sábado, 14 de agosto de 2021

EL PARQUE DE LA TORRE, LOS JARDINES DE LA ALEGRÍA Y EL VALLE DE LOS MAMADOS” 

Por Marcelino Peña


A la memoria de Francisco Medina Domínguez,  amigo entrañable del CCH Azcapotzalco generación 1973-76. 

Este 10 de junio del 2021, me trajo a la memoria al Comandante Trompeta, me cayó del cielo, fue como un ángel que sirve como vehículo para recordar esta fecha y contar esta historia. Ahora lo recuerdo aunque no lo he vuelto a ver jamás. Lo conocí en el año 2000 comenzando este siglo sin luces, en el Parque de La Torre de la Unidad Habitacional Presidente Madero, aquí en la Alcaldía de Azcapotzalco. Me impresionó su aspecto de figura alta, pero con la curva de la derrota. Seguro de joven tuvo que haber sido bien parecido, tez blanca, de perfil griego. Un cabello impresionantemente hermoso, totalmente blanco. Su cara enrojecida, su nariz con puntitos negros. En su boca se asomaban sus dientes amarillentos y en medio de ellos un poco de sarro. 

Él estaba sentado del otro lado de la cancha de basquetbol. Frente a donde yo solía practicar una rutina de canasteo solitario, en esa cancha húmeda, con su tablero de aro desvencijado, y varios charquillos de agua en rededor pues había llovido el día anterior. Lo observé cuando se levantó de su banca y vino hacia mí, arrastrando su cobija, extendió su mano para pedirme una moneda. Me fijé en sus ojos grandes, color miel, que me recordaron a mi amigo Francisco, amigo de juventud del Colegio de Ciencias y Humanidades. Saqué de mi bolsillo una moneda y le dije: 

 —¿Tú no eres de por aquí mi buen? 

—No. Me contestó. 

 —Yo soy de todas partes. 

—Oye que buena onda esa respuesta. 

— ¿Te parece? 

—Claro me parece muy filosófica. Fíjate decir “No soy de aquí soy de todas partes”. 

—Entonces te parece interesante. 

—Sí por supuesto. Pero de verdad, ¿de dónde eres, de que parte del país? insistí. 

— De Coahuila de la ciudad de Piedras Negras. 

No podía creerlo. Del mismo lugar de donde era mi amigo Francisco. 

Entonces, se dio la vuelta y se fue. Seguramente a conseguir más dinamita para su teporocha. Yo continué con mi rutina diaria, de ejercitarme canasteando en ese Parque de la Torre, normalmente a solas y sin falla a las siete de la mañana. En uno de esos días apareció nuevamente ese excepcional personaje. Yo había entendido que me agarró de su barquito para taloneari . Se acercó, pero ese día yo carecía de la anhelada moneda. Le expliqué que no traía dinero conmigo y le ofrecí de mi jugo de naranja que siempre tenía para hidratarme. Tomó el recipiente y lo vació a su teporocha. Le dio un largo trago y eructó extendiendo sus brazos abrazando al mundo. Le pregunté 

—Que pues, mi buen, cómo te llamas. 

 Y contestó sonriente: 

—Dime El Comandante Trompeta. 

— ¿Porqué te dicen así? 

—Mira, te contaré. Yo soy Licenciado en Economía, impartí clases de esa materia en ese plantel el CCH Azcapotzalco. 

— ¡Órale!, exclamé. Y qué te pasó, porqué ahora andas así. 

—Me involucré en un crimen. Un operativo que hizo la Liga Comunista 23 de Septiembre. Un grupo guerrillero que debes de conocer de este movimiento, porque no te ves tan pendejón. 

Respondí:

 —Bueno, sí, sé algo. 

—Sí, sí tuve que ver, pero ya pagué la condena con varios años en prisión y ya me ves aquí. No ganamos nada. La pinche raza está bien enajenada con la televisión y su Coca-Cola y los maestros y los estudiantes, los obreros, los campesinos, siguen igual no hacen nada por cambiar hacia una sociedad más justa igualitaria, siguen eligiendo a los mismos políticos corruptos. La gente no quiere cambiar ya ves a los jóvenes de esta Unidad se la pasan todo el tiempo fumando su mariguana en los Jardines de la Alegría, y los menos dañados son ególatras formando sus cuerpos como de Atlas y no sus mentes, en el gimnasio al aire libre que tenemos aquí y al que le dicen el Valle de los Mamados. Mira, ve a los obres y a los campesii si quieren cambiar pero de modelo de carro cada año. Por eso me pregunto, de qué sirvió que muchos nos remontáramos a la montaña y a la sierra donde yo era el de la Corneta que tocaba y despertaba a los milicianos aspirantes a guerrilleros para liberar a México del imperialismo yanqui. 

Se echó otro trago y finalmente dijo. 

 —Que chingue a su madre la raza no quiere cambiar. Se dio la vuelta y también me mentó la madre echando su mano hacia atrás, y se fue, con la curva de la derrota, a conseguir más dinamita para su teporocha.


 Marcelino Peña Coronita de Azcapotzalco Junio 10 del 2021. 



 i Talonear.- Acción de los jóvenes de los 70 para pedir dinero pretextando que requerían para su pasaje del transporte. Pero en realidad era para normalmente emborracharse 

ii “Obres y Campes” palabras de lenguaje cifrado. Utilizado por los integrantes del grupo guerrillero clandestino de la Liga Comunista 23 de Septiembre en los años 70

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