martes, 25 de octubre de 2022

 

EL LAZARETO

PanteónSan Martín Xochinauac

Cronista: Marcelino Peña Fernández.

Fotografía cortesía Marcelino Peña. Panteón vecinal comunal de Xochinauac.

Esta leyenda se basa en la tradición oral y en datos históricos obtenidos por el método investigación directa entre otros.

San Martín Xochinauac, como otros Barrios Originarios de Azcapotzalco cuenta con panteones vecinales comunales. En el Barrio Originario de San Martín Xochinauac encontramos un lugar que nos brinda una prueba documental, un invaluable registro histórico para señalar la fecha de fundación de nuestro cementerio existe una loza de cantera rosa de 60 cm. de largo por 40 cm. de ancho con un grosor de 10 cm., está se encuentra posada sobre lo que se considera la primera tumba del panteón San José.

            Los datos de la placa nos desconciertan de sobremanera; lo grabado en la placa es lo siguiente:

D. Úrsulo Márquez.

Su esposa e hijos dedican esta

Nació para vivir en el suelo.

Murió para vivir en el cielo.

Beat VII In Domine Moriuntum.

Abril 13 1893              R.Q.P.

Lo anterior tiene un significado incierto y sumamente desconcertante dado el sentido de lo expresado en la lápida y el juego de palabras que deja estupefacto a cualquier espectador dicho extraño mensaje oscila entre la sátira, y la ambigüedad, este registro histórico nos ofrece otras historias como; por ejemplo que en este panteón se encuentra enterrado el difunto que en vida fue Sacerdote católico y que cuando trabajaba en el estado de Michoacán sin precisar el municipio o pueblo murió y fue trasladado a su lugar de origen, se sabe por la tradición oral que fue traído en ferrocarril y realizó una parada en la Avenida Real de San Martín en el cruce de las vías lo cual no coincide con la fecha de 1893 ni con el nombre del finado. En lo anterior existe una discrepancia debido a que el tendido de las vías de la ruta Cuernavaca-Ciudad de México-Nuevo Laredo data de los años 20. Esto no es más que un preámbulo pues la crónica del Lazareto es la que no puedo dejar de narrar, la misma que nos transmitió el señor Leonardo Olivares Peña quien murió en el año 2011. Leonardo se presentó un sábado del mes de febrero del año 2003 el diablo como era conocido ya rondaba los 80 años. La verdad desconozco el porqué de dicho apodo, pero lo que si puedo decir es que era un personaje muy condescendiente y que gozaba de cierto renombre en el barrio. En esta época la comisión del panteón la integraban Sr. Job López Olivares como presidente, Marcelino Peña Fernández como secretario, Jorge López Ayala como primer vocal, Antonio Álvarez Rodríguez segundo vocal.

            Ese día Leonardo se presentó al pago de sus cuotas de mantenimiento en el panteón y me pidió que saliéramos de la oficina de atención a los usuarios porque deseaba contarme una historia, por lo cual le pregunté -¿Qué historia? a lo que él me respondió: -la historia del Lazareto ante lo cual yo pregunte -¿Qué es eso del Lazareto? Entonces me pidió que fuera por lo siguiente: una pala, un pico y una barra de acero por lo cual nos ubicamos al centro de donde ahora existe un estacionamiento dentro del panteón al frente de dicho lugar se encuentra la Av. El Rosario y la Av. Puente de Guerra. Cumpliendo su petición ya con la herramienta requerida comencé a excavar y picotear la tierra cuando llevada más de medio metro comenzaron a salir unos 5 ó 6 pedazos de mosaicos de color azul, a lo cual exclamó: ¡Es que aquí estaba la fuente del Lazareto! Muy sorprendido por su comentario volví a preguntarme ¿Qué es eso del Lazareto? Y entonces el me explicó: -Es que aquí se encontraba el hospitalito, que estaba ubicado hacia la calle se llama Rancho San Carlos aquí se encontraban dos grandes salones, con amplios ventanales, y dos cuartos más o posibles habitaciones, que fungían como oficina y consultoría respectivamente. Después de escuchar dicha narración de Leonardo respondí sorprendido -¿Qué tiene de particular está historia? A lo que me respondió -Ya ves como se está perdiendo el interés en nuestra historia, ya que en este lugar sucedieron acontecimientos muy importantes que deben ser del conocimiento de las nuevas generaciones, pues en nuestro querido pueblo existió este buen lugar donde fueron atendidas muchas personas que sufrieron víctimas de la epidemia de escarlatina que sucedió en 1915 cinco años después en 1920 aconteció una epidemia de influenza española o fiebre catarral (como consta en la cronología histórica de Azcapotzalco pág. 33-42 de José Antonio González Gómez). Fue tan grande este mal que afectó a toda la Ciudad de México. Y para poder combatir dichas epidemias se trajo a varios médicos del extranjero que traían medicamentos especializados y vacunas para acabar con las epidemias, he ahí la importancia del puesto de socorro del Lazareto donde trabajo el doctor Martell de nacionalidad francesa y con el colaboraron mucha gente de nuestro pueblo por el bien común, se dice de este médico que fue socio de la farmacia París que todavía existe y se encuentra en calles importantes del primer cuadro de la ciudad además en este sitio también sucedieron otros acontecemos históricos de igual relevancia. -Mira este lugar fue estratégico y por ello se instaló el hospital aquí donde se encuentra exactamente la Hacienda de San Nicolás que después nombrada la Hacienda Careaga, por lo que te puedo asegurar que aquí fueron atendidos los heridos que resultaron de los enfrentamientos entre el ejército realista e insurgente cuando aconteció la Independencia de México en 1821. Sus palabras me hicieron recapacitar sobre la importancia del lugar por lo cual le pregunte sobre los motivos del nombre Lazareto a lo que respondió has leído las Sagradas Escrituras bíblicas, en particular el Nuevo Testamento a lo que respondí que si entonces recordé que en ellas se habla de la de resurrección del Lázaro y donde Jesús el mesías le dijo a la mortaja de Lázaro ¡Levántate y anda! Y por esto el nombre del hospitalito porqué aquí, se levantaban los muertos, por todos los milagros médicos que acontecía en el lugar entonces; entendí por qué llevaba dicho nombre.

            La importancia que permanezcan en la memoria de los pueblos dichos lugares que físicamente ya no existen y que tan solo moran como sombras e la memoria de nuestros antepasados arriesgándose a desaparecer para siempre dada la indiferencia de las siguientes generaciones y a la falta de registros escritos.

v  Hacienda de San Nicolás 1552 a la llegada del beato Sebastián de Aparicio a esta Tierra. Dicha hacienda cambió de nombre a Careaga cuando la compró Juan José Careaga 1630. Posteriormente cambió de nombre nuevamente, al de Hacienda del Rosario al pasar a ser propiedad de la Sra. Josefina Verochea de Oyamburu 1924. Actualmente las instalaciones de dicha hacienda fungen como una plaza comercial denominada Town Center propiedad de empresas a pesar de formar parte esencial del patrimonio histórico y cultural de Azcapotzalco.

 

v  Agradezco profundamente por su colaboración a la familia de Leonardo Olivares Peña, Oscar Olivares Carrillo (hijo), Silvia Olivares Carrillo (hija).

 

Día de muertos en San Martín Xochinauac Azcapotzalco y Avenida de las Ánimas.

Cronista: Marcelino Peña Fernández.

A mis abuelos Marcelino Vilchis y Pascualita Romero Cuevas

Y a mis padres Enrique Peña y Lucia Fernández y a mi hermano

Félix Peña Fernández,  

 

                                                                       Calabaza: fruta de la calabacera de gran tamaño

Y formas variadas, las más comunes son verdes,

amarillas o anaranjadas; tiene una multitud de semillas.

Para nuestros antepasados tepanecas y mexicas

Fueron un símbolo de fertilidad; antes de ser el fruto

son llamativas flores amarillas y con ellas se preparan

deliciosas quesadillas.

 

En todos los barrios de Azcapotzalco hay distintas tradiciones culinarias que hablan del sincretismo cultural, que se vive con mayor fuerza en los días de muertos, fiesta sincrética por excelencia que en caso de San Martín es el marco de las siguientes preguntas.

¿Por qué en la ofrenda del panteón en San José en San Martín Xochinauac se ofrece el dulce de calabaza o chacualote a los vecinos que visitan a sus familiares el 2 de noviembre?

¿Sabían que en San Martín existía una avenida o camino que le decían de las ánimas y en qué lugar se encuentra?

Comienzo con estas dos preguntas el relato que narrare a continuación pues me he percatado que muchos que se dicen ser originarios de San Martín desconocen el origen de esta tradición, como es el caso de Lorenzo Mendoza de la fábrica de Mosaicos Mendoza en la calle la Nueva Era esquina San Martín debido a que hace algunos días sostuvimos esta conversación y de manera muy entusiasta me sugirió que la subiera al Facebook de San Martín.

Entonces les comento que hace algunos años comencé preguntando mis inquietudes históricas, primero a la señora Julia Olivares Pérez quien falleció en el año 2014 a los 84 años; y a la señora Celia López que hace unas cuantas semanas nos ha dejado. Además de los relatos que todavía mi abuela y mi padre nos dejaron; ya que ellos atestiguaron la existencia de los animeros de San Martín. Sus testimonios me dejaron sorprendido pues en ellos pude encontrar hermosas evocaciones y reminiscencias de nuestro valioso pasado.

Ellos me dijeron que en ese lugar siendo niños y jóvenes recordaban todavía que en aquellos tiempos, la gente se juntaba en los cuatro caminos, así le decían a lo que ahora son las avenidas San Pablo por la UAM y a la avenida Tempantongo, en el cruce que hacen con la avenida Real de San Martín; decían que en ese sitio se daban cita el 1 de noviembre por la tarde, una gran cantidad de vecinos portando una vena grande a la que denominaban “cera o parafina”. Imagínense ustedes esa gran concentración de gente con una vela encendida además los vecinos se hacían acompañar de algún sacerdote de la iglesia y también de los mayordomos; el llamado lo hacían tañendo una pequeña campana con un sonido doliente y triste y en coro hacían en pregón: “De una velita para esta alma perdida”. Me relataron también que hacían tender un niño sobre una tabla y lo cubrían con una sábana o manta blanca, entonces era cargado en andas por cuatro hombres jóvenes para avanzar por el camino de las ánimas, ahora Real de San Martín. Decían que entre el canto del pregonero de una velita para esta alma perdida se rezaba, el rosario y otros cantos lamentablemente se han perdido.

Este camino era de pura tierra y de sus lados corrían unos arroyos, también había innumerables arboles altos y frondosos de los llamados sauces llorones, ahuejote. Conforme avanzaba el recorrido se iban integrando más familias que llevaban cargando canastas con la ofrenda; comida café y el tradicional chacualolw, sin faltar las flores de cempasúchil. El cortejo llegaba al atrio de la iglesia, donde ¡Oh sorpresa!, había sido un cementerio por eso siguiendo la tradición entre las tumbas, se compartía el cafecito y el dulce de calabaza se preparaba y combinaba caña, guayaba y tejocotes. ¿Y por qué tenía que ser este el plato el principal en San Martín? Por qué en este barrio se cultivó la calabaza que se producían casi naturalmente y en grandes cantidades por esta razón a los originarios de San Martín se no dio el mote de “calabaceros”.

Concluyo este relato invitándolos a festejar estas fiestas de día de muertos, y apreciar el folclor de nuestros pueblos y barrios originarios.

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