jueves, 3 de octubre de 2019


JOSE A. CARBAJAL CORTES, CRONISTA 
Y PERSONAJE DE AZCAPOTZALCO

Por: Martin Borboa.

Nació en Zitácuaro, Michoacán el 29 de marzo de 1970, y a la edad de 4 años él y su familia se mudaron a la Ciudad de México, y llegaron a Azcapotzalco. Concretamente primero fue a la colonia Clavería, y luego de un par de meses, a la Colonia El Recreo, Barrio de San Lucas.
Es natural que su familia antes hubiera ido con más frecuencia a su natal Zitácuaro, pero el fluir de la vida y al integrarse a sus ocupaciones, ahora quizá solo sea 1 vez al año.
Sin embargo, aunque reducidas, la calidad de esas visitas llegan a tener un alto contenido y significado, pues por ejemplo en una de las más recientes en 2019, aprovechó para reunirse con el cronista de Zitácuaro y comenzar el trámite de hermanamiento entre Azcapotzalco y esa bella población michoacana, tan llena de historia, de mariposas monarca y de paisajes arbolados.
No urge que quede concretada esa hermandad, pero en José Carbajal y en su par michoacano, el proyecto puede llegar a un feliz puerto, no solo en declaraciones o documentos, sino en hechos: intercambio de eventos, información, presentaciones, publicaciones, y cuanto la imaginación, la bondad y las posibilidades de ambos sitios lo permitan.
Y será fantástico, pues por haber conocido a José Carbajal yo decidí ir a conocer Zitácuaro. Un sitio muy bello. Su plaza arbolada, los murales de sui palacio de gobierno, el monumento central dedicado a las diferentes fases de la guerra y consumación de la independencia: desde Primo de Verdad hasta el triunfo del Ejército Trigarante. Destaca por supuesto los periodos de Hidalgo, Morelos, Guerrero y López Rayón.
En Zitácuro ondea una réplica del Doliente de Hidalgo, enseña del grupo insurgente que lamentaba la muerte del prócer y continuaba su lucha. José Carbajal se ha ocupado de ir a ver el Doliente original que se conserva en una bóveda del Castillo de Chapultepec, actual Museo Nacional de Historia.
José Carbajal sabe del papel de primera importancia que jugó su tierra en el proceso de la independencia. Ahí fue donde Ignacio López Rayón organizó la Junta de carácter insurgente, legislativa y de mando, que adoptó el nombre de Junta de Zitácuaro, y en ella el Licenciado Rayón expuso lineamientos positivos para el tipo de país que anhelaba ver sin ataduras, para un primer gobierno independiente de la Nueva España, los cuales luego fueron dignamente retomados por José María Morelos y Pavón para sus incomparables “Sentimientos de a Nación”.
La oficina del cronista en Zitácuaro se ubica en la Casona de la estación, que funcionaba para el ferrocarril, y ahora es también un hermoso museo de sitio que exalta con abundantes cedulas informativas al prócer López Rayón, a la heroica Junta, y también mucho de la historia local y sus personajes, como al aviador que piloteó a la nave “Pinocho”, del cual se exponen diferentes replicas, e incluso en una calle cerca del zócalo tiene un monumento con un avión elevado.
Pareciera que me estoy desviando y por querer hablar de un cronista de Azcapotzalco, aprovecho su cuna para invitar al lector a conocer Zitácuaro. Si tengo esa intención, pero la principal es hacer notar que una persona puede aportar innumerables tesoros cuando se tiene a voluntad y el interés. José Carbajal tiene un profundo respeto y cariño a Azcapotzalco, y puede lograr que allá se conozca más de nosotros, y viceversa. No hace falta ser cronista para llevar y traer datos, anécdotas, material, fotografías, documentos. Pero imagine si además es alguien como él de quien a continuación describiré un poco su trayectoria, estudió la licenciatura en ciencias de la información, también llamada Biblioteconomía, que ha adoptado y practicado una metodología para reunir datos, investigar, fotografiar, documentar, para luego publicar o difundir en propia voz en conferencias y charlas sus hallazgos.

Es de subrayar que los tesoros de Zitácuaro pueden ser dignamente mostrados en Azcapotzalco por Carbajal, y que tarde o temprano, los tesoros de Azcapotzalco serán expuestos y compartidos allá, sin duda, porque el ser cronista no es solamente reunir y acumular datos invaluables. Es preciso divulgarlos. Y en eso hay infinidad de maneras: oral, escrito, en entregas, todo en una, en casas de cultura, por internet, escuelas, foros, y como lo hace la distinguida Maestra María Elena Solórzano en la Casa de la Cultura, rodeados del apapacho del aroma del café.
Ella ha sido un pilar en la carrera de cronista del José Carbajal. En la entrevista que él me dio para este texto, la Maestra fue nombrada varias veces, cada una con admiración, cariño, respeto y reconocimiento a su gran labor por la crónica en Azcapotzalco. Y a la par también el nombre del Arqueólogo Antonio Urdapilleta es mencionado por Carbajal con enorme respeto y agradecimiento. En repetidas ocasiones al platicar Carbajal de cómo pudo avanzar en esto u otro proyecto, o de cómo se abrieron puertas para su desarrollo, la Maestra Solórzano y el Arqueólogo Urdapilleta, son sin duda gigantes pilares a los que tiene devoción profesional y personal de muy intima calidez.
Ellos ayudaron a que germinara la semilla del interés por la crónica que un dia fue sembrada en José Carbajal por su maestro, cuando él cursaba sus estudios en el Colegio de Bachilleres Plantel 18 en San Juan Tlihuaca. Un día su maestro de Historia Socioeconómica les preguntó en el salón refiriéndose al barrio donde está ubicado el plantel: ¿Saben que significa el nombre de este lugar? Tierra de brujos, de curanderos.

Esto despertó su interés y para la década de los 80´s se acercó a las actividades que iba detectando que se desarrollaban en torno a la historia de la alcaldía. En los 90´s ya fue siguiendo las presentaciones de los cronistas, acudiendo a inauguraciones, conferencias, y es donde los dos gigantes pilares que he mencionado, distinguieron su constancia, su interés, y fue Urdapilleta quien le propuso que participara como colaborador. Desde entonces las aportaciones de Carbajal fueron ganando un sitio, y aunque asistía como parte del público, tenía frecuentes oportunidades de comentar con ellos sus temas de interés, sus hallazgos, inquietudes, así como de participar voluntariamente pegando carteles y difundiendo programas de actividades. Desde el año 92 supo de los cronistas de Azcapotzalco, y para el 97 ya era un seguidor y colaborador de ellos. Pero el cronista que llevaba adentro Carbajal, aun no salía a la luz. Fue en el año 2013 cuando lo invitaron la Maestra Solórzano y el Arqueólogo Urdapilleta a dar su Primera plática. El tema fue: Películas clásicas de la época de oro del cine mexicano filmadas en Azcapotzalco.
El cronista rompió el cascaron dentro del cual acumulaba información, y salió a divulgarla en vivo frente al público. Que enorme calidad de madrina y padrino tuvo.
Y cada uno de quienes tratamos de aportar crónicas de nuestra alcaldía sabemos quienes fueron nuestros respectivos facilitadores y tutores. En mi caso fue Don David Delgado, gran cronista de gran corazón, lleno de entusiasmo, conocimientos y bondad por compartirlos. A mí me recibió con los brazos y los libros abiertos, me apoyó, me guió, me catapultó y con orgullo digo que me concedió hacer el prólogo de mi primer publicación sobre Azcapotzalco. Nunca dejaré de agradecérselo. Y por ello quise subrayar también el agradecimiento que José Carbajal tiene por los citados pilares de su carrera en la crónica. Ese agradecimiento suyo me confirma lo mucho que hay de sentimiento y corazón detrás de cada tema que elige estudiar y divulgar.
Luego de esa primera participación con los cronistas acerca de las películas filmadas en Azcapotzalco, Carbajal siguió involucrado con otros temas, microhistorias, relatos con televisoras que han venido a filmar documentales o programas, y ya en pleno vuelo divulgador, se sintió parte de los cronistas locales, lo cual desempeña de modo notable y reconocido por sus propios compañeros.
No siempre ha sido fácil investigar o divulgar. En ocasiones presentó proyectos buscando apoyo oficial, pero no fructificó. Otras metió textos en convocatorias pero no ganó el premio que suele ser una publicación. Fue hasta 2010 cuando en una convocatoria de la entonces Delegación Azcapotzalco participó con el tema del bicentenario de la independencia y consiguió un reconocimiento honorario impreso. Esta fue su primera participación formal fuera del círculo de cronistas.
Ese mismo año obtuvo un reconocimiento por su “Plática de Día de Muertos” en el marco de los festejos delegacionales sobre el tema. En 2011 participó en la UNAM en una mesa redonda sobre “Publicaciones electrónicas y derechos de autor”. Dos años después en la Academia Mexicana de la Historia tomó el curso: “Miradas sobre el cine mexicano”.
En 2015 en el evento Librofest de la UAM Azcapotzalco, dio la conferencia “Edición de libros electrónicos”. También se convirtió en miembro de la Sociedad de Amigos de la Academia Mexicana de la Historia, correspondiente de la Real de Madrid.
En los años 2015 y 2016 publicó en “Amoxcalli” un acrónimo y luego un texto de exaltación a uno de sus pilares formadores en lo profesional y lo cálido de la crónica, titulado “Rememorando al cronista Antonio Urdapilleta”.
En 2016 el espacio cultural y gastronómico Tintanismo le otorgó un reconocimiento por su ponencia “Los cortometrajes filmados en Azcapotzalco”. Por su parte, la Biblioteca José Maria Morelos y Pavón de nuestra alcaldía, le extendió dos reconocimientos por sus aportaciones presenciales con los temas “Crónicas de dia de muertos en Azcapotzalco” y “Azcapotzalco y sus chintololos a través del tiempo”.
Por ser un asiduo seguidor de programas televisivos de crónica e historia, principalmente “El Foco” y “Leyenda Urbana”, contactó a la conductora Cynthia Francesconi para sugerirle hiciera un programa sobre Azcapotzalco. Sus esfuerzos rindieron frutos y en una cita en el Museo de Antropología, Carbajal le proporcionó elementos informativos y documentos valiosos, que hicieron que en esa misma ocasión se decidiera la aprobación de filmar el programa. Alberto Barranco y la mencionada conductora resaltaron los valores tangibles e intangibles de nuestra localidad, tal como lo sugirió Carbajal. Un éxito para nuestro cronista, nuestra alcaldía, para el programa y la televisora. Después de su transmisión en televisión, se coronó todo el trabajo, con la proyección del programa en la Casa de la Cultura de Azcapotzalco, presentado por José Carbajal.
Después decidió ampliar sus horizontes temáticos y estudió leyendas de todo el mundo. Distinguió lo que en el mundo ha cautivado a generaciones y se propuso revisar lo que pudiera haber en Azcapotzalco al respecto. A partir de ahí, los relatos de espectros, apariciones, duendes, umbrales de traslado a otros espacios, han sido de su interés, y actualmente posee una extensa lista de leyendas y sucesos que solo por sus títulos el público querrá con fervor conocer los detalles de cada una. Yo no quiero adelantar aquí ninguna, pero si quiero advertirles que cuando conozcan su descripción del carruaje espectral sin caballos cuyo cochero es una calavera de profundas cuencas vacías donde irían los ojos, y blanquecinos huesos en los brazos, sufrirán una inquietud espeluznante. Así fue para mí durante la entrevista.
En esos terrenos de la realidad paralela o alterna, Carbajal ha ahondado mucho, y por ello se ha acercado a una eminencia de Leyendas y Tradiciones en nuestra ciudad y en el país, Jermán Argueta. Editor, actor, organizador, cronista, entre muchas otros talentos, Argueta ha valorado el trabajo de Carbajal, quizá en un futuro haya una publicación conjunta, y mientras eso sucede, ya han narrado junto ante público en la Casa de la Cultura de Azcapotzalco en 2017 y 18.

Jermán Argueta y José Carbajal 

En 2017 realizó junto con Visión Alterna, colectivo creativo liderado por Patricio Garibay y Roberto Ortiz, el documental en video “Los duendes del Parque de San Lucas”, un trabajo sobre apariciones de duendes de peculiar ropaje en ese parque. Y no solo eso, también señala el punto en que se abre un portal para la llegada o salida de esos seres diminutos.
La Comunidad cultural Atlachinolli, A. C. le dio un merecido diploma por su “Labor en la preservación del acervo tradicional histórico de Azcapotzalco” y el Consejo de la Crónica de Azcapotzalco lo reconoció por su participación en el “XVI Encuentro de cronistas de Azcapotzalco” dedicado a la memoria de José Antonio Urdapilleta.
Ofreció pláticas en primarias y secundarias de la alcaldía, como parte del apoyo que dio el gobernante local Pablo Moctezuma a los cronistas, y se encargó de compilar toda la información y elaborar las cédulas para la exposición sobre los “Cronistas de Azcapotzalco” que se instaló en la Explanada delegacional en el marco de la Feria Internacional del Libro de Azcapotzalco, cuya curaduría estuvo a cargo de Gabriela López.
En 2018 participó en el evento “Catorceavo encuentro literario en Azcapotzalco” organizado por la alcaldía, así como en la “Segunda jornada de Matinés de leyendas” en el mismo lugar.
Ese año, por su constante trabajo de investigación y divulgación, se integró al nuevo Consejo de la Crónica de Azcapotzalco, y es a donde yo meses después que él, también ingresé, y tuve el gusto de conocerlo. En abril se llevó a cabo el XVIII Encuentro de cronistas de la alcaldía y las memorias de las ponencias se publicaron en una elegante edición bajo el título de “Tlacuilos tepanecas”, en donde Carbajal participó con el tema “Crónicas junto a las cenizas”. Funge como cronista del barrio de Nextengo, y explica que dicho nombre significa “lugar en la orilla de la ceniza”, sitio en el borde del antiguo Lago, donde los habitantes de aquel tiempo quemaban materiales para favorecer la calidad de la tierra para mejorar resultados en la siembra. Su texto es vital para la comprensión económica, geográfica y antropológica de Nextengo y Azcapotzalco.
En el primer trimestre de 2019, en una sesión de dicho Consejo, Carbajal dio lectura a un texto suyo que ojalá pronto publicara en papel o en “La hormiga en línea”, con el título “El paseo de los ahuehuetes y el sabino mágico de Santa Catarina”. Muy interesante.
La Maestra Solórzano lo ha invitado a que este año escriba para el Cabildo Nacional de la Crónica, y Carbajal publicará ahí su texto “Dr. Nicolás Cedillo, un personaje de Azcapotzalco”. Destaca que un hospital de nuestra alcaldía lleva el nombre de este distinguido personaje. Otro tema que prepara para ese Cabildo es: “Por los cines en el tiempo, por Azcapotzalco, Tacuba y anexas”, que trata sobre la historia de los cines de esas localidades.
En La hormiga en línea”, la revista electrónica dirigida por Patricio Garibay, publicada por el colectivo Visión Alterna que se publica desde febrero 2019, el primer texto de Carbajal que apareció fue en el número 1, con el título “De cine y crónica: El automóvil gris, escenas filmadas en Azcapotzalco”, película de la que dijo en el lanzamiento del proyecto “San Lucas barrio ancestral”, que este año se cumplen 100 años de haberse realizado, pues la cinta es de 1919.
En esa misma revista electrónica, en marzo 2019 Carbajal publicó “El encuentro con la crónica en el lugar de las hormigas”, un detallado resumen de los progresos de la crónica y los cronistas de la alcaldía.
En mayo publicó ahí “La Azcapotzancla y algo más. Un emblema desconocido en el barrio de San Marcos Izquitlán”. Un fantástico hallazgo divulgado nítidamente por Carbajal. Y en ese texto, la oferta de “algo más” merece mención aparte, pues narra la fantasmagórica aparición de una procesión de espectros por las calles de Azcapotzalco. Digna de una representación teatral en noviembre, o de una narración con personajes caracterizados. De helar la sangre.
En agosto su tema fue “La promesa de un exvoto y los orfebres artífices de Azcapotzalco: una realidad y un misterio”, partiendo de otro hallazgo suyo, esta vez dentro del Museo de la Basílica de Guadalupe: un trabajo del siglo XVI que muestra a un alacrán mandando a hacer por Hernán Cortés, elaborado por manos tepanecas.
Desde la fundación de la Sociedad Cervantina de Azcapotzalco en abril de 2019, Carbajal forma parte de ella. Su primera participación formal en ella fue el 6 de septiembre de 2019, como conductor del cine debate que se organizó en torno a la película proyectada: “El hombre que mató a Don Quijote”, en el Salón Cervantino de la Casa de la Cultura de Azcapotzalco, evento en el que también participé como asistente de Carbajal. Pienso que su gusto y preparación acerca del cine, lo convierten en el conductor idóneo para este tipo de eventos. Ojalá se repita con frecuencia su conducción.
Este año el Instituto Politécnico Nacional le extendió un reconocimiento por su asistencia al taller “Repositorio institucional, una opción sencilla para crearlos”.
Antes de finalizar la entrevista, pregunté a Carbajal si creía que la crónica en Azcapotzalco ya había agotado sus temas. De inmediato contestó que no. Dijo que se descubrió un enterramiento tepaneca en la avenida Aquiles Serdán, y que eso siempre dará luces para más investigaciones y posterior divulgación. Eso le recordó que cuando era niño y acudía a la primaria, en la avenida Heliopolis vio en una excavación una pieza de cerámica color ocre de aproximadamente 40 centímetros, con algunas inscripciones llamativas. No supo después que fue de esa pieza. Pero esto le da pauta para asegurar que ha habido y habrá siempre novedades por descubrir. Le pregunté sobre el futuro de la crónica. Opina que todas las épocas son interesantes, pero vivimos aquí, y conocer el pasado que conforma éste presente, nos ayuda a entenderlo mejor. No podemos quedarnos solo metidos en temas del pasado tepaneca o del tiempo del porfiriato en Azcapotzalco. Dijo que las crónicas se hacen para las generaciones que vienen, y que como aseguraba Carlos Monsiváis, no venimos de la nada.

Para concluir la entrevista, le pregunté porque a veces, un tanto al estilo de Jermán Argueta (del cual yo gusto mucho), a veces se autonombraba en mensajes como “El centinela de Xancopinca”.
Hay que aclarar que Xancopinca era un manantial de agua dulce que tenía una corriente de respetable fuerza en el subsuelo, que estaba en alguna parte del estacionamiento de la hoy tienda Soriana de Cuitláhuac. En ella, dicen que por las noches se aparecía un espectro femenino, se presentaba atractivo y sensual, cautivaba a algún hombre, y cuando éste creía poder alcanzarla, caía al centro del manantial y era arrastrado mortalmente por la corriente. Carbajal conoce esta leyenda de Azcapotzalco, y lo unió al hecho de que en algún momento de su vida, fue vigilante de un complejo industrial, en donde se hablaba de apariciones nocturnas. Así que amable lector, si un día lee o escucha sobre el “Centinela de Xancopinca”, ya sabe que se trata del cronista José Carbajal Cortés.
Para acompañar este texto, le solicité a él que eligiera algunas fotos. Me mostró más de las que podría incluir aquí. Todas en algún sitio especial, como sentado en la silla de director de cine de Ismael Rodríguez, junto al atuendo del luchador Enmascarado de Plata, el Santo, o compartiendo algún evento con Ángeles González Gamio, Cristina Pacheco, entre otras personalidades de la crónica. Al gran cinéfilo, cronista, investigador y centinela de Xancopinca, siempre lo podrá uno distinguir por lo exhaustivo de sus profundas búsquedas de información, por su sonrisa franca al exponer sus temas, y por su infaltable botón en el pecho que muestra el antiguo glifo de Azcapotzalco, con la hormiga entre granos de maíz.
Yo diría: “es un cronista de película”. Felicidades a José Carbajal por su trayectoria, a la cual hay que seguirle la pista porque produce y promete.

4 comentarios:

  1. Muy merecido este reconocimiento a un gran cronista, Centinela de Xancopinca” me gustaría conocer esta historia o leyenda saludos a los dos!

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    1. Hola, gracias Francis López y claro que más adelante daremos a conocer más sobre la Leyenda del manantial encantado de Xancopinca, leyenda fascinante de Azcapotzalco!!! Retomando autores antiguos y modernos, además de lo que hemos indagado propiamente.
      saludos

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  2. Creía conocer a José Carbajal,hoy. Me quedo sorprendida de todo lo logrado en su vida felicidades a ambos por mostrarnos tan fascinante vida 👌

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    1. Gracias por las palabras Francis y gracias a Martín Borboa por la entrevista a su servidor y pues, continuaremos aportando al hormiguero por amor a Azcapotzalco.
      Gracias mil, saludos hasta San Martín Xochinahuac que es "una flor en el Anáhuac"!!!!

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