viernes, 6 de diciembre de 2019



LA CATEDRAL DE AZCAPOTZALCO, 
UN HECHO HISTÓRICO.


Por: José Carbajal Cortés. Cronista de la Alcaldía de Azcapotzalco.

  En Azcapotzalco se sigue escribiendo su historia y su crónica. Se dice que las fechas se cumplen y con ello los periodos históricos, ya que, en este año de 2019 se ha establecido en lo que fuera por más de cuatro siglos la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, la ahora Catedral de Azcapotzalco. 

  Empecemos por conocer antes, un tanto este ancestral territorio, antiguo señorío que tuvo su sin igual en Azcapotzalco. La referencia más antigua de la mención de este lugar, nos la refiere uno de los cronistas de la Ciudad de México, Salvador Novo atribuyéndola al también cronista Fernando de Alva Ixtlilxóchitl de manera mítica y ancestral:  Dicen que dice Ixtlilxóchitl, que el más remoto fundador de Azcapotzalco se llamaba Ixputzatl y, de ahí se deriva por corrupción el nombre de este lugar, por lo que antiguamente era llamado este lugar como Ixputzalco o Izcaputzalco. Sabemos por la historia conformada de este territorio de manera rigurosa que, Azcapotzalco significa “en el hormiguero” o “lugar de hormigas” y que por ello en la torre de la parroquia principal se encuentra una hormiga simbólica y estilizada labrada en piedra de cantera en su fachada. 

   Los primeros habitantes de Azcapotzalco, eran un conglomerado de asentamientos de pobladores prehispánicos como otomíes, matlazincas, mazahuas y los principales habitantes de este lugar ya establecidos que eran los tepanecas, quienes hicieron florecer una ciudad con influencias tolteca y teotihuacana, para constituir así la antigua Ciudad de Azcapotzalco, la principal de antiguo en estas tierras, antes del poderío mexica y mucho antes de la llegada de los conquistadores a estos sitios.


   Llegará con el tiempo la Orden de los Dominicos, mucho después de la caída de los Tepanecas, con la hegemonía de los aztecas en su haber al momento de la conquista y, por tanto, de la también conquista espiritual, quienes llegarán a establecer su Casa o Sede, donde se situaba el Teocalli de antiguo en el lugar dedicado a su deidad Otontecutli Xólotl y, que dará paso a la construcción de esta Casa de los padres dominicos, que arribaron en 1549 (Siglo XVI). Este Convento de Dominicos de Atzcapotzalco, se construyó hacia 1565, dirigido por Fray Lorenzo de la Asunción, así nos lo indica una placa de mosaico que se sitúa a un costado de la puerta principal de este templo en su muro y cuya historia del entorno la ha realizado el estudioso catedrático Jorge Alberto Manrique. 
  El historiador de arte colonial don Manuel Toussaint, nos refiere pinturas al fresco decoradas en esta Casa de los Dominicos en Atzcapotzalco, en donde tenían su sede congregacional. En la portería que era el acceso de entrada, los muros fueron decorados con retratos o imágenes de los primeros miembros de la orden que llegaron a México y en su claustro se encontraban pintados frisos con grutescos, ángeles y de escudos de la orden. La obra de este género, de manera desafortunada casi ha desaparecido, ya que sólo hay algunos vestigios que quedan de lo que se encontraba en sus paredes, siendo poco lo que ya se puede observar en los muros interiores al respecto. Es de mencionar que Toussaint no menciona otra obra de este tipo o género en la Ciudad de México que provenga como vestigios de pintura mural al fresco del siglo XVI.
  Este antiguo Convento, ha sufrido pues modificaciones y reformas al paso de los siglos desde el XVII y XVIII, constituyéndose de Convento y Cabecera principal hasta Parroquia dedicada a los Santos Apóstoles Felipe y Santiago y, que es conocida por sus retablos, pinturas y de su capilla del Rosario.
  Es interesante de mencionar, que este lugar se erigió para ser nombrada Diócesis y por tanto Catedral en este siglo XXI, por su historia, arquitectura, ubicación y patrimonio cultural y tradicional de sus Pueblos y Barrios originarios ancestrales, en sus iglesias, capillas y rectorías, en un conjunto de la historia conformada alrededor de ésta. Este es el marco del lugar en este hecho histórico que nos ha tocado presenciar, para la toma de posesión del primer Obispo de Azcapotzalco.



La toma de posesión canónica del Obispo de Azcapotzalco.

   Primeramente, previo a ésta nombramiento histórico, a las 10 am, en el atrio de la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, se presentaron danzas prehispánicas que, como un recordatorio de nuestras raíces, realizaban los habitantes del México antiguo, que en este caso así lo harían los tepanecas de antaño en este sitio. 
  A las 11:00 de la mañana del 7 de noviembre del año del Señor de 2019, dio inició la ceremonia, que, con un radiante sol, ha tenido el Pueblo de Azcapotzalco y todos los presentes, el privilegio de asistir a un hecho histórico palpable: el nombramiento de la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago en la Diócesis de Azcapotzalco, esto es en la Catedral de Azcapotzalco.  
  En el inicio de la ceremonia, podíamos observar los estandartes de los Pueblos y Barrios Originarios de Azcapotzalco, quienes jubilosos se hacían presentes portando sus estandartes, a los que se mencionó la presencia de cada uno de éstos, desde el Pueblo de Villa Azcapotzalco, hasta el Barrio de San Rafael, siendo 35 los Pueblos y Barrios mencionados uno a uno con su nombre en español y en náhuatl, en la voz como maestra de ceremonias de la Alcaldía de Azcapotzalco de Maru Montes, que junto a un intérprete de señas dieron inicio a la conducción. Con la presencia de las autoridades del lugar como el alcalde de Azcapotzalco Vidal Llerenas, el alcalde de Gustavo A. Madero, de los Cardenales, Obispos, Presbiterios, Religiosos y Religiosas, integrantes de Iglesia ortodoxa, Fieles laicos del pueblo de Azcapotzalco y de diversos lugares. Como marco se encontraba situado en el templete a un costado de la entrada del Portal principal de la Parroquia, la imagen del Señor de la Vida y de la Virgen del Rosario, situándose en el mismo lugar atrial.
  El excelentísimo Monseñor Don Miguel Castaño Fonseca, ingresa al atrio, disponiéndose a dirigir sus pasos a la Portada principal de la Parroquia de los Santos Apóstoles, siendo recibido en la puerta por el Nuncio Apostólico Franco Coppola, por el arzobispo Carlos Aguilar Retes y del Párroco presbítero Daniel Campos Becerril, dirigiéndose al interior de la Parroquia, para orar ante el Santísimo Sacramento, junto con los Obispos que se hallaban al interior. En el interior de la nave de la Parroquia, se observaba un velo blanco en el altar simbolizando la unión del cielo con lo terrenal y de asimismo la Oración por la Nueva Diócesis de Azcapotzalco, con el propósito de fijar una plegaria de fé, que expresara de manera espiritual el agradecimiento a tal hecho.
    
             
  En el exterior del atrio, escuchábamos la voz de ceremonias de Maru Montes, quien, a través de datos interesantes al micrófono, nos acercaba a conocer este sitio histórico y religioso, empezando por comentar lo que es la Diócesis y de que ésta es encomendada al cuidado del Obispo y circunscrita a un territorio determinado:
 “La Diócesis se erige para evangelizar a la porción del pueblo de Dios, encomendado al Obispo Diocesano, haciendo presente a la iglesia universal y actuando con potestad canónica de ley”.
   Continuó la voz al micrófono, con la interesante exposición de datos históricos sobre las primeras obras de construcción del antiguo Convento de Dominicos del siglo XVI que, bajo la dirección de Fray Lorenzo de la Asunción, se empezaron a realizar en 1565, situado en lo que fue la antigua ciudad prehispánica de Azcapotzalco.  Así como de que en este atrio, se llevó a cabo la Batalla final por la Independencia en 1821 y de asimismo las funciones que ha tenido este lugar: Convento, Curato, Vicaria; prosiguió dando lectura a más datos: con el nombre de Azcapotzalco que significa “en el hormiguero” y de la mención asimismo de la Leyenda de la hormiga que dicen las consejas que camina… y, concluyendo con la mención de que una parte de este atrio tenía un cementerio, en donde descansan los restos del valeroso héroe de esta última batalla de Independencia en Azcapotzalco: Encarnación Ortiz llamado el “El Pachón” y de su conjunto escultórico realizado y dedicado en su memoria, situado en este mismo atrio.

  Terminando esta exposición, tomará enseguida la palabra el monitor de la celebración litúrgica que dará paso formal a la nueva Diócesis con el nuevo Obispo. Acto seguido obispos y religiosos empezaron a salir y ubicar sus lugares, en el enorme atrio para la toma de posesión junto con todos los ahí presentes.  
  El Coro empezó con sus voces conjuntas, a entonar cantos de alabanza. Se encontraba el grupo coral, al costado de la puerta principal y tenían a su izquierda de ellos, como marco la imagen del Cristo crucificado o Señor de la Vida.  
  El Nuncio Apostólico Franco Coppola, dio inició con la presentación del acta de la constitución de Azcapotzalco en Diócesis en este día del 7 de noviembre de 2019, con las palabras dadas por el Papa Francisco contenidas en el Decreto de la Constitución de la Nueva Diócesis de Azcapotzalco. Dándose la lectura traducida del decreto del Santo Padre por el sacerdote más anciano de la diócesis. De forma inmediata se mencionó el que el papa Francisco da un pastor de la nueva Diócesis designado a Monseñor Adolfo Castaño Fonseca como primer Obispo de Azcapotzalco.  
  Se hizo la entrega formal al Obispo de Azcapotzalco de parte del Papa, del documento de dicho nombramiento a Monseñor Adolfo Castaño como primer Obispo de Azcapotzalco, recibiendo la carta elaborada por el Papa Francisco en original, comenzando a mostrarla como indica el canon, para dar cuenta de su nombramiento al Arzobispo, a los Obispos, a Representantes del clero y al Pueblo de Azcapotzalco con el júbilo propio de este nombramiento, para enseguida, dar paso a la lectura de la carta dirigida (en una traducción) que fue dada en San Pedro en Roma el 28 de septiembre de 2019 por el Papa Francisco en el séptimo año de su pontificado y traída por el Nuncio Apostólico.
  Posteriormente a la enseña y lectura del documento, el ya Obispo de Azcapotzalco, hace una renovación de su profesión de Fe con dos compromisos: primero, guiar al pueblo en la verdadera fe y de manera secundaria comprometerse en el juramento de la fidelidad; enseguida se ponen las firmas de manera oficial en este acto canónico de tomar posesión de la Catedral de Azcapotzalco como su primer Obispo, haciéndole la entrega por el Nuncio del báculo pastoral, ostentándolo en su diestra el recién Obispo. El electo pide con humildad que recen por él, haciendo énfasis en ello, para poder conducir a los pastores y a su grey siendo fiel al ministerio en Cristo como buen pastor.  
  El Obispo ya de Azcapotzalco, saluda al Cardenal Norberto Rivera quien se encontraba presente, como de asimismo a los diversos Obispos y al arzobispo, saludo también a un grupo de laicos en una representación simbólica del Pueblo de Azcapotzalco y a toda la grey de religiosos y religiosas del pueblo de Dios.    
  Se observaba un conglomerado de personas presentes, que tomaban innumerables fotografías de este suceso histórico, para tener presente siempre un recuerdo de esta toma de posesión de la Nueva Diócesis de Azcapotzalco, así como de medios de comunicación.
  Enseguida el ya electo primer Obispo de Azcapotzalco preside la celebración de la Santa Misa, al final, el primer Obispo Adolfo Miguel da los agradecimientos a las autoridades: al Alcalde de Azcapotzalco y a todo su equipo de esta Alcaldía, al alcalde de la GAM, a los sacerdotes, a la comunidad religiosa que le acompaño y al pueblo de Azcapotzalco y laicos que asistieron a esta nueva Diócesis, agradeció a todos los presentes, a las autoridades, a los religiosos y laicos que asistieron al acto de toma de posesión y para dar por terminada la celebración, el Obispo de Azcapotzalco, imparte la bendición a todos los presentes.
   De esta manera transcurrió, en este tiempo y en este espacio del siglo XXI, el nombramiento dado desde Roma, por el Papa Francisco, a través del Nuncio Apostólico Franco Coppola.  En que la que era la Parroquia de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, erigida ahora en la Sede del Obispo siendo ya nuestra Catedral Azcapotzalca.  
  El cenit de la posición del sol había cambiado y seguía radiante con un cielo despejado, que parecía un regalo, pues el cielo azul, tenía en esos momentos un color tan intenso, que parecía un color nuevo, como la nueva Diócesis de Azcapotzalco.
    

  La voz de nueva cuenta de la maestra de ceremonias de Azcapotzalco, concluyó con las palabras de esta gran ceremonia, que quedarán para siempre en la mente y alma de las personas que asistieron a este acto solemne, reiterando el lugar en donde se ha otorgado la sede del primer Obispo en la tierra chintolola del hormiguero, en donde con júbilo expreso lo que muchos sentían y compartían en esos momentos en sus almas, en un habemus:
“Pueblo de Azcapotzalco, tenemos Catedral, bienvenido al sr. Dr. Don Adolfo Miguel Castaño Fonseca, primer Obispo de Azcapotzalco”.
  La voz al pronunciar este sentir, desde lo terrenal con júbilo, parecía elevarse, como un incienso de palabras, que subían hacia lo alto, hacia el cielo.    
  Como testimonio del nombramiento, se ha hecho la colocación de la placa, fechada el 7 de noviembre del año del Señor de 2019, nos indica que: la Catedral se dedica a los Apóstoles Felipe y Santiago, otorgándose como sede a su primer obispo Monseñor Adolfo Miguel Castaño Fonseca, y que podemos apreciar al interior del claustro, rodeado por sus muros de cantera de lo que fuera el antiguo Convento, ahora Catedral de Azcapotzalco.   


Agradezco la cortesía de algunas fotos proporcionadas a: Aracely Montaño y a los integrantes de los Pueblos Naturales de Azcapotzalco, así como al ing. Gustavo Aquino.


487 PEREGRINACION DE LOS NATURALES DE AZCAPOTZALCO

Por: Martin Borboa Gómez

El presente texto habla de hechos inspirados en la fe religiosa de personas, lo cual ha llevado por casi 500 años a varias generaciones de azcapotzalquenses, a efectuar un traslado a pie desde su alcaldía, hasta la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en el Tepeyac.
Para los creyentes en la fe católica, las apariciones de la Virgen María en ese sitio de la hoy alcaldía Gustavo A. Madero, y en Tulpetlac, Estado de México, en el año de 1531, son un hecho. Creer en ello no es dogma de fe, no se condiciona la creencia en estos eventos para ser admitido en dicha religión.  Los fieles se dirigen a esa Basílica para adorarla, pedirle, agradecerle, visitarla, acompañarla o ser acompañados por ella. Yo he asistido dos veces a esta peregrinación. La primera en calidad de fiel. La segunda en la misma calidad, además de hacerlo para poder reunir datos y fotografías del evento, para luego compartirlo aquí en “La hormiga en línea”.
Las cuatro apariciones de la Virgen ante Juan Diego en el Tepeyac, y la quinta a su Tío Juan Bernardino en Tulpetlac, en diciembre de 1531, fueron narradas en la obra “Nican Mopohua” redactada por el azcapotzalquense Antonio Valeriano.
El suceso mariano suscitó un gran aumento en la cantidad de bautizos entre la población indígena en aquel tiempo, y aun hasta la fecha, hacen que este sitio, la Basílica de Guadalupe, sea la segunda plaza religiosa más visitada del mundo, solamente después de la de San Pedro en el Vaticano. Para los fieles, este evento marcó el inicio de una relación con la Virgen, que con el hecho de plasmar su imagen en la tilma de Juan Diego, dio a los pobladores de esta región un elemento de cercanía glorioso. Once meses después de las apariciones, en noviembre de 1532, naturales provenientes de diversos puntos de Azcapotzalco, caminaron de forma organizada hacia el Tepeyac para visitar a la Virgen y el sitio en donde ella estuvo. Y como anualmente se ha repetido, comenzó la cuenta de las Peregrinaciones.
Seguramente a lo largo de tantos años, ha habido cambios. Por ejemplo, me comentó uno de los coordinadores que hace 3 años fueron cerca de 25 mil peregrinos. Este año solo éramos 5 mil. Y eso que podría haberse esperado un incremento luego de que apenas en septiembre 2019 la Parroquia de Azcapotzalco fue elevada a la categoría de Catedral por instrucción papal. El trayecto tiene aproximadamente 9.7 kms desde la puerta exterior del atrio de la Catedral de Azcapotzalco, hasta la puerta del edificio de la Basílica, con una pausa en el km 6.4 en el Mercado de San Bartolo.
La reunión se convocó a las 8 a.m. La llegada de los fieles fue saludada con un grande y bello tapete de aserrín en el suelo ante la entrada de la Catedral. Los estandartes se fueron acomodando a un lado.


Algunas personas se introducían a la Catedral y tomaban su sitio para la misa. Otras se quedaban afuera esperando a los demás contingentes o localizando amistades o familiares. Hubo quien colocó verduras en el tapete como ofrenda.
  
A las 9 a.m. ya había más gente en el atrio, adentro de la Catedral, músicos en la puerta, y es cuando entró la gran imagen de la Virgen que era llevada por resistentes cargadores. Fue seguida por los portadores de estandartes (representantes de cada barrio participante) y así en ordenada y alegre fila, se metieron hasta la parte del pasillo más cercana al altar.

  
Ahí dos sacerdotes dieron la bienvenida, la bendición, oramos, se mencionó el hecho de que es nueva nuestra diócesis, se gritaron vivas a todos los pueblos de Azcapotzalco, inició el canto de “La Guadalupana”, y a las 9.10 a.m. dio inicio el recorrido. Es preciso dejar anotado que la alegría, entusiasmo, buen humor, interés espiritual, camaradería, fueron actitudes que se distinguieron a todo lo largo de las 4 horas que tardó toda la gente en desplazarse a su objetivo. No solo se movió el contingente en una misma dirección geográfica, también anímica y espiritual. Las constantes porras a la Virgen de principio a fin, prueba intangible de ello.
Salimos de la Catedral (Km 0), de su atrio, y avanzamos por la Avenida Azcapotzalco. Pasamos frente al mercado local y dimos vuelta a la derecha en la calle Nueva Jerusalén. Los coheteros iban al frente, alejados del contingente, lanzando sus artificios. Metros atrás iban los que sostenían una larga lona anunciando la peregrinación y su antigüedad.
  
Después venían una primera y una segunda imagen de la Virgen y después venía la banda musical.
  
Luego iban los portadores de estandartes y los Chinelos bailando, llenos de enérgica alegría.
  
Después de estas secciones mencionadas, veníamos el resto de participantes. Familias, parejas, personas por su cuenta, mamás con sus hijos de la mano, señores cargando botellas de agua en mochilas a la espalda, mujeres portando flores. Y eso quiero destacarlo. Con mucha frecuencia durante la peregrinación llegaban aromas dulces como a rosa, y a otras flores, principalmente cuando iba uno cerca de las grandes imágenes, pero también en el grueso del contingente. Las flores que llevaban varias mujeres aportaban un pacifico perfume. Había personas de diferentes barrios, unos llevaban infantes en carriola, otros en brazos, otros llevaban personas de la tercera edad en sillas de ruedas, o ayudándolos a caminar sosteniéndolos de ambos brazos, o ayudándose con bastón, pocos iban con bicicleta pero caminando e incluso vi uno que efectuó todo el recorrido descalzo.
  


Pasamos por la estación de Bomberos Agustín Yáñez, cruzando la avenida 22 de febrero, continuamos por la calle Nueva Jerusalén, que curiosamente está en la Colonia del Maestro. ¿A que maestro se referirá si la calle es Jerusalén?
  
Esta arteria desemboca en un amplio cruce y ahí tomamos la diagonal izquierda: Calzada Santo Tomás (Km 0.7). Avanzamos escuchando cohetes, y pronto fueron respondidos por el repique de campanas, que sonaban desde la muy cercana Parroquia de Santo Tomás.
A las 9:51 a.m. llegamos a la Avenida Granjas (Km 1.7). Viramos a la izquierda y avanzamos sobre de ella. Unos pasos adelante fuimos testigos de un accidente. Una camioneta blanca que se pasó el alto provocó daños a un motociclista que cayó mal herido al pavimento. Afortunadamente una ambulancia con paramédicos acompañaba al contingente, así que la ayuda llegó de inmediato, antes que los mirones. Los coordinadores exclamaban que eso es lo que debíamos evitar: un accidente, que atendiéramos sus llamados, tales como “Péguense a su derecha”, “Atrás de las imágenes” (pues las rebasábamos, las rodeábamos, y se ensanchaba la fila). Los caminantes acompañaban su marcha con porras a la Virgen, el rezo de un Padre Nuestro, o alguna conversación. Los que cargaban las imágenes ya pedían relevo.
Luego de avanzar por Granjas, a las 10:06 a.m. llegamos a su esquina con el Eje 4 Norte Azcapotzalco La Villa (Km 2.4), en donde fuimos hacia la derecha, para subir inmediatamente por el puente que pasa sobre las vías del Tren suburbano, cuyo emblema se levanta en lo alto.
Bajando de ese puente, y aun al cruzarlo, el contingente estuvo expuesto a la cercanía del tránsito de camiones pesados. Con buena coordinación y con el respeto de los conductores, todo salió muy bien. Descender de ese puente permitió ver lo largo que era nuestra fila. A las 10:21 a.m. hubo oportunidad de hacer una pausa de 5 minutos, en la equina del Eje 4 Norte con avenida Norte 59.
  
Ahí es donde distinguí a la muy dinámica Mary Domínguez, vecina de San Martín Xochinahuac, ataviada como corresponde al grupo de Chinelos. Puede ver y reconocer su rostro ya que en cierto momento se acomodó la máscara de su atuendo. Vaya energía que tiene esta ágil compañera, tan comprometida con las tradiciones, la cultura y el bienestar. Y como dicta su interés por difundir las actividades vivas e intangibles de nuestro patrimonio ancestral, no perdió ocasión de registrar el evento durante sus descansos de danza. Y no era para menos. El cielo muy azul, y las numerosas nubes impedían que el sol fuera muy fuerte. Por ello la luz era óptima para fotos y video.
Saludé también a la siempre cordial compañera Tere Martínez Legorreta y a Tarsicio López, quien fue tomando imágenes del evento, de modo que para más y mejores detalles sobre todo este suceso, ellos muy bien pueden exponerlos, pues lo vivieron paso a paso de principio a fin.
A las 10:32 a.m. íbamos a la altura del Metro Norte 45. Ahí me alcanzó Martin Martínez Olguín, el entrenador del equipo “Cervantinos” en la cancha “Los Olvidados”. Estuvimos platicando. Me contó de los calistemos que sembró por esa zona cuando trabajaba en la sección de Parques y Jardines del gobierno de la alcaldía. No conocía yo esos árboles. Qué buena sombra dan y que hermoso el color rojo de sus peculiares flores que parecen cepillo. Me dijo que cuando las puso hace 20 años era apenas unas varitas. Hoy sus troncos son firmes de más de 2 metros de altura. Su copa ofrece una fresca protección contra los rayos del sol, que en una procesión se busca y agradece. Esa especie vegetal es originaria de Australia.
Martín, que también es arbitro en la mencionada cancha, me contó que una chica que juega en un equipo y que iba en la peregrinación, se acercó a darle una estampa del patrono de su barrio, San Andrés, y le agradeció lo bien que les había arbitrado el día anterior en el partido que sostuvo ella con su equipo. Me consta que miles de personas en Azcapotzalco (y fuera también) aprecian y valoran su trabajo. Generaciones de deportistas han estado con él y buscan su saludo.
A las 10:46 a.m. y estábamos en el Metro Vallejo, cuyo exterior fue remodelado recientemente con apoyo del gobierno local y la empresa panificadora Bimbo. Tiene varias bancas, y estoy seguro que no fui el único que les echó un ojo, pues ya íbamos para dos horas caminando. Pero nadie se sentó. El descanso era para después.
  
A las 11:00 a.m. llegamos a la Calzada Vallejo (Km 4.9), la cruzamos, y de ese modo salíamos de la alcaldía de Azcapotzalco. La vialidad deja de llamarse Azcapotzalco La Villa y ahí se denomina Poniente 134. Avanzamos un poco sobre de ella, y pronto dimos vuelta a la izquierda, en la calle Norte 25-A (Km 5.1). La recorrimos apenas una cuadra, y desembocamos en el Eje 5 Norte (Km 5.4), ahí llamado Poniente 140, pero que su tramo más popular se llama Montevideo. Ahí está la estación del Metrobús Lindavista Vallejo.
Siendo las 11:13 a.m. cruzábamos el Eje Central Lázaro Cárdenas. Llegamos a la estación del Metrobús Instituto del Petróleo. Luego, por fin, a las 11:21 a.m. llegamos al Mercado de San Bartolo Atepehualcan (Km 6.4). Pausa de 40 minutos. Baños. Refrigerio. Almuerzo. Bebidas. Sentarse. Abanicarse. Soltar los estandartes. Incluso hubo quien se descalzó para revisarse o sobarse los pies. Luego, a las 12:00 exactas, continuamos el avance. Pasamos por la estación de Metrobús San Bartolo y continuamos por Montevideo.
  

Cruzamos la Calzada Instituto Politécnico Nacional (Km 7.1) y pasamos frente a la estación de Metrobús del mismo nombre. 12:26 estábamos en Metrobús Riobamba. Hay bancos por ahí. Aproveché para pasar al cajero automático, pues en la Basílica deseaba comprar veladoras para el año próximo. Ante la mirada de la gente, el grupo expresaba porras a Azcapotzalco y a la Virgen, de modo que se informaba nuestra procedencia y nuestro destino.
A las 12:30 cruzabamos Insurgentes Norte (Km 8.3) sobre un puente que pasa sobre las vialidades, las vías y trenes del metro. Después estábamos frente al Metrobús Deportivo 18 de marzo y la lastimada iglesia que se destinó al culto de San Juan Diego, ahora cerrada por el riesgo de desplome de su fracturada estructura. Poco a poco se asomaba ya el techo de nuestro destino.
   
12:40 Metrobús La Villa. Tres minutos después dimos vuelta en Calzada Misterios (Km 8.8). Siete minutos más tarde, vuelta en la calle Ricarte (Km 9.1), donde está la estación del Metro La Villa Basílica.
   
Y de ahí, por fin, ingresamos al centro del camellón de la Calzada de Guadalupe (Km 9.3). Era la recta final. Avanzamos por ese espacio de peregrinos hacia la reja exterior del complejo religioso.
   A las 13:00 horas exactas, estábamos en la puerta principal del edificio de la Basílica (Km 9.7). El obispo de Azcapotzalco, desde adentro se dirigió a la puerta, y ahí nos recibió. Ingresaron las imágenes y los estandartes. En fila se dirigieron hacia el altar. El grueso del contingente ocupó el interior del lugar. El obispo ofreció una cálida bienvenida, las familias se abrazaron, unos sentados para descansar y atender la misa, otros se hincaron, algunos con lágrimas. No corresponde que yo sepa si de alegría, de tristeza, de agradecimiento, o de algún arrepentimiento por el que ofrecen su más sincera disculpa a la Virgen. Es mi papel ignorarlo y respetarlo. Pero lo menciono porque fue muy conmovedor. Tantos rostros con tan diferentes expresiones. Y todos ahí coincidiendo en la interlocución con el mismo ser divino: la Virgen.
  
La misa fue con coro. El Obispo invitó a que se incremente la profundidad de la fe, del sentimiento y de la cantidad de fieles que acuden a la peregrinación. Mientras tanto, algunos fieles sostenían fotografías de familiares, otros imágenes religiosas de bulto o en estampa. Todos con el corazón en las manos. Quise aprovechar para bajar y desde el pasillo móvil admirar a la Guadalupana. En esos momentos guardé la pluma, el papel y la cámara, y saqué mis lágrimas, mis agradecimientos y mis peticiones. Todo el camino pensé en mi mejor amiga: mi fallecida y muy querida madre Aurora Gómez, y en ese pasillo móvil, sentí su abrazo y alcancé su beso.

TULPETLAC, EDOMEX
Este poblado cercano a la Basílica, es donde la Virgen hizo su quinta aparición ante Juan Bernardino, tío de Juan Diego, a quien sanó. Opino que debería de haber un transporte que conectara la Villa con Tulpetlac, de modo que pudieran visitarse ambos sitios con facilidad. Este año visité aquel lugar, y comparto aquí unas fotografías. La cantidad de visitantes es grande, pero lejos de compararse con el Tepeyac. Sin embargo, el sitio tiene impregnado un valor espiritual tan alto, que provoca una emoción vibrante al entrar y orar en él.
  
Pienso que acudir a Tulpetlac complementa la experiencia espiritual y la vivencia de estar donde alguna vez se apareció la Virgen. En el altar de este santuario, se ve un gran cuadro que la muestra a ella de pie ante un recostado y enfermo Juan Bernardino, efectuando el milagro de sanarlo. El santuario es muy apacible y sus misas muy concurridas. Tiene tienda de artículos religiosos y un pequeño estacionamiento. A un lado hay un panteón y afuera venta de flores.




Don Aquiles Elorduy  y Miguel Alemán 
en Azcapotzalco.


Por: Patricio Garibay

En la célebre película, “La Ley de Herodes” (1999)  del director  Luis Estrada, El personaje principal Juan Vargas alcalde del pueblo marginal de San Pedro de los Saguaros, embauca a sus habitantes con el cuento de que el señor presidente de la república Miguel Alemán Valdés, pronto los visitará para inaugurar las obras del pueblo, incluida una escuela, desde luego el corrupto alcalde jamás iniciará ninguna obra de gobierno pues la única tarea que realizará, será saquear a sus pobladores de hasta el último peso.  

En Azcapotzalco, en el barrio de San Lucas (Colonia El Recreo) para ser más exactos, sucedió algo muy parecido, pero a la vez muy diferente. En San Lucas también un hombre se dio a la tarea de construir una escuela y traer al presidente Miguel Alemán para que la inaugurara, solo que este hombre no fue un sinvergüenza como el priista de la película Juan Vargas, sino más bien todo lo contrario, un hombre intachable y un gran mexicano: Don Aquiles Elorduy,

Todo esto nos lo narró su nieta, la distinguida maestra y vecina del barrio de San Lucas; doña Amalia Elorduy en una entrevista para el documental que actualmente dirijo de nombre “San Lucas Atenco, barrio ancestral” Parte de dicha entrevista a doña Amalia, se transcribe a continuación:


  -Mi abuelo fue diputado en el periodo del presidente don Francisco I. Madero, le tocó presenciar el golpe de Estado que organizó el traidor Victoriano Huerta. Mi abuelo tenía muchos conocidos porque además fue catedrático en la escuela de leyes y por lo tanto fue maestro de muchos abogados que luego fueron políticos, y casi todos ellos lo apreciaban mucho y lo trataban bien y lo atendían. Un día las maestras Susana, Herlinda y Estela Ogazón , que eran dos hermanas siempre preocupadas por la educación y que vivían también por aquí, vinieron a buscar a mi mamá a para decirle que hacía falta una escuela en esta colonia para que estudiaran los niños, entonces mi mamá y mi tía le dijeron a mi abuelo que no había escuela, y que porque no les regalaba un pedazo de terreno para que se construyera una escuela para los niños, entonces mi abuelo dijo que claro que sí.  Porque él pensaba que la educación de los niños era básica para el progreso de México. Entonces las profesoras  Ogazón se fueron a la SEP para a preguntar que necesitaban para hacer la escuela, ahí les dijeron que se requerían mil metros,  que si conseguían el terreno el gobierno probablemente construiría la escuela,  entonces mi abuelo les dijo que iba a regalar dos mil  metros , lo doble, porque quería que fuera una buena escuela a donde cupieran muchos niños y regaló los dos mil metros.

Era el último año de Miguel Alemán creo que fue en 1952 ya estaba todo el presupuesto ya destinado y todo, pero Miguel Alemán dijo -De todas formas si se va a construir la escuela del maestro Elorduy, porque yo lo quiero mucho y se va a construir, hagan un campito allí al presupuesto y que se construya la escuela.  Y cuando la terminaron, Miguel Alemán vino a inaugurarla.
Hay una anécdota de esa inauguración, la tiene Flor, Flor mi amiga Flor tiene una casa muy parecida a la mía, entonces ella era una niña como de 11 años o 10 y estudiaba allí, bueno iba a estudiar allí, pues antes estaba en la Rosa Moreno. Entonces las maestras les prepararon junto con los niños el baile de la bamba que es veracruzano, porque Alemán era de Veracruz, ensayaron con los niños para bailársela a Miguel Alemán en la inauguración. Pero entonces, pues ya vino Miguel Alemán, dijo unas palabras e inauguraron cortando el listón y ya se iba a ir presidente ya no iba a ver el bailable de la bamba, entonces mi abuelo le dijo a Miguel Alemán -Señor licenciado presidente, usted no se puede ir porque los niños, durante muchos meses han estado ensayando la bamba para bailársela a usted y usted no los puede defraudar, tiene que quedarse a ver como bailan los niños la bamba. Entonces Miguel Alemán le dijo a su ayudante. -Dígales a los de la otra inauguración (que tenía en otro lado) que voy a llegar 1 hora más tarde porque me voy a quedar a ver a los niños bailar la bamba, tiene usted razón maestro Elorduy, me voy a quedar a ver la bamba.  Y si, se quedó Miguel Alemán a ver la bamba. Es una anécdota de la inauguración de esa escuela.
Vista aérea de la escuela primaria Aquiles Elorduy

Miguel Alemán Valdés presidente de México de 1946 a 1952, conocido como “el cachorro de la revolución” Condujo un regimen al que el pueblo bautizó como “el gobierno de Alibaba y sus 40 ladrones”, Pues durante su sexenio se inauguró la figura típica del político priista, empresario y corrupto. Pero a pesar de ello, don Miguel Alemán reconoció, respeto y admiro la honestidad y el patriotismo de don Aquiles, cosa que hoy ya no se ve en la política mexicana, sobre todo en el bando del prianismo actual.