SANTA BARBARA YOPICO
Por Gustavo Aquino
Quesadillas,
tardes frescas, surge
un
rumor desde esas noches cálidas
callejones
donde brota un olor a petroleras
carne
asada, nopalitos y quesillo
La
clandestinidad de un parque te llama
el
sonido del barrio te susurra.
Hay alguien
allí
no
son duendes ni son hadas
no
son extraterrestres ni vampiros
Es una
voz lejana que
traspasa
nuestros oídos
Son
los amigos y los abuelos, es la madre
quienes
creímos que no volverían
Nos
observan
almas
que pululan
sombras
que saludan.
En unas
horas todo será derroche
sabor
de muerte, olor a Cempasúchitl,
El
niño que dice:
esa
calaverita de amaranto
me
ha guiñado el ojito,
pos…,
me la tendré que comer
Nuestro
cielo, espejo de lágrimas,
almohada
de lagos que la cruzan de noche
Nuestra
hormiga vaga triste,
por
la invasión, de tipos hostiles
extraños
vienen cual marabunta
a
este lugar
Una sombra se esconde en
los ahuehuetes
Y anuncia Azcapotzalco
querido:
Soy la muerte, vamos rumbo
al Mictlán.
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