lunes, 21 de noviembre de 2022

LEYENDAS DE SANTA CRUZ ACAYUCAN 

Y SANTA APOLONIA TEZCOLCO

Por: Ana Marisol Reséndiz Pizarro


Obra pictórica: Dr. Tlalok Rodríguez

Leyenda del panteón de Santa Cruz Acayucan.

El panteón de Santa Cruz Acayucan es un lugar muy concurrido donde las familias llevan juguetes a los niños que yacen ahí y se congregan para ver la paz de las tumbas mientras visitan a algún ser querido algunos visitantes extraños que no acuden frecuentemente se espantan al sentir esa paz incierta del panteón; o al ver alguna sombra negra brincar de árbol en árbol, o algo más espeluznante aun: ver los juguetes reguiletes obsequiados a los niños girar y girar sin que haya una sola ráfaga de viento, pero si un escalofrío en el ambiente; como si la muerte caminara entre nosotros…

Pero bueno más allá de las tragedia vida y muerte les contare una leyenda que aconteció en los ochenta, antes la vida era diferente yo tenía un enorme perro san Bernardo que le encantaba el agua y como no tenía dinero para unas vacaciones para hacerlo feliz llevándolo a la playa entonces lo lleve mejora nadar y a bañarse en las piletas del panteón de Santa Cruz Acayucan como se divirtió el perro ese día fuimos al panteón con toda la familia era un dos de noviembre el panteón lucia engalanado con alimentos y juguetes, la gente acude para ver a sus familiares aunque sea como una neblina, y como algo sobrenatural, se escuchan los sonidos de los rehiletes construyendo una macabra atmosfera; a veces al asomarse en alguna tumba con ofrenda de juguetes se puede ver como se mueven ligeramente.

Ese día llegamos a compartir la ofrenda en la tumba de mi padre, y fuimos como de costumbre para que mi hijo de 2 años conviviera con su abuelo y aprendiera a rendir culto a sus antepasados, mi padre en vida traía un jorongo multicolor, su bastoncito de madera y un sombrero de palma con el que cubría su cabeza, en su mirada se asomaba el conocimiento, -entonces pasaron dos señoras con trenzas y canastas que me preguntaron muy asustadas donde está el señor del jorongo el que estaba sentado ahí en la tumba con ustedes el que nos acaba de comprar unos tlacoyitos, de repente un escalofrío recorrió mi cuerpo y les respondí –así como me los describen era mi padre pero ya tiene tiempo de haber partido al otro mundo de hecho hoy venimos a acompañarlo, entonces las mujeres se pusieron terriblemente pálidas y corrieron despavoridas, por eso sabemos que a papá le encanta que los vengamos a ver a este hermoso panteón.

El nahual justiciero de Santa Apolonia Tezcolco

Antes la gente no vivía como nosotros algunas construcciones en el barrio eran vecindades; a una de las vecindades principales le decían el piojito y tenía su baño afuera en el patio comunal de la vivienda donde se hacían también fiestas y reuniones, donde a veces se vendían quesadillas y otras veces jugábamos futbol o béisbol incluso jugábamos a ser Kalimán, Solín o la Bruja Blanca, mientras que en nuestras casas coleccionábamos algunos discos de acetatos.

Sin embargo a pesar de tener mucha felicidad en el barrio jugando al avión, a los quemados, a doña blanca, a saltar resorte, o a saltar la cuerda en el patio de la vecindad; la gente siempre platicaba de sucesos sobrenaturales, y en la intimidad de algunas familias, algunos esposos eran sumamente violentos con sus esposas y buscaban cualquier pretexto para golpearlas injustamente, a pesar de que se la pasaban lavando todo el día en los lavaderos comunicatorios y haciendo la comida, antes por diversas razones las mujeres eran sumisas y no se defendían de sus maridos ni de nadie más, sin embargo había fuerzas sobrenaturales que “educaban” a la gente o lo que ahora le llaman el karma, lo cual se manifiesta en el siguiente relato… Un día de tantos nos fuimos a dormir y a media  escuchábamos que mi papá le pegaba a mi mamá y entonces nos despertamos por el alboroto, los gritos el llanto posteriormente; en algún momento de la noche mi papá tuvo que salir al baño que estaba el patio comunal; y de repente escuchamos los gritos desgarradores de mi padre y pensamos que alguien se había metido al patio de la vecindad, por lo cual salimos con palos de escoba y velas para ver en la oscuridad, mi padre gritaba despavorido y sus brazos sangraban mientras trataba de taparse el rostro, -¿Qué te paso padre? -¿Estas bien?, -No hijos no estoy bien me ataco el nahual, y se me bajo de golpe la borrachera, fue un castigo sobrenatural porque he sido malo, -¿Cómo era el nahual padre? –aterrador era una especie de cruza entre lobo, perro y gato, pero hablaba como gente con una voz bien clarita me dijo –para que se te quite lo borracho…. De verdad esa cosa hablaba y tenía unas garrotas y yo sin nada para defenderme… Sin creerle su historia yo revise el baño para ver si se había rasguñado con algo pero no vi nada extraño.

Después de dicho suceso mi papá era otro por varios días fue demasiado amable con todos, dejo de tomar pulque, pues diariamente veía la pulquería “Los arbolitos” que estaba en la calle de Tochtli; por eso hay que portarse bien no vaya uno a ser reprendido a media noche por algún nahual justiciero.



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