domingo, 11 de agosto de 2019


AGOSTO HINDU EN AZCAPOTZALCO

Por: Martin Borboa

“¿Ya fuiste al Festival de la India en la Casa de la cultura?” Me preguntó un cuate por teléfono. “No de la India María ¿eh?, del país” me aclaró.

Yo ni sabía que iba a darse un evento así en Azcapotzalco. Al día siguiente ya estaba yo cruzando el bello portal de la Casa de cultura. Se anunciaba el “Festival cultural India Azcapotzalco”. Me registré y me metí a la sala “Acolhuac”. En esa sala se expuso “La India, una mirada”, de Pablo Dávila, con fotos de monumentos y gente. Las imágenes estaban dominadas por un color a veces amarillento, y otras veces blanco y negro. Estas de dos colores me gustaron mucho. Pero las del velo pálido, forzaban a interpretar un aspecto desértico.
Pensé que eso nada tenía que ver con la India selvática que uno puede imaginarse al leer “El libro de la selva”, del inglés ganador del premio Nobel. Me llamaron la atención las fotos de la exposición, rostros de la niñez y la tercera edad, detalles escultóricos interesantes. Una foto de elefantes acercando sus trompas me agradó mucho.

Me fui a la sala de enfrente, la “Antonio Valeriano”. Ahí el color explotaba en las imágenes, se trataba de un registro gráfico de la danza hindú. Muy interesante. El rostro de un personaje serio, rojo, casi enojado, se me quedó muy grabada en la mente. Fotografías impresionantes, ojalá las vendieran en postales. En póster aun mejor. El colorido de esta sala me compensó todo lo que me faltó en la anterior. Salí de buen humor.

En donde empiezan las escaleras de la Casa de cultura, las que se dirigen al mural, estaba una mesa de una empresa que distribuye cine hindú. Y luego vi en el programa que ellos se han ocupado de proyectar matinées infantiles en el salón “Cervantino”. Una chica muy seria estaba regalando bolsas como para ir al super y también sus folletos sobre películas.
Arriba entré al salón “Tezozómoc”. Ahí pude ver una gran colección de muñecos que muestran bailes o trajes típicos de la India. Muy bien hechos. Muy finos detalles en la ropa y los rostros. Algunas prendas en verdad se parecen a varias de las que se pueden ver en la provincia mexicana.

También arriba, sé que en el salón “Cervantino” estuvieron dando conciertos con instrumentos de aquel lejano país, pero ese día no se escuchaba nada ni había gente arriba. Solo abajo. Antes de bajar me asomé por la ventana que da al jardín con fuente. ¡Qué bonito se veía todo el decorado que pusieron sobre los arbustos!. Largas telas con los colores de la bandera de la India. Muy bonito. Y eso que ha estado lloviendo. Pero se ve que han tenido paciencia y las ponen cuando las plantas están secas. Con respeto.


El festival sería del 2 al 11 de agosto. Eso me daría oportunidad de regresar si algo me gustaba mucho y no me alcanzaba el dinero ese día. Bajé y entre al salón “Morelos”, había mucha gente viendo la ropa hindú que ahí se vendía. Muy colorida, vistosa. Me hubiera gustado ver también a algún guardia porque la gente se distrae tanto mirando la mercancía que fácilmente podría un ladrón bolsear a los visitantes, hurgar en bolsas de dama, o incluso mirar de dónde sacan el dinero los compradores para luego acertar con un par de dedos hábiles.

Más al fondo de la Casa de cultura, en la sala Abierta, se instaló un restaurante de comida hindú. Muy aromática, siendo el curry el principal perfume que distinguí. Me acerqué a mirar los guisos. Cautivadores. Los aromas eran más fuertes y la verdad solo porque iba limitado de dinero y con el alma tacaña no comí ahí. Pero si quedé lleno de antojo.
Las mesas adornaban muy bien el lugar, me pareció que con más frecuencia debería de haber ahí un restaurante invitado. No me atreví a fotografiarlo con gente pues supongo que eso puede incomodar. Vendría otro día para hacer tomas sin gente. Me senté en una silla alta y quise seguir “comiendo” por la nariz nada más. Sufriendo antojos insaciados por mi tacañería.

En eso, una señora de poco menos de 70 años se acercó a mi silla, ocupó la de al lado, se sentó y me saludó. Traía una ropa holgada, muy bonita, definitivamente era alguien del personal que expone: el aspecto de su ropa floreada, la ligera tonalidad café en la piel bajo sus ojos que para nada serían ojeras, sino un bello toque genético que me pareció extremadamente femenino. Miré los anillos en sus manos. Deduje que estaba al lado de una señora hindú participante del evento, quizá expositora. Le hice la plática. No sé porque se me ocurrió iniciar con decirle que Cristóbal Colón nos había hecho tocayos. Ahora que lo pienso creo que eso es banal y torpe, pero así comencé. Colón deseaba o planeaba llegar a la India, y aunque no lo logró, el nombre se contagió y como dicen, desde Alaska hasta Tierra de Fuego, serían en plural “las Indias”. Y de paso los habitantes, indios, y por eso, ella y yo éramos tocayos a los ojos de Colón. Pésima elección para iniciar una conversación, pero suficiente para romper el hielo. Lamentablemente la señora no tenía mucho tiempo libre, debía regresar pronto a su mesa de exposición.
Se me ocurrió decirle que aquí en Azcapotzalco tenemos una estatua de Tagore. (Estatua inaugurada el 15 de agosto del año 2000) Estaba seguro de que al escuchar ese apellido del premio Nobel de literatura de su país le sonaría bastante familiar. Y así fue. Me dijo que si estaba cerca le gustaría ir a ver esa estatua, pues ella también nació en Calcuta, como él. Me ofrecí a llevarla y regresarla. Aceptó, fue a avisar y salimos.

  Tomamos un taxi. Le pedí nos llevara al “Chon y Chano” de Camarones, y que nos esperara mientras bajábamos a mirar la estatua. Ella me explicó algunas cosas. Me dijo que Rabindranath Tagore estuvo en Inglaterra, que su propio padre fue su verdadero guía, que uno de sus libros clásicos “El cartero del rey” fue el primero que ella leyó de ese autor, y que al año siguiente de su publicación es cuando le dieron el Premio Nobel. Me dijo que Tagore vistió Japón y que renunció al título de “Sir” que le otorgó Inglaterra. Que también visitó Estados Unidos y algunos países de Europa y Sudamérica. Que cuando Gandhi estuvo encarcelado, Tagore lo visitó. Y luego, cuando Tagore estuvo enfermo, Gandhi lo visitó. Que la Universidad de Oxford le dio el título de Doctor. Y para terminar con su explicación, me dijo que Tagore murió en agosto de 1941, el día 7. Ella lo sabía muy bien porque su cumpleaños es un día antes, el 6.
Me dio luego una breve cátedra sobre agosto en la India. Fue un 1 de agosto de 1920 cuando Gandhi inició un acto de desobediencia civil, postura que practicaría en varias ocasiones y que luego inspiraría al estadounidense Martin Luther King a hacer lo mismo. Luego durante la Segunda guerra mundial, Gandhi y otros miembros del Congreso Nacional exigieron la salida de los británicos de la India, y por ello fueron encarcelados el 9 de agosto de 1942.
Finalmente, la señora me explicó que el 14 de agosto de 1947 fue cuando la India se independizó del Reino Unido. Éste le concedió el estatus de Estado Independiente asociado en mancomunidad al día siguiente. Y el día 16 se definió la línea Radcliffe que divide a India de Pakistán.
Nunca pensé que en el camellón de Camarones frente a esa estatua café iba yo a recibir una lección de historia tan interesante. Agosto será para mi desde ahora un mes de toque hindú.
   Me propuse ir a la Librería Gandhi ubicada en la plaza comercial Rosario Town center, a comprar lo que pudiera sobre Tagore. Debía hacerlo en este mes de agosto. Mes de la muerte de dicho autor, del cumpleaños de mi acompañante, y de la libertad de ese país.
Regresamos y quise mostrarle una placa colocada en la barda del atrio de la Parroquia de Azcapotzalco, que dice que ahí fue la última acción de armas por nuestra Independencia el 19 de agosto, y que de hecho, nuestra independencia de España se firmó también en agosto, el 24, en los Tratados de Córdoba, entre Agustín de Iturbide y el recién llegado Capitán General Juan de O´Donojú (el titulo de virrey dejó de usarse y cambió a Capitán General). México luego firmaría un acta de independencia el 28 de septiembre de 1821, en donde volverían a participar ellos dos, pero la primera fue en agosto.
De ese modo, la independencia de ambas naciones se firmó en agosto. México 1821, India 1947.
Nos despedimos la señora y yo. Quedé en que de ser posible volvería a verla en este festival, pues duraría aun varios días. La señora regresó a la Casa de cultura. Yo me quedé platicando con el taxista, quien me contó que cuando lleva a su mujer al mercado de la Nueva Santa María y la espera en el auto (magnifico flojo pensé) recostado en su asiento, ha visto arriba de una tienda un restaurante hindú. Como yo vivo en esa colonia, aproveché y le pedí que me llevara a ese lugar.
  Efectivamente existe. Debe ser el único restaurante hindú de todo Azcapotzalco. Se llama “Varanasi”. Está en la calle de Membrillo Número 170, altos. Su carta es muy amplia. Tiene platillos vegetarianos, con res, cordero, pollo, salmón, camarón. La palabra “curry” estaba por todos lados. La parte de las bebidas es larga también. Yo pedí un lassi de mango. El que me atendió dijo que ahí preparan su propio yogurt para esa bebida. Yo conocía las versiones frutales de esa bebida, pero ahí lo preparan también con pétalos de rosa. Me di cuenta que ahí el lassi frutal cuesta 35 pesos, mientras que en el Festival costaba 100 pesos.
  Por cierto, tengo la tarjeta del restaurante que llevaron al festival. Su local fijo lo tiene en el centro histórico. ¿No sería destacable que abrieran la oportunidad a los empresarios locales para un evento así? Digo, si se trata de la India y en la alcaldía si hay quien prepare esa comida, el esfuerzo sería menor (y el precio posiblemente también), y la gente podría ir después a repetir o conocer sin ir hasta la alcaldía de al lado (la Cuauhtémoc).
  En el camino de la Casa de la cultura hacia mi colonia, el taxista me contó sobre la llantera Tornel, y sobre el empresario mexicano que estableció esa fábrica de llantas. El las ha usado en su taxi. Yo recuerdo anuncios de esa marca – Tornel- en muros hace muchos años. Me explicó que esa empresa, orgullosamente mexicana, ahora es de capital principalmente hindú. Y además, el nuevo dueño hindú, recibió en 2018 la distinción del Águila Azteca, premio que el gobierno mexicano concede a extranjeros destacados a favor de nuestro país. En este caso, por la inyección de capital y el beneficio que impacta en la economía nacional, además de por la creación de empleos. Este dato lo verifiqué después en internet. Efectivamente al señor Raghupati Singhania, presidente de JK Tornel México, se la otorgaron el día 3, curiosamente de agosto de 2018.
También me contó el taxista que le tocó ver alguna vez una estatua del señor Tornel, empresario mexicano del ramo llantero, adentro de la Casa de la cultura, y que ahora dicha figura está en el Parque del Zacatito (otros le llaman plazuela del Zacate). Está ubicado en una de las cuatro esquinas del Jardín Hidalgo, en el centro de Azcapotzalco.
Busque en internet y efectivamente, se puede ver que dicha estatua llegó a estar adentro de la Casa de cultura. Otro día la fui a ver en su nueva ubicación. Ha de ser reciente porque está muy bien cuidada, y con el mismo estilo de basamento y placa que las figuras que se colocaron en el gobierno anterior. La placa dice: “Armando Tornel Murillo. Pionero y decano de la industria llantera en México a nivel mundial. Establecido en Azcapotzalco desde 1951. Único mexicano miembro del Salón de la Fama de la industria llantera mundial”.


Ese día volví a pasar a saludar a la señora. Le platiqué las novedades que le tenía: el restaurante hindú en mi colonia, la fábrica de llantas del empresario mexicano que luego pasó a ser de capital hindú, y el reconocimiento que le dio México a ese empresario hindú, justo un 3 de agosto.
A ver si en un año vuelven a montar dicho festival. Y ojalá además de lo mostrado este año, con cine, muestra gastronómica y artesanal, danza y venta, exhiban ciencia, sus avances tecnológicos. ¡India es el cuarto país cuyos científicos lograron aterrizar un artefacto en la luna!
México por su parte, podría traer alguna mesa de libros que ofrezca por ejemplo la biografía de Gandhi, los poemas y cuentos de Tagore, y por supuesto, las obras de Don Octavio Paz, ilustre premio Nobel de Literatura mexicano que en su momento fue embajador de México en la India, y resaltar que nuestro país fue el primero en Latinoamérica en reconocer la independencia de la India, y que fue un expresidente, Emilio Portes Gil, el primer embajador mexicano en aquel país.
El festival ha terminado, y yo comienzo a disfrutar la lectura de las obras de Tagore. Lo conseguí en la Gandhi del Rosario, editorial Porrúa, colección “Sepan cuantos…”. Con algunas de sus obras sonrío. Con otras suspiro. Con otra hasta lloré.
Una muy linda es el cuento “La escuela de las flores”, que forma parte de su publicación “Luna nueva”. Es breve y aquí lo comparto:
“Cuando el cielo tempestuoso ruge sordamente y caen los chubascos de junio, el húmedo viento del este camina a través de los brezales para tocar la cornamusa entre los bambúes. Entonces, innumerables flores se abren de súbito; nadie sabe de dónde han salido, y se las ve bailar locamente sobre la hierba. Madre, estoy seguro de que las flores tienen una escuela bajo tierra. Cuando hacen sus deberes las puertas se cierran, y si antes de que sea la hora quieren salir para jugar, el maestro las manda castigadas al rincón.
Tienen vacaciones cuando llega la época de las lluvias. Las ramas entrechocan en el bosque y las hojas se estremecen con el viento furioso, las gigantescas nubes dan unas palmadas y las niñas-flores salen corriendo, con sus vestidos rosados, amarillos y blancos.
¿Sabes madre? Las flores viven en el cielo, como las estrellas. ¿No te has fijado qué deseos tienen de llegar allá arriba? ¿Y sabes el por qué de tanta impaciencia?
Yo sí, yo adivino hacia quién tienden sus brazos: las flores tiene, como yo, una madre”.


LA ÚLTIMA BATALLA DE INDEPENDENCIA
ENCARNACIÓN ORTÍZ HÉROE DE LA ÚLTIMA BATALLA DE LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
Por: María Elena Solórzano.
Atrio de la Parroquia ddovale los Ápóstoles Felipe y Santiago en Azcapotzalco. Lugar donde se realizó la última batalla de la Guerra de Independencia. (Fotografía tomada en 1929) Cortesía del Sr.Sandoval.


  Los azcapotzalquenses tenemos el orgullo de que fue en el atrio de la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago y sus alrededores donde se realizó la Última Batalla de la Guerra de Independencia. La situación de Azcapotzalco durante la colonia era igual que para el resto de la Ciudad de México, nulas garantías individuales para los naturales; explotación, miseria e insalubridad originaron gran descontento entre la población, y sus habitantes se alistaron en las sangrientas batallas de los insurgentes.
La calzada Azcapotzalco fue testigo de escaramuzas y de los ires y venires tanto del ejército realista como del ejército insurgente. En el lugar donde hoy se ubican la calle de Heraldo y avenida Azcapotzalco se registró una escaramuza entre los dos ejércitos y si nos detenemos frente a la Iglesia encontraremos una placa que dice: :
1821-1921
En este atrio tuvo lugar
la última acción de armas
de la Guerra de Independencia
Nacional efectuada
el 19 de agosto  de 1821.
Fueron varios los lugares donde lucharon denodadamente los realistas y los insurgentes. El Ejército Insurgente estaba a las órdenes de Anastasio Bustamante y Luis Quintanar, al frente del Ejército Realista estaba Manuel de la Concha y Francisco Bucelli. Entre las filas de los insurgentes se encontraba Encarnación Ortiz uno de los capitanes más bravos y valientes. 

Boceto de la Última Batalla por la Independencia de México realizado por el artista plástico Enrique Martínez Maurice
la Concha y Francisco Bucelli. Entre las filas de los insurgentes se encontraba Encarnación Ortiz uno de los capitanes más bravos y valientes.
Algunos biógrafos señalan como su lugar de nacimiento el estado de Guanajuato, otros dicen que nació en Zacatecas. No se sabe la fecha de su nacimiento. Parece ser que el lugar donde vio la luz por vez primera fue en San Felipe, Guanajuato. Encarnación Ortiz, el más fiero, audaz y temerario bandolero que conociera la provincia guanajuatense, montaba a la perfección, era muy hábil para las emboscadas, así que se daba el gusto de causar bajas al enemigo sorpresivamente, para luego huir y perderse en las montañas o en lo espeso de las arboledas y los matorrales
En 1811 fueron los alrededores del estado de Zacatecas un seguro refugio de guerrilleros, entre ellos el célebre Encarnación Ortiz, alias “El Pachón”, el sobrenombre se debía a que venía de un rancho llamado “La Pachona”. . Encarnación Ortiz salteador de diligencias cargadas de oro y plata procedentes de las ricas minas de Durango, Aguascalientes y Zacatecas. En sus correrías lo acompañaban siempre sus hermanos apodados también “Los Pachones”. 
Antes a 1813 poco se sabe de su vida, hombre de clara inteligencia -a pesar de no saber leer ni escribir-, se enroló en la lucha por la Independencia en 1814. Empezó a intervenir combatiendo a pequeños grupos de realistas, por su bravura y arrojo es llamado por la Junta de Zitácuaro, quienes le piden combatir al Ejército Imperial en la zona de Guanajuato. Muy joven se incorporó a las filas insurgentes bajo las órdenes del Dr. José María Coss. En los aguerridos combates que se realizaron en las haciendas de la Vedela con la valentía que siempre lo caracterizó derrotó al general realista Ignacio Suárez. Más tarde en junio en 1814 en el pueblo de Santa María del Río venció al ejército realista. La primera acción de armas importante la realiza el 12 de enero de 1814, cuando se enfrenta al realista Díaz de Cosío en la Villa de Encarnación. 

Otro hecho memorable en la historia de este municipio es qué en el año de 1814, durante la guerra de Independencia, al darse cuenta los hermanos Encarnación, Francisco y Matías Ortiz que se necesitaban cañones y pólvora, en el pueblo del Valle de San Francisco instalan una fundición de cañones y una fábrica de pólvora. En los Altos de Ibarra se enfrenta con el comandante Marcos Vagues, quedando en el campo muertos 200 de sus soldados y 65 prisioneros.   En 1817, en el pueblo de Dolores ataca a los realistas, quedando con gran cantidad de bajas.
Entre las muchas anécdotas sobre su arrojo y valentía se cuenta la siguiente: Los españoles descubren el escondite donde se oculta Encarnación y su gente. El enemigo los encuentra sin armas, heridos, hambrientos y debilitados después de haber peleado bravamente contra los realistas. Los soldados los matan casi a todos, solo algunos lograron escapar.

 "El Pachón", monta en su querido caballo y jugándose la vida, hace que el animal brinque sobre un profundo y empinado barranco, trastrabillando, caballo y jinete llegan al fondo del despeñadero. Rebotando entre las filosas peñas de la barranca, en el trayecto sufre terribles golpes. Como si fuera un gato que tuviera siete vidas, después de sanar de sus contusiones, cuando los soldados españoles lo daban por muerto, reaparece al frente de sus valientes guerreros.
En 1815 junto a sus hermanos y otros guerrilleros en un acto de audacia y valentía toma la Meseta de los Caballos en las cercanías del pueblo de San Felipe en Guanajuato, donde forma el Fuerte de San Miguel para beneficio de los Insurgentes, recorre las cercanías para emboscar a los grupos de realistas que había en la zona y que escoltaban los cargamentos de plata provenientes de Zacatecas, Aguascalientes y Durango, dejando sin fondos a los realistas, destinando las ganancias para la Junta de Zitácuaro. Encarnación Ortiz, era considerado un guerrillero y participó entre 1813 y 1821 en la zona central de México.

En 1815 junto a sus hermanos y otros guerrilleros en un acto de audacia y valentía toma la Meseta de los Caballos en las cercanías del pueblo de San Felipe en Guanajuato donde forma el Fuerte de San Miguel para beneficio de los Insurgentes, recorre las cercanías para emboscar a los grupos de realistas que había en la zona y que escoltaban los cargamentos de plata provenientes de Zacatecas, Aguascalientes y Durango, dejando sin fondos a los realistas, destinando las ganancias para la Junta de Zitácuaro.
Encarnación Ortiz, (igual que después se le designara a Francisco Villa) era considerado un bandolero y participó entre 1813 y 1821 en la zona central de México.
En julio de 1817 el guerrillero español Francisco Xavier Mina llega al fuerte, Ortiz y el padre Carmona dirigentes del fuerte le da la bienvenida pero no los apoyos que esperaba por lo que sigue su marcha.
Los chinacos participaron en la Última Batalla de la Guerra de Independencia. Las mujeres mestizas adoptaron el traje de china que después evolucionó como lo conocemos hoy en día. Litografía siglo XIX.


EL PACHÓN SE INCORPORA AL EJÉRCITO DE JAVIER MINA

   Francisco Javier Mina llega a México y busca a los cabecillas de la lucha insurgente, se le unen a la causa los jefes insurgentes Pedro Moreno y Encarnación Ortiz, luchando encarnizadamente causan innumerables derrotas a las fuerzas realistas. Con la presión de Mina y Ortiz el gobierno virreinal manda una partida para tomar el fuerte de San Miguel, presentándose el 4 de Marzo de 1817, esta partida fue rechazada por lo que debe reorganizarse y volver el día 10 de marzo con mil quinientos elementos, los cuales divididos en tres grupos, rodean y logran tomar el fuerte, aunque teniendo grandes pérdidas, estos matan a todos los que cayeron en sus manos sin considerar edad o género, a esa matanza pocos escapan entre ellos los “Pachones.” Un mes después logran derrotar a las fuerzas realistas, aunque ya no logran volver a tomar el fuerte. Es así que inicia la vida errante del grupo, poco después la Junta de Gobierno se reorganiza en la ranchería de Zárate en Huetamo y ordena al coronel. Juan Arago tomar el mando de las fuerzas insurgentes en sustitución del presbítero José Antonio Torres, Arago era un español que había venido en la expedición de Mina quien para estas fechas había sido derrotado y estaba prisionero.
Torres se niega a aceptar el mando de un español y se une a los “Pachones” formando una fuerza de unos mil quinientos miembros, siendo derrotado por el coronel realista Anastasio Bustamante el 28 de abril de 1818, Torres se separa de los “Pachones” y la Junta de Zitácuaro, “Los Pachones” entonces se declaran partidarios de la Junta, llevando el ataque guerrillero hasta Tamaulipas de donde los realistas saben por la confesión de prisioneros que había planes para que pasaran a la Provincia de Texas, Encarnación es nombrado Comandante general de la Sierra Alta con el grado de Coronel.
Reaparece con más bríos durante el sitio del fuerte del Sombrerete, interviene en la lucha demostrando gran valor y determinación. Cuando las circunstancias son tan adversas que es inútil seguir luchando logra escapar, Mina y Pedro Moreno mueren en ese lugar a manos de los realistas. 
Después de la muerte de sus entrañables amigos y de varios de sus hermanos, Encarnación se ampara bajo el indulto que ofrece el virrey para salvar la vida de su hijo. Decide retirarse a la vida civil y atender sus modestas posesiones. En ese lapso se dedica como cualquier campesino a la agricultura.
Agustín de Iturbide proclama el Plan de Iguala y al general. realista Anastasio Bustamante le llega la invitación de Iturbide para unirse y luchar por sus principios, en ese Plan se rebela contra el virreinato español y pide incorporar a los jefes que se mantenían en sus garitas como Encarnación y Miguel Borja. Bustamante invita a Encarnación a unirse otra vez al Ejército Trigarante, el “Pachón” decide alistarse nuevamente en la lucha independentista, esta vez bajo las órdenes de su antiguo rival en los campos de batalla, el general Anastasio Bustamante. Juntos toman Querétaro y avanzan a la capital del país el 17 de agosto. Parten rumbo a la ciudad de México con sus efectivos, a donde diferentes fuerzas realistas e insurgentes confluyen bajo la bandera del Ejército Trigarante, tomando las poblaciones cercanas a la ciudad de México como Tepotzotlan, Huehuetoca, Ixtapaluca Chalco, Cuautitlan. Coyoacan, Xochimilco y Tacubaya,
Después de enfrentarse los dos ejércitos en Tepozotlan, el general de la Concha decide continuar su retirada hasta la ciudad de México, llegando a Tacuba se acantona en la Hacienda de la Clavería. Los trigarantes avanzan hasta la Hacienda de Santa Mónica donde establecen su cuartel, de ahí sale una expedición para conocer el campo y saber cómo están dispuestas las fuerzas de la Concha, mientras tanto, Bustamante recorre las haciendas de Careaga, El Cristo y Echegaray. El primer enfrentamiento se realiza entre Azcapotzalco y Clavería, en el puente llamado El Rosario (calzada de Azcapotzalco y Heraldo), retirándose los realistas hasta Tacuba y los trigarantes a la Hacienda de El Cristo. Posteriormente hay un enfrentamiento en el mismo punto, replegándose para Azcapotzalco los independentistas, hasta donde son perseguidos por los realistas -alertado por los disparos-, Bustamante corre a apoyar a sus tropas obligando a sus enemigos a retirarse hasta Clavería. Conseguido este triunfo, marcha con sus soldados rumbo a Santa Mónica siendo atacado cerca de la Hacienda de Careaga (Unidad Habitacional El Rosario) por las fuerzas de Bucelli en el puente hoy denominado de Guerra (antiguo camino de Azcapotzalco a Tlalnepantla, hoy llamado Aquiles Serdán). Bustamante contra ataca con fiereza y empuja al enemigo hacia Azcapotzalco, donde se parapetan en el atrio de la parroquia, el convento y algunas casas principales, los trigarantes entablan combate y después de un nutrido fuego y con un cañón apostado en la plazuela del Zacatito, dieron cuenta de los artilleros que defendían la plaza.
La lucha dura hasta el anochecer, llueve y los campos inundados impiden obrar a la caballería de Bustamante, éste ordena la retirada y que el cañón fuese removido a cabeza de silla por los de a caballo, operación que llevaron a cabo el insurgente Encarnación Ortiz y el teniente Manuel Arana perteneciente a los Fieles de San Luis, ambos son acribillados al tratar de sacar la pieza atascada en Tecompa (antiguo camino de Azcapotzalco a Tlalnepantla y San Mateo). La muerte del “Pachón” exacerbó a los independentistas quienes atacaron a sus agresores tomando las casas en las que se parapetaban para entrar al atrio.
La batalla de Azcapotzalco, ilustración que aparece en el Calendario Cívico 
del “Periquillo sarniento”, editado en 1825.

Bustamante ordena sepultar a Encarnación Ortiz en el atrio de la parroquia de Azcapotzalco y al resto de los muertos en los atrios de las iglesias del barrio de Santa María Xocoyohualco y del pueblo de San Lucas Tepetlacalco en su paso hacia Santa Mónica.
Encarnación Ortiz es inhumado en el panteón de la parroquia de Azcapotzalco. Poco se sabe de la muerte de este héroe y menos aún que sus restos descansan en el atrio de la parroquia de los apóstoles Felipe y Santiago.

En todos los atrios había inhumaciones, el grabado de 1863 nos
muestra que la Parroquia de Azcapotzalco no fue la excepción. En este lugar descansa el 
último héroe de la Guerra de Independencia Encarnación Ortíz.

Actualmente no es posible localizar el lugar donde fue sepultado, pero sí sería de justicia colocar una placa en la barda cercana al portal de peregrinos para que la gente que visita el templo se enteré que ahí fue enterrado uno de los héroes que ofrendaron su sangre y dieron su vida por la Patria en la Última Batalla de la Guerra de Independencia. 
Fue hasta 1910 cuando el nombre de Encarnación Ortiz se inscribe en el Monumento a la Independencia en el Paseo de la Reforma en la ciudad de México.

Después de la Batalla de Azcapotzalco los realistas abandonaron Clavería, Tacuba, Popotla y San Jacinto, para establecer su avanzada en el Hospicio de Santo Tomás.
Según los relatos, de Santa Mónica pasan los trigarantes a la hacienda de Careaga en espera de la llegada de Agustín de Iturbide y de Vicente Guerrero, en este sitio permanecen hasta su entrada triunfal a la ciudad de México.




EL NEO INDIGENISMO EN AZCAPOTZALCO 2015-2018.

Por. Patricio Garibay

 A lo largo de los gobiernos que ha tenido y en la mayoría de los casos ha sufrido Azcapotzalco, es importante hacer la valoración de todos ellos, ya sea como ejercicio periodístico, histórico y sobre todo, como trabajo de la Crónica. Cada una de estas administraciones ha contado con su propia peculiaridad, que ante el escenario general de México muchas veces han pasado desapercibidos y no han sido debidamente documentados, estudiado y analizado. En este espacio y en el marco de los 500 años de la llegada de Hernán Cortez a lo que hoy es México, abordaremos en este espacio la peculiar administración de Pablo Moctezuma en el rubro de la cultura en Azcapotzalco y su visión histórica. Don Pablo Moctezuma, sin duda un hombre inteligente y bien intencionado, gobernó nuestra delegación de 2015 a 2018 y tuvo como idea central de su gobierno el fomento a la cultura. Así, durante su primer año de gestión puso cartas en el asunto en lo que él consideró debía ser el paradigma cultural que debía emanar del gobierno al ciudadano. Y es ahí donde los problemas comenzaron a surgir.
Pablo Moctezuma, último delegado político de Azcapotzalco.

 Se dice que la historia la escriben los vencedores, y desde luego esto es así, así lo hizo el imperio Romano al derrotar y destruir al poderoso imperio de Cartago, lo hicieron los luteranos alemanes al derrotar a los católicos e inventando la llamada leyenda negra, y hablando más localmente, los aztecas al derrotar a los tepanecas. Pero en estos tiempos en dónde hay menos guerra y más política, (sin olvidar que la política es la extensión de la guerra) en Azcapotzalco quién ganó en las urnas electorales fue Don Pablo Moctezuma y fue él, quien dictó la “verdad histórica” en nuestra delegación. Así pues, en el periodo de Don Pablo la versión sesgada neo indígena de la historia se convirtió en discurso oficial y verdad absoluta. De esta manera la cultura oficial en la demarcación Azcapotzalco se retacó de una posmoderna amalgama ideológica izquierdo indigenista, alejándose completamente del marco historiográfico científico. De esta forma se publicaron libros, se realizaron festejos, ritos y danzas neo prehispánicas, se quemó mucho copal y funcionarios de la delegación rindieron culto al panteón azteca, los actos públicos se volvieron actos neo religiosos, desde luego no católicos, no vaya usted a pensar mal. ¿Alguien puede explicar la diferencia que existe entre rezar un "padre nuestro" antes de cada acto político, a sonar el caracol ceremonial?

¿En qué momento y de donde surgió esta mitología neo indígena disfrazada de historia? Todo comenzó con los marxistas pop de los años 50s del siglo pasado,  Foucault y Derrida etc... quienes replicaron hasta el cansancio la peregrina idea del filosofo marxista don Federico Engels quien dijo: En el plano familiar el hombre es el opresor burgués y la mujer es la oprimida obrera. Basándose en ese “inteligente” principio, esta izquierda pos moderna concluyó que, los opresores burgueses eran: Los hombres, los y las heterosexuales, los adultos, los profesores, los católicos y cristianos, los occidentales, los de piel blanca, los españoles, el Estado, y en general los humanos. Mientas que la oprimida clase obrera serian: Las mujeres, los homosexuales,  los niños, los alumnos, los musulmanes, los orientales, los negros, los indígenas, la sociedad civil y los animales.  Las fuerzas del “mal” luchando contra las fuerzas del “bien” en la tierra.  Un concepto completamente maniqueo religioso. Como si no existieran mujeres explotadoras ni hubiera habido indígenas encomenderos en la Nueva España. 

A eso el filósofo Gustavo Bueno le llamó “La izquierda indefinida” en su libro El Mito de la Izquierda, “La izquierda indefinida” es básicamente una mezcolanza de neo-marxismo, neo-socialdemocracia,  neo-anarquismo, neo-feminismo, neo-ecologismo, y neo-indigenismo, aclarando que el “neo” no es otra cosa que una visión torcida de la idea original. Y curioso resulta que un hombre de la academia (o quizás precisamente por ello) como lo es el ex delegado don Pablo Moctezuma, y admirador de Benito Juárez haya convertido la delegación Azcapotzalco en un gobierno teocrático. En la recta final de su periodo de gobierno de Moctezuma, (No el antepenúltimo emperador azteca, sino el último delegado tepaneca) mandó a que se pintaran 15 Murales con el motivo de “500 años de Resistencia”, 1519-2019 y se convocó a 30 muralistas, además de múltiples pintas. Veamos a continuación algunas de las imágenes que por mandato del señor delegado se realizaron en nuestro Azcapotzalco.

 Como ironía galdosiana se puede observar en esta pinta, una copia grotesca de la célebre obra de Jorge González Camarena “El Abrazo” 1980. En la espléndida pintura original, González Camarena sugiere que a través de la guerra y la violencia de la conquista de Tenochtitlán surgió el México actual, dos fuerzas que se colisionan y que construyen, el yin y el yang dirían en oriente o el atlachinolli en la cosmología náhuatl, sin embargo, en esta pinta se intenta condenar la llegada de los españoles y denunciar un supuesto genocidio que solo ocurrió en la fantasía de los neo indigenistas. A esta pinta posteriormente se le encimó un mensaje para concientizar a la juventud del uso del preservativo, por lo que la imagen del guerrero azteca y el soldado español ahora se puede reinterpretar como una escena erótica en vez de una estampa bélica.

  En esta otra pinta de la avenida camarones, su pésima redacción confunde el mensaje que se intenta transmitir:  A 500 AÑOS NO FUE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES NI CONQUISTA FUE UNA INVASIÓN MARZO 1519 INICIO DE ROBOS, SAQUEOS ENFERMEDADES, VIOLACIONES Y ASESINATOS DE: HERNÁN CORTES Y SUS BÁRBAROS. ¿? ¿Quiere decir que se cumplen 500 años del asesinato y la violación que sufrieron Hernán Cortes y sus bárbaros? ¿o que? ¿Quién saqueo a quien y quien violo a quién? ¿?

  Esta otra imagen no se trata de una pinta como las anteriores, sino de un mural formal, con colores muy vivos y bien realizado, conozco al pintor, artista talentoso al qué tengo el gusto de contarlo entre mis amigos, en esta pintura se ve a soldados españoles luchando cuerpo a cuerpo contra guerreros aztecas, el fondo rojo de un sol poniéndose y las siluetas negras lo hacen un trabajo interesante. Pero parafraseando a Platón quien dijo en una ocasión: Sócrates es mi amigo, pero soy más amigo de la verdad.  Así mismo difiero de la idea en conjunto de este mural, pues esta imagen nunca sucedió en la realidad, es tan falsa como un billete de tres pesos, no olvidemos qué soldados españoles a lo mucho, llegaron a ser 500 hombres, mientras que guerreros náhuatl fueron decenas de miles enfrentándose a decenas de miles de tlaxcaltecas, texcocanos, chichimecas y en muy pocos de los casos españoles, este hecho fundamental e irrefutable ha sido siempre mañosamente ignorado en toda la gráfica que ha tocado el tema.
  
  Aunado a esto se realizaron una gran cantidad de murales basados supuestamente en la cosmología náhuatl, ¿Con qué finalidad? ¿Decoración pop con una dosis de folclor? ¿Mexican Curious? ¿Arte abstracto quizá? ¿Quién entiende lo que quieren decir? ¿Solo el “místico” pintor y unos cuantos “dotados críticos de arte” saben lo que se intenta decir? Posmodernismo puro y arte kitsch importado desde el capitalista Nueva York, entiéndase Andy Warhol. Todo esto adornado bajo la noble causa de “rescatar nuestra identidad”, “saber quiénes somos”. Esto último me dijo un amigo apuntadísimo siempre para ir a danzar alrededor del copal en alguno de los tantos eventos político culturales organizados por la Delegación. A lo que le contesté: Si quieres conocer tu identidad es muy sencillo, abre tu cartera, saca tu credencial de elector y descubrirás qué eres mexicano con todos los derechos y obligaciones, y con todas las ventajas y desventajas qué eso representa.


Para finalizar es necesario analizar todas las premisas falsas de toda esa ideología neo indigenista que se generalizó en nuestra Delegación en dicho periodo. 

1- "Los españoles invadieron México"
Falso. Los españoles no invadieron México, en esos años México no existía, México en primera instancia fue una construcción inicial de Hernán Cortés en cuestión territorial y cultural. Y después, de los jesuitas, quiénes fueron los primeros en mencionar la palabra “México” para definir este sitio en el mundo, y finalmente de los Criollos, que organizaron la llamada independencia. 

2- "Los españoles conquistaron México"
 Falso. La  conquista de Tenochtitlan (que no de México) fue un trabajo en conjunto de Cortés y los múltiples pueblos que se unieron a él para liberarse del yugo azteca, estos pueblos vivieron en relativa paz durante los siguientes tres siglos hasta la llamada independencia.

3- "Los pueblos prehispánicos vivían en paz y armonía hasta que llegaron  los españoles"
Falso. Los pueblos prehispánicos vivían en constantes guerras para tiranizar pueblos y capturar esclavos, y muchas veces, ser sacrificados en sus sangrientas ceremonias, el promedio de vida era de 17 años, y 50 años después de la conquista el promedio de vida aumentó a los 28 años.

4-  "Los españoles esclavizaron a los pueblos prehispánicos"
Falso. La esclavitud de los indios estaba formalmente prohibida, fue prohibida desde el testamento de Isabel I de Castilla, mas conocida como Isabel la Católica.  

  Todos los neo indigenistas aseguran que la historia la escribe el vencedor, y repito que en eso si tienen toda la razón. Los Criollos al derrotar a los españoles en 1821 confeccionaron un discurso oficial, fue un discurso autocomplaciente de una supuesta libertad y justicia conseguida gracias al grito de Dolores. El que se dé a la tarea de analizar los datos y las estadísticas con seriedad y sin filias ni fobias, se dará cuenta que después de la firma de los tratados de Córdoba, la pobreza y las injusticias comenzaron a generalizarse en el naciente México, empezando con el despojo de las tierras indígenas por los “Libertadores” criollos y después, la esclavitud y los crímenes en contra de los pueblos yaqui y maya por los regímenes emanados de la Reforma. Recordemos que el movimiento zapatista de 1910 exigió volver al anterior régimen agrario de 1821, e igualmente reclamó el respeto a las comunidades indígenas y la devolución de las tierras y los territorios qué les otorgó Carlos V y Felipe II. Y por último entendamos que los aztecas (victimarios de los tepanecas) sólo dominaron la parte central de México y por un período muy corto de tan solo 95 años. En cambio, novohispana fue prácticamente toda la región de Centroamérica hasta Alaska y por un período de 300 años. En suma, fuimos más españoles qué aztecas.