CAMARONES Y SUS OFRENDAS
calaverita
Por Martín Borboa
Gómez (Grupo Formiga)
En
tiempos que se van alejando
sin
que nadie en reemplazo siembre,
la
memoria se nos va añejando
y
las imágenes se van para siempre.
Conviene sin embargo recordar
que algún tiempo sobre Camarones,
ofrendas se acostumbraban montar
entre risas y hartos mirones.
Eso fue antes que
hermosearan
el mentado
camellón,
pues antes ni
soñando pasearan
a menos que fuera
en montón.
Tramos rotos que estorbaban
al que corría como en maratón,
Más planitos se figuraban
los pasillos de un panteón.
En el camellón
ofrendas colocaban
y luego un
concurso sucedía,
los del jurado
pasaban
y primeros
lugares ofrecían.
Había disfrazados y artesanías,
monstruos, máscaras y terror,
crepas llenas de rico sabor,
y en los niños las alegrías.
Se iba en
familia, con la novia o los cuates,
se comía, y veías
todo o solo en partes,
con finezas,
brillos o con disparates,
se pasaba el
rato: así era antes.
Ponían hasta un templete
con lona, micrófono y sonido.
Platicas, danzas y guateque…
¡era muy entretenido!
Las ofrendas de
Camarones se han ido,
Solo quedan las
fotos de archivo,
para evitarles
completo olvido,
y contarle al que
recién ha nacido
lo que una vez
fue camellón festivo.
Quizá un dia vuelvan a suceder,
y de repente las vengan a
poner,
pero vaya uste a saber,
si eso vaya a acontecer.
Yo
actualmente los miro
muy
metidos en la resistencia,
y
espero a quien admiro
venga
a marcar diferencia.
Mejor pongase una ofrenda
chula y colorida en casa.
Así ni quien se ofenda
ni le den vacía la
calabaza.
Es
cosa de ir buscando
donde
hay otro camellón,
en
Azcapotzalco mirando
seguro
habrá de a montón.
Uno apto para este asunto
y decorarlo como panteón,
voy a poner un anuncio:
“Gobierno réntame el camellón ”.
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