martes, 28 de febrero de 2023

 

SEBASTIAN DE APARICIO DIFUNDIO LA DEVOCION A LA VIRGEN DE GUADALUPE

Por Martín Borboa Gómez  (Grupo Formiga)


El Beato Fray Sebastián de Aparicio, un personaje fundamental de nuestra historia, también participó en el acercamiento de la Fe a la Virgen de Guadalupe, entre los habitantes de Nueva España. A continuación se explica:

El explorador español, Juan de Tolosa, luego de haber llegado a la Nueva España, vio piedras interesantes y metales preciosos que llaman su atención, y los indígenas le dijeron que las obtuvieron del norte. El español fue a explorar, y encontró plata en el norte en 1546.

Dos años después, en 1548, junto con otros tres españoles, se fundó la hoy conocida como ciudad de Zacatecas. La fundaron un 20 de enero.

Es curioso que haya sido ese día.

20 de enero era un cumpleaños más de Sebastián de Aparicio. Ese día cumplía 46 años, y ya tenía casi 15 años viviendo en Nueva España, por lo que sin duda supo de esta fundación.

El ya había demostrado su capacidad de construir caminos, como los elaborados de Puebla a Veracruz y de Puebla a la Ciudad de México.

Aunque una cosa fue construir aquel tramo de la costa tropical a la elevada metrópoli, pasando por la ciudad de los Ángeles creada por Fray Toribio de Benavente, y la cercanía de los volcanes, territorio donde afloraron culturas sedentarias, y su área de asentamiento en lo llamado MESOAMERICA.

Y otra muy diferente el nuevo reto que tenía enfrente hacía Tierra adentro:

Tierras más secas, en algunos casos semidesérticas, de culturas nómadas en varios casos, en lo que la academia distingue como ARIDOAMERICA, y en donde más allá de Querétaro no había establecimientos españoles significativos que encontrar.

 

AÑO 1531

Un dato interesante es que en el camino a Veracruz, se fundó la Cd. de Puebla en el año 1531.

Y en el camino que luego sería a Zacatecas, se fundó la Cd. de Querétaro, también en 1531.

Y ese año fueron las 5 apariciones de la Virgen de Guadalupe.

4 fueron a Juan Diego y 1 a su tío Bernardino.

5 apariciones, y 5 visitas del Papa San Juan Pablo II a México, y siempre declarando abiertamente su amor por la Virgen de Guadalupe.

Luego de las apariciones de la Virgen en diciembre 1531, la primera peregrinación que se llevó a cabo para visitar a la Guadalupana, salió de Azcapotzalco, en 1532, y es una tradición anual que se continúa desde entonces.

Se le conoce como LA PEREGRINACION DE LOS NATURALES.

Y al año siguiente, 1533, llegó Sebastián de Aparicio a Veracruz, y muy pronto pasó a Puebla de los Ángeles.

 

SEBASTIAN, JUAN DIEGO Y ZACATECAS

A Sebastián, su faena de carretero lo llevó a visitar la Ciudad de México, y seguramente visitó el sitio del milagro acontecido apenas dos años antes de su llegada a estas tierras, y como en ese lugar vivió San Juan Diego hasta su muerte en el año 1548, hay grandes probabilidades de que se hubieran conocido. Juan Diego vivió en el Tepeyac de 1531 a 1548, y Sebastián llegó a Nueva España en 1533. Quince años de vivir en la misma tierra.

Juan Diego, el ser humano que participó en un engrandecimiento de la Fe, y Sebastián, el ser humano que participó el engrandecimiento de las comunicaciones. Ambos católicos.

¿Habrá participado Sebastián encargado de las comunicaciones, de comunicar a diferentes pueblos, del milagro acontecido en su época misma, que fue comunicado por Juan Diego, a partir de su comunicación verbal y presencial ante la Virgen?

Disculpe el lector la exageración en el uso de las palabras, pero si eso no me ayuda a resaltar el punto de este articulo, pocas cosas lo harán.

Aun hoy existe la placa indicando el sitio en donde se quedo a vivir Juan Diego en el Tepeyac, y una cruz señala el sitio exacto.

El guadalupanismo creció desde el inicio. (Ojo, la Fe no tiene una fecha como la puede tener un libro impreso. No se busque el inicio del guadalupanismo en la fecha de impresión de un texto que lo difunde).

Los pinceles de artistas no tardaron el tratar de imitar los trazos del ayate de Juan Diego, y la imagen se propagó. La búsqueda del favor o la intercesión de la Guadalupana por parte de los fieles fue novedad natural entre la población.

Juan Diego falleció en el año 1548, y ese año se fundó la ciudad de Zacatecas.

Fundada la ciudad minera, asegurado el interés económico, se procedió a encargar A UN HOMBRE la construcción de un camino desde la ciudad de México, pasando por Querétaro, hasta la naciente Zacatecas. Ese hombre fue Sebastián.

El municipio aledaño a la capital zacatecana, se llama GUADALUPE, incluye la famosa cañada de la Bufa.


SEBASTIAN DE APARICIO DIFUSOR DEL GUADALUPANISMO

Un biógrafo de él, Conrado Espinosa (autor de “Fray Sebastián de Aparicio, primer caminero mexicano” Editorial Jus, 1959), dice lo siguiente en sus páginas 142 y 143.

Pongo en mayúsculas ciertas palabras para destacar el punto de este artículo:

“Muchas veces, sus mismas carretas deben haber transportado imágenes y materiales para los conventos y templos EN CONSTRUCCION, sin duda, en sus salidas de México y regresos, visitaría los altares y sus devociones… y debe haber visitado la modesta capilla del TEPEYAC, hasta con el acompañamiento de sus mozos”.

“Así, con los frailes, contribuyo seguramente Sebastián a la EXTENSION del culto vivificador”.

“Tomamos con certeza el hecho de que Sebastián, especialmente con sus indios viejos y nuevos allegados, fuera PROPAGANDO LA DEVOCIÓN a María de Guadalupe como la intercesora más eficaz frente al Creador y la, por sí misma, proclamada madre de sus “hijitos pequeños”.

Más de una vez, en sus carretas, cuidadosamente embalada, iría la imagen mexicanísima para quedar señoreando un NUEVO ALTAR”.

 

Si Sebastián de Aparicio visitó el lugar de culto primario a la Virgen de Guadalupe, fue contemporáneo de quienes presenciaron las apariciones, era un fiel católico, transportaba materiales para construir nuevos templos y altares a zonas lejanas, y en esas zonas tan de su presencia como Zacatecas o Querétaro, tienen desde ese tiempo de la llegada de Sebastián altares a la Guadalupana o hasta poblados con ese nombre, no hay motivos para dudar de su influencia, ya que además era (lo digo con redundancia a propósito), un hombre influyente en su época. Si el gobierno le confiaba la construcción de caminos, es fácil deducir la enorme, repito, enorme importancia de este ciudadano novohispano, y la confianza que se tenía en él. Y no solo confiaba en él ese gobierno que le encomendaba semejantes proyectos, sino también las poblaciones nómadas o sedentarias que a él no lo atacaban aunque se internara en el territorio inhóspito para hacer el primer trazo de un camino, o pasara con la lentitud de sus caravanas en situación gravemente vulnerable.

Son estos antecedentes los que complementan la explicación “terrena” de un culto rápidamente extendido, -precisamente- hacia donde Sebastián de Aparicio se dirigió con tanto trabajo y gente.

Eso explica el establecimiento de la población llamada GUADALUPE a un lado de la ciudad de Zacatecas. Hoy juntas forman la zona metropolitana de Zacatecas.

Los trabajos y viajes de Sebastián de Aparicio, colaboraron a la propagación del GUADALUPAMISMO.

Dice el citado autor:

“¿Qué detalle mínimo siquiera, puede afirmar la duda para no tener a Sebastián de Aparicio como uno de los primeros propagandistas del guadalupanismo?

Las carretas que impulsaron los bienes materiales, sin duda alguna extendieron las redenciones del espíritu”.

 

AZCAPOTZALCO – LA VILLA Y CALZADA DE GUADALUPE: SEBASTIAN DE APARICIO PUDO HABER ACONDICIONADO ESE CAMINO, TRAZO QUE AUN SE UTILIZA BASTANTE HOY EN DIA

 

La arteria llamada Azcapotzalco La Villa, desemboca en uno de sus extremos, en la Antigua calzada de Guadalupe, que conecta de excelente forma a Azcapotzalco con el Tepeyac. Actualmente el trayecto vial tiene diferente nomenclatura según el tramo, y la urbanidad, construcciones y aspecto moderno, hay que recordar que no es el que tenía en el siglo XVI, cuando había un gran lago.

La vialidad Azcapotzalco La Villa, llega al actual centro comercial Portal Ferrería, y ahí entronca con Antigua Calzada de Guadalupe. Esa unión vial ocurre en territorio de nuestra alcaldía.

La afirmación de que Sebastián de Aparicio hubiera mejorado ese camino, es posible hacerla como una conclusión de los siguientes puntos:

a)      Considerando lo expuesto en párrafos anteriores,

b)      sabiendo que Sebastián de Aparicio construyó largos caminos hasta Veracruz y hasta Zacatecas, uniendo dichos lugares con la Ciudad de México, de modo que no hay duda que sabía abrir, acondicionar y mejorar caminos, y la conveniencia de tener buenos trayectos para llegar bien al destino,

c)       sabiendo que fue vecino acaudalado de Azcapotzalco por veinte años aproximadamente, católico,

d)      de gran amistad con frailes, en comunicación con franciscanos en Tacuba y Tlalnepantla y dominicos en Azcapotzalco,

e)      estimando que habrá escuchado, presenciado y quizá hasta participado de la PEREGRINACION DE LOS NATURALES al Tepeyac,

f)       habrá conocido muy probablemente a Don Antonio Valeriano, nacido en Azcapotzalco, destacado maestro del Colegio de Santiago Tlatelolco, autor del Nican Mopohua (en donde se describen las apariciones de la Virgen de Guadalupe), y que fue gobernante de Azcapotzalco por un tiempo. Sebastián de Aparicio falleció en 1600 y Antonio Valeriano en 1605. Ambos católicos, vinculados fuertemente a Azcapotzalco y muy influyentes en sus áreas respectivas.

 

¿Qué dificultad o impedimento habría tenido para mejorar o acondicionar el piso del trayecto por el que ya se transitaba desde Azcapotzalco al Tepeyac?

 

Motivaciones para hacerlo, habrá tenido muchas:

a)      sus amigos, vecinos y colaboradores de San Juan Tlilhuaca, San Martín Xochinahuac y demás pueblos originarios participaban en la mencionada Peregrinación.

b)      si se interesó en la celebración del Día de Muertos y la ofrenda que se hace a los fallecidos, se habrá interesado también en la celebración viva del acontecimiento reciente (a su llegada a Nueva España) de las apariciones de la Virgen. Su interés en la ofrenda de Muertos acompañaba la mirada al pasado y al presente. Su interés por acondicionar un mejor trayecto al Tepeyac acompañaría la mirada al presente y el futuro.

c)       su niñez y adolescencia transcurrieron en un lugar (Orense) que era y es parte de una ruta de peregrinación hacia el santuario del Apóstol Santiago, en España. Ahora en Nueva España, su tierra en Azcapotzalco, era punto de partida de una muy importante peregrinación católica guadalupana, y sabemos además, la más antigua.

d)      su decisión de ser vecino de Azcapotzalco, invertir su vida y patrimonio en este lugar, y hasta haber dispuesto formar un matrimonio aposentado aquí, imaginando como toda pareja el perdurar unidos a su asiento habitacional, cercanos a su familia política que vivía en la vecina Hacienda de Cristo.

e)      haber demostrado con creces su actitud desprendida y acomedida para ayudar a los demás, que incluso luego demostraría de manera insuperable al donar después toda su fortuna y a sí mismo a las Clarisas.

La lista de motivaciones, capacidades, demostraciones de su ingenio, voluntad, desprendimiento, influencia, etc., podría ser muy larga. No la extenderé más.

Simplemente son argumentos que me hacen pensar que el caminero más famoso de nuestra historia nacional, avecindado por veinte años en nuestra zona de Azcapotzalco, acaudalado como pocos en su época en estas tierras, desprendido, conectado con la vida y la Fe de sus colaboradores y amigos, católico por nacimiento y por convicción, testigo como nosotros de la Peregrinación más antigua de México hacía el Tepeyac, íntimo de los pobladores de San Juan Tlilhuaca, de San Martín Xochinahuac, activos participantes y promotores de dicha Peregrinación, decidió en algún momento, acondicionar para las generaciones de su tiempo y las futuras, el piso del trayecto que se seguía y sigue, para desplazarse de la mejor forma, desde Azcapotzalco hasta la Basílica del Tepeyac, con el propósito de ir a adorar a la Virgen de Guadalupe.

Si lo hizo de México a Zacatecas y de México a Veracruz, me es muy sencillo deducir que por lo antes dicho, también habrá tenido la sincera inquietud (o recibido la franca petición) de mejorar dicho camino entre Azcapotzalco y el Tepeyac, que es de muy, pero muy corta distancia, para los alcances demostrados por tan grande hombre y Beato en otras rutas.

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