sábado, 16 de abril de 2022

 

CRÓNICA DE UNA COLECCIÓN ARQUEOLÓGICA DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE AZCAPOTZALCO.

Por: Arqlgo. Ricardo M. Pilón A.

Sin duda muchos conocerán aquellas vitrinas de madera que se encuentran, actualmente, en el archivo histórico. Esas vitrinas que exhiben ciertos objetos, entre replicas y algunas originales, que llama la atención a ciertos curiosos. Objetos que nos hablan o indican un cierto indicio del pasado. Quisiera relatarles un poco sobre la experiencia que tuve sobre ello; pues esa colección que estuvo en el archivo y luego migró hacia la Escuela del Cronista, en San Miguel Amantla, para regresar a su origen en dicho archivo por razones que tienen cierta justificación.  

Todo empezó en el mes de Noviembre del 2018, en aquel entonces junto con el antropólogo Rubén Zárate estábamos buscando hacer proyectos en la Escuela de Cronistas “Carlos Monsiváis”, a razón de su muy evidente abandono. La directora del lugar, María Isabel Sierra García, nos había comentado que la Subdirectora de Educación y Cultura, Rosalinda Moreno Patrón, visitaría el lugar para una inspección.  Y en efecto, ella llegó y nos fue presentada a fin de compartir nuestros proyectos. Debo admitir que su llegada fue un tanto peculiar, pues de principio sólo queríamos platicar y compartir nuestros proyectos para realizar actividades en dicho lugar. Pero luego de que  estuviera inspeccionando cada una de las aulas del lugar, nos pidió nuestra opinión sobre la condición y ubicación del Archivo y la colección de ciertas piezas arqueológicas. Creo que nuestro atento lector le gustaría conocer el contexto en el que se desarrolla el tema del Archivo Histórico y en específico de dicha colección:

Primero, la sede original se encontraba en la llamada “Casa de Bombas”. Que se inauguró el mes de agosto del año 2000. Este recinto se trataba de una casa que se encargaba de bombear el agua y que fue construida en el año de 1943 a 1946 (Ver foto 1-INAH 1945). Tras su desuso, fue condicionada para tal propósito; pero desconocemos cuando se introdujeron dichas vitrinas con ciertas piezas arqueológicas. Lo cierto es que antes del 2012 ya existían dichas piezas.


Segundo, al volverse la crónica un modo de expresar de todo cuanto fuere de Azcapotzalco y una necesidad de difusión, se creó la Escuela de Cronistas “Carlos Monsiváis” en septiembre del 2012. Lo que supondría ser una escuela para crear a los futuros cronistas, con el tiempo su abandono fue evidente en poco tiempo (Ver foto 2-R.Pilón 2018). Las pretensiones y la mala administración del gobierno local, terminó por degradar dicho recinto:

1.      La ubicación, pese al embellecimiento del área y sus instalaciones, no es de fácil acceso, si no se conoce o se es del lugar. La mayoría de los cronistas eran del centro o lugares de límites de Tacuba. De hecho llegué a escuchar en las personas que desconocían que el Archivo Histórico se encontraba ahí.

2.      Poca difusión del recinto y muchas actividades ajenas a la crónica he investigación.

3.      Originalmente el Archivo tenía su espacio exclusivo, pero con el tiempo todos los materiales se fueron trasladando a otra aula. Esto debido a que el Archivo era muy poco (documentos, mapas, fotos) y al parecer no se tenía la intención de hacerlo crecer.

4.      Aunque tenía horarios, no siempre estaba disponible ante la ausencia del personal.

5.      El maltrato de los materiales, por la humedad y el polvo, ere inminente y el personal no estaba capacitado para ello.

¿Qué destino deparaba para ese Archivo ante estos contratiempos? Ni los cronistas hacían uso de las instalaciones llena de condiciones y prejuicios. Si se revisaran las carpetas de visita, notarán que la asistencia al Archivo no era muy concurrido, técnicamente abandono. Incluso los encargados se quejaban de que el recinto estaba muy lejos del centro de Azcapotzalco y deseaban volver a la sede original.

De regreso a nuestra crónica, era de esperarse hacer la pregunta sobre las piezas arqueológicas. No hace un año, 2017, que se había inaugurado el Museo de Azcapotzalco; por lo que esta colección era nada en un lugar tan marginado como es San Miguel Amantla. Así que se determinó regresar el Archivo y esta colección arqueológica a su sede original: la “Casa de Bombas”. Esta acción es controversial, pues entre aceptación o indignación, estaba claro que la Escuela de Cronistas ya nada significaba para esa administración. Tomada dicha decisión, había que hacer el traslado y eso requería de todo un procedimiento técnico para su cuantificación, clasificación y embalaje. Ese quehacer me fue asignado ese mismo día que conocimos a la Subsecretaria de Educación y Cultura.

Para una persona común, es claro que ésta colección no es sorprendente; incluso algunos se han expresado con suma sinceridad que son “puros tepalcates” o “pedazos de las ollas de la abuela”. Tales expresiones son verdaderas y no podemos tildarlas de ignorancia: pues uno nombra lo que conoce. Para un arqueólogo no es el caso, pues es una fuente de información que nos habla o señala a que tiempo pertenecieron esos “tepalcates de la abuela”. Para estas colección había que hacer un registro de las piezas que había (clasificación, cuantificación y fotografía), por lo que se empezó vitrina por vitrina. Entre líticas, cerámicas y réplicas prehistóricas y prehispánicas, se cuantificaron 69 piezas en total:

Vitrina 1: contaba con 10 piezas cerámicas y 25 piezas líticas, un total de 35 piezas.

Vitrina 2: esta tenía 9 piezas cerámicas, 1 pieza lítica, 4 piezas fósiles (réplicas) y 1 ósea, un total de 15 piezas.

Vitrina 3: contenía 9 piezas cerámicas y 10 piezas líticas, un total de 19 piezas.

Una vez realizada esta cuantificación, se empezó a embalar y guardar en cajas para su traslado. Esto último en vehículo oficial de la alcaldía. Todo este registro se realizó temprano, antes del mediodía se trasladó hacia la “Casa de Bombas” y ese mismo día se des-embalaron las piezas y se hizo otro registro (Cuantificación, clasificación y fotografía) para corroborar –siempre por procedimiento- que las piezas estaban todas y completas. Las vitrinas de madera se regresaron al espacio de la habitación del recinto, y se omitió la otra vitrina dado el espacio y su apariencia no acorde a los otros cuya condición semeja a un anticuario antiguo.

Finalmente, de todas esas piezas, había que clasificar las que son originales (o pertenecientes a las épocas culturales e históricas) de las réplicas. Sin duda este es uno de los quehaceres más satisfactorios de un arqueólogo y en el que hay que tener una visión cronológica para presentar un discurso para el público a través del tiempo (Ver foto 3-R.Pilón 2018). En ese compromiso y que podrán notar, empecé por las réplicas del tipo prehistórico –aunque reconozco que mis fichas técnicas no son del tipo paleontológico, área que no compete a un arqueólogo- a fin de no menospreciar estos hermoso objetos. Una de las dificultades de los elementos líticos es su clasificación temporal, la experiencia general me ha enseñado que estos tienen esta cualidad si se sabe el contexto estratigráfico en la que se encontraron; este no fue el caso, ya que son piezas que no se tiene registro de esa condición; por lo que junté todas las piezas líticas a fin de que el visitante viera cierto desarrollo de uso y producción de estos objetos –que van del tipo de materiales   (obsidianas y pedernales), objetos de lascación simple y complejo (como navajillas o puntas), a tallados en roca basáltica o andesitas (esculturas u objetos de molienda o pulidores)-. La idea en general, en este sentido, era la de decirle al visitante que desde tiempos más antiguos –la presencia del hombre en América- hasta el desarrollo de las civilizaciones prehispánicas (preclásico, clásico y posclásico) las herramientas y objetos líticos dominaron en la vida de esas sociedades.

Pienso que esta pequeña colección tuvo la cualidad de tener un poco de las etapas “oficiales” en los objetos cerámicos y las culturas a las que pertenecen. Por lo que su orden tiene ese formato de línea del tiempo que va: desde el periodo preclásico (Tlatilco, Ticoman), Clásico (Teotihuacán), Epiclásico (Coyotlatelco, Tollan), Posclásico (Azteca II-Tepaneca, Azteca III y IV-Mexica) y Colonial (Ver esquema-R.Pilón 2018).   

Respecto a las réplicas y como una exigencia del discurso planteado, fueron excluidas a razón de que son de manufactura moderna y muchas veces eran invenciones de los artesanos. Empezando por la antigüedad del material que en ojos de un arqueólogo no escapa a ciertos detalles, así como el tipo de materiales (pintura y acabados) que no pertenecen a las épocas prehispánicas. Estás fueron puestas, todas, en un rincón de las vitrinas, separadas de los objetos clasificados y con cédula general. Al término de dicho ordenamiento, entregué –como una formalidad necesaria- un informe de los procedimientos para cotejar todo lo que implica esa colección. En ese sentido, quedó nuevamente establecida esa Colección Arqueológica del Archivo Histórico de Azcapotzalco, formalmente, el 24 de noviembre del 2018. A fin de que ésta pequeña colección motivara a los curiosos, visitar en el ya inaugurado Museo de Azcapotzalco a un costado del Parque Tezozomoc.

CONCLUSIÓN.

Tal vez para muchos ésta colección es insignificante, incluso risible. Sin embargo, de no existir el actual museo, este sería la única evidencia arqueológica sobre Azcapotzalco. Las recientes excavaciones (2019) -y en la cual fui parte en la zona del Barrio de San Salvador Nextengo-, nos permite contar con más evidencia arqueológica. Si bien la ineptitud y falta de conciencia histórica de los funcionarios (2018-2021) no se tuvo la oportunidad de tener ventanas arqueológicas en el centro de Azcapotzalco, es importante notar que nuestro pueblo cuenta con mucha riqueza arqueológica. Una lástima para una zona con mucha historia y patrimonio cultural. Pero independientemente de ésta anomalía político-social, motive a las nuevas generaciones, originarios o residentes, de Azcapotzalco a conocer su pasado… ¡No perdamos la esperanza!

In quexquichcauh maniz cemanahuatl,

Ayc pollihuiz in itenyo in itauhca

In altepetl Azcapotzalco…

“En tanto que permanezca el mundo,

No acabará la fama y la gloria

De la Ciudad de Azcapotzalco…”

(R. M. Pilón 2022)

FOTOS DE LA COLECCIÓN ARQUEÓLOGICO DEL ARCHIVO HISTÓRICO DE AZCAPOTZALCO (R.Pilón 2019):







No hay comentarios:

Publicar un comentario