La Hormiga en En Linea

 

LA LLORONA Y YO

Por el niño Belenyer Santiago García Moreno

Hoy te contaré una historia:

Al nacer sentí a mis padres, sentía sus manos, pero, sentía algo más y desde ese momento, percibí que alguien me vigilaba.

Cuando tenía ocho años salí con mi papá a la tienda, al cruzar la calle, vi a una mujer, se veía toda destrozada, en su cara se reflejaba un dolor que no podría explicar, sus manos blancas daban asco, desprendía un olor fétido, la muerte era su sombra, su cabello era tan negro que me perdí al mirarlo, era como si la noche solo existiera, se retiró lentamente sin importancia.

Esa misma noche, antes de dormir, escuché un grito que no solo congeló mi ser, su grito era de dolor, un dolor tan grande que es como estar muerto en vida, era con tal sufrimiento que mataría a cualquier demonio. Gritaba por sus hijos, gritaba por encontrarlos.

Al día siguiente desperté en un lugar muy extraño, observé a muchos niños, ahí estaba ella, se dirigió a mí, me hice el dormido; me acurrucó y se retiró lentamente, en ese momento huí para poder regresar con mis padres, estaba en un cementerio, pero no tan lejos de mi casa y desde ese momento pensé mucho en lo que me pasó.

Después de dos años ya había cumplido 10, era feliz. Tenia una vida normal, la estaba pasando bien, hasta recordé lo que sucedió, no solo platiqué con ella, sentí lo que nadie más ha platicado. El amor de la llorona.