EX FABRICA DE HARINA
Por Don Nayarito Cantalicia (Grupo Formiga)
Hace aproximadamente dos años, la estructura de lo que fuera una fábrica de harina, se aprovechó para abrir un interesante espacio multidisciplinario, plagado de propuestas, siendo un fascinante sitio para quien guste de la fotografía urbana. La gente y el mapa de Google lo conocen como “Ex Fábrica de Harina”, pero en instagram, facebook, etc, y en su fachada, se identifica como “Exfábrica MX”.
Almorzar, comer o cenar ahí, está resuelto. Las famosas pizzas de chilaquiles son una de las originales creaciones de las “Pizzas del Perro negro”, que tienen ahí una sucursal. Preparan otras especialidades, pero ésta es una que a mí me gusta mucho. (Tienen unas hechas con suadero, con cochinita, con bolognesa, con chiles cuaresmeños capeados, con carnitas, con puré de papa, con totopos, con chilorio, con papas con chorizo, con tortilla de huevo, con pollo capeado, etc). Mi sobrino ha llegado a traer un par de esas pizzas a casa, y me cuenta del lugar. Esta vez le pedí que me llevara a conocerlo.
De acceso gratuito, con vigilancia, música del gusto de sus jóvenes visitantes promedio, diariamente puede irse a disfrutar de esta propuesta, ubicada en la esquina de la calle Primavera con la Calzada Aquiles Serdán, en la colonia Ángel Zimbrón, en Azcapotzalco, cerca del Metro Refinería, ya en el límite de la alcaldía.
A lo largo de sus fachadas en ambas arterias que forman su esquina, hay murales y grafiti, de modo que no pasa inadvertida. Incluso de noche puede verse iluminado desde arriba del Circuito vial que se ubica frente a él (si es que va en auto). Buena atmósfera nocturna, con amigos, la pareja o hasta solitarios que busquen un agradable rincón.
Antes de la pandemia, dos espacios de las instalaciones se usaron para conciertos. Cuando ésta pesadilla sanitaria mundial termine o quede plenamente controlada, sin duda regresará la música en vivo y todo el reventón que le haga los honores de corear, bailar y cantar. Es un gran foro.
Además del restaurante, hay algunas accesorias que venden ropa y otros productos.
En el amplio espacio para recorrer, hay pocas bancas para sentarse, pero de verdad que mirando se va el tiempo fácilmente aun estando de pie. Hasta los baños tienen personalidad. Yo amo las calcomanías y en esta Ex fábrica abundan. No conozco otro lugar así en la ciudad.
Sugiero que para visitarlo con calma, sea entre semana antes de las cuatro de la tarde, o en fin de semana se haga a partir de las once de la mañana, cuando no hay todavía mucha gente, pues ya desde las trece horas, comienza a llegar el público y ya no se vacía hasta el cierre. Mis fotos no proyectan el ambiente de convivencia del público, solo son una muestra del escenario, porque fui temprano y entre semana. Pero aquí es donde cada día, y especialmente cada fin de semana, el ánimo y la buena onda tienen su hogar dulce hogar en Azcapotzalco.
Tengo muchísimo tiempo de querer ir a ese lugar hoy con esta buena reseña mis ganas de ir se multiplican, felicidades
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