CELEBRACIÓN DE LA SEMANA SANTA EN AZCAPOTZALCO.
Por:
Ana María García Alvarado
Foto
Ana María García Alvarado.
La celebración de la semana
santa en la hoy Ciudad de Mexico, tiene ya tiempo realizándose. Para darnos una
idea de cómo se realizaban por los años 1839 y 1840, retomaremos algunos
aspectos de lo visto por Madame Calderón de la Barca, en estas celebraciones
durante su visita a México.[1]
“El Domingo de Ramos, por la mañana, fui a la Catedral… No había transcurrido mucho tiempo cuando la Catedral ofreció el aspecto de un bosque de palmas, agitado por un viento suave; y debajo de cada palma un indio casi desnudo…. Que habían recorrido muchos de ellos, largos caminos para que les bendigan estas palmas que vienen de tierra caliente, trenzadas en ingeniosas combinaciones, Cada palma tenía unos siete pies de altura lo suficiente para cubrir las cabezas de sus portadores. Una vez bendecidas se las llevan los indios a los pueblos y con ellas adornan las paredes de sus chozas.
Desde el día de hoy, y durante toda la semana, se suspenden los negocios, y un
solo pensamiento está fijo en la mente …. Se cierran las tiendas y se abren las
iglesias” [2]. El Jueves Santo es un día
en que México cobra una animación por demás pintoresca. No se permite transitar
a los carruajes…las damas de alto copete aprovechan para lucir bellos vestidos…las
mujeres del pueblo vestidas casi todas con muselinas blancas…pero las clases más
de indio, con sus faldas de alegres colores”. Narra como estaban adornadas las
iglesias que recorrió ese día la Catedral, iglesia de San Francisco, Santo
Domingo, Santa Teresa La Nueva y la Antigua, Jesús María, Santa Clara, Santa
Brígida, San Hipólito, la Encarnación … [3]ese día por la noche había
una procesión…que muchos observaban desde algunos balcones (Madame Calderón lo
vio desde los balcones de la Academia) oscurecía cuando empezó a moverse la
procesión; las sombras al restarle lucimiento la hacían más impresionante. La virgen,
los Santos, la Santísima Trinidad, el Salvador con sus diferentes “pasos”,
desde su Crucifixión, avanzaban uno tras otro, representados por imágenes con
esplendorosas vestiduras, conducidas en altas y pesadas plataformas que
cargaban los gremios: cocheros, aguadores y cargadores, de raza hercúlea.”[4] Primeramente avanzaba la protectora predilecta
de todas las clases la Virgen de los Dolores”. “ Que diferentes es el aspecto
de la mañana del Viernes Santo día de tristeza y de humillación…Las señoras
salen vestidas de negro, y las iglesias se ven lóbregas después de las
brillantes iluminaciones de la noche última. Pero donde la escena alcanza una
belleza y originalidad extraordinarias es en la gran plaza, al caer de la
tarde, y dudo que haya otra ciudad en el mundo que pueda ofrecer un coup-d oeil
de tanto lustre …[5]
La mañana siguiente, sábado de Gloria, no tuve ánimos de ir a la Plaza para ver
quemar a los iscariotes, oímos a lo lejos el silbido y los tronidos de los
fuegos artificiales, el replicar de las campanas y los estampidos de la
artillería, y los coches nos dimos cuenta de que la Semana Santa ya formaba
parte del pasado[6].”
Semana
Santa en Azcapotzalco
Una de la representación de
la Pasión y muerte de Jesús más significativas dentro de la Alcaldía de
Azcapotzalco, se lleva a cabo en el pueblo de San Juan Tlilhuaca, desde aproximadamente
80 años. Aunque también en 111 unidades territoriales de la demarcación se
lleva a cabo una representación del Viacrucis[7]. Es decir, en cada una de
las capillas, parroquias de la demarcación se realizan actividades referentes a
esta semana tan importante para los católicos de la alcaldía.
Recuerdos de Semana Santa
La semana santa empieza en
el domingo de Ramos. En algunos atrios de templos de Azcapotzalco se venden las
palmas bellamente entretejidas, con manzanilla, mismas que serán bendecidas y
ayudaran a la celebración del domingo de Ramos[8]. Hace algunos años, en
casa de los abuelos la semana Santa iniciaba con las compras y preparativos de
los alimentos que se preparaban desde el miércoles, entre ellos estaba, el
bacalao, los romeros, arroz, caldo de habas, entre otros. Así el jueves,
viernes, sábado y domingo no se cocinaba, no se oía música o se veía la
televisión. Después de la muerte de mi abuelo se veía televisión para ver
películas, como los diez mandamientos, Ben Hur,
y otras que no solo fueran bíblicas también que hablaran de la pasión de
Cristo.
El jueves se visitaban
varias iglesias a fin de cumplir la llamada “visita de las siete casas”. En
ocasiones se visitaba Santa María Malinalco, (cuando en ella era atendida por
un sacerdote) San Lucas Evangelista Atenco,
San Salvador Nextengo, el convento de las monjitas, también la hoy Catedral de
Azcapotzalco, En otras, ocasiones cuando tenían carro, iban a
la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en Pte. 58 y calle Nte.
67.
Unos años después, se
acudían también a la Parroquia de la Inmaculada Concepción en Claveria, donde
se realiza una procesión del silencio, las personas debían llevar una vela y se
debía permanecer en silencio durante el recorrido que era de varias calles de
la colonia, siguiendo a un grupo que tocaban tambores, algo muy impresionante. En
algunas ocasiones cuando la lluvia se presentaba ese día y a esa hora el
cortejo corría a la iglesia. En este templo por los años 80´ había un sacerdote
con apellido Ferreira, él daba una explicación de la pasión de Cristo muy
hermosa no solo por su discurso, también por que el conocía Jerusalén y
mostraba en imágenes este lugar tan significativo para los católicos. Estas
platicas eran un poco antes de la Semana Santa.
Viernes, iban al viacrucis inicialmente
en la hoy Catedral de Azcapotzalco. En otras ocasiones y por invitación de su
compadre acudían a San Juan Tlilhuaca, en ese tiempo aun no estaban en su atrio
las cruces que hoy podemos ver. Mis
abuelos colocaban a sus hijos en la barda del templo para que vieran mejor la
ceremonia. Ya para 1986 aproximadamente,
el padre asignado a Santa María pidió una cooperación y compro una serie
de imágenes alusivas al viacrucis colocándolas en toda la iglesia, haciendo con
ellas la ceremonia, ante el desconcierto de las personas que cooperaron ya que
consideraban estas serían colocadas en el atrio del templo. En otras ocasiones se acudía a San Lucas
Atenco, al vía crucis que se realizaba, en varias calles de la colonia, algunas
las mujeres mayores acompañaban el cortejo cubiertas con un velo en su
cabeza. Terminaba con las siete
palabras.
El sábado iban con ollas que se adornaban con flores a la Catedral de Azcapotzalco, en ellas traían agua bendita que se tomaba de la fuente que se encontraba en el claustro del templo y del cual hoy día solo podemos ver su base. En esta fuente todos podían tomar agua y llevarla a casa, mi abuelita la guardaba en un recipiente grande que ocupaba cuando ella consideraba pertinente. [9]
En la primera foto podemos ver parte del claustro, apenas se puede observar en la parte inferior, izquierda parte de la fuente. En la segunda foto podemos ver lo que creemos es la base de lo que en otro tiempo fue la fuente.
Domingo
Se acudía a Azcapotzalco a
misa de resurrección, en aquellos tiempos no había sacerdote fijo en Santa
María Malinalco, por ser aun rectoría.
La Semana Santa en la
pandemia.
Fue diferente, inicialmente
el Domingo de Ramos, no se permitió la venta de palmas en el Atrio de la
Catedral de Azcapotzalco, algo que es una tradición. Las personas estaban
formadas en la parte externa del templo, esperando la hora de poder ingresar al
templo que se encontraba cerrado. Algunas personas vendían palmas en algunos
negocios algo lejanos de la entrada del templo,
haya por el callejón Bravo, no queriendo perder nuestro lugar ya que
solo un número determinado de personas entraría al templo, por aquello de la
sana distancia que se respetó por mucho tiempo. Le pedíamos a la persona de
enfrente que nos a apartar nuestro lugar. La demanda de palmas, fue
considerable ya que por la misma pandemia no se preparo la palma, no se
distribuyó con tiempo, no creyeron que la gente fuera ese año a la iglesia a la
celebración del Domingo de Ramos como todos los años, pasados.
Había que esperar a que
trajeran más palma y la tejieran para llevar al templo, nuestra palma. Mucha
gente que esperaban ver el templo abierto, se fueron, ignoraban las nuevas
reglas de ese tiempo. Solo un número de 100 personas (aproximadamente) entraban al atrio primero,
después en la puerta de la catedral se recibía gel. Solo se podían sentar dos
personas en cada banca. Se contaban a las personas y al llegar al límite se
cerraba la puerta de la catedral. La salida se realizaría por la capilla del
Rosario, para salir del templo por la capilla del Señor de la Vida, donde
también estaba cerrado con una reja, ahí una persona abría y cerraba, esperaba
la salida de todas las personas que acudían a misa. Por otro lado, la puerta
para la Capilla de San Francisco estaba cerrada con una madera, no se podía
pasar al claustro, si se requería alguna misa el personal estaba en la entrada
de la calle de Morelos y Pavón. Tampoco por ese lugar podríamos entrar al claustro,
justo en la puerta estaba el personal al que le solicitaba misas, sobre todo de
difunto muy solicitadas en ese tiempo.
El sacerdote, de San Lucas
Atenco en 2021 decidió, pasar parado en la parte trasera de una camioneta, por
el barrio. Se solicitó se adornara la calle por donde pasaría y en una casa
determinada se colocara un altar. El sacerdote, con un micrófono al llegar a
este altar explicaba la estación que correspondía, algunos adultos mayores y
vecinos, salieron de sus casas, desde sus puertas y terrazas, o balcones, para
escucharlo, al terminar siguió su camino, ignorando donde más estaban las demás
estaciones. Para el año 2022, se colocó nuevamente estos altares, pero en esta
ocasión las personas seguían al padre, al igual que un grupo de personas que
representaban a soldados, y al mismo Jesús cuando pasaron por la 3. Priv del
Recreo, siguieron por Camino del Recreo, hasta la calle de Libertad de ahí hasta
la Av. Azcapotzalco, regresando un poco para tomar la calle de Industria y de
ahí Av. Centenario hasta José F. Gutiérrez, llegando la Iglesia de Nextengo,
donde se terminó el recorrido, ya en el
atrio se hizo la representación de las siete palabras.
También en Santa Maria Malinalco se realizó el viacrucis, y por la noche del 16 de abril se pidió llevar una vela fue una reunión hermosa, en el atrio, acompañándonos la luna llena típica de estas épocas, dando por terminada la Semana Santa del 2022.
La Semana Santa, es muy
significativa para los católicos en Azcapotzalco. Nos recuerda la Pasión de
Cristo, puede ser un evento que se repite cada año. Sin embargo, cada
celebración es diferente, por diversas circunstancias, si observamos las costumbres
en vestimenta, arreglo, comida de esta época, (que muchas veces por cuestiones
económicas, cambio de dieta no podemos seguir). Incluso el número de personas
que acuden a estas celebraciones puede variar, las muertes en la pandemia y
enfermedades crónicas degenerativas limitan a personas de la tercera edad a
acudir a estas celebraciones. Por otro lado, muchos jóvenes no gustan de acudir
a la iglesia, solo si dan de comer algo están presentes. Siendo un reto
significativo para la Iglesia Católica Mexicana el retomar esta y otras
celebraciones importantes después de la Pandemia.
Bibliografía
[1]
Madame Calderón de la Barca La vida en México. Durante una residencia de dos
años en ese país. Editorial Porrúa, S.A. SEPAN CUANTOS….Núm.. 74 Carta XIV.
PAG. 96-104
[2]
Obra citada pag.96.
[3]
Obra citada pag. 97
[4]
Obra citada pag. 99
[5]
Obra citada pag- 100-101
[6]
Obra citada pag. 104
[7]
Viacrucis de Semana Santa en San Juan Tlilhuaca, Azcapotzalco.
Culturaenazcapo.blogspot.com
[8] Mi abuelita tenía como
costumbre quemar estas palmas, cuando llovía mucho o había rayos en la
tormenta.
[9]
Jorge Alberto
Manríquez. Los Dominicos y Azcapotzalco. Nos refiere “A mediados del siglo XIX, cuando
Ramírez Aparicio describió el convento, se encontraba en medio del claustro una
fuente a ras de tierra, a manera del antiguo impluvim de los romanos. Aunque en
los claustros del siglo XVI es más frecuente la fuente o el pozo con brocal, no
es difícil que este impluvium fuera un resto de la época de la construcción de
la construcción del convento. Pag.43 .
No hay comentarios:
Publicar un comentario