sábado, 18 de julio de 2020


RECORDANDO A LOS CRONISTAS, 
ARMANDO RAMÍREZ Y A
“CHAVA” FLORES:
¡QUÉ TANTO ES TANTITITO! Y UN

 SÁBADO EN EL D.F.

Armando Ramírez entrevistando a la maestra María Elena Solórzano



Por: José Carbajal Cortés. Cronista de Azcapotzalco.

¡Qué tanto es tantitito!...
   Entre las muchas e infinidad de frases coloquiales de las que podría elegir, hay una que me llamó siempre la atención, la frase de: ¡Que tanto es tantitito!, dicha por Armando Ramírez, escritor, periodista, cronista del barrio de Tepito y de la “capirucha”, como él mismo decía. Este escrito viene a manera de un breve tributo, ya que el 10 de julio del año de 2019, nos dejó este cronista sin igual, ni imitado: Armando Ramírez Rodríguez quien nació el 7 de abril de 1952 en el barrio de Tepito.
   La primera vez que supe de este de este escritor, fue al pasar por el cine Mitla, en la Calzada México-Tacuba y entrar a ver los carteles de la película Chin-chin el teporocho (dirigida por Gabriel Retes en 1977, a lo cual recibió un Ariel a la mejor ópera prima) que se anunciaba en la marquesina en un reestreno por la década de los ochenta y que indicaba que estaba basada en la novela de Armando Ramírez y, por cierto al querer entrar, no me permitieron el ingreso en taquilla porque era una película para grandes y no para niños, aunque yo ya era adolescente ni aun así pude entrar conformándome con ver sólo los carteles o stills de las películas ya que siempre me gustaba ver las imágenes de éstos.
         

   Escritor de novelas como la mencionada anteriormente y de también: Crónica de los chorrocientos mil días del barrio de Tepito, Bye, bye Tenochtitlán, Noche de califas, entre otros libros. Describió la ciudad con variadas crónicas de lugares como Tepito, el Centro histórico, en mercados, calles, avenidas, monumentos históricos, etc. Colaboró en periódicos como Excélsior, Unomasuno y en algunas revistas. En 1974 fundo y difundió el Colectivo Tepito Arte Acá con Daniel Manrique y otros integrantes. Asimismo, recibió el premio cabeza de Palenque, por el guion de: Me llaman la Chata Aguayo y la Medalla al mérito ciudadano en 2011 otorgada entonces por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Déjame es su última novela publicada entre otras (Milenio, 2020).  
   Es en el periódico el Basta, que mi economía me permitía leerlo asiduamente con sus crónicas chilangas en la sección de su conocida frase en este diario, en que leí la noticia de su deceso el 10 de julio de 2019.  Nos dejó su legado el escritor, periodista y cronista Armando Ramírez, como dirían en Tepito: se nos fue un chingón.   
   Los reportajes de sus apariciones en la “telera” a manera de su usar sus expresiones coloquiales, fueron los que hicieron que conociéramos su presencia en la televisión en los que participaba con los segmentos de éstos sus reportajes en diversos programas (como foro tv canal 4, tu ciudad es de capital 21 o canal 21, etc.) ya sea en un lugar, con un personaje, buscando sucesos, anécdotas, oficios, tradiciones y un etc. Por este medio en cámara de televisión, utilizaba la frase ¡que tanto es tantitito! Que decía mucho en estas pocas palabras, porque nosotros los mexicanos con el ingenio que nos caracteriza, lo podemos interpretar de diversas maneras como buenos mexicanos que somos. Así, conocido por las nuevas generaciones con esta su frase a la que añadía: Pues total, así como el de otras expresiones: ¡Ay ojitos pajaritos! y sin faltar también la de tío Alberto, en un ademán de dirigirse a la cámara y al público mismo de manera ingeniosa y humorística.
   De los muchos y buenos reportajes por la Ciudad de México que realizó, recuerdo muy bien cuatro o cinco que grabo por Azcapotzalco (y que podemos ver afortunadamente por internet) cuando visitó tierra chintolola: La Casa de Cultura de Azcapotzalco (Capital 21 en 2014 en Ay ojitos pajaritos) , en la glorieta de los ahuehuetes en San Juan Tlilhuaca con el significado de la palabra chintololo (Capital 21,tu Ciudad es…, año de 2015) en el Barrio de San Lucas Atenco o colonia el Recreo, con una “leyenda” (Capital 21, 2015) y además en este mismo lugar de sus “tortipambas” con la cronista Ma. Elena Solórzano en la preparación de este práctico manjar, por la Historia de la U.H. del Rosario en Azcapotzalco (Tu ciudad es… en 2015) con el cronista A. Brito, por el pueblo e iglesia de San Miguel Amantla (Matutino Express canal 4, Foro tv en 2013) y sin faltar por San Martín Xochinahuac en el panteón vecinal de San José en este pueblo (Capital 21, tu ciudad es…, en 2018) con cronistas y personalidades locales como son: Francis López, María Moreno, Marcelino Peña y de José Felipe. Y en fin santo y seña de sus reportajes por el grandioso Azcapotzalco y de amén por la gastronomía de Azcapotzalco en sus petroleras, en la tradición de día de muertos y por el pueblo de San Pedro Xalpa.
   En este lugar de San Miguel, me detendré un momento ya que se sabe por estudios arqueológicos realizados que el calpulli prehispánico del asentamiento de Amantla o Amantlan, que se le daría el nombre de San Miguel Amantla en el siglo XVI, es el lugar de asentamiento más antiguo habitado de Azcapotzalco, ya que en este barrio de Amantla “…[se] han encontrado vestigios materiales del primer asentamiento humano en Atzcapotzalco, éste surge en el periodo Preclásico o Formativo Medio (también llamado Arcaico o de los Cerros), durante la fase Zacatenco, con fechas que van del 800 al año 400 a.C.” (Urdapilleta, [coord.], 2002 p. 7). Siendo interesante la mención que, en 1909 el arqueólogo Manuel Gamio realizo estudios y excavaciones en este sitio durante seis meses y que expuso en un artículo con el título de: “Restos de la cultura tepaneca” (Gamio, 1972). Asimismo, es de mencionar que se le dio preferencia (además de las excavaciones de Santiago Ahuizotla y de Santa Apolonia) al pueblo de San Miguel Amantla en la entonces Municipalidad de Azcapotzalco: “por haber sido hecha con más detenimiento y considerada como modelo de comparación para los restantes” (Matos,1972. p. 5).  
  Por tanto, este calpulli de Amantla- tlalpizac, es un barrio con el asentamiento más antiguo de Azcapotzalco y de que aquí se establecieron los artífices o artesanos: orfebres, amantecas o de la plumaria y lapidarios, ello en la época clásica (hacia el 200 a.C.) con influencia teotihuacana (Córdoba, 1990) y de aquí se extendió con los tepanecas, así nos lo demuestran estudios realizados recientemente (Revista de Arqueología Mexicana en su número 136, Azcapotzalco y Tacuba) y ver con estos antecedentes, este sitio en un reportaje para la tv, fue interesante con ese estilo único tepiteño del cronista Armando Ramírez en el año de 2013.

   En nuestra Casa de Cultura de Azcapotzalco en la Sala Abierta, a mediados del mes de octubre de 2019, meses después de su deceso, se llevó a cabo un breve homenaje luctuoso en un merecido reconocimiento a dos cronistas Armando Ramírez y Antonio Urdapilleta Pérez, a la trayectoria de cada uno, siendo organizado por los Cronistas de Azcapotzalco: la Mtra. María Elena Solórzano y de José Carbajal Cortés, en conjunto con las autoridades de esta nuestra amada Casa de Cultura con una charla y proyección de reportajes del escritor y cronista de Tepito por Azcapotzalco y de cortometrajes del cronista chintololo (quien falleció en 10 de octubre de 2016).
  Pues total, ¡qué tanto es tantitito!, para un enamorado de la vida, de la ciudad y de sus barrios, como dirían sus deudos y quienes lo conocieron. Seguimos y seguiremos disfrutando de sus crónicas, novelas y reportajes de sus andanzas.  


Imprescindiblemente… un Sábado Distrito Federal
(Breve remembranza a “Chava” Flores en su natalicio y aniversario luctuoso)
      

   Hay canciones o melodías que nos traen a la memoria un suceso o un hecho que se antoja de sensación fotográfica, así se podrían mencionar varias canciones, melodías o “rolas” como diría Alex Lora, pero quiero mencionar una muy especial que con tal sensación me pasó y esta es “Sábado D.F.”, escrita, compuesta e interpretada jocosamente y satíricamente por su autor Salvador Flores Rivera, mejor conocido como “Chava” Flores. Así la música urbana del otrora Distrito Federal, nos hace voltear a un pasado no tan remoto de esta capital o “capirucha” con un gran exponente compositor de esta música. 
   Vayamos a rememorar un tanto a este compositor y cantautor, quien nació el 14 de enero de 1920 en el barrio de la Merced. El poeta del barrio, así se le empezó a llamar por sus coetáneos a este compositor considerado costumbrista, quien desde la famosa canción de “Bartola”, de la década de los 50´s, se colocó como un ídolo de la canción popular urbana, ganado pues valga la redundancia popularidad. Con sus canciones que escribía, hacía una crítica social a través de un fino humor qué solo los mexicanos entendemos, dirigidas a: una autoridad, a las costumbres, a la familia, a los barrios de la ciudad, al amor de pareja, al mexicano mismo.
   Considerado como el cronista musical urbano de la Ciudad o D.F., por la letra de sus canciones, aunque sin título académico, como él mismo decía de esta designación. Ello se debió a su acercamiento a la música al trabajar en radio en un momento de su vida y de escribir primeramente letras de canciones, ya que anteriormente había desempeñado una variedad de oficios (vendedor, carnicero, encargado de almacén, etc.)  los cuales hacían que tuviera contacto con la gente y de vivir además en varios barrios de la Ciudad (Tepito, la Bondojito, la Merced, Tacuba, Azcapotzalco, Peralvillo, etc.) ya que menciona estos sitios de manera humorística, melancólica y satírica en sus canciones, así podemos ver en esta parte de su letra el vivir un sábado en el Distrito Federal:

Desde las diez ya no hay donde parar el coche
Ni ruletero que lo quiera a uno llevar
Llegar al centro atravesarlo es un desmoche
Un hormiguero* no tiene tanto animal.

 (*Nota. Hace referencia a un hormiguero y al Azcapotzalco organizado como las hormigas, ante el problema caótico que enfrenta la Ciudad en su parte céntrica, con sus problemas de tránsito de vehículos en avenidas y calles en fin de semana reflejando una sátira citadina)  
Esta canción de “Sábado, D. F.” del año de 1985, es una de sus canciones más emblemáticas, entre otras como “A que le tiras cuando sueñas mexicano”, “Voy en el metro”, “Bartola”, “La esquina de mi barrio”, “La boda de vecindad”, “El gato viudo”, “Cerró sus ojitos Cleto”, “La tertulia”, “Dos horas de balazos”, “La interesada” y un etc.
            
   Es en el año de 1989 que podemos ver de nueva cuenta el título de esta canción, sólo que ahora en un libro editado por la Dirección General de Culturas Populares: Sábado… Distrito Federal, emulando a la canción de “Chava” Flores, una antología que salió como convocatoria a un concurso en 1988, saliendo a la luz un año después, con testimonios, crónicas, cuentos e historias en una muestra de cultura popular de vecindades, barrios, colonias y más como: Tacuba, Xochimilco, Azcapotzalco, Nezahualcóyotl, etc.    
Y para mí este libro es muy especial, primero por la canción jocosa de sábado, D.F., que en alguna ocasión escuché en radio o vi en la tv de cuando era en blanco y negro y, en segunda porque fue a través de este que conocí y leí lo que es la crónica, además de conocer la primera participación formal de nuestra cronista de Azcapotzalco: María Elena Solorzano Carbajal, quien ganó el segundo lugar de este certamen con su relato “María la de Tacuba”, a quien conocí primero por su escrito y después el gusto y honor de conocerla en persona, asimismo de otra crónica en la publicación, que nos habla del barrio de San Miguel Amantla en Azcapotzalco y en fin de todo el libro lleno de historias, relatos y crónicas por toda la Ciudad.
   Con el paso del tiempo han dicho estudiosos de la música y cronistas como Jaime Almeida, Cristina Pacheco, Antonio Urdapilleta, entre otros, que se han valorado más las canciones de este cronista musical con el paso del tiempo, ya que son irrepetibles por sus características que nos describen un tiempo de lo que era el Distrito Federal hace 50 años del siglo XX, si hemos de hablar de nuestra Ciudad y su entorno con este cantautor como una muestra de la crónica urbana musical. Sus últimos años los vivió en Azcapotzalco en la Unidad Habitacional Cuitláhuac, conviviendo con los chintololos de este lugar, hasta su deceso en agosto de 1987 (Urdapilleta [coord.], 2000, p. 36).
   “Chava” Flores fue autor de más de 200 canciones y varios artistas lo interpretaron entre ellos, Pedro Infante, Tin tán, Pedro Vargas, Oscar Chávez, entre otros. Escribió un libro de poesías, además de otro titulado Relatos de mi Barrio (puntadas de mi vida, como él decía).


   En este año de 2020 se cumplieron el pasado 14 de enero, 100 años de su natalicio, por lo que Canal once transmitió un especial a fines de enero y a principios de febrero a propósito de este natalicio. La Editorial Resistencia publicará una novela grafica en este año que narrará la historia del cantautor, así como de una semblanza del cronista de la canción urbana por parte de la Fonoteca Nacional, y de un recital con sus canciones en el Colegio de las Vizcaínas, aunque es de mencionar que algunos de estos eventos se han pospuesto en este 2020 por la contingencia sanitaria, se retomaran como un merecido reconocimiento (El Heraldo de México, 2020).  Flores Rivera falleció el 5 de agosto de 1987 y en su epitafio aparece: “Sólo puede hablar de México quien lo conoce. Sólo puede hablar de México quien lo quiere”. Su última morada está decorada con una Virgen de Guadalupe y el señalamiento de: Salvador Flores RiveraChava Florescronista musical de la Ciudad de México (El Universal, 2020). 
   Existía hasta 2017 una serie de murales en la Casa Nextengo que por entonces era un Centro Cultural, ubicado en la Av. Azcapotzalco esquina con el Camino de Nextengo, en el barrio del mismo nombre y entre la colección de pinturas en la barda, podíamos apreciar personalidades del cine mexicano, cantantes e intelectuales, en una de éstas podíamos ver a “ChabelaVargas, José-José y a “Chava Flores, enmarcados dentro de un arco arquitectónico, cuyas pinturas murales efímeras lamentablemente han desaparecido y de las cuales sólo tenemos registros de éstas imágenes en fotografías.

 
Pintura mural (ya desaparecida) de “Chava” Flores que se encontraba en una barda de Camino de Nextengo, Azcapotzalco. Foto de 2017.
  En la Plaza de los Compositores Mexicanos que se localiza en la calle de Alfonso Reyes, en la colonia Hipódromo Condesa, se encuentra un busto en bronce realizado por el escultor Sergio Peraza y develado en octubre de 2002.  En su memoria hay un busto en la Unidad Habitacional Cuitláhuac, en Azcapotzalco, que los vecinos cuidan y procuran, (aunque no ostenta alguna placa) y que ha sido ocasión de visitas guiadas en el “Hormibus” (un tranvía turístico) por parte de la anterior Delegación y de la actual Alcaldía de Azcapotzalco, además de paseos culturales en bicicleta organizado por cronistas locales como son Marcelino Peña y Martín Borboa dos cronistas y ciudadanos de Azcapotzalco con una interesante propuesta en el busto del cantautor que engalana la Unidad, la cual aparece en un artículo realizado para la Hormiga en Línea (Borboa, 2020).  Estos paseos culturales guiados, se han organizado en fin de semana en el tiempo de lo que era el D. F., hoy CDMX.   

Bibliografía.
Borboa, M. (2020). Humilde tributo a “Chava” Flores. La Hormiga en Línea. Recuperado de: https://www.lahormigaenlinea.blogspot.com/2020/humilde-tributo-chavaflores-por-martin.html
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. (1989). Sábado, D.F. México: CONACULTA/Consejo General de Culturas Populares.
El Heraldo de México. (abril de 2020) Chava Flores: El cronista urbano del D.F. a 100 años de su natalicio. Recuperado de: https://www.heraldodemexico.com.mx/escena/chava-flores-cronista-urbano-cdmx-100-años-natalicio
El Universal. (5 agosto 2018). Chava Flores. Recuperado de: https://www.eluniversal.com.mx
Gamio, M. (1972). Arqueología e indigenismo. México: SEP Setentas.   
Matos, M. E. (1983). Manuel Gamio, la arqueología mexicana. México: Universidad Nacional Autónoma de México, Dirección General de Difusión Cultural.  
Milenio Digital. (10 de Julio 2019). ¿Quién era el escritor Armando Ramírez? Recuperado de: https://www.amp.milenio.com.mx/cultura
Urdapilleta, (coord.). (2000). De Atzcapotzalco, sus hormigas, personajes de Atzcapotzalco, D.F. México: Consejo de la Crónica de Atzcapotzalco.
------------------------- (2001). Voces tepanecas: Tepanecahtlahtolli, capsulas históricas de Atzcapotzalco, D.F. México: Consejo de Cronistas de Atzcapotzalco.  

2 comentarios:

  1. Gracias José carbajal, por la mención a nuestro pueblo San Martín Xochinahuac, y como siempre una buena crónica con tu estilo me encanta y sabes que admiro tu trabajo, felicidades

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  2. Gracias a ustedes que nos siguen y nos leen. San Martin Xochinahuac es un pueblo representativo de Azcapotzalco, saludos a todos en ese gran pueblo originario de Azcapotzalco

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