miércoles, 20 de noviembre de 2019

LA DAMA DE BLANCO 
UNA HISTORIA DE CASA DE CULTURA HECHA TEATRO.

Por: Patricio Garibay

Dentro del marco del festival escénico de Azcapotzalco “Cuando Trina la Catrina 2019” Este 1 de noviembre en Casa de Cultura Azcapotzalco se estrenará la pieza escénica “La dama de blanco”, interpretada por la compañía teatral Club Sándwich. Obra escrita y dirigida por un servidor, la obra está basada en una crónica recopilada por la maestra María Elena Solórzano sobre Casa de Cultura, y cuenta, además, con fragmentos de poemas de Amado Nervo, quien cumplió un siglo de habérsenos adelantado a la región de donde no se vuelve.  Interpretan: Gabriela Sambrano, Aarón Muñoz, Claudia Isela Djaddah, Fryda Araujo. Producción, Roberto Ortiz. Asistente de producción María G. Arvizu. Dirección Patricio Garibay.


LA DAMA DE BLANCO (guion completo)

De Patricio Garibay.
Personajes: Matilde- Policía- La Llorona- Mujer de blanco.
Es de noche dentro de la Casa de Cultura Aparece Matilde cantando a capela la Martiniana y se encuentra con un policía que se asusta un poco al verla.

Policía - Doña Matilde, me asustó.
Matilde - No la amuele mi poli, que tan fea estoy que ya hasta lo asusto.
Policía - No Doña, no es eso, lo que pasa es que ya vamos a cerrar la casa y la veo salir de entre las sombras, y luego cantando de ese modo…
Matilde - Pues no ve que vine a mi clase de canto, y luego me dieron hartas ganas de hacer pipi, y fui al…
Policía - Esta bien, pero le repito que ya vamos a cerrar.
Matilde - Si poli, ya me voy, ya es tarde y todavía tengo que pasar a la panadería.
Policía- Vamos pues…
Matilde - Si… ¿Mi monedero? ¿Mi monedero donde lo deje?
Policía - Lo habrá dejado en el baño, vaya por él, pero no se vaya a tardar.
Matilde - ¿En el baño? ¿Si verdad? Voy… pero acompáñeme… está bien oscuro… que tal si se me aparece la mujer de blanco, dicen que en casa de cultura se aparece la…
Policía - Hay doña, a su edad y todavía cree en espantos?
Matilde - No, yo no creo en espantos, ni aparecidos, pero de que existen existen.
Policía - Vamos pues, la acompaño, pero vamos rápido.
Matilde - Sí.
Salen de escena, y se escucha a lo lejos una voz femenina:

En vano entre la sombra mis brazos, siempre abiertos,
asir quieren su imagen con ilusorio afán.
¡Qué noche tan callada, qué limbos tan inciertos!
¡Oh! Padre de los vivos, ¿a dónde van los muertos,
a dónde van los muertos, Señor, a donde van?

Aparece la mujer de blanco cantando a capela la canción de “la llorona” de Cifanes:
MB- Desde el fondo de la tierra
fantasmas humanos se buscan.
Algunos olvidan frío,
otros nunca se encuentran.
Hacen temblar la vida,
tiemblan sueños, tiembla amor.
¡Aay, no quiero amarte Llorona!
¡Aay, no quiero llorar contigo!....

Al terminar de cantar el fragmento, dice nerviosa y exaltada dirigiéndose al público:

MB-Oigan, escúchenme, ¿saben? Me casé, yo me casé en esta iglesia de los Santos Apóstoles, sí, yo me casé, me casé, yo me casé aquí mismo, en nuestra iglesia de los Santos Apóstoles. Aquí, aquí juntito, yo me casé… ¿o no me casé?...

Sale de escena y se escucha a lo lejos la voz femenina:

No sé qué tienen las flores,
Las flores del campo santo
Que cuando las mueve el viento,
Parecen que están llorando
Ayer maravilla fui y ahora, ahora solo
Una sombra en la noche soy.

Regresan a escena Matilde y el policía...
Policía -¿Escuchó usted doña Matilde? ¿Si la escuchó?
Matilde - ¿Qué cosa? Yo no oí nada…
Policía - Pero si se escuchó tan claro.
Matilde - ¿Qué fue lo que escuchó?
Policía - Eran voces, voces y lamentos de mujer.
Matilde - La mujer de blanco…
Policía - ¿La mujer de blanco? ¿De verdad usted cree en fantasmas doña Matilde?
Matilde - No sé si se pueda decir que ella es un fantasma, ¿a qué le llama usted un fantasma? ¿A un suspiro que vaga en la noche?  a una tristeza que quedó atrapada en el tiempo? ¿a una sombra blanca y doliente que recorre esta casa buscando algo que nunca encontrará…?
Policía - Ora… no me asuste que yo me tengo que quedar aquí haciendo guardia toda la noche…
Matilde - Tan grandote y tan miedoso mi poli, mejor acompáñeme al Salón Cervantino, seguro y ahí deje mi monedero…
Policía - ¿Arriba?
Matilde -  Si, arriba… vamos, no sea collón.
Policía - …Vamos pues.

Salen de escena y se escucha a lo lejos la voz femenina:

¡Oh, Dios! ¡me quiso mucho; sus brazos siempre abiertos,
como un gran nido, tuvo para mi loco afán!
Guiad hacia la Vida sus pobres pies inciertos...
¡Piedad para mi muerta! ¡Piedad para los muertos!
¿a dónde van los muertos, Señor, a dónde van?

Entra la mujer de blanco
MB- Antes de casarnos mi novio y yo vinimos a tomarnos la foto en esta casa, nos tomamos la foto en las escaleras, junto a la fuente, bajo las sombras de aquellas buganvilias, tres días después nos casamos en la iglesia que está tras ese muro, si, nos casamos, nos casamos ¿Verdad que nos casamos? ¿o no?
Sale de escena y se escucha a lo lejos la voz femenina:

Llorona-
Muy vasta, muy distante, muy honda, si muy honda,
¡pero muy honda!, debe ser, ¡ay!, la negra onda
en que navega su alma como un tímido albor,
para que aquella madre tan buena no responda
ni se estremezca al grito de mi infinito amor.

Matilde y el policía regresan a escena:
Policía - Lo escuchó ahora si Matilde, ¿lo escuchó?
Matilde - Si, si lo escuché… ¿sabe poli?  esta casa antes de ser casa de cultura ha sido muchas cosas, fue parte del convento, fue cuartel, fue cárcel, hubo aquí hasta un depósito de cadáveres…
Policía - ¿Depósito de cadáveres?
Matilde - Si, Bueno, eso lo escuché el otro día que vine a tardes de crónica con la maestra María Elena Solórzano… fíjese que aquí también estuvo el registro civil, las mujeres con sus trajes blancos de novia venían y se tomaban fotos en el jardín, o en la bella escalera, y ese instante de ilusión y de felicidad quedaba plasmada para siempre en un papel fotográfico.
Policía - ¿Sera la llorona?
Matilde - No lo sé.
Policía - Pero según dicen la llorona se lamenta por la pérdida de sus hijos… y está en cambio, hablaba de su boda.
Matilde - Todas ellas son una misma, La mujer que perdió a sus hijos, la mujer que murió sin consumar su amor, la mujer asesinada impunemente, la llorona es el sufrimiento femenino concentrado en un llanto, y que algunas noches el aire esparce.
Policía - ya párele con eso que me va a sugestionar. Ya encontró su monedero así que ya váyase a su casa.
Matilde - Si, ya es tardísimo, ábrame la puerta mi poli…
Policía - Vamos pues…

Cuando se dan la vuelta tras de ellos sale la llorona que dice:

Llorona-  Mis hijos, Hijitos míos tenochcas, ¿Qué fue de ustedes y su grandeza? ¿A dónde quedo su autoridad, donde está todo su poderío ¿A dónde se han ido guerreros invencibles, señores poderosos del Anáhuac, ¿Dónde están ahora?  ¿Dónde están sus palacios y templos? ¿Por qué no me escucharon? Su soberbia los perdió, los dominantes terminan siendo dominados, nuestros cantos se han vuelto gemidos, hijos, hijos míos, les dije que no podrían librarse del odio de tantos pueblos avasallados, y la sangre que derramaron la tuvieron que pagar con su propia sangre... ¿Dónde están? Hasta los dioses a los que tantos corazones ofrendamos se han ido, nos olvidaron y nos abandonaron a nuestra desgracia, hijos, hijitos míos, Debí llevarlos conmigo para que no contemplaran su propia destrucción…  hay mis hijoooos!!

Policía - Vamos de aquí !!…
Matilde - Ay madrecita santa!!

Matilde y el policía se alejan corriendo.
Fin.


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