viernes, 15 de octubre de 2021

 

ADIÓS MI QUERIDO COLEGIO 

“HERMANN HESSE”

                        

Por Marco Sebastián Morales Ramírez

                                          Estudiante  de Preparatoria, cursá el 3er año.

Muchas cosas viví en ese mi amado colegio Hermann Hesse, esa querida institución que me recibió con los brazos abiertos y a la que hoy me toca decir adiós. Fueron dos años de constante aprendizaje, pues cada día mis maestros me enseñaban cosas nuevas y tuve el apoyo de mis directores en todo momento.

Me voy con una grata imagen de mi querido colegio, pues hasta antes de entrar al primer año de preparatoria en ninguna escuela me había sentido querido y estimado como me sentí aquí, y aunque a pesar de que no todo lo vivido fue color de rosa, también pude obtener grandes amistades, así como también grandes progresos como persona. Y es que todo iba tan bien hasta que el COVID-19 causó la pandemia que afectó al mundo en todos sentidos, matando muchas personas alrededor del globo, haciendo que se paralizase la economía mundial durante algunos meses y con esto el derrumbe de la economía de la mayoría de las naciones, en especial la de países subdesarrollados como el nuestro, México; la situación fue creciendo en escala hasta que llegó a afectar a los pequeños negocios, restaurantes, discotecas, bares, salones de fiesta, salones de belleza  se vieron en la penosa necesidad de cerrar sus puertas debido a que quebraron y ya no volvieron a prestar sus servicios, hasta lo peor le llegó el turno de sufrir al sector académico, aún cerradas y con clases a distancia, algunas escuelas particulares bajaron sus ingresos  debido a la falta de pago de colegiaturas que dejaron de ser suficientes para mantenerse estables y algunas quebraron, teniendo que cerrar sus puertas, dejando a muchos alumnos sin escuela y muchos docentes sin trabajo, quienes en algunos casos no tienen otro empleo más que ese y al quedar desempleados, tuvieron que salir a la desesperada a buscar otro trabajo, ya que las necesidades básicas de sus familias dependen de que ellos le den clases a un grupo de personas que muchas veces no saben valorar el inmenso esfuerzo que los profesores tienen que realizar para mantenerse actualizados con las nuevas tecnologías y que no tengan que competir por el trabajo que un día era otorgado a la persona que tenía muchos años dando clases, que  gozaba de basto conocimiento y que contaba con años de experiencia trabajando con estudiantes, porque ahora el docente que tiene la ventaja entre muchos aspirantes a la hora de ir a solicitar un puesto de profesor en alguna institución educativa de paga, es aquel que maneja las TIC y las nuevas tecnologías, aquel que es capaz de desarrollar sus clases de la manera más dinámica posible, sabiendo utilizar bien todas las nuevas plataformas diseñadas para el aprendizaje estudiantil. Y todo esto fue llegando poco a poco a mi querido colegio.

Primero comencé recibiendo la amarga noticia de que mis queridos profesores con quienes compartí muchos momentos en los meses en los que acudí a clases presenciales durante el ciclo escolar 2019-2020, sí, esos maestros en su mayoría ya de edad avanzada, mismos que por cada arruga que tenían en la cara yo podía ver mucha empatía, amabilidad, cortesía, pero sobre todo conocimientos y años de experiencia laboral como docentes, quienes tras no saberse adaptar correctamente a la modalidad en línea tuvieron que renunciar, siendo relevados de sus puestos y sustituidos por profesores más jóvenes que sabían usar mejor las TIC y las nuevas tecnologías; afortunadamente me pude adaptar a su ritmo de trabajo y pude concluir satisfactoriamente mi segundo año de preparatoria, entonces cuando yo confiaba firmemente y creía de verdad que podía terminar mi preparatoria en esta institución y que al afrontar el último año de esta etapa educativa podía devolverle un poco de todo su apoyo al yo graduarme con honores de la preparatoria, con un excelente promedio, brindando así prestigio a mi querido colegio Hermann Hesse, la noticia del cierre de la institución cayó como un balde de agua fría, de repente todos los planes que había hecho a futuro para mi último año de preparatoria  en esta escuela se vieron frustrados.

No me queda más que decir que estoy profundamente agradecido con el colegio Hermann Hesse por lo importante que fue en mi vida tanto personal como académica, pues sin todas las amables personas que me dieron la mano durante mi estancia en la institución, probablemente hoy yo no sería la misma persona buena y noble y el mismo alumno que soy hoy en día. Y no te preocupes querido colegio porque en donde sea que yo curse mi último año de preparatoria y me gradúe, ten por seguro que tu nombre quedará muy en alto.

Azcapotzalco octubre 2021

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