LA LLORONA
Por Martina
Rodríguez García
Cronista
de Azcapotzalco Y cronistas oficiales de la CDMX.
La
historia nos abre caminos para encontrar las más antiguas leyendas, que hablan
de seres que vagan por los caminos de los pueblos, en una búsqueda constante de
almas que se perdieron por motivos inimaginables de un descuido por amor. La Llorona es un ejemplo de un Alma en pena y de búsqueda.
El
agua de un lago, de un río, en el espejo de la lluvia ella aparece con un sentimiento
de dolor inexplicable.
Aquí
en Azcapotzalco corren los rumores
de este personaje, La Llorona se
sabe de una mujer vestida de color blanco que fue vista en la antigua alberca de Xancopinca actualmente calle de Rabaul y Unidad habitacional Cuitláhuac, camino que es paso obligado para
llegar en transporte público.
Ahora recuerdo: Yo
viví en un lugar de la ciudad de San Luis Potosí. Este lugar se llama Planta de Filtros. Abastecimiento de
agua municipal. Aquí llegaba agua por un canal, que venía desde la presa de San
José y que abastecía a la ciudad. Primero venía el agua por un canal y entraba
a unas pilas muy grandes cambiando su cauce de una a otra pila hasta llegar a
la planta de filtros donde se trataba el agua con varias sustancias químicas:
sulfato, cloro y otras para purificarla y que entrara a la tubería que la
llevaba a los hogares de los potosinos. Mi papá era el encargado del personal
que allí trabajaba y había una casa para él y su familia allí muy cerca de las
enormes pilas llenas de agua. Los jardineros embellecían el lugar con hermosas
flores, rosas con alcatraces, etcétera. Había personas trabajando de 7 de la
mañana a 3 de la tarde y si era necesario hasta muy noche, Había porteros y
vigilantes. Eran personas que llegaban de algunos pueblos vecinos. Un día después de las 10 de la noche se
escuchó voz de mujer, es decir un grito
y un quejido tan largo que nos asustó, siguió el quejido y nosotros salimos
de la cocina. Nos encontramos al Señor velador que corría hacia las escaleras
de las pilas para subir y ver hacia la calle cerca del Canal y ver si en la
calle habían golpeado a una mujer pero
no vio nada. Los perros ladraban o más bien otros aullaban, las gallinas se
alborotaron y el quejido se oyó más lejos, mis papás y mis hermanos estábamos temblando. Así pasó un buen
rato y nos fuimos a dormir. El velador no vio pasar a ningún vecino y al día
siguiente los trabajadores comentaban que era la llorona quién había ido a los filtros a buscar a sus hijos.
Y
aquí en la Colonia Porvenir en
Azcapotzalco y en la Colonia La Raza hace más de 100 años el Río Consulado
pasaba al descubierto y atravesaba gran parte del lado Sur que colinda con la alcaldía
Cuauhtémoc. La gente platicaba que se oía a La Llorona, el grito de dolor se llega a escuchar tan largo y dicen
que tal vez se ha escuchado hasta en las salas del “Centro Médico Nacional La Raza”, porque aquí por la Calzada Vallejo las acequias que
abastecían de agua eran como un canal a la orilla de los terrenos de la calzada.
Bueno antes se cuidaba que estuviera muy limpia el agua y poderla tomar hervida
y tan grandes eran los lagos que cubrían gran parte de la Colonia Porvenir antes Hornos. Por allí se construyeron algunas
vecindades y casas de madera y de adobes. En la actualidad todavía cuentan las
personas, vecinos, que aún se escucha a La
Llorona.
11
de septiembre 2021
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ResponderEliminarMuchas felicidades Martina, muy buen relato de tu lugar de origen y de Rabaul👏👏👏
ResponderEliminarhola, me gustaría contactarte para una entrevista
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