AZCAPOTZALCO
Y LA SEMANA SANTA
TEMPLOS,
JACARANDAS Y COHETES.
Por Patricio Garibay.
Llega la
Semana Santa y como cada año el color morado se posa en la cruz en la forma de un manto, recordando
con ello el sacrificio de Cristo, el
tinte morado representa también la preparación espiritual y la penitencia
durante la Cuaresma, también Indica la esperanza, el ansia de encontrar a Jesús. El color morado en
estas mismas fechas también adorna las copas de las frondosas jacarandas, hay en
mi calle varios de estos árboles y uno de estos frente a mi ventana, esta mañana mientras contemplaba sus extendidas
ramas pude observar a dos ardillas juguetear entre las coloridas flores, es muy
claro que la primavera llegó, estación del año que ha sido en muchas culturas símbolo
milenario de la resurrección.
Azcapotzalco a diferencia de algunas otras alcaldías de
la Ciudad de México es rica en una amplia variedad de templos e Iglesias, en San Lucas Atenco que es mi barrio natal
además de contar con nuestra bella Parroquia dedicada a San Lucas Evangelista estamos rodeados por otras Iglesias como La capilla de Santa María Malinalco, ubicada
en el barrio del mismo nombre, la Capilla
de San Salvador Nextengo, y nuestra majestuosa catedral, llegar a cualquiera de estos cuatro templos es
cuestión de 10 minutos y sin necesidad de automóvil, recuerdo a mi abuelita Leonarda tardar en elegir la iglesia a la que acudiría
a escuchar misa. Este hecho siempre me intrigó ¿por qué nuestros antepasados se
esforzaron en construir tantas Iglesias
en un diámetro tan próximo? Ya ni hablar cuando conocí la ciudad de Cholula y percatarme que esta cuestión
superaba incluso a nuestro Azcapotzalco.
Son tres
causas las que llevaron a nuestros antepasados indígenas y españoles a construir
tantas Iglesias y de manera tan cercana una de la otra.
La primera
causa fue la prisa por la evangelización de los naturales, esta evangelización
nunca fue de manera forzada como equivocadamente se tiende a creer, como bien
dijo el investigador y escritor Alfonso Junco “Pensar que se obligaba a los
indios a volverse cristianos sería el
equivalente a que hoy se obligara a los extranjeros a volverse mexicanos”. Por
otra parte es ridículo creer que menos de mil soldados españoles pudieran
obligar a millones de indígenas a que abrazaran el catolicismo. La iglesia pues debía convencer a los
Indígenas a adoptar la nueva Fe y una de estas estrategias era mostrárselas
como no queriendo la cosa, para qué ellos comenzaran a interesarse, para ello
era muy importante el atrio, para que el Rito quedará expuesto ante los ojos curiosos
de los indígenas, y para esto debí haber una iglesia en cada barrio o pueblito.
Una vez
evangelizada la comunidad los indígenas de ninguna manera fueron pasivos,
pensar que lo fueron es además de ridículo es considerar a los Indígenas como idiotas,
la ideología indigenista que nada tiene de indígena ha querido mostrar al Indio
novohispano como un tonto incapaz de mayores protagonismos durante los 300 años
de virreinato. Lo cierto es que las mayordomías indígenas tomaron el control de
los templos cristianos junto con el
párroco, y es así dónde empieza lo interesante.
El espíritu
de competencia fue muy importante en ese proceso, pues cada barrio quiso
competir con el barrio de al lado para que su templo fuera más hermoso que el
del vecino, a esto se debe que ninguna iglesia o templo sea igual al otro. Los
artesanos y labradores indígenas que en tiempos prehispánicos habían trabajado
la piedra sin la tecnología metalúrgica para elaborar cinceles y martillos,
ahora podían hacerlo de una manera magistral, así el barroco español en América
se convirtió en el deslumbrante churrigueresco
novohispano.
Las capillas
e iglesias además de tener su función litúrgica también tenían una función
social, ya que alrededor del templo había talleres artesanales e incluso en
muchos casos se enseñaba a los niños música, y con el catecismo a leer, aún se
puede encontrar "El Silabario de San
Miguel" libro que se encontraba disponible en las parroquias y que ayudó a
aprender a leer durante siglos a tantísima gente, librito de ocho hojas que solía llevar en su portada
la imagen del arcángel San Miguel derrotando al demonio de
la ignorancia.
Resulta muy
lamentable que la gente no valore la importancia social e histórica además de
religiosa de las iglesias, esto se debe a que ya estamos acostumbrados a
tenerlas ahí, y al desconocimiento descomunal del papel de la iglesia como
institución en la construcción de la civilización como lo explica con toda
claridad el gran historiador Thomas E. Woods en su libro “Cómo La Iglesia Construyó La Civilización Occidental”. Pero aunado
a la ignorancia se suman también toda una serie de mentiras que se han
inventado en contra de la fe católica, mentiras tan absurdas como las que me
contó cierta persona en una ocasión en qué me dijo con toda seguridad: “Recién terminada la conquista la detonación
de cohetes en las fiestas patronales o de Semana Santa tenían como fin el
aterrorizar a los Indígenas para demostrarles que los que mandaban eran los
españoles,”. Cuando le pedí que me dijera de donde había sacado ese cuento,
no supo decirme. Aquí se repite el mito
del indígena tonto y asustadizo qué los que se sienten “defensores” de los
indígenas suelen repetir, si un indígena del siglo XVII escuchara semejante
necedad sin duda contestaría “¡No me defiendas compadre!”
Lo cierto es
que la pirotecnia una invención de China llegó a México muchísimo tiempo
después de la conquista cuando la Nao de
China se formalizó en su comercio de Manila a Acapulco, la pirotecnia muy
probablemente llegó primero a la Nueva
España antes qué a Europa y los indígenas rápidamente la asimilaron y la incorporaron a los
festejos de sus iglesias, ¿Qué mejor manera de presumirle al pueblo o al barrio
vecino del gran fervor religioso qué con tanta estridencia qué la que proporcionaban
los cohetes? Esta tradición herencia indígena hoy en día está haciendo criticada
y condenada a desaparecer, y aquí me
permitiré defenderla.
Tres
cuestiones se argumentan en contra de esta tradición mexicana, la primera, que
contamina la atmósfera. Aquí hay que
decir que el motor de un camión no muy bien afinado, en 20 minutos contamina
más que toda la pirotecnia que se pueda utilizar durante una fiesta patronal ya
que mientras los cohetes arrojan el humo de pólvora quemada que no es otra cosa
más que nitrato de potasio, carbono y un
poco de azufre, mientras que la gasolina quemada contiene materiales muchísimo
más tóxicos, y mucha gente no le preocupa usar su auto con tal de no
caminar unas cuantas cuadras, y que decir con que un solo día de fumarolas del volcán Popocatépetl arroja a la
atmosfera muchísimos más gases tóxicos que toda la pirotecnia quemada en la
Ciudad De México durante 20 años.
La segunda cuestión es la que se refiere a aquel ruido de las detonaciones asustan a los niños que padecen autismo y a los perros. Por un lado los perros desde tiempos inmemoriales y aún antes que se convirtieran en guardianes y socios del hombre, sus oídos ya habían conocido los relámpagos del cielo muchísimo más estruendosos que cualquier pirotecnia, si el perrito se asusta con los cohetes seguramente se deba a que su dueño lo ha vuelto un perrito cobarde, y en cuanto a los niños autistas, no es una solución adecuada evitando que estos chiquitos no escuchen cohetes, pues de igual forma las tormentas eléctricas, los escapes estruendosos de motocicletas siempre estarán presentes, la sobreprotección jamás ha sido una solución, es mejor adaptar al niño al mundo y no a la inversa, pues ello es simplemente imposible, es mejor hacerle valorar al niño ese colorido arte de la pirotecnia y la importancia de preservar nuestras tradiciones.
Pirotecnia en la fiesta patronal, Capilla de San Lucas Atenco 2019
Tercer
argumento que se esgrime en contra de esta tradición son los constantes
accidentes que ocurren en las fábricas
clandestinas dónde se manufacturan los cohetes, pero lo que se tiene que evitar
en este caso serían precisamente las fábricas clandestinas y no el fin de esta
industria que alimenta y da trabajo a tantas familias, la autoridad debe
vigilar e inspeccionar los lugares donde se elaboran estos productos en vez de
terminar con ellos.
El catolicismo formó lo mejor de México
El verdadero fondo de insistir en prohibir tradiciones ligadas a la iglesia católica es muy claro, es la idea de ir en contra de la Iglesia Católica, iglesia que independientemente de su gran valor religioso es la esencia fundamental de lo mexicano, el catolicismo formó lo mejor de México, no existiría siquiera la propia bandera mexicana aunque les duela a tantos rabiosos jacobinos laicistas, la bandera mexicana es un símbolo completamente católico religioso como afirma la historiadora Guadalupe Jiménez Codinach “Los colores de la bandera mexicana representan los tres valores del catolicismo, la fe, la esperanza y la caridad". y clara y textualmente se lee como valor nacional la palabra "religión" en la primera bandera tricolor.
En cuanto a el águila devorando a la “serpiente” (que en su origen no era una serpiente sino una ave), aunque tiene cierta inspiración en una leyenda poco trascendente náhuatl, la iglesia la retoma y convierte al águila bicéfala de Carlos V en un águila que destruye a la serpiente bíblica que es el demonio o incluso el propio Quetzalcóatl, y primeramente este escudo fue utilizado por la universidad pontificia de la Ciudad de México, Universidad construida por órdenes del emperador Carlos V en el año de 1553 en la ciudad de México para que los indígenas aprendieran todas las artes y la ciencias .
Pero el hecho de fondo de esconder estas realidades históricas, y difundir mitos en contra de la religión de nuestros abuelos no es producto de la casualidad, es un producto de importación venido del país del Norte junto con las sectas evangélicas financiadas con muchos dólares, ese es el verdadero origen de todos estos mitos católifobicos, mitos que muchos mexicanos incautos y de buena fe repiten y promueven de a gratis, y ya ni mencionar los ataques vandálicos de las ignorantes feminazis a nuestros templos con la pasiva complicidad de las autoridades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario