viernes, 27 de enero de 2023

 

EL NIÑO PERDIDO. 

BARRIO DE LOS REYES

Por Martina Rodríguez García


Hace algunos años los vecinos que acudían a las misas a la capilla de los Reyes Magos en el barrio de los Reyes se dieron cuenta que el niño dios que tenían en el altar no se encontraban en el altar no se encontraba en su lugar y fueron a decirle al señor Francisco Estrada lo que sucedía. Pues el era el encargado de cuidar la capilla del barrio de los reyes.

 Don Francisco les prometió que le preguntaría al padre que oficiaba la misa, para saber que paso; así fue aquel señor Francisco se dedicó a buscar al niño, primero lo busco en las capillas y en la parroquia, pregunto también a las personas que alguna vez lo habían pedido para vestirlo el día de reyes y por varios días siguió buscando hasta que y un día fue a la iglesia de santa Apolonia y ahí lo encontró, reviso cuidadosamente al niño y enseguida le pidió permiso al padre de esa iglesia y tomo al niño en sus brazos pa estar seguro de que era el santo niño de la capilla, así comprobó que sí, que realmente era él.

 Así le pidió al padre permiso para llevarlo de nuevo a la capilla, también se entero que ese niño, lo llevo una persona que lo había prometido como regalo para esa iglesia, por fin el sacerdote después de investigar otorgo el permiso para que el señor Francisco lo entregara al padre que oficiaba en la capilla de los reyes; las personas como Anita estrada, Pedro, Mariana, Luis, Tomas Aguilar Soriano y, principalmente, Pablo Estrada, recuerdan que es por esto que ya se pone más atención.

 En aquel tiempo se festejaba muy bonito a los santos reyes, ¿se acuerdan de las carreras de caballos? Carreras  parejeras con aquellos listones de colores amarrados a una reata y al pasar los charros sobre el caballo arrancaban los listones; así como cuando enterraban a los gallos a los que solo les asomaba la cabeza al ras de piso, los charros los desenterraban y el más rápido era el ganador; que hermosos recuerdos de la fiesta que nos remonta al tiempo cuando se hacia el nacimiento en todo lo ancho del altar de la capilla de los reyes y la radiante estrella señalaba el lugar en donde esperaba Maria y Jose la llegada del niño dios.

La fe de las personas que viven en los reyes fue la ayuda para que apareciera el niño, y sus peticiones también ayudaron a que hoy siga junta la sagrada familia cumpliéndose un hecho bíblico: “El Niño Perdido y Hallado en el Templo”.

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