “Los Reyes Tezcacoac”.

Por ello, me gusta Los Reyes Izquitlán Tezcacoac.  Y ahora cambio de tema.

AMPARO DAVILA Y UN CAFÉ DEL DÍA


La gran escritora mexicana nacida en Pinos, Zacatecas, Amparo Dávila, (1928 – 2020), afirmaba que la literatura fluía de la inteligencia y de la imaginación, pero que para perdurar en la memoria e impactar en las emociones, debía partir de las vivencias.

Sus obras no son muy conocidas en México, y probablemente el nombre no suena a mucha gente. Precisamente por ello quise escribir este artículo.

En la Navidad de 2022 recibí un significativo obsequio de parte de mi sobrino y mi nieta, un libro de ella, “Árboles Petrificados”, me lo dieron junto al árbol de navidad de la plaza comercial “Portal Vallejo”, en Azcapotzalco, a donde fuimos a comer unas enchiladas rojas a la “Casa de Toño”.

Saliendo, me senté en una banca con vista al árbol, y ahí me dieron un cariñoso abrazo y mi libro. Fue una agradable sorpresa, pues yo les había dicho que deseaba leer algo de ella pero no en internet, sino en un empastado para hojear acompañado de un café, tranquilo. Qué bonito es cuando alguien te pone atención a algo que dijiste desear alguna vez, y se lo guardó para cumplírtelo.

En esa banca del “Portal Vallejo”, me dieron el libro y además me llevaron un café de Starbucks, de 25 pesos, le llaman “Café del día”. Les dijeron que ese “Del Día” casi siempre es hecho con café de Chiapas, y que le empresa lo distingue anunciando que tiene notas a cacao y sabor a nueces.

Saben que yo adoro el Andatti del Oxxo con crema y azúcar, a un costo de veintitantos. No me agradaba mucho la idea de que esta vez mi café fuera de ese negocio de la sirenita de fondo verde, especialmente por caro, pero cuando me dijeron que costó 25 pesos pues me ahorré la mueca. Fue la primera vez que probé un café de Starbucks. No está mal, puede o no llevar leche. Pero definitivamente al Andatti lo quiero siempre en mi vida.

Mis acompañantes me dejaron un rato a solas y fueron a ver algo del cine: horarios y películas. Yo con café en boca, quité el celofán a mi regalo, y comencé a leer el libro de cuentos (impreso en 2022). Ella ganó en 1977 ganó el Premio Xavier Villaurrutia justamente por este libro que recibí, “Árboles petrificados”, luego en 2015 recibió la Medalla Bellas Artes del INBA, y después el Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura en 2020, que le entregó la Universidad de Guanajuato. La Sociedad Cervantina de México, colectivo hermano de la revista electrónica “La hormiga en línea” en su canal de Youtube, tiene un video cuento de esa autora, llamado “El Húesped”, narrado y acompañado de escenas escalofriantes, y puede mirarse en esta liga: https://www.youtube.com/watch?v=4THoh9-Vf4E

Al comenzar a hojear el libro que contiene 12 cuentos, un dato muy importante se asomó:

“Desde 1901 hasta 2021, el Premio Nobel de Literatura ha sido entregado a 118 personas, de ellas, sólo 16 han sido mujeres.  La gran diferencia nos muestra claramente que en el ámbito de la literatura, como en muchos otros de la vida humana, la participación de las mujeres debe ser promovida e impulsada”. Con ese dato, se puede percibir mucho de lo que la humanidad no ha aquilatado, permitido ni valorado, y es urgente remediarlo. Como un granito de arena, invito a leer dos fragmentos de un cuento de la gran Amparo Dávila:

 

“EL PATIO CUADRADO

Atardecía y desde el patio descubierto se podía ver un crepúsculo tan enrojecido como un incendio o un mar púrpura. Era uno de esos patios de provincia, cuadrados, con corredores y habitaciones a cada lado. Horacio estaba junto a mi mirando el atardecer, y en los rincones de los corredores linos embozados permanecían replegados y quietos como si fueran un coro secundario; un acompañamiento en sordina, o a sotto voce. No sé si sería por aquel ocaso ensangrentado o porque a esa hora de la tarde en que uno se siente especialmente triste que ninguno de los dos hablábamos. De pronto descubrí la silueta de un hombre que se recortaba con el fondo del rojísimo del cielo como un puñal negro, clavado en el borde mismo de la cornisa del patio. Un mínimo impulso bastaba para que se precipitara al vacío.

Se va a matar- le dije a Horacio. Se va a matar- dije de nuevo, porque el hombre permanecía sin dar un paso atrás, como si estuviera resuelto a lanzarse.

Busque con la mirada a Horacio, pero ya no estaba junto a mí. Me tranquilizó saber que había comprendido mi mensaje y lo iba a salvar. Ansiosamente esperé verlo llegar detrás del hombre; pero los minutos pasaban y Horacio no aparecía. Mientras el atardecer se desgajaba en jirones sangrantes. Entonces supe que Horacio estaba frente a suicida, el el otro extremo del patio, en idéntica actitud: como dos dagas clavadas frente a frente, como dos peones en un tablero de ajedrez.

Se va a matar- dije, ya sin esperanza, mirando al desconocido.

En ese mismo instante, Horacio se precipitó al vacío. Los embozados que habían permanecido inmóviles todo el tiempo lanzaron un graznido siniestro y se arrojaron voraces sobre el cuerpo caído, cubriéndolo con sus alas parduzcas y membranosas.

Yo comencé a retroceder, a retroceder…

 

Entré al cuarto donde se guardaban los juguetes de la infancia, pero aquella habitación, llena siempre de muñecas, pelotas, osos, patines, era ahora un enorme vestidor con percheros repletos de ropa. Una vez que se entraba ahí, ya no era posible ver sino prendas de vestir por todos lados, como si fuera una tienda de empeño o de esas que alquilan trajes para toda ocasión. Había cientos, miles de vestidos lindos y costosos de loe stilos y colores más diversos; cualquier prenda de ropa que uno pudiera desear estaba allí. Con gran entusiasmo me dediqué a probarme todas las cosas, pero nada me quedaba bien, o era grande o era chico, largo, apretado. No había nada a mi medida, nada. Comencé a desesperarme y a sufrir verdaderamente por no encontrar algo de mi talla, pero no cesaba en mi empeño y me medía vestidos y más vestidos, y abrigos y sacos y capas, blusas y faldas y negligés. Estaba muy atareada cuando oí que me llamaban por mi nombre una y otra vez. Reconocí la voz de Olivia que salía de entre la ropa.

 = Olivia, ¿dónde estás? – no hubo respuesta a mi pregunta, pero volví a oír el mismo llamado -. Olivia, Olivia, ¿dónde estás?

= Aquí estoy, en el centro de cuarto – contestó entonces con una voz muy queda, como si la ropa la sofocara.

Me puse a remover trajes y más trajes tratando de apartarlos y despejar el camino hacia ella. Lograba pasar entre un perchero y encontraba otro y después otro, y luego otro y otro, como si la ropa y los percheros se multiplicaran y no me dejaran nunca llegar hasta Olivia.

Por fin conseguí salir de aquel mundo de ropa y verla vestida toda de negro y velado el rostro por gasa también negras. Estaba de pie en el centro de un círculo, una circunferencia pequeñísima que parecía pertenecerle.

= ¿Qué haces aquí? – le pregunté.

Ella avanzó un paso, o nada, pero yo sentí que se encaminaba hacia mí, mientras sus manos apartaban las gasas que la velaban.

= Estoy muerta – dijo - ¿no te has dado cuenta de que estoy muerta, de que hace mucho estoy muerta? – y al apartar los velos que la cubrían yo tuve ante mí un rostro hueco, una cavidad donde yo miraba el vacío-. Estoy muerta, muerta…

Y siguió avanzando lentamente hacía mí. Yo me lancé entre aquella maraña de vestidos, que ahora volaban y eran negros murciélagos y búhos y buitres y telarañas que mis amnos arrancaban en la huida…

Y comencé a retroceder, a retroceder…”