CAPILLA DE LOS SANTOS REYES
Por Virginia Hernández Vázquez
Una pequeña capilla le da nombre a uno de los
pueblos originarios de la alcaldía Azcapotzalco, el “Barrio los Reyes”, y su
nombre originario “Los Reyes Izquitlan Tezcacoac”.
El nombre prehispánico
de “Tezcacoac” significa “Lugar de la Serpiente de Espejo”. Era una divinidad
de los Tepanecas.
Mi padre me decía que cuando llegó a la
colonia hace más de sesenta años le contaban que había una sirena en un espejo
de agua que había.
El nombre de “Izquitlán”
es compartido con el Barrio de San Marcos y significa “Lugar de los esquites o
granos de maíz cocidos”. Estas tierras eran de cultivo de maíz, aguacate, limón,
habían hortalizas, etc.
La Capilla está dedicada
a la representación del nacimiento del niño Jesús adorado por los Reyes Magos,
“La Epifanía”, talvez los frailes que la
hicieron escogieron esa representación porque antes había en este lugar un Teocalli
prehispánico de la diosa Ayopechtli,
“patrona de las parteras”. "La que tiene su asiento sobre las
tortugas".
Las piedras del Teocalli se usaron para construir la capilla, esta constaba con un pequeño panteón que desapareció cuando abrieron las calles y al fraccionar a su alrededor.
La capilla tiene una fachada sencilla con un
medio arco en la entrada, su barda es
baja lo que ha ayudado a varios delincuentes a robar y vandalizar varias veces,
la capilla tiene una espadaña de tres arcos con pilastras y tres campanas de
las cuales en el 2020 robaron dos, en el 2021 gracias a él padre responsable,
un donativo por parte de una familia y la comunidad se elevaron Ana y Marcela
las nuevas campanas que entonan el llamado a misa y a festividades, estas están rematadas con una
cruz de piedra.
El interior de la capilla tiene un techo de
vigas y duela, un altar de piedra Neoclásico, formado de dos columnas dóricas
que cargan un frontón semicircular,
antes adornado con una Cruz, San Juan y la Virgen María o con ángeles, tiene
tres nichos en frente y uno a cada lado del altar, en la ornacina de abajo se
colocan varias imágenes. En el centro del altar, hoy, hay una imagen grande de
los patronos de la capilla “Los sabios de oriente ó los Santos Reyes Magos”.
Melchor, Gaspar, Baltasar, y el niño Jesús.
Mi papá me decía que antes había un retablo
de lámina y objetos que se sabían que eran de oro, había pinturas y esculturas
pero con él tiempo fueron desapareciendo.
La capillita fue construida del siglo XVII al
XVIII,
aproximadamente, por frailes Dominicos.
Al interior de la capilla en la
parte superior de la puerta está la representación de una concha esculpida ésta
tiene como significado el sacramento del bautismo.
Una familia de la colonia hizo y donó dos monaguillos de madera en tamaño real que
sostenían en sus manos una caja, servían para recolectar la limosna, de éstas
solo queda una. Por cierto que se cuenta
que hay gente y niños que la han visto moverse y a un niño muy parecido pasar y
al buscarlo no hay nadie. (También me pasó a mí).
La capilla cuenta con una sencilla y pequeña
sacristía. Su atrio tiene un buen espacio que ha servido para hacer las misas y
las celebraciones de la fiesta patronal, ahí han estado los castillos, cohetes,
los puestos de las kermeses y antes el palo encebado y hasta shows de danza y
música.
Por
Urdapilleta sabemos una leyenda de este barrio el Tlatoani de Azcapotzalco que
fue raptado en una fiesta por el espíritu de la fuente de Xancopincan.
La fiesta de nuestra capillita se celebra el
6 de enero y el día de la “Epifanía del señor”; el segundo domingo después de
Navidad.
De 1974 a 1978 se restauró, con ayuda de el
donativo de una familia y de la comunidad, se sabe la dama que aportó, ayudaba
a muchas iglesias.
Se hicieron fiestas muy bonitas con ayuda de la
comunidad varios años, carreras de caballos, de niños y jóvenes, encostalados, carreras
de bicicletas, habían concursos de dibujo para los niños, de baile, y los anhelados premios eran piñatas llenas de fruta y dulces.
En las fiestas había palo encebado que por
cierto lo prestaron a otra iglesia y ya no lo regresaron, venía el “show de
Óscar” un grupo de bailarines e imitadores que eran fabulosos, venían a
amenizar cantantes, payasos, mariachis, grupos musicales, grupos de danza, colocaban
un ring de box y lucha libre que fascinaba a los niños. La feria abarcaba toda
una cuadra de avenida Azcapotzalco, la
calle de Rayón, y más de la mitad de la calle de capilla de los Reyes, y cuando
tocaba la fiesta junto con en tianguis de juguete tradicional sobre la avenida
Azcapotzalco se hacía una gran romería.
Otra familia de la comunidad traían un grupo
de comparsa de adolescentes, así como la familia Trejo se encargó mucho tiempo
de donar el castillo, grupos de chinelos y portadas.
Se hacía kermes cada determinado tiempo para juntar
dinero para la fiesta; tamales, atole, garnachas, postres, habían sorteos y
tómbolas, refrescos que hubo un tiempo que los donaba la fábrica de Barrilitos
que se encontraba en la colonia.
Luego de tiempo y al morir o cambiar de domicilio
y hasta de religión, los organizadores y donantes fue minimizando el apoyo hacia la capilla, fue
hasta que el nuevo presbítero llegó hace unos años atrás, que ha unido a la comunidad,
organizando una celebración muy diferente, y la capilla ha vuelto a resurgir
pues se ha arreglado mucho y la comunidad vuelve a crecer.
Había un señor ya grande que cuidó la capilla por muchos años, fue parte de la familia que donó para rehabilitarla, tenía una pequeña vivienda atrás de está, era muy agradable con los niños que asistíamos a la doctrina con unas monjitas, recuerdo que las religiosas pasaban los sábados en la mañana tocando su campana por las calles de la colonia y los niños íbamos saliendo. El señor Panchito así se llamaba siempre vestía como un ferrocarrilero colocaba con mucha paciencia las figuras del nacimiento en navidad, ponía cascadas, lagunas, cuevas, todo tipo de animalitos y personajes, era una ilusión verlo cada año, pero falleció y su tradición desapareció, en algunas ocasiones pude ayudarlo.
Esta capilla aparte de ser linda, un tesoro
de la colonia, cuenta mi mamá que también
nos protegió de que no abrieran una calle más amplia y nos quitaran parte de
las casas de toda la calle capilla de los Reyes. Tenemos la esperanza que el
INAH nos ayude y nos permita hacerle mejoras para protegerla. Siempre he
pensado que está capilla tiene secretos y más historia por descubrir.
Que interesante y amena crónica. Muchas gracias por iniciar su participación en esta revista con tan bello artículo, lleno de información, anécdotas, señalando algunas de las altas y las bajas que han tenido en torno a la iglesia. Muy disfrutable su estilo y enriquecedor el contenido. Saludos. Martín Borboa
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