martes, 21 de diciembre de 2021

 NOSTALGIAS NAVIDEÑAS 

Por Patricio Garibay 

Hace unos días acudí al hospital del ISSSTE de Tacuba a mi cita anual de revisión médica, y mientras aguardaba pacientemente mi turno pude observar a  enfermeras y doctores decorar con enorme entusiasmo la pequeña sala de espera con alegres adornos navideños, la reducida sala  habilitada recientemente lejos de la zona covid del hospital. Así, pronto se le fueron llenando sus muros, ventanas y puertas con adornos de cromos multicolores de imágenes de campanas, velas, ángeles, renos, etc… vi como una joven enfermera luego de medirle la presión arterial a una rolliza señora movía un banco a media sala para subirse en él y poder  así enganchar en una lámpara una pequeña pero lucida piñata, al otro extremo de la sala otra enfermera y un doctor colocaban en una pared la enorme figura de un Grinch con cara de iguana mientras ambos bromeaban por su aspecto grotesco, enseguida la misma enfermera de la piñata le tomaba el pulso a una simpática viejita recién llegada para después volver a mover su banco y alcanzar en lo alto del muro al negrito Baltazar para despegarlo y volverlo a colocar más cerca de un enorme pesebre hecho de fomi, donde se representaban las figuras de la virgen María, el niño Jesús y san José. Estoy completamente seguro que en esos momentos todos los presentes de esa sala al igual que yo llevaban  bajo el cubre bocas una melancólica sonrisa. La  navidad pues  se metió por todas partes, por  todos los rincones, incluso al hospital de Tacuba, sitio de encuentro ocasional de muchos vecinos de Azcapotzalco y donde también muchísimos de ellos concluyeron intempestivamente sus  vidas a lo largo de estos dos años fatídicos.

Recordar es volver a colocar en el corazón emociones pasadas, y aquel alegre entusiasmo de enfermeras y doctores decorando su centro de trabajo provocó en ese momento que yo pusiera en mi maltrecha víscera cardiaca recuerdos de aquellos tiempos de mis primeros años escolares, cuando en mi querida Escuela Primaria Bilingüe Coliman, ubicada en la calle de Cairo colonia el Recreo, adornábamos con similar entusiasmo el salón de clases durante aquellos lejanos días decembrinos de inicios de la década de los 80s,  recuerdo como competíamos los niños por llevar el mejor adorno navideño que comprábamos en papelerías de la zona y  recuerdo que casi siempre las que ganaban eran las niñas como es lógico. Recuerdo a la querida maestra Alejandrina que debido a su juventud e inexperiencia le era imposible poner orden en el salón, y recuerdo como hipócritamente todos los niños volvíamos a nuestros lugares calladitos y mansos como corderitos al entrar al salón la maestra Amelia, la severa directora y fundadora  de la escuela y con la que nadie  podía pasarse de listo ante el temor de recibir de  ella un merecido y buen jalón de orejas.   La profesora Amelia conocida por los vecinos como Miss Amelia, y que de niño me resultaba sumamente antipática, hoy la recuerdo con enorme afecto y gratitud, nacida en el Estado de Colima falleció  a inicios del 2019  luego de una larga vida dedicada a la enseñanza,  mi memoria la evoca con nostalgia cundo nos ponía a entonar  cantos navideños en español y en inglés por ser una escuela bilingüe. 

Pastorela lera lera” en la Casa de cultura Azcapotzalco 2019

El año ante pasado mientras presentamos la “Pastorela lera lera” en la casa de cultura entre el público se encontraba una compañera de aquellos años escolares, fue emocionante conversar con ella luego de 35 años de no vernos, ya no era la bonita niña morenita compañera de salón, ahora era una guapa señora acompañada de su joven hija, fue muy emotivo intercambiar remembranzas de aquellos bellos  tiempos que aunque suene repetitivo fueron muchísimo mejores en casi todos los aspectos a los de hoy. Hoy que ya está prohibido jalarles las orejas a los niños pero en el que todo lo demás si está permitido, principalmente la estupidez,  y no solo permitida sino fomentada, para muestra dos noticias recientes muy navideñas; 

En varios países de Europa se remplazará el “Feliz Navidad”  por el “felices fiestas”, esto  con el presunto fin de no “ofender”  a los no cristianos. No nos extrañe que próximamente México adopte esta misma ocurrencia, pues si en siglos pasados la inteligencia civilizatoria llegó de Europa, hoy por el contrario, de Europa se importa la estulticia disfrazada de “progresismo”.  La segunda noticia es el horrendo árbol navideño inaugurado en la Cámara de Senadores, coronado con una pirámide azteca de cartón, eso es no entender ni que fue el mundo azteca ni que representa la navidad, pues en el primer caso, en la pirámide azteca se sacrificaron a miles de personas por temor a la ira de los dioses, y en el segundo caso, la navidad representa el nacimiento del hijo de Dios, quien se sacrificara él mismo por el bien de los hombres. Ojala alguien les hubiera jalado las orejas a nuestros lerdos senadores cuando eran niños. 

EMMA GODOY. 

LA VEJEZ, EL INVIERNO Y LA NAVIDAD

Por Don Nayarito Cantalicia  (Grupo Formiga)

Emma Godoy nació en la primavera de 1918, y falleció en julio de 1989. Vivió muchos años en la Colonia Nueva Santa María, hasta el final de su vida. Hizo una gran labor en varios campos, como la filosofía, la literatura, la comunicación, y elevó la dignidad social y de derechos para la población de la tercera edad y la vejez.

Mucho tiempo participó en radio con Janett Arceo. Y ella, en su programa “Janett Arceo y la mujer actual” del 25 de diciembre de 2020, retomó una grabación que hizo junto con la Doctora Godoy, y la retransmitió. (Duración 13:11). Es muy bella la idea que expone nuestra vecina de Azcapotzalco, y por ello considero que vale la pena, en esta época navideña, invernal, contar con su mensaje, precisamente, sobre estos asuntos: la vejez, el invierno y la Navidad.

El audio dice así (Habla Janett Arceo):

“Estamos ya preparados para recordar a nuestras inolvidable Maestra, la Doctora Emma Godoy, fíjense que en diciembre de 1988, nos habló, nos preparó, para recibir la Navidad. Yo les invito a que escuchen con todo cuidado y detenimiento esta grabación que Emma nos regala. Adelante Emma”.

(Habla Emma Godoy, y en ocasiones Arceo):

“Estamos llenos de campanitas de oro, en tiempos de Navidad. Bueno yo pienso que también la vejez tiene sus campanitas de oro. ¿Se acuerdan de aquel poema cursi que suelo repetir?, no me importa lo cursi ¿eh? Que tiene la vejez horas tan bellas / como tiene la tarde sus celajes / como tiene la noche sus estrellas.

Pues eso podríamos aplicarlo también al año que termina, al año viejo, tiene sus estrellas, tiene sus campanitas de oro, bueno, todo el mundo compara “la juventud a la vejez”, y compara la “primavera al invierno”.

Bueno, la primavera tiene sus valores pero no le quiten sus valores al invierno, también los tiene. Oye además ¿no tiene sus daños la primavera?, ya les he dicho que es cuando aumentan en las estadísticas el número de suicidios, hasta había una obra de teatro que se llamaba “Prohibido suicidarse en primavera”.

La juventud no es miel y dulzura, trae sus cosas como también es el tiempo de la reproducción, el tiempo sexual, esa es la primavera, el tiempo sexual. Los ganaderos saben que las crías nacidas del ayuntamiento en primavera son las mejores, eso lo saben los ganaderos. Tiempo de reproducción, las flores de primavera, pues son los órganos sexuales de las plantas, las flores, es el tiempo del sexo, es el tiempo de la reproducción, el tiempo de la vida.

Bueno, pero ese tiempo también lo toman los microbios y se reproducen con ganas, y ahí están todos, la gente moqueando o con diarrea, tienen veinte mil enfermedades en primavera, también tiene sus daños la primavera, claro, el invierno también tiene los suyos: “¡Ay que frio hace!, ¡ay que oscuro está!, mira el cielo, gris como panza de burro”. Bueno, también tiene sus daños el invierno, ¿no?

La vida es así.

Primavera: juventud, sexo.

Invierno: alma.

La primavera es para el cuerpo, el invierno es para el alma.

Yo creo que a todos nos gustan las tarjetas de Navidad, aunque estemos en México y nunca nieva, allá cada veinte años una nevadita en el Ajusco, pero que preciosas son las tarjetas de Navidad, donde hay invierno de veras invierno, que aparece por ahí la casita, llena de nieve, y la nieve también colgando de los abetos, que lindas las tarjetas de Navidad, son un verdadero cantico al invierno.

En el ritmo vital, la primavera es el momento sexual, del cuerpo, pero el invierno es el recogimiento para viajar a lo profundo del alma. Entonces, la iglesia por muchos motivos puso el nacimiento de Cristo en invierno, porque NO nos dice el evangelio cuando, a lo mejor nació en junio, no sabemos pero la iglesia eligió el invierno.

¿Porqué escogió el invierno?, porque no tenemos la menor idea de cuando nació Cristo ¿no? No lo dicen los evangelios, y le ponemos nieve, cuando que allá en Judea no nieva.

Lo hacemos más invernal. Es que es la época del recogimiento, de la vida interior.

El invierno, el año que se acaba, se va a acabar el año como se acaba todo, hasta nuestra existencia, pero se acaba para recomenzar en un plano superior, ese es el asunto, yo me muero pero para una vida eterna, no para una vida miserable aquí, sexenal.

No es tiempo de tristeza la ancianidad, como no es tiempo de tristeza el invierno, y oye, es curioso, pero no hay mes más alegre que el de diciembre, para todos, porque en primavera: carnaval, es la fiesta, carnaval, “carnis vale”, (adiós a la carne), y no, más bien venga para acá la carne, cual adiós, es una explosión de todos los instintos…”

“Todo es permitido en carnaval, es la fiesta de la carne, nada de “carnis vale”, vale quiere decir adiós, no, nada, en cambio la hora del invierno, cuando se va a acabar el año, bueno, podríamos gritar como Santa Teresa: “al fin voy a librarme de estos hierros, de esta cárcel en que el alma está metida”, se libra uno de la carne, en el fin de año, por lo menos debieran ustedes pensar en esta forma ¿no?, no nada más en la fiestecita, si no en toda la fiesta espiritual de la venida de Cristo, pero también la ancianidad -no es-, como el invierno, no es tiempo de tristeza.

Tiene la ancianidad unas cosas preciosas, es cierto que tiene el frío de los huesos, tiene las canas, es la nieve, es invernal, la vejez, pero para eso, hemos inventado para el invierno las chimeneas, bueno, aunque sea los calentadores eléctricos y las cobijas, y nos ponemos un gorro, tenemos muchas maneras de librarnos de las tristezas de la edad, del año que acaba, y tenemos una sensación de intimidad, de algo recogido, de algo hacia adentro.

Tiene un encanto especial el invierno, y  tiene un encanto especial la ancianidad, la Navidad es un estallido pero melódico del alma, ¡va nada menos que a nacer Cristo!, entonces toda la nublazón del invierno se vuelve un oro de sol, se alegran los corazones y también las montañas, porque también creó Dios las montañas y se alegra el mar, se alegran las estrellas, y más arriba los ángeles en el cielo cantan “¡Gloria a Dios!” Es el mes de la felicidad, ¿Por qué no hacer de nuestra vejez un símbolo? Es tiempo de Navidad.

No pensar “es el final de mi vida”, bueno, es el final de una vida precaria, para tener una vida sólida y perfecta, pero sobre todo es el tiempo de mi Navidad, nuestra vejez puede ser el tiempo en que gritemos: “¡Llega el redentor!”, “llega al fin la luz”, “llega el amor”, el amor que no tuve tiempo cuando era joven, ahora voy a vivir para el amor, voy a vivir para esa luz celestial, en medio de mi vejez está la Navidad. La gran fiesta de mi vida, va a ser el Jubilo del Espíritu Santo, no el jubilo del carnaval, no por favor, va a ser el Jubilo del Espíritu Santo.

Claro que no vemos al Espíritu Santo pero con él se renueva la faz de la tierra, es cosa de que los ancianos piensen “se está renovando el mundo, porque llega Cristo, llega Cristo a mi vida, voy a cambiar, y al cambiar yo cambia todo el universo, voy a mirar todo con otros ojos, ya no con los ojos juveniles llenos de carne, voy a tener que ver con los ojos del espíritu”. “El mundo es para mí ahora una ocasión de amor, de amor a Dios, y de amor a mí, y de amor a mis semejantes, y de amor a las plantas…”

Amarlo todo…

Tenemos que vivir de amor, y el amor, claro, trae sus sufrimientos, pero es un sufrimiento sublime, precioso, además no es mi sufrimiento propio, sufro con el dolor ajeno, aprender a sufrir con el dolor ajeno, y aprender a gozar con el goce de los otros, ya no con el propio goce, es muy chiquito.

Así que en esta hora, que no es hora de tristeza para los ancianos, porque oye, después que pase esta Navidad, la Navidad de nuestra vida, nos vamos a ir allá, a gozar de una perpetua fiesta, más allá de las estrellas, pero también los que me están oyendo no saben si van a morir pasado mañana, ninguno de nosotros sabe cuándo va a morir…

Porque no hacemos que la Navidad, como la ancianidad, se plante en mitad de este diciembre y digamos: “Ahora sí, ha llegado el Espíritu Santo a renovar la faz de mi mundo, ya no voy a tener el mundo que tenía yo, ya no. En este final de año voy a convertir en un vergel esta vida árida mía, esta vida infecunda”, tengas tú la edad que tengas, porque no sabes si estás como el viejo, al borde de la muerte, no lo sabes, te puede atropellar un coche en una esquina o te da un infarto, nadie puede estar seguro y decir: “Si amiga ahí nos vemos mañana”, hay que agregar :”si Dios quiere, si Dios nos presta vida”, porque nadie ha comprado su tiempo.

Entonces ahora podemos hacer que se renueve la faz de la tierra, cada uno, es un microcosmos, un micromundo, que el Espíritu Santo nos llene a todos con la luz del “logos”, de la palabra del Padre, acercarnos a Dios con eso, con la palabra, Cristo es la palabra de Dios, es el “logos”, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Pues con palabras nos entendemos, para eso nos dio el lenguaje.

Hablarle a Dios a cada rato: “Ay Señor que bonito esta ahora el tránsito, hay muy pocos automóviles”, comentarle como comentaríamos con un amigo, y decirle: “Ay Señor ya tengo mucha hambre, ¡ah! pero en mi casa me está esperando una comida rica”, y decirle: “Oye Señor ¿cómo le haré para que este día tenga un poco más de virtudes?”, “¿cómo voy a hacer para que este día tenga una sonrisa de amor?”,  vamos a inventar alguna cosa bonita, llevarle a ese viejo que está solo allá, le voy a llevar un pastel, o como una niña que fue y me llevó un dulcecito, si vieras que me gustó más que los otros regalos que me llevaron…

Entonces algo. Una obra de amor, para que sea la hora de la verdad y del amor en nuestra vida…”.

 

PASTORELA LERA LERA

UNA PASTORELA DE AZCAPOTZALCO

Por María del Carmen Jiménez

Las Pastorelas mexicanas son hoy un género dramático religioso que tuvo su origen en el siglo XVI, durante los primeros años del virreinato de la Nueva España, y fueron creados para ser representados en los autos sacramentales de los misioneros franciscanos para la temporada navideña, la idea principal era en primera instancia que los indígenas aun no católicos se acercaran por curiosidad a los atrios de las iglesias, y en segundo lugar, ya una vez  que los indígenas estuvieran interesados en la recién llegada religión,  aprendieran de manera sencilla el dogma católico,  Por ello la pastorela y el atrio de las iglesias fueron de vital importancia para que los indígenas se lograran incorporar al catolicismo. Durante cientos de años las primeras pastorelas fueron presentadas en náhuatl. Aun sobrevive la "pastorela de Zapotlán", donde se relata en lengua indígena la primera batalla entre San Miguel y Lucifer, A lo largo de cuatro siglos las representaciones fueron haciéndose cada vez más elaboradas y fueron convirtiéndose de dramas más apegados a la ortodoxia católica a historias más ligeras y cómicas y Como muchas otras tradiciones populares fueron incluyendo en su libretos aspectos sociales y políticos, pero siempre manteniendo la idea de lucha entre el bien contra el mal, el peligro que trae el caer en los 7 pecados capitales, y el narrar el nacimiento del niño Jesús como final feliz y esperanzador. 



"Pastorela lera lera", Atrio de la iglesia de San Lucas Atenco. 
 

Entre las más antiguas pastorelas del México virreinal se menciona La Comedia de los Reyes, representada tan solo 6 años después de la caída de Tenochtitlan en 1527, y se presentó en el atrio de la que luego sería la Catedral de Cuernavaca. Entre las pastorelas  más celebres destaca La pastorela de Tepotzotlán, escrita por Jaime Saldivar y Miguel Sabido en 1963, que se pone en escena cada año durante el mes de diciembre en la hostería del convento de Tepotzotlán.

UNA PASTORELA DE AZCAPOTZALCO

Leotardo regresa a casa para encontrare con Britney su esposa  quien se ha preparado para que su marido la lleve a cenar a algún sitio de comida rápida trasnacional,  Leotardo se niega a cumplir con lo prometido lo que ocasiona una discusión acalorada entre la pareja, pues ella ha sido alineada por la televisión y el mercantilismo. Por su parte Leotardo no puede cumplir las múltiples exigencias consumistas que su esposa le exige, así Britney decide abandonar el humilde  hogar pero antes de irse llega a ellos la noticia del eminente nacimiento del niño Jesús.

"Pastorela lera lera" presentación en una cancha de basquetbol 

De esta forma la pareja y el compadre Nicanor emprenden la peregrinación siguiendo a la estrella que los guiará  hasta el lugar donde nacerá el salvador, en el trayecto la pareja tendrá constantes encuentros y desencuentros y además los pastorcillos se enfrentarán al desafío de llegar a su destino entre los obstáculos, las tentaciones las malas recomendaciones  de la provocativa "Satanása" y los buenos consejos del ingenuo Arcángel San Miguel.  Ese es el inicio de la divertida obra  “Pastorela lera lera” del director y dramaturgo  Azcapotzalca Patricio Garibay. Obra que durante años ha venido representando la Compañía Teatral  “Club Sándwich” en esta alcaldía chintolola. La obra se presentó por primera vez durante el mes de diciembre del 2014 en el jardín hidalgo para después ser representada en atrios, parques, escuelas, hospitales, mercados, casas de cultura de los más tradicionales barrios y pueblos de la alcaldía. Entre otras particularidades destacan el  entremés de Eva y Adán en el paraíso con graciosísimos diálogos en rima, así como también las múltiples menciones que los pastorcillos hacen de  los diversos barrios y pueblos de Azcapotzalco, en su inicio la pastorela fue escrita y diseñada para ser interpretada únicamente por actrices. Algunos actores y actrices que han conformado el elenco a lo largo de los años y que en su mayoría son vecinos de Azcapotzalco son: Claudia Djaddah Blanco, Graciela Rojas, Sandra Iveth, Fryda Araujo, Gabriela Zambrano, Denisse León,  Charlie Caifan Martínez, Katherine Denisse, Ivette Martínez Gutiérrez, David Zambrano y Alan Leal. Bajo la dirección de Patricio Garibay y la Producción de Roberto C. Ortiz.




 


FELIZ NAVIDAD

Sociedad de Cronistas y Narradores de Azcapotzalco


Viene la navidad y culmina este año  lleno de zozobra, Sabemos que han sido tiempos difíciles, pero también sabemos que con empeño y trabajo podremos realizar los propósitos establecidos. En la Sociedad de Cronistas y Narradores de Azcapotzalco logramos consolidar durante este 2021 que nuestra agrupación haya reunido a los veinte cronistas más sobresalientes de la demarcación, dejando las puertas abiertas al ingreso de más compañeros que se quieran unir al noble quehacer de la crónica. Estamos afinando los mecanismos para poder dar la capacitación y asesoría a los compañeros que así lo soliciten. Así mismo hemos entablado contacto con las autoridades de la Alcaldía para trabajar en el beneficio de la cultura y de la crónica de nuestro querido Azcapotzalco. Estamos preparando la credencialización de nuestros integrantes y los diversos encuentros de cronistas y narradores que se realizaran este 2022. Hay muchas cosas por realizar y sabemos que contamos con grandes ideas y proyectos de nuestros compañeros y sé que trabajando juntos y organizados podremos llevarlos a cabo.

A nombre de mis compañeros cronistas y mío, queremos desearles una feliz navidad y un próspero y saludable año nuevo a todos los vecinos de nuestra gran alcaldía.


Atentamente Roberto Cuauhtémoc Ortiz Quintero  Presidente de la Sociedad de Cronistas y Narradores de Azcapotzalco

 

 

ES NAVIDAD

Por Gustavo Aquino


Sentado en el viejo ahuehuete de un viejo Azcapotzalco, en un abrupto retorno, Evaristo veía luces brillantes, “más adelante está la antigua iglesia”, recordó.  

-¡Es navidad!- se dijo elevando el resto de su humanidad, “la gente está preparada para el jolgorio, el reventón”. 

Notó que a pesar de lo avanzada de la noche, los niños andaban en la calle, se dirigían alegres a la romería instalada alrededor del mercado del pueblo. Somnoliento, recordó una vieja historia navideña:

Fue en otro pueblo, cuando una humilde familia intentaba organizar sus modestos alimentos en vísperas de la celebración del nacimiento de aquel gran Salvador.

 No sabían que alrededor merodeaba el “Aguafiestas Navideño”; quien ya había causado una trágica pelea entre dos vendedores del mercado, intentó un incendio en la iglesia, quería estropear todas las posadas.

Aún así, la gente era feliz, sobre cada adversidad, se unían y juntos resolvían aquellos asuntos pasajeros.

Este tipo; el aguafiestas, tenía la apariencia de un ser ricachón, un buen saco, con algunas remendadas, un sombrero picudo. Botas de ranchero con las puntas exageradas, una sonrisa falsa.

En busca de su objetivo de estropear todo, buscó personas vulnerables, y sabía a donde ir.

Los Casimiro: Una familia apreciada en Tomatlán, no en balde eran los encargados de hacer los castillos y cohetes en las grandes fiestas. Esta vez no era la excepción.

Después de trabajar unas horas se disponían a comer aquellos sagrados, humildes, y riquísimos alimentos. Esas tortillas de comal recalentadas, frijolitos y queso del rancho del otro lado de la loma. Mordisqueadas a un pedazo de carne seca, y un rico café, con leche del establo del compadre Eustaquio.

-Hubiéramos ido a la posada apá, ahorita han de estar dando los tamalitos que hace Doña Fede-, dice Gervasio.

-Je je. Lo que pasa es que querías ver a la Paquita, bien que te gusta, si te vi que le regalaste ese cohetito tan especial-.

Gervasio le aventó un pedazo de pan que ella logró esquivar, mientras el Moycito aprovechaba para tomar lo que dejaron de sus leches. Era el menor de los tres.

Don Camilo sólo les dijo, -preparen la pólvora que ya mañana debemos terminar nuestro trabajo-.

El aguafiestas veía todo.

“Pólvora”, pensó. Malévolamente se frotó las manos

Gervasio salió. Detrás de él su padre Casimiro y su hermanito.

El aguafiestas arregló todo de tal manera que cuando hicieran alguna prueba de sus artefactos, sucediera la tragedia.

Evaristo oía aquel bullicio que no le permitía recordar la historia. Lamentó correr creyendo que no pudo hacer nada, se afanó en salvar a aquellos niños, recordó al Moycito, ya debe estar grande, lo levanté y lo mostré a su familia, estaba sano y salvo.

Pero ese Aguafiestas se puso en medio, y a pesar de sus heridas, creyeron que Él era el malvado.

Salió del pueblo. “Así está mejor”, porque de otra manera volverían a brotar mis lágrimas de no poder haber hecho nada por esa familia.

“Sólo recuerdo que corrí, era un niño, qué podía hacer”

Evaristo miraba de lejos, dormitaba, veía la procesión, alcanzó a ver que un niño prendía mal ese cohete, y de repente se levantó, corrió hacia ese mercado, salvó a la gente de aquel incendio, y alcanzó a ver a los Casimiros salvados, no lo veían, así era su trabajo, todo discreción.

Él, que sentía que había muerto, soñó que había salvado a esa familia.

Evaristo insomne, sintió el frío de invierno, era temprano, echó un ojo a sus trapos de vagabundo, tomó un sorbo de ese manantial que brotaba del ahuehuete.

Llegó a su pueblo. Pensó: alguien por aquí me necesita.

 

 

lunes, 20 de diciembre de 2021

 

TRADICIONES DECEMBRINAS 

(CUANDO NO HABÍA PANDEMIA DE CORONAVIRUS)

 

Por María Elena Solorzano 

12 DE DICIEMBRE 

Una fecha muy señalada para los mexicanos es la celebración de las 4 apariciones a Juan Diego de la Virgen de Guadalupe, se realizan peregrinaciones  que vienen de todos los estados de la República Mexicana. 

Corría el año 1531 a principios de diciembre, cuando Juan Diego iba de madrugad a la ciudad de México y ya para llegar al del Tepeyac escuchó que lo llamaban por su nombre. Subió a la cima y vio a una Señora muy bella, su vestido brillaba como el sol, y le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la Virgen María, madre del verdadero Dios. Ve con el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este lugar. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo. Tres veces más se le apareció la Virgen María le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote para su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba. Juan Diego le explicó que el obispo Zumárraga le pedía una señal. La Señora le pidió que en la cima cortara unas rosas de Castilla y las llevara al obispo. 

 Al llegar con Monseñor Zumárraga, extendió su tilma, cayeron las rosas y en la tilma estaba grabada la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Una vez ante Monseñor Zumárraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas, en la tilma estaba estampada la imagen de la Virgen de Guadalupe. Ante este prodigio, el obispo llevó la imagen a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado Juan Diego. Después se construiría la Basílica primera y después una segunda que está en servicio hasta hoy. 

 

ENTREN SANTOS PEREGRINOS 

Corría el año de 1950, nos preparábamos para celebrar las posadas, en esa época eran muy bonitas. Convocaba el padre José Cantú, varias señoras y jóvenes se ofrecían para diversas actividades. Primero se rezaba el rosario y después el jolgorio. 

Los peregrinos se elegían entre los niños más aplicados y bien portados de la doctrina. Las mamás los vestían de acuerdo a los personajes: la Virgen María con túnica blanca y manto azul. San José con túnica verde, manto amarillo y barbas de color castaño. Los pastores llevaban calzón y camisa de manta, jorongo y sombrero de palma. El ángel túnica blanca con galones dorados y sus alas de albas plumas extendidas como queriendo volar. El ángel representaba un papel muy importante pues era el que acompañaba a los santos peregrinos. Para darle mayor ambientación conseguíamos un burrito para que la virgen hiciera el recorrido montada en el manso animal. Partíamos de las puertas del templo del Sagrado Corazón de Jesús situado en la calle de Grecia (colonia San Alvaro), dábamos vuelta a la manzana, durante el trayecto se entonaban alabanzas a la Virgen, cada feligrés llevaba una velita (hasta los infantes), a lo lejos se veía una columna de luz que avanzaba lentamente, era hermoso. Cuando llegábamos a la entrada de la iglesia, encontrábamos cerrada la puerta principal y entonces entonábamos las estrofas para pedir posada. Unos cantaban afuera y otros contestaban desde el interior. Al finalizar los cantos se abría la puerta, entraban los santos peregrinos, los acompañantes y todos entonábamos con singular ímpetu:  

Entren santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, la morada la ofrezco de corazón. 

Por último rompíamos la piñata, las catequistas nos explicaban que la piñata en forma de estrella con siete picos tenía su significado: los siete picos representaban los siete pecados capitales, al apalear la piñata tratábamos de aniquilar el mal, limpiar nuestras almas y quedar libres de todo pecado. 

No quiero oro, ni quiero plata,/ yo lo que quiero es romper la piñata. 

Dale, dale, dale no pierdas el tino,/ porque si lo pierdes, pierdes el camino. 

Ya le diste uno,/ ya le diste dos,/ ya le diste tres y tu tiempo se acabó. 

 

Por fin se rompe la panza de la piñata, los dulces, la fruta y el confeti caen sobre todos los participantes. ¡Qué algarabía! Los muchachos grandes ganan más y los chiquitos lloran porque solo lograron atrapar un dulce. La derrama de frutas y golosinas representa las gracias y bienes que Dios otorga a los hombres. Nueve días de alegría en las casas de los diferentes barrios. 

 

NOCHE BUENA 

Adornan el pequeño jardín hermosas flores de nochebuena o cuetlaxóchitl (nombre en náhuatl). Esta planta es originaria de México, ahora se cultiva en todo el mundo y se ha convertido en uno de los íconos de la Navidad, en 1825 Joel Roberts Poinsett la lleva a EUA y en su honor recibe el nombre de poinsettia. Los arbustos están pletóricos de luces blancas. 

Todos se preparan para celebrar con la familia la Noche Buena. En la sala el nacimiento y el árbol lleno de adornos y foquillos contribuyen a dar ese ambiente tan especial. La mesa luce un albo mantel de encaje, los hijos y los nietos llegan muy elegantes para acompañar a los ancianos padres, que a pesar de las limitaciones de su edad se han esmerado para recibirlos en esa casita cálida y llena de recuerdos. Pero ¡Qué tanto hace que el hijo mayor correteaba por el pasillo, qué tanto hace que la nena arrullaba a la muñeca y ahora ya casados con sus propios hijos! ¡Qué alegría tenerlos a todos juntos! La felicidad se derrama en cada copa de sidra. Mamá grande guisó un bacalao exquisito y un pavo con un relleno que sólo ella sabe preparar, nadie más. 

Suenan las doce campanadas y todos se abrazan y besan con tanto amor que ya no cabe en los corazones y entre risas escapa una que otra lágrima. ¡Feliz Navidad!

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