JOSE
A. CARBAJAL CORTES, CRONISTA
Y PERSONAJE DE AZCAPOTZALCO
Por: Martin Borboa.
Nació en Zitácuaro, Michoacán el 29 de
marzo de 1970, y a la edad de 4 años él y su familia se mudaron a la Ciudad de
México, y llegaron a Azcapotzalco. Concretamente primero fue a la colonia Clavería,
y luego de un par de meses, a la Colonia El Recreo, Barrio de San Lucas.
Es natural que su familia antes hubiera ido
con más frecuencia a su natal Zitácuaro, pero el fluir de la vida y al
integrarse a sus ocupaciones, ahora quizá solo sea 1 vez al año.
Sin embargo, aunque reducidas, la calidad
de esas visitas llegan a tener un alto contenido y significado, pues por
ejemplo en una de las más recientes en 2019, aprovechó para reunirse con el
cronista de Zitácuaro y comenzar el trámite de hermanamiento entre Azcapotzalco
y esa bella población michoacana, tan llena de historia, de mariposas monarca y
de paisajes arbolados.
No urge que quede concretada esa hermandad,
pero en José Carbajal y en su par michoacano, el proyecto puede llegar a un
feliz puerto, no solo en declaraciones o documentos, sino en hechos:
intercambio de eventos, información, presentaciones, publicaciones, y cuanto la
imaginación, la bondad y las posibilidades de ambos sitios lo permitan.
Y será fantástico, pues por haber conocido
a José Carbajal yo decidí ir a conocer Zitácuaro. Un sitio muy bello. Su plaza
arbolada, los murales de sui palacio de gobierno, el monumento central dedicado
a las diferentes fases de la guerra y consumación de la independencia: desde
Primo de Verdad hasta el triunfo del Ejército Trigarante. Destaca por supuesto
los periodos de Hidalgo, Morelos, Guerrero y López Rayón.
En Zitácuro ondea una réplica del Doliente
de Hidalgo, enseña del grupo insurgente que lamentaba la muerte del prócer y
continuaba su lucha. José Carbajal se ha ocupado de ir a ver el Doliente
original que se conserva en una bóveda del Castillo de Chapultepec, actual
Museo Nacional de Historia.
José Carbajal sabe del papel de primera
importancia que jugó su tierra en el proceso de la independencia. Ahí fue donde
Ignacio López Rayón organizó la Junta de carácter insurgente, legislativa y de
mando, que adoptó el nombre de Junta de Zitácuaro, y en ella el Licenciado
Rayón expuso lineamientos positivos para el tipo de país que anhelaba ver sin
ataduras, para un primer gobierno independiente de la Nueva España, los cuales
luego fueron dignamente retomados por José María Morelos y Pavón para sus
incomparables “Sentimientos de a Nación”.
La oficina del cronista en Zitácuaro se
ubica en la Casona de la estación, que funcionaba para el ferrocarril, y ahora
es también un hermoso museo de sitio que exalta con abundantes cedulas
informativas al prócer López Rayón, a la heroica Junta, y también mucho de la
historia local y sus personajes, como al aviador que piloteó a la nave
“Pinocho”, del cual se exponen diferentes replicas, e incluso en una calle
cerca del zócalo tiene un monumento con un avión elevado.
Pareciera que me estoy desviando y por
querer hablar de un cronista de Azcapotzalco, aprovecho su cuna para invitar al
lector a conocer Zitácuaro. Si tengo esa intención, pero la principal es hacer
notar que una persona puede aportar innumerables tesoros cuando se tiene a
voluntad y el interés. José Carbajal tiene un profundo respeto y cariño a
Azcapotzalco, y puede lograr que allá se conozca más de nosotros, y viceversa.
No hace falta ser cronista para llevar y traer datos, anécdotas, material,
fotografías, documentos. Pero imagine si además es alguien como él de quien a
continuación describiré un poco su trayectoria, estudió la licenciatura en
ciencias de la información, también llamada Biblioteconomía, que ha adoptado y
practicado una metodología para reunir datos, investigar, fotografiar,
documentar, para luego publicar o difundir en propia voz en conferencias y
charlas sus hallazgos.
Es de subrayar que los tesoros de Zitácuaro
pueden ser dignamente mostrados en Azcapotzalco por Carbajal, y que tarde o
temprano, los tesoros de Azcapotzalco serán expuestos y compartidos allá, sin
duda, porque el ser cronista no es solamente reunir y acumular datos
invaluables. Es preciso divulgarlos. Y en eso hay infinidad de maneras: oral,
escrito, en entregas, todo en una, en casas de cultura, por internet, escuelas,
foros, y como lo hace la distinguida Maestra María Elena Solórzano en la Casa
de la Cultura, rodeados del apapacho del aroma del café.
Ella ha sido un pilar en la carrera de
cronista del José Carbajal. En la entrevista que él me dio para este texto, la
Maestra fue nombrada varias veces, cada una con admiración, cariño, respeto y
reconocimiento a su gran labor por la crónica en Azcapotzalco. Y a la par
también el nombre del Arqueólogo Antonio Urdapilleta es mencionado por Carbajal
con enorme respeto y agradecimiento. En repetidas ocasiones al platicar
Carbajal de cómo pudo avanzar en esto u otro proyecto, o de cómo se abrieron
puertas para su desarrollo, la Maestra Solórzano y el Arqueólogo Urdapilleta,
son sin duda gigantes pilares a los que tiene devoción profesional y personal
de muy intima calidez.
Ellos ayudaron a que germinara la semilla
del interés por la crónica que un dia fue sembrada en José Carbajal por su
maestro, cuando él cursaba sus estudios en el Colegio de Bachilleres Plantel 18
en San Juan Tlihuaca. Un día su maestro de Historia Socioeconómica les preguntó
en el salón refiriéndose al barrio donde está ubicado el plantel: ¿Saben que
significa el nombre de este lugar? Tierra de brujos, de curanderos.
Esto despertó su interés y para la década
de los 80´s se acercó a las actividades que iba detectando que se desarrollaban
en torno a la historia de la alcaldía. En los 90´s ya fue siguiendo las
presentaciones de los cronistas, acudiendo a inauguraciones, conferencias, y es
donde los dos gigantes pilares que he mencionado, distinguieron su constancia,
su interés, y fue Urdapilleta quien le propuso que participara como
colaborador. Desde entonces las aportaciones de Carbajal fueron ganando un
sitio, y aunque asistía como parte del público, tenía frecuentes oportunidades
de comentar con ellos sus temas de interés, sus hallazgos, inquietudes, así
como de participar voluntariamente pegando carteles y difundiendo programas de
actividades. Desde el año 92 supo de los cronistas de Azcapotzalco, y para el
97 ya era un seguidor y colaborador de ellos. Pero el cronista que llevaba
adentro Carbajal, aun no salía a la luz. Fue en el año 2013 cuando lo invitaron
la Maestra Solórzano y el Arqueólogo Urdapilleta a dar su Primera plática. El
tema fue: Películas clásicas de la época de oro del cine mexicano filmadas en
Azcapotzalco.
El cronista rompió el cascaron dentro del
cual acumulaba información, y salió a divulgarla en vivo frente al público. Que
enorme calidad de madrina y padrino tuvo.
Y cada uno de quienes tratamos de aportar
crónicas de nuestra alcaldía sabemos quienes fueron nuestros respectivos facilitadores
y tutores. En mi caso fue Don David Delgado, gran cronista de gran corazón,
lleno de entusiasmo, conocimientos y bondad por compartirlos. A mí me recibió
con los brazos y los libros abiertos, me apoyó, me guió, me catapultó y con
orgullo digo que me concedió hacer el prólogo de mi primer publicación sobre
Azcapotzalco. Nunca dejaré de agradecérselo. Y por ello quise subrayar también
el agradecimiento que José Carbajal tiene por los citados pilares de su carrera
en la crónica. Ese agradecimiento suyo me confirma lo mucho que hay de
sentimiento y corazón detrás de cada tema que elige estudiar y divulgar.
Luego de esa primera participación con los
cronistas acerca de las películas filmadas en Azcapotzalco, Carbajal siguió involucrado
con otros temas, microhistorias, relatos con televisoras que han venido a
filmar documentales o programas, y ya en pleno vuelo divulgador, se sintió
parte de los cronistas locales, lo cual desempeña de modo notable y reconocido
por sus propios compañeros.
No siempre ha sido fácil investigar o
divulgar. En ocasiones presentó proyectos buscando apoyo oficial, pero no
fructificó. Otras metió textos en convocatorias pero no ganó el premio que
suele ser una publicación. Fue hasta 2010 cuando en una convocatoria de la
entonces Delegación Azcapotzalco participó con el tema del bicentenario de la
independencia y consiguió un reconocimiento honorario impreso. Esta fue su
primera participación formal fuera del círculo de cronistas.
Ese mismo año obtuvo un reconocimiento por
su “Plática de Día de Muertos” en el marco de los festejos delegacionales sobre
el tema. En 2011 participó en la UNAM en una mesa redonda sobre “Publicaciones
electrónicas y derechos de autor”. Dos años después en la Academia Mexicana de
la Historia tomó el curso: “Miradas sobre el cine mexicano”.
En 2015 en el evento Librofest de la UAM
Azcapotzalco, dio la conferencia “Edición de libros electrónicos”. También se
convirtió en miembro de la Sociedad de Amigos de la Academia Mexicana de la
Historia, correspondiente de la Real de Madrid.
En los años 2015 y 2016 publicó en
“Amoxcalli” un acrónimo y luego un texto de exaltación a uno de sus pilares
formadores en lo profesional y lo cálido de la crónica, titulado “Rememorando
al cronista Antonio Urdapilleta”.
En 2016 el espacio cultural y gastronómico
Tintanismo le otorgó un reconocimiento por su ponencia “Los cortometrajes
filmados en Azcapotzalco”. Por su parte, la Biblioteca José Maria Morelos y
Pavón de nuestra alcaldía, le extendió dos reconocimientos por sus aportaciones
presenciales con los temas “Crónicas de dia de muertos en Azcapotzalco” y
“Azcapotzalco y sus chintololos a través del tiempo”.
Por ser un asiduo seguidor de programas
televisivos de crónica e historia, principalmente “El Foco” y “Leyenda Urbana”,
contactó a la conductora Cynthia Francesconi para sugerirle hiciera un programa
sobre Azcapotzalco. Sus esfuerzos rindieron frutos y en una cita en el Museo de
Antropología, Carbajal le proporcionó elementos informativos y documentos
valiosos, que hicieron que en esa misma ocasión se decidiera la aprobación de
filmar el programa. Alberto Barranco y la mencionada conductora resaltaron los
valores tangibles e intangibles de nuestra localidad, tal como lo sugirió
Carbajal. Un éxito para nuestro cronista, nuestra alcaldía, para el programa y
la televisora. Después de su transmisión en televisión, se coronó todo el
trabajo, con la proyección del programa en la Casa de la Cultura de
Azcapotzalco, presentado por José Carbajal.
Después decidió ampliar sus horizontes
temáticos y estudió leyendas de todo el mundo. Distinguió lo que en el mundo ha
cautivado a generaciones y se propuso revisar lo que pudiera haber en
Azcapotzalco al respecto. A partir de ahí, los relatos de espectros, apariciones,
duendes, umbrales de traslado a otros espacios, han sido de su interés, y
actualmente posee una extensa lista de leyendas y sucesos que solo por sus
títulos el público querrá con fervor conocer los detalles de cada una. Yo no
quiero adelantar aquí ninguna, pero si quiero advertirles que cuando conozcan
su descripción del carruaje espectral sin caballos cuyo cochero es una calavera
de profundas cuencas vacías donde irían los ojos, y blanquecinos huesos en los
brazos, sufrirán una inquietud espeluznante. Así fue para mí durante la
entrevista.
En esos terrenos de la realidad paralela o
alterna, Carbajal ha ahondado mucho, y por ello se ha acercado a una eminencia
de Leyendas y Tradiciones en nuestra ciudad y en el país, Jermán Argueta.
Editor, actor, organizador, cronista, entre muchas otros talentos, Argueta ha
valorado el trabajo de Carbajal, quizá en un futuro haya una publicación
conjunta, y mientras eso sucede, ya han narrado junto ante público en la Casa
de la Cultura de Azcapotzalco en 2017 y 18.
Jermán Argueta y José Carbajal
En 2017 realizó junto con Visión Alterna,
colectivo creativo liderado por Patricio Garibay y Roberto Ortiz, el documental
en video “Los duendes del Parque de San Lucas”, un trabajo sobre apariciones de
duendes de peculiar ropaje en ese parque. Y no solo eso, también señala el
punto en que se abre un portal para la llegada o salida de esos seres
diminutos.
La Comunidad cultural Atlachinolli, A. C. le
dio un merecido diploma por su “Labor en la preservación del acervo tradicional
histórico de Azcapotzalco” y el Consejo de la Crónica de Azcapotzalco lo
reconoció por su participación en el “XVI Encuentro de cronistas de
Azcapotzalco” dedicado a la memoria de José Antonio Urdapilleta.
Ofreció pláticas en primarias y secundarias
de la alcaldía, como parte del apoyo que dio el gobernante local Pablo
Moctezuma a los cronistas, y se encargó de compilar toda la información y
elaborar las cédulas para la exposición sobre los “Cronistas de Azcapotzalco”
que se instaló en la Explanada delegacional en el marco de la Feria
Internacional del Libro de Azcapotzalco, cuya curaduría estuvo a cargo de
Gabriela López.
En 2018 participó en el evento “Catorceavo
encuentro literario en Azcapotzalco” organizado por la alcaldía, así como en la
“Segunda jornada de Matinés de leyendas” en el mismo lugar.
Ese año, por su constante trabajo de
investigación y divulgación, se integró al nuevo Consejo de la Crónica de
Azcapotzalco, y es a donde yo meses después que él, también ingresé, y tuve el
gusto de conocerlo. En abril se llevó a cabo el XVIII Encuentro de cronistas de
la alcaldía y las memorias de las ponencias se publicaron en una elegante
edición bajo el título de “Tlacuilos tepanecas”, en donde Carbajal participó
con el tema “Crónicas junto a las cenizas”. Funge como cronista del barrio de
Nextengo, y explica que dicho nombre significa “lugar en la orilla de la
ceniza”, sitio en el borde del antiguo Lago, donde los habitantes de aquel
tiempo quemaban materiales para favorecer la calidad de la tierra para mejorar
resultados en la siembra. Su texto es vital para la comprensión económica,
geográfica y antropológica de Nextengo y Azcapotzalco.
En el primer trimestre de 2019, en una
sesión de dicho Consejo, Carbajal dio lectura a un texto suyo que ojalá pronto
publicara en papel o en “La hormiga en línea”, con el título “El paseo de los
ahuehuetes y el sabino mágico de Santa Catarina”. Muy interesante.
La Maestra Solórzano lo ha invitado a que
este año escriba para el Cabildo Nacional de la Crónica, y Carbajal publicará
ahí su texto “Dr. Nicolás Cedillo, un personaje de Azcapotzalco”. Destaca que
un hospital de nuestra alcaldía lleva el nombre de este distinguido personaje.
Otro tema que prepara para ese Cabildo es: “Por los cines en el tiempo, por
Azcapotzalco, Tacuba y anexas”, que trata sobre la historia de los cines de
esas localidades.
En La hormiga en línea”, la revista
electrónica dirigida por Patricio Garibay, publicada por el colectivo Visión
Alterna que se publica desde febrero 2019, el primer texto de Carbajal que
apareció fue en el número 1, con el título “De cine y crónica: El automóvil
gris, escenas filmadas en Azcapotzalco”, película de la que dijo en el
lanzamiento del proyecto “San Lucas barrio ancestral”, que este año se cumplen
100 años de haberse realizado, pues la cinta es de 1919.
En esa misma revista electrónica, en marzo
2019 Carbajal publicó “El encuentro con la crónica en el lugar de las
hormigas”, un detallado resumen de los progresos de la crónica y los cronistas
de la alcaldía.
En mayo publicó ahí “La Azcapotzancla y
algo más. Un emblema desconocido en el barrio de San Marcos Izquitlán”. Un
fantástico hallazgo divulgado nítidamente por Carbajal. Y en ese texto, la
oferta de “algo más” merece mención aparte, pues narra la fantasmagórica
aparición de una procesión de espectros por las calles de Azcapotzalco. Digna
de una representación teatral en noviembre, o de una narración con personajes
caracterizados. De helar la sangre.
En agosto su tema fue “La promesa de un
exvoto y los orfebres artífices de Azcapotzalco: una realidad y un misterio”,
partiendo de otro hallazgo suyo, esta vez dentro del Museo de la Basílica de
Guadalupe: un trabajo del siglo XVI que muestra a un alacrán mandando a hacer
por Hernán Cortés, elaborado por manos tepanecas.
Desde la fundación de la Sociedad
Cervantina de Azcapotzalco en abril de 2019, Carbajal forma parte de ella. Su
primera participación formal en ella fue el 6 de septiembre de 2019, como
conductor del cine debate que se organizó en torno a la película proyectada:
“El hombre que mató a Don Quijote”, en el Salón Cervantino de la Casa de la
Cultura de Azcapotzalco, evento en el que también participé como asistente de
Carbajal. Pienso que su gusto y preparación acerca del cine, lo convierten en
el conductor idóneo para este tipo de eventos. Ojalá se repita con frecuencia
su conducción.
Este año el Instituto Politécnico Nacional
le extendió un reconocimiento por su asistencia al taller “Repositorio
institucional, una opción sencilla para crearlos”.
Antes de finalizar la entrevista, pregunté
a Carbajal si creía que la crónica en Azcapotzalco ya había agotado sus temas.
De inmediato contestó que no. Dijo que se descubrió un enterramiento tepaneca
en la avenida Aquiles Serdán, y que eso siempre dará luces para más
investigaciones y posterior divulgación. Eso le recordó que cuando era niño y
acudía a la primaria, en la avenida Heliopolis vio en una excavación una pieza
de cerámica color ocre de aproximadamente 40 centímetros, con algunas
inscripciones llamativas. No supo después que fue de esa pieza. Pero esto le da
pauta para asegurar que ha habido y habrá siempre novedades por descubrir. Le
pregunté sobre el futuro de la crónica. Opina que todas las épocas son
interesantes, pero vivimos aquí, y conocer el pasado que conforma éste
presente, nos ayuda a entenderlo mejor. No podemos quedarnos solo metidos en
temas del pasado tepaneca o del tiempo del porfiriato en Azcapotzalco. Dijo que
las crónicas se hacen para las generaciones que vienen, y que como aseguraba
Carlos Monsiváis, no venimos de la nada.
Para concluir la entrevista, le pregunté
porque a veces, un tanto al estilo de Jermán Argueta (del cual yo gusto mucho),
a veces se autonombraba en mensajes como “El centinela de Xancopinca”.
Hay que aclarar que Xancopinca era un
manantial de agua dulce que tenía una corriente de respetable fuerza en el
subsuelo, que estaba en alguna parte del estacionamiento de la hoy tienda
Soriana de Cuitláhuac. En ella, dicen que por las noches se aparecía un
espectro femenino, se presentaba atractivo y sensual, cautivaba a algún hombre,
y cuando éste creía poder alcanzarla, caía al centro del manantial y era
arrastrado mortalmente por la corriente. Carbajal conoce esta leyenda de
Azcapotzalco, y lo unió al hecho de que en algún momento de su vida, fue
vigilante de un complejo industrial, en donde se hablaba de apariciones
nocturnas. Así que amable lector, si un día lee o escucha sobre el “Centinela
de Xancopinca”, ya sabe que se trata del cronista José Carbajal Cortés.
Para acompañar este texto, le solicité a él
que eligiera algunas fotos. Me mostró más de las que podría incluir aquí. Todas
en algún sitio especial, como sentado en la silla de director de cine de Ismael
Rodríguez, junto al atuendo del luchador Enmascarado de Plata, el Santo, o
compartiendo algún evento con Ángeles González Gamio, Cristina Pacheco, entre
otras personalidades de la crónica. Al gran cinéfilo, cronista, investigador y
centinela de Xancopinca, siempre lo podrá uno distinguir por lo exhaustivo de
sus profundas búsquedas de información, por su sonrisa franca al exponer sus
temas, y por su infaltable botón en el pecho que muestra el antiguo glifo de
Azcapotzalco, con la hormiga entre granos de maíz.
Yo diría: “es un cronista de película”.
Felicidades a José Carbajal por su trayectoria, a la cual hay que seguirle la
pista porque produce y promete.
Muy merecido este reconocimiento a un gran cronista, Centinela de Xancopinca” me gustaría conocer esta historia o leyenda saludos a los dos!
ResponderEliminarHola, gracias Francis López y claro que más adelante daremos a conocer más sobre la Leyenda del manantial encantado de Xancopinca, leyenda fascinante de Azcapotzalco!!! Retomando autores antiguos y modernos, además de lo que hemos indagado propiamente.
Eliminarsaludos
Creía conocer a José Carbajal,hoy. Me quedo sorprendida de todo lo logrado en su vida felicidades a ambos por mostrarnos tan fascinante vida 👌
ResponderEliminarGracias por las palabras Francis y gracias a Martín Borboa por la entrevista a su servidor y pues, continuaremos aportando al hormiguero por amor a Azcapotzalco.
EliminarGracias mil, saludos hasta San Martín Xochinahuac que es "una flor en el Anáhuac"!!!!