viernes, 29 de julio de 2022

 

Julio - 2022 - Número 42 - Director y Fundador Patricio Garibay

CONTENIDO: 

BARRIO DE SANTA CRUZ ACAYUCAN.

Por: Ana Marisol Reséndiz Pizarro.

 

OYE, Y EN AZCAPOTZALCO…  ¿PORQUÉ NO HAY “PIRAMIDES”?...

Por: Gilberto Pérez Rico

 

SAN JUAN TLILHUACA “FIESTA PATRONAL Y AÑO JUBILAR”

Por: Raquel Rodríguez Sandoval

 

“LA LADRILLERA”

CUENTO DE MANUEL GAMIO ESCRITO EN AZCAPOTZALCO EN 1919

Por: Don Nayarito Cantalicia

 

DON DAVID DELGADO JIMENEZ,

CRONISTA DECANO Y FUNDAMENTAL

DE AZCAPOTZALCO

PARTE 2 DE 3

Por: Martin Borboa

 

SAN JUAN TLILHUACA

LA GRANDEZA DEL AHUEHUETE

Por: Martina Rodríguez García.


CRISTO Y SANTA MÓNICA EN LA ULTIMA

BATALLA POR LA INDEPENDENCIA

Por: Antonio Ernesto Castillo Mercado



Por: Faty Kim Mingi

 

¿CUALES SON TUS TACOS FAVORITOS EN AZCAPOTZALCO?

ENCUESTA:

Por: Martín Borboa Gómez

 

GUARDIANES DEL PATRIMONIO TLILHUACA

Actividades de junio 2022

 

“FONDO HORMIGA 3”

 Julio 2022

 

TEZOZOMOC 

(AZCAPOSTALES  14)

Por: Diana N. Colín

 BARRIO DE SANTA CRUZ ACAYUCAN.

Cronista: Ana Marisol Reséndiz Pizarro.


El glifo de Santa Cruz Acayucan.

El glifo de Santa Cruz Acayucan, que en lengua náhuatl significa lugar donde abundan los carrizos,  refleja la abundante existencia de un carrizo endémico; que rodeaba, algunos cuerpos de agua que existían en el lugar, de dichos carrizos aun había vestigios hace unos años, una de las calles principales se llama Nextengo que en lengua náhuatl significa donde abunda la ceniza viene de nextli, ceniza, tentli, labio y co  haciendo referencia a las laderas del lago se formaba una especie de arenilla ceniza y la partícula co que es locativo que designa lugar que se deformo a go, este lugar tiene su fiesta patronal los días tres de mayo que es el día de la Santa Cruz festividad religiosa que tiene su origen en Jerusalén pero que en México después de los efectos de la transculturización conmemora a los trabajadores dela construcción adornando una cruz con flores en un sincretismo cultural y también participa en otras conmemoraciones religiosas como la representación de la pasión de Cristo y representaciones artísticas diversas.

Con respecto a al nombre relacionado con la ceniza nextli cabe señalar que se le relaciona con antiguos cultos que se realizaban en las laderas del ancestral lago, dentro de la cosmovisión del mundo náhuatl, y las transculturización con la cultura Ñhañhu muy presente en esta zona de Azcapotzalco, llamada el Tepanecapan. Lo cual dota de mistismo el lugar.

La niña de Santa cruz Acayucan

Leyenda dicha por Ismael Castillo García Adentro del Panteón hay tumba muy antiguas de niños, en el Walmart se aparece una niñita con una pelotita, de repente se le aparece al personal de seguridad a lo que los guardias de seguridad le preguntan -¿Donde está tu mamá niña? –Y la niña levanta su dedito señalando hacia el panteón, entonces el guardia de seguridad va a las oficinas y dice cuiden a su hijita que anda solita vagando en la tienda, jugando con una pelotita, otros dicen que es una muñequita de trapo que después de su avistamiento deja tirada al interior de dicho supermercado, esta criatura ha provocado muchos problemas y sustos en el personal de seguridad que ha preferido, cambiar de tienda incluso en en medio del escalofrío se han desmayado recordando a la niña vestidita de seda blanca amarillenta con zapatitos de tul llenos de flores, a veces se le oye cantar –zapatito blanco, zapatito azul dime cuántos años tienes tú, los que le han visto y han escuchado sus pisaditas dicen que nada ha sido igual desde ese momento, y muchos la nombran la fantasmita de Santa Cruz Acayucan.


El perro negro de Santa Cruz Acayucan.

En este barrio hay un misticismo, especial por la presencia del panteón, Rodrigo todas las tardes miraba a través de su ventana pues siempre quizó tener un perro, miraba extasiado a un can perfecto con su pelo brillante color azabache y sus ojos encendidos como carbones incandescentes. Un buen día decidió bajar por ese espécimen pensando para si mis papas estarán felices y por fin me dejaran tener un perro, y así lo intento por muchas tardes sin éxito; hasta que un día le dio alcance y llevo el susto de su vida pues el perro se desvaneció entre sus brazos como una figura de humo y desde entonces le llaman el perro fantasma de Santa Cruz Acayucan, cuenta la leyenda que es un perro que rondaba el panteón en busca de su amo, hasta que se fue al Mictlan y ahora lo busca en las fachadas de las casas de Santa Cruz Acayucan lo perdido...

 OYE, Y EN AZCAPOTZALCO…  ¿PORQUÉ NO HAY “PIRAMIDES”?...

Por Arqlgo. Gilberto Pérez Rico

Es una pregunta que luego nos hacen algunos amigos, refiriéndose a las estructuras prehispánicas que han visto cuando han ido a visitar las zonas arqueológicas de Tenayuca y Santa Cecilia Acatitla en Tlalnepantla, y el Tecpan de El Conde en Naucalpan, y han pasado por Azcapo y no conocen los importantes vestigios prehispánicos que existen en la Alcaldía.

Y esto se debe quizá porque no se han dado a conocer los importantes vestigios arquitectónicos que están aún sepultados, y que corresponden a plataformas, templos, palacios y casas habitación, las antiguas calli, tecpancalli y teocallli prehispánicos; algunos ya han desaparecido y otros permanecen ocultos por la mancha urbana y desafortunadamente para la gente de Azcapo,  olvidados completamente.

Existen varios sitios que podríamos considerar como los restos arquitectónicos prehispánicos de las culturas preclásicas, teotihuacana, coyotlatelca, tolteca, tepaneca y mexica, que habitaron el territorio chintololo de Azcapotzalco hace siglos.

Entre estos podemos mencionar los siguientes:

1.- El Montículo de Santa Lucía, ubicado al sur del barrio de Santa Lucía Tomatlan,  donde don Manuel Gamio realizó importantes excavaciones en una estructura teotihuacana de un templo y recuperó algunos braseros de tipo teatro en la segunda década del siglo XX.

2.- El montículo de Santa Apolonia, ubicado muy cerca del actual Metro Camarones, también reportado por Manuel Gamio.

3.- La Loma Coyotlatelco, o "El cerrito" en Santiago Ahuizotla, donde Alfred Tozzer realiza la exploración de una enorme estructura prehispánica y reporta el hallazgo de cerámicas elaboradas por una cultura que posteriormente será conocida Cultura Coyotlatelco, que precedió a la cultura Teotihuacana y antecede a los toltecas. El montículo aún se preserva en buen estado. 

4.- El Palacio de Tlalpítzac, que corresponde a un importante estructura prehispánica teotihuacana, localizada por Gerardo Cepeda en 1976, ubicada a sur de la Iglesia de San Miguel Amantla.

5.- El sitio Van Beuren, actualmente en el Parque Azcatl Patqui, excavado por Raúl García entre 1986-1988, en donde localiza una serie de cuartos teotihuacanos, restos de una enorme villa o enclave del período Clásico, dependiente de Teotihuacán. Cerca de ahí George Vaillant excava en 1934 parte de esta villa teotihuacana en los sitios El Corral I y El Corral II,   en Santiago Ahuizotla.

6.- El sitio La Escuadra, actualmente es una Unidad habitacional, ubicada al oeste de la iglesia de San Miguel Amantla, en donde Raúl García y Luis Córdoba identifican vestigios de una extensa aldea del período Preclásico o Formativo.

7.- El Templo Mayor de Azcapotzalco, Ubicado en pleno Centro de Azcapotzalco; bajo los jardines de Casa de Cultura, la Calle Morelos y el atrio de la Catedral, se localiza el montículo que corresponde al antiguo templo de Xócotl, dios de los tepanecas; fue reportado por Gamio, y excavaciones de Raúl García y Luis Córdoba localizaron partes del núcleo de adobes del edificio. actualmente se puede observar parte del montículo al caminar por calle Morelos a un costado de la Casa de la Cultura, así como la Gran Plataforma Tepaneca bajo la catedral, la Capilla de El Rosario, el Convento y la Capilla del Sr, de la Vida, así como restos de un muro perimetral posiblemente prehispánico que rodeó el centro ceremonial; las ecavaciones arqueológicas del 2020 en Av. Azcapotzalco, mostraron bajo el Jardín Hidalgo, restos de muros de palacios tepanecas y un área ritual de la ceremonia del atado de años Xiuhmolpilli, y frente a casa de Cultura, el muro atrial y el Parque Siglo XXI,  pequeños altares y una estructura y muros correspondientes al conjunto ceremonial y el Templo Mayor.

8.- El Montículo de El Zacatito, excavado por Alfonso Araiza y Fernando Getino, entre las calles Tlalnepantla y San Simón Pochtlan; consiste de los restos de una antigua plataforma de núcleo de adobes y piedra construida por los tepanecas en la fase Azteca II. En este sitio se localizó también parte del asentamiento tolteca originario de Izputzalco (nombre original de Azcapotzalco), que data de la época de los soberanos Mattlacóatl y Azcueitl.

9.- El Tecpan de los Tepanecas y el Tecpan de Los Mexicanos, eran dos edificios administrativos ubicado el primero entre las calles de El Tecpan, Aquiles Serdán y Ferrocarriles Nacionales y el segundo entre Calzada de San Sebastián y 22 de Febrero, a un costado del Edificio de la Alcaldía y del Mercado; estas construcciones existieron todavía hasta el siglo XIX; actualmente existen casas, una unidad habitacional y una escuela. Se dice que en el Tecpan de los Tepanecas existíó pintada en sus muros la pintura original de la Rueda del Tepanecayotl (también representada en el Códice Techialoyan García Granados).

10.- Los Tecpan y Teocallis de los 27 barrios originarios de Azcapotzalco y de los barrios mexicas y tlatelolcas de la laguna e islas; en cada uno de ellos existió una construcción de tipo religioso-administrativo, donde residían las autoridades de cada calpulli y donde se realizaban actos ceremoniales a las deidades principales de cada barrio; actualmente se puede observar una de ellas, que corresponde a la plataforma de piedra y un muro perimetral de una estructura prehispánica sobre la que se erigió el Templo de San Simón Pochtan.

11.- Las plataformas del Paseo de Las Hormigas y de la calle Ignacio Zaragoza y Castilla Oriente, descubiertas entre 2019 y 2020, corresponden a enormes plataformas de núcleo de adobes y piedras construidas en la época tepaneca; son restos de construcciones habitacionales o palacios de clases altas o de comerciantes del barrio.

12. El montículo de Coachilco, es una elevación que resguarda los restos de antiguas construcciones tepanecas de uno de los barrios de artesanos; en este sitio fue descubierto en los años 80´s, un enorme cementerio prehispánico y un altar.

Estas son solo algunos de los hallazgos arqueológicos prehispánicos más relevantes realizados en Azcapotzalco, de estructuras prehispánicas.



 

 SAN JUAN TLILHUACA “FIESTA PATRONAL Y AÑO JUBILAR”

Por: Raquel Rodríguez Sandoval

“Éramos felices y no lo sabíamos” frase muy recurrente durante el confinamiento por la pandemia, cuando todo se detuvo; ahora podemos regresar a disfrutar de lo fue nuestra cotidianidad, salir, asistir a fiestas, convivir con nuestros familiares y vecinos para volver a vivir nuestras costumbres y tradiciones. Me dio mucho gusto ver a la personas cuidándose con su respectivo cubre bocas.

Antes de compartir con usted amable lector las múltiples actividades que se realizaron en el pueblo de San Juan Tlilhuaca como parte de la fiesta patronal, me interesa resaltar a la persona, vida y obra de San Juan Bautista, para este efecto le dejo 12 interesantes datos para conocerlo un poquito más.

1) Tiene relación de parentesco con Jesús

En el Evangelio de San Lucas 1:36, a la madre de Juan Bautista, Isabel, se le describe como  “pariente” de María, lo que significa que  tenían una relación de sangre.

Isabel, siendo una persona mayor, pudo haber sido una tía, tía abuela u otro tipo de pariente. Esto significa que Jesús y Juan Bautista eran primos.

2) Su ministerio inicia poco antes al de Jesús

San Lucas da una fecha precisa del inicio del ministerio de Juan Bautista: “En el año quince del imperio de Tiberio César… fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados”, lo que sitúa la fecha probable del bautismo de Jesús en el año 29 o principios del año 30.

3) Fue precursor y anunció al Mesías

Fue el precursor o mensajero del Mesías. Su misión era preparar el camino para su llegada, haciendo un llamado al arrepentimiento, a la conversión y bautizando con agua.

“Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego” (Mateo 3:11)

“Y Juan dio testimonio diciendo: ‘He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él’. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo’”.

4) Su arresto afectó a Jesús

Cuando Juan fue arrestado por Herodes, el gobernante de Galilea y Perea, Jesús tuvo que dejar su ministerio en Galilea, según precisa Mateo 4:12.

5) Enseñó sobre moral en el trabajo

Fue interrogado tanto por recaudadores de impuestos como por soldados sobre lo que debían hacer para agradar a Dios, y les pide que trabajen de manera justa. 

Lucas 3:12-14: “Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: ‘Maestro, ¿qué debemos hacer? Él les dijo: ‘No exijáis más de lo que os está fijado’. Preguntáronle también unos soldados: ‘Y nosotros ¿qué debemos hacer?’ Él les dijo: ‘No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada’”.

6) No fue la reencarnación de “Elías”

Debía aparecer alguien “como Elías” para evangelizar al pueblo. Esa persona era Juan el Bautista, el precursor del Nuevo Testamento que prepara el camino para la llegada del Señor; mientras que Elías hizo lo propio en el Antiguo Testamento.

7) Era bastante famoso

Hay indicadores muy claros sobre esta afirmación: El movimiento que inició Juan Bautista tuvo seguidores en tierras lejanas, y existe información sobre su vida en otros textos aparte del Nuevo Testamento. Los textos referidos los escribió el historiador judío Flavio Josefo.

8) La mirada en Cristo.

En todo lo que hizo Juan el Bautista, señaló a sus seguidores hacia Cristo en lugar de llamar la atención sobre sí mismo. 

 

9) El hijo de Herodes El Grande lo asesinó

A Juan Bautista lo asesinó Herodes Antipas, uno de los hijos de Herodes el Grande, quien heredó las regiones de Galilea y Perea. Este hombre tenía un matrimonio ilegítimo, ya que había robado a Herodías, la esposa de su hermano Herodes Filipo I. Esa situación lo puso en contra de Juan Bautista, quien se opuso a la unión (Marcos 6:18), lo que llevó a Herodes a arrestar a Juan (Mateo 14: 3).

Aunque tenía a Juan Bautista en custodia y su esposa lo odiaba y lo quería muerto, él era protector de Juan y lo admiraba como predicador: “Herodes temía a Juan, sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía; y al oírle, quedaba muy perplejo, y le escuchaba con gusto” (Marcos 6:20). Incluso la muerte de Juan Bautista no terminó con la admiración de Antipas por él. Cuando comenzó a escuchar noticias sobre Jesús, pensó que Jesús podría ser Juan resucitado (Marcos 6:14), y trató de ver a Jesús con sus propios ojos (Lucas 9:9).

10) Murió a causa del odio

Herodías, odiaba a Juan. Después de que su hija Salomé deleitara a Antipas con un baile especial en su fiesta de cumpleaños, Herodías pudo manipularlo para que diera la orden de la muerte de Juan por decapitación (Marcos 6: 21-28).

11) El ejemplo de San Juan Bautista.

Nos enseña que a veces tenemos que ir en contra de las ideologías sociales cuando vivimos la vida que Jesús nos enseñó a vivir. Debemos priorizar a Dios, incluso si esto significa que nuestras decisiones puedan no ser populares o aceptadas por la sociedad.

12) La Iglesia celebra la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista.

Lo hace el 24 de junio. Cabe decir que la religión católica solo celebra tres nacimientos: el de Jesús, el de la Virgen María y el de San Juan Bautista.

FIESTA PATRONAL DE SAN JUAN BAUTISTA

Novenario

La celebración inició con el primer día del novenario el 14 de junio en la Parroquia de San Juan Bautista Tlilhuaca Azcapotzalco, donde los grupos se organizaron colaborando con sus servicios y ministerios. Se rezó el rosario y posteriormente la misa que afortunadamente nos correspondió cantarla al coro “Amigos de Jesús” (fundado aquí en San Juan Tlilhuaca), posteriormente se compartió café y pan, en ese momento llegaron los mariachis que amenizaron el momento con bellas canciones como la emblemática “En mi viejo San Juan” que nunca puede faltar en  los festejos de nuestro pueblo.

Un poco después aparecieron las mojigangas para hacer el deleite de quienes les agradan los juegos pirotécnicos y es el momento de esconderse para los que les temen.

Los siguientes días la imagen peregrina de San Juan Bautista visitó a algunas familias del pueblo, así como el mercando y el panteón.

Procesión

El 23 de junio a las tres de la tarde inició la procesión de la imagen de San Juan por todas las calles, callejones y cerradas del pueblo, los adornos  de banderines, globos, letreros, cortinillas, flores de plástico para evitar que se dañen con la lluvia en las fachadas y calles   con la mezclan los colores blanco y rojo provocan un ambiente sumamente festivo.

Durante el recorrido las familias comparten agua, refrescos,  tortas, pelotas y algo más... con quienes acompañan la imagen. En algunos lugares ya tienen preparada la salva de cohetes o los cañones de papel.  Dicha procesión con la imagen llegó a la parroquia a las 8:00p.m. por lo que no estuvieron en la misa de vísperas que dio inicio a las siete de la noche. Su llegada fue acompañada por la banda “Delfín” quien amenizó todo el recorrido.

Mañanitas

A las doce de la noche del 24 de junio, con los cohetes se anuncia el inicio de la gran fiesta  del pueblo, el mariachis empieza su participación con  “las mañanitas”, seguida de bellas melodías durante una hora.

Las personas alegremente llenan las bancas de la parroquia.

A las seis de la mañana  se llevó a cabo el repique de campanas y la salva de cohetes.

“Las mañanitas” por la banda “Delfín” se cantaron a las seis treinta de la mañana.

Eucaristías

La primera se llevó a cabo a las siete de la mañana, posteriormente se recibió al Sr. Obispo Adolfo Miguel Castaño Fonseca en la Glorieta de los Ahuehuetes, en compañía de habitantes del pueblo, los Padres  Anselmo Bravo y Benito Ríos, los seminaristas, sacerdotes invitados y los pueblos Naturales de Azcapotzalco, se le dio la bienvenida y un breve recorrido por el pueblo para llegar a tiempo a la Parroquia y dar inicio puntualmente a la Eucaristía concelebrada a la una de la tarde.

Cabe mencionar que en el último momento canceló el mariachi que amenizaría dicha celebración, por lo que nos solicitaron al Coro “Amigos de Jesús” cantar la misa; faltando solo veinte minutos para que esta iniciara. Por supuesto que aceptamos ya que en los ya casi veinte de servicio, no habíamos tenido la oportunidad de participar en esa eucaristía. Nunca mejor aplicada la frase “Los tiempos de Dios son perfectos” ya que para nosotros significó un regalo de Dios y San Juan Bautista. Hicimos cosas casi increíbles pero llegamos a tiempo a realizar nuestro servicio con los cantos apropiados.

A las siete de la noche se realizó la tercera misa.

Los Akathistos

Son un antiguo himno que significa “no sentado” por lo que se canta de pie, estos fueron dirigidos por el seminarista Sebastián Romero con algunos integrantes de los coros y se llevaron a cabo exitosamente el 24 de junio a las seis de la tarde.

Talleres y presentaciones

Hubo también la participación de los  talleres del “FARO”, además de presentaciones de danza, baile, música, leyendas, presentaciones de libros, etc.

En la noche la quema del castillo, los toritos y bombas reúnen una gran cantidad de gente que gustamos de disfrutar del bello arte de la pirotecnia.

Afuera también los juegos de la feria y la venta de alimentos hicieron el complemento ideal para disfrutar esta fiesta.

Actividades alternas

Fuera de la Parroquia también se realizaron distintos eventos tanto deportivos como recreativos en honor de San Juan Bautista.

El 24 de junio a las 10 de la mañana se hizo una misa en el campo de beisbol y posteriormente un juego de veteranos, culminando con un convivio.

El 25 de junio tradicionalmente  se coloca un templete y ring entre las calles Gertrudis Sánchez y Bernabé Barrera por lo que ésta esquina para esos eventos es llamado “La Arena Coliseo de San Juan Tlilhuaca” en el cual hubo funciones de box y lucha libre, además  presentaciones musicales de rock y salsa.

La adrenalina del futbol no podía faltar y el partido inicio  a las diez de la mañana.

En la Glorieta de los Ahuehuetes inició la cabalgata con dos horas de retraso, sin embargo al llegar los caballos algunos pequeños tuvieron la oportunidad de tomarse fotos montados en ellos, para después hacer un recorrido hasta llegar a la Parroquia y realizar una breve exhibición  de floreo.

Muestra fotográfica y museo

El mismo sábado 25 de junio a las cinco de la tarde en el claustro parroquial se inauguró la muestra fotográfica “Memorias de mi pueblo” donde se expusieron retratos del siglo pasado en las que se pueden ver situaciones que sucedieron en la Parroquia como la construcción de los salones, claustro, auditorio, así como convivios como el que se llevó a cabo con políticos  y diplomáticos con el entonces presidente Emilio Portes Gil. Puedo presumir que en algunas de ellas aparecen familiares como mi abuelito materno José Ascención Sandoval Rodríguez, Jorge e Ismael Sandoval, así como tíos y primos. Las personas asistentes se mostraron muy interesados en identificar a conocidos y familiares.

El museo que se montó en el Auditorio parroquial constó de múltiples piezas de arte sacro y objetos antiguos prestados para tal efecto por los dos Monasterios y algunos vecinos.

Gustó mucho esta exposición, de tal forma que nos siguen pidiendo repetir la experiencia, ya que únicamente se dio acceso al público el sábado 25 y el domingo 26 de junio y varias personas nos han contactado para colaborar con fotografías u objetos.

Esta actividad fue propuesta, coordinada y elaborada por el seminarista Sebastián Romero a quien agradecemos su  esmero, entusiasmo y responsabilidad.

A las 5:30  inició el palo encebado para lo cual se dio cita un gran número de personas en los jardines del atrio. Los jóvenes apropiadamente ataviados con atuendos que pudieran ayudarlos para bajar los premios acomodados en lo más alto del palo, provocaron los gritos de emoción de las personas que muy motivados los aconsejaron hasta que el trabajo en equipo recibió su recompensa, para finalizar en la noche con la quema de toritos y baile.


Año jubilar

En abril se cumplieron 75 años de erección como Parroquia por lo que se solicitó al Sr. Obispo decretar un año jubilar, a lo que accedió y el decreto se leyó en la celebración eucarística que el presidió el 24 de junio a la una de la tarde.

Por este motivo se llevarán a cabo diferentes actividades durante este año.

Finalmente les comparto la Oración de Intercesión de San Juan Bautista:

Amado Jesús:

 

Nos acercamos hoy a ti, pidiendo tu gracia y bendición,

y la intercesión de tu primo san Juan el Bautista.

 

Te pedimos, Señor Jesús, que con nuestro corazón y todo

nuestro cuerpo te alabemos y bendigamos siempre.

 

Danos la gracia de llevar una vida humilde y sobre todo

confiar en que tu Padre Celestial nunca nos abandona,

sabiendo que siempre está ahí mostrando su generosa providencia.

 

Amado Jesús, reconocemos que muchas veces hemos fallado al amor,

por eso te pedimos perdón, seguros de que eres un Dios de misericordia

que nos da nuevas oportunidades.

 

Te suplicamos que hoy nos llenes nuevamente de la fuerza,

el poder y el amor del Santo Espíritu para que podamos servirte

y a la vez seamos testimonio de tu amor, al igual que Juan el Bautista.

 

Amén.

jueves, 28 de julio de 2022

 

“LA LADRILLERA”

CUENTO DE MANUEL GAMIO ESCRITO EN AZCAPOTZALCO EN 1919

Por Don Nayarito Cantalicia  (Grupo Formiga)



Este gran mexicano fue el arqueólogo que hizo las primeras excavaciones estratigráficas de la historia nacional, justamente en territorio de Azcapotzalco, entre 1911 y 1913.

En el jardín principal de nuestra céntrica Casa de Cultura, se tiene un busto de él, y junto tiene una placa que dice “Manuel Gamio (1883 – 1960) Padre de la Arqueología moderna en México. Busto en bronce realizado por el escultor Sergio Peraza. 16 de julio de 2000. En memoria de la primera excavación científica de México realizada en Azcapotzalco”.

Él también publicó el libro “Vidas dolientes”, en 1937, (Ediciones Botas, México), en su primera incursión al mundo del cuento y la novela. De ese libro he tomado el siguiente relato, para incluirlo en el grupo de textos de “La hormiga en línea” de éste mes.

Algo peculiar de este cuento, a diferencia de otros de dicho libro, es que lo escribió en Azcapotzalco. Se ha acostumbrado que si el autor lo quiere, puede terminar el texto con el nombre de la población en donde lo redactó, y el año. En este caso, el texto finaliza con “Azcapotzalco, 1919”. Otros textos ahí reunidos, indican otro sitio, otro año, o no indican nada al respecto. Habiendo sido escrito éste en nuestro territorio, me pareció que podía ser buen acompañante al tema de este mes.

Sin más, pasemos al cuento, del cual solo eliminaremos un fragmento intermedio que no afecta el entendimiento de la trama:



“LA LADRILLERA”

“Ya era muy tarde. El sol se colaba por las rendijas y agujeros de la puerta negruzca, dorando con sus rayos el polvo del jacal. Gritos del amanecer venían de lejos; los gallos cantaban uso tras otros, acatando quien sabe que sucesión jerárquica. Vacas mugidoras y jóvenes terneras saltarinas, acudían a los pastos, guiadas por la imprecación incesante, del vaquero. El paso de carros y “guayines” se anunciaban con el doliente rechinar de muelles y el traqueteo de tablas sueltas.

Apartó el jorongo gris que le servía de embozo y se palpó el pecho, combado y recio; le dolía como si lo hubieran golpeado; le dolían también la cabeza, la garganta y los muslos. Extendió el brazo, y tentaleando la tierra endurecida y húmeda, logró atinar con una botella que ahí cerca estaba. No contenía alcohol; hurgó entonces bajo el petate, hasta dar con un cigarrillo que, apenas encendido y gustado, arrojó contra el muro. Tornó a arrebujarse, distendió brazos y piernas, tosió sonoramente y cerró los ojos, esperando hallar, en ese recogimiento, alivio al malestar que todas las mañanas, todos los días y todas las noches mordía su corazón y estrujaba su cuerpo… Permaneció inmóvil, haciéndose más hondo el silencio en el triste tugurio. Miraba hacia el techo con pupilas absortas; dijérase que se perdía en cavilaciones y recuerdos. Más no era así; desde aquel día fatal, no podía analizar sucesos ni orientar impulsos. ¡Sufría! … No sabía más…

Maquinalmente, volvió a tomar la botella; pero, al recordar que estaba vacìa, la colocó en el suelo. El malestar crecía. Intentó levantarse y salir para batir el lodo bajo el sol o para beber, en el tinacal, muchas jícaras de pulque fuerte, pues por uno u otro medio se adormecería ese escozor motral. Al incorporarse bruscamente, cayó la frazada, alzándose del humilde jergón el aroma acre y sensual de los talamos juveniles. Entonces recordó todo. Como torrente bravío clamoreó su sangre en las venas; llameaban las pupilas y el aliento era ronco rugido. Se arrojó de bruces en el petate y aspiró con fruición aquí y allá, como macho montaraz que rastrea las huellas de la hembra perdida. Sus manos palpaban dulcemente el tule tranzado o se crispaban con rabia, arrancándole jirones. La nombró con ternura y sus labios unciosos acariciaban la polvosa estera. Allí debía estar, allí, como en tiempos pasados; la blanca camisa en contraste con los hombros morenos y llenecitos; los negros ojos de capulín, brillando y escondiéndose picarescamente; con dientes perlinos y labios húmedos sonreiría, reclamando un diluvio de besos…

Largo rato permaneció tumbado, como una pobre bestia agotada en cruenta labor.

Salió de casa sintiendo alivio, con los nervios flojos por la crisis sufrida. Tropezó en la calzada con vecinas del pueblo que, aunque apenas se dignaban divisarlo, significaban claramente no ignorar su vergüenza.

En el obrador se trabajaba de lleno; el barro untuoso y plástico, dispuesto en montones oscuros, parecía masa de chocolate; chiquillos semidesnudos espolvoreaban el estiércol que había de darle consistencia, y varios hombres, con las nervudas piernas al aire, lo pisoteaban sin cesar, produciendo monótono “clac, clac”; otros dejaban caer, de delantales colgados al cuello, trozos deformes de pasta batida, que iba a llenar cuadretes de madera; se silbaban aires de la tierra, y loas del “interior” canturreaban valonas sentimentales. Más allá, el horno erguía su pesada estructura, coronándose a ratos con fulgores rojizos para luego empenacharse con humareda negruzca. Hileras de adobes de un gris pizarroso se asoleaban, simulando boas escamosas. Contrastaban, con armónico sonreír de matices, el oro viejo de las majadas dispersas, el púrpura encendido de ladrillos apilados y el verde mate de la alfalfa exúbera. En el horizonte esfumaban desgarraduras altas serranías, y más acá, extendía sus laderas tristes la loma de los Remedios, mirándose el caserío como bandada de palomas posada en la cima. El sol brillaba muy alto, poniendo vida y tonos fuertes en el paisaje. La poma de esta tarde de luz, la alegría de los hombres y el pasivo goce de las cosas, ensombrecieron más su desesperación.

Se dirigió a su “campo” empuñando la adobera, sin que nadie fijara en él atención especial, bien que a hurtadillas lo espiaran. Su mirada lúgubre y resuelta, donde parecía asomarse la muerte; un extremado vigor muscular que le permitió siempre hacer la tarea de dos hombres y también cierto machete costeño que guardaba en casa, ponía coto a burletas y puyas. Todos se marcharon con las primeras sombras del atardecer. El sol seguía encarnizado en la labor, curvado el torso moreno.

Como esa tarde laboriosa fueron muchos días siguientes: llegaba antes del amanecer, sintiendo en los huesos el frío vapor que se levantaba de las zanjas y quebrando los endebles cristales que a su paso extendían las heladas. Después, sufría las mordeduras del sol hasta su puesta, clavado en la tarea, sin almorzar ni comer, visto lo cual por los adoberos pensaron que su aflicción llegaba hasta buscar la muerte. Esa vital resistencia lo volvía loco; muchas veces, que entró al jacal, ardiente y tembloroso, no sabiendo cuando llegaba ni cuando se iba la fiebre, se sintió feliz al perder la conciencia de las cosas y el hilo de las ideas. Desgraciadamente, al apuntar la madrugada, el fingido mal desaparecía y él quedaba, como siempre, vigoroso, dueño de si mismo, atormentado por mil recuerdos, abatido por la nerviosidad del cuerpo y el escozor del alma, mirándola siempre allí, muy cerca de él, en la pobre estera que tampoco había olvidado, ya que aun guardaba el aroma punzante de sus carnes duras y de sus crenchas corvinas.

Cambió de rumbo. No fue más a la ladrillera, sino al tinacal del rancho o al tendajón del pueblo. Le costaba trabajo alcanzar el consuelo y olvido: había que apurar enormes jícaras de pulque y muchas copas de “refino” para que su mente perdiera lucidez. Luego que esto sucedía notábanse en sus pupilas llamaradas fulgurantes que herían a todos provocándolos a mortal conflicto. Unos, por conocerlo de fama, y otros de solo mirarlo, eludían el reto, quedándose él como único señor del campo.

Las estrellas parpadeantes lo acompañaban en su marcha incierta al mísero jacal, donde se tendía de cualquier modo, menos cuidadoso que una bestia.

Pasó el tiempo y “aquello” no desaparecía. Le dolían cuerpo y alma; la amaba como antes.

Si le hubiese asistido consejo afectuoso ¡quién sabe! Pero a nadie se le daba un comino de su dolor. Cierta vez que el fastidio era mortalmente abrumador pensó irse a otra parte, a la ladrillera de San Bartolo, donde hacía rancho Atanasio, el paisano que lo acompañó al venirse del “interior” y que hasta poco antes trabajaba con él, partiendo tareas.

Sin tomar nada del cuartucho, salió dejando la puerta entornada, como muda invitación para que el primer llegado diera buena cuenta de los trapos y trebejos odiosos que allí quedaban. Era domingo, las campanas del poblacho llamaban a misa y brindaban sosiego a su mente conturbada. No miró en torno al partir, ni dio ocasión al asalto de pensamientos inoportunos. Sus ojos estaban fijos en la calzada polvorienta, que se extendía, como gusano blanquecino, opreso entre las garras de magueyes enfilados.

Tras una hora de caminar sin sentir la marcha, divisó el alto ramaje del fresno conocido, y más acá, al pie de una ladera pelona, espirales de humo de un horno recién cargado. Avanzó más, hasta las ringleras de tabique y ya iba a pisar el patio donde se asolea el adobe, cuando escuchó argentina carcajada mujeril, que fue caricia y zarpazo en su corazón, campana que tocaba a gloria y esquila que doblaba a muerto. Los miembros agarrotados parecían muertas ramazones de árbol caduco; intenso temblor agitaba su cuerpo como si el alma estuviese cogida por tempestuosa borrasca; ansias de agonía le ahogaban, confundiéndose al salir de su pecho rugidos sordos y sollozos suspirantes.

Al cabo de algunos minutos, que duraron como muchos años, volvió en sí y tornó a escuchar…

¡Eran ellos! Atanasio el buen amigo, y Ella, su mujercita, la que lo impulsó a abandonar familia y tierra. Jugueteaban como dos tortolillos, en pleno idilio, en luna de miel. Ella corría, escondiéndose entre las pilas de adobe y tabique y él la alcanzaba, cobrando su triunfo con sonoros besos estampados en los labios, en los ojos, en la mata de opulento cabello. En una de tantas, ella trepó al horno, destacándose el busto airoso entre las rojas llamas de la lumbrada. Atanasio fue en su busca y ya arriba enlazaron las manos, y aproximando poco a poco los labios los unieron en un beso salvaje.

El recién llegado saltó al horno, alcanzó su cima y antes de que pudieran reconocerlo y buscar salvación, los arrojó al abismo; primero a él, que más feliz, no advirtió su llegada; luego a ella, la tomó por la garganta, y con mayor rabia, la hizo caer en la hornaza donde se acallaron sus gritos; gran llamarada se alzó y caudas chispeantes hacían pirotecnia fúnebre; olor pestilente de carnes y ropas que ardían, subió en bocanadas; por dos veces una manecita pequeña y fina se levantó entre un brazalete de llamas doradas, crispando los dedos, como si pidiera gracia o lanzara maldición. Cuando ya nadie se movía en el macabro fogón, descendió pausadamente, acosado por las llamas. Nadie había acudido. Era domingo.

Iba de vuelta por la calzada. En sus manos quemadas, rojas a trechos, alternaban ampollas y ulceraciones. El cabello chamuscado amarilleaba como si estuviese mal teñido. Pocas cejas y pestañas escaparon al ardiente huracán…

Se sentía bien. Habían quedado atrás el malestar del cuerpo y el escozor del alma.

Atzcapotzalco 1919”.

 

DON DAVID DELGADO JIMENEZ, 

CRONISTA DECANO Y FUNDAMENTAL 

DE AZCAPOTZALCO

PARTE 2 DE 3

Por Martin Borboa  (Grupo Formiga)

Este artículo es continuación de aquel que publiqué en noviembre 2021 acerca de tan importante cronista de Azcapotzalco. En mi opinión y en mi formación personal, el que más significado ha tenido para mi propia experiencia, ya que me extendió su amistad, su conocimiento, su sentir, su afecto y su profesionalismo, y como un río que riega un campo, así el me orientó para conocer esta alcaldía y su historia. Como amigo, como profesional autodidacta en la crónica, como mexicano y como amante de Azcapotzalco, nunca dejaré de agradecerle, honrarle y reconocerle.

Cada vez que entro a la Catedral de Azcapotzalco, busco su presencia en alguna de las jardineras del atrio, en esas donde muchas veces lo encontré dispuesto a charlar de forma sabrosa y cálida acerca de estas tierras y su historia, conmigo o con quien en ese momento tuviera el tiempo y el deseo de escucharlo. Que grandes lecciones gratuitas obsequiaba Don David Delgado Jiménez en ese improvisado auditorio con árboles y barda atrial. Ahí o en donde fuera. Y siempre con un positivo ánimo constructivo y enriquecedor. Esta memoria es apenas un ligero reflejo de lo que él sembró. Con mi permanente cariño y admiración.

4.- CRONICA Y MEMORIA DE AZCAPOTZALCO (2001 – 2003)

Esta obra fue un esfuerzo delegacional, que en base a organizar coloquios durante 3 años, algunas de las ponencias se obtuvieron como texto y se publicaron en este libro. Son 38 artículos agrupados en 4 capítulos. Hay también material preexistente que se incluyó por su importancia.

La obra fue coordinada por el Arquitecto José Gustavo Manrique Zermeño, y el Arqueólogo Gilberto Pérez Rico.  El entonces delegado Miguel Angel Ocano Opengo, lo presentó así: “El acervo histórico de Azcapotzalco es prácticamente ilimitado, de tal manera que hemos reunido aquí algunas de las ponencias más significativas que en su oportunidad fueron presentadas durante los coloquios realizados en agosto de 2001, 2002 y 2003. En ellas participaron exponentes de diversa índole desde especialistas en historia, arqueología, museografía y literatura en general, como igualmente vecinos conocedores de sus tradiciones e interesados en su conservación”.

El material del autor Don David Delgado es un testimonio de él, tomado de la obra “Relatos y recuerdos, Memorias de Azcapotzalco” que se cita en la bibliografía con el año 2000. Esa obra de “Relatos y recuerdos” existe en versión digital en internet, y en su contenido dice haber sido editada primero en 1998 y luego en 2016. Esa obra se menciona en este artículo, más adelante.

El mismo texto de “Testimonio del Maestro David Delgado Jiménez” está en ambas obras, pero una diferencia es que la de “Crónica y Memoria de Azcapotzalco” señala un breve currículum de Don David, el cual reproduzco aquí:

Ing. David Delgado Jiménez. Ingeniero agrónomo. Entre 1958 y 1960 fungió como Subdelegado honorario y después Oficial del pueblo de San Juan Tlihuaca, donde organizó el Centro de Bienestar Social. Colaboró como asesor técnico del Censo de Población 1970. En 1972 fue Jefe de la Sección de Panteones y posteriormente ascendió a Jefe de Unidad Departamental de la Delegación Azcapotzalco. Desde siempre ha sido reconocido como Cronista de Azcapotzalco, título que recibió oficialmente en el año 2000”.

Simplemente en base a esta descripción, se puede concluir e imaginar que su trayectoria de más de 42 años dedicado diariamente a Azcapotzalcocomo trabajador y vecino, como amigo y padre de familia, todo lo que le habrá tocado ver y vivir, la cantidad de gobiernos que pasaron, de obras y reconstrucciones que habrá tenido a su cargo, las responsabilidades que habrán descansado en sus hombros, y los datos que con tanto cariño fue acumulando, es natural que lo convirtieran en un profundo conocedor de nuestra alcaldía, y que por su enorme corazón con que compartía su información,  hayas sido reconocido como Cronista de Azcapotzalco.

La obra incluye la “Presentación de los Encuentros de la Crónica y Memoria de Azcapotzalco”, escrita por uno de sus coordinadores, el Arquitecto José Gustavo Manrique Zermeño, que en un fragmento dice:

Me da mucho gusto tener aquí a Don David Delgado, Cronista de Azcapotzalco, que es en primer lugar un gran amigo, un gran conocedor, un gran maestro y un apasionado de Azcapotzalco, a él le debemos mucho, no solamente con sus diversas pláticas y su gratísima presencia, sino la gran cantidad de documentos y trabajos de investigación que nos ha aportado aquí al Archivo Histórico…”.

Y es que Don David era así, compartía su información, sus fuentes, su bibliografía, su conocimiento, incluso a veces regalaba alguna fotocopia con datos que le parecían relevantes, relacionados a su querido, nuestro querido, Azcapotzalco. No es de extrañar que en el Archivo Histórico, el personal de aquel tiempo, lo haya atesorado y agradecido.

5.- LAS HORMIGAS DE AZCAPOTZALCO (2003)

Obra publicada por el Arqueólogo Gilberto Pérez Rico. La edición fue producto de Azcapotzalco en la Cultura, A. C., en cuya directiva aparecen: Presidenta: Profra. Estela Ogazón Sánchez, Vicepresidente: Ing. Mario Velarde Maass, Secretario: Ing. Rogelio Cuevas Márquez, Tesorero: Ing. Antulio Tamayo Jiménez, Cronista de Azcapotzalco, Don David Delgado Jiménez.

El cargo de Cronista de Azcapotzalco dentro de la directiva de dicha asociación, y es uno de los motivos por los que considero que en esta revista de “La hormiga en línea” es importante hablar sobre Don David. Son cuatro palabras que para muchos de nosotros van juntas:

Crónica – Azcapotzalco – Don David.

Una hace pensar en la otra. Y sé que para el Arqueólogo Gilberto Pérez, quien ha difundido mucho sobre nuestra alcaldía, también lo es. Cuando estuvo trabajando aquí en Azcapotzalco, una de las puertas que más se abrieron para él, y uno de los mejores respaldos y fuentes de información que tuvo siempre, fue Don David. Pues así fue para él y para quien requiriera su apoyo. Me consta.

Don David escribió el Prólogo de la publicación, y dice:

Amable lector, está en tus manos este trabajo de investigación realizado por el joven arqueólogo Gilberto Pérez Rico, gambusino del ayer de nuestra tierra, que busca entre sus mitos, leynedas y documentos antiguos, los fragmentos que nos trasladen al pasado del País de las Hormigas: a la tierra de Ixputzal-co, del milenario Tlilhuacan, de sus árboles de miel, y del mitico Matlaccóuat, fundador de la dinastía de Azcapotzalco. Del gran Xólotl señor de Tenayuca y del esplendor de los Tepanecas con Tezozómoc.

Te invito a que juntos entremos en estas páginas del pasado, caminemos por las calles de Azcapotzalco, por su convento de dominicos y conozcamos la parroquia con su antiquísima hormiga de cantera viviente labrada en su torre”.

6.-  TESIS DOCTORAL DE PABLO MOCTEZUMA BARRAGAN “CONSTRUCCION DE IDENTIDADES Y GLOBALIZACION EN AZCAPOTZALCO. AMPLIANDO LAS POSIBILIDADES DEL DISEÑO”  (2005)

A lo largo de sus más de 320 páginas, El Dr. Pablo Moctezuma Barragán, cita muchas obras, y a varios cronistas de Azcapotzalco. A Don David Delgado en numerosas ocasiones lo refiere, y reproduce las palabras, memorias y recuerdos de tan gran hombre de la crónica.

Un ejemplo en su pág. 27: “Cuenta el cronista David Delgado que el virrey Luis de Velazco había comprado la hacienda de los condes de Careaga, vendiéndola después a Sebastián de Aparicio; quien tiempo más tarde la revende a una sociedad civil, creándose la sociedad “El Rosario”. Actualmente lleva por nombre “Unidad Habitacional El Rosario” -una de las más grandes de Latinoamérica”.

Pág. 34, sobre el entretenimiento: “Para divertirse los chintololos asistían al pequeño cine “Ángela Peralta” ubicado en el Jardín Hidalgo, cuyas películas mudas cautivaban a muchas personas. Después de un tiempo -nos relata Don David Delgado- llegó el cine “Colorado” -que ahora es el sótano de Sanborn’s-, en el cual ya se proyectaban filmes con diálogos sonoros.

También estaban los circos que divertían a chicos y grandes. Además en el atrio de la parroquia de Azcapotzalco había títeres para impartir la doctrina. “Eran aquéllas otras épocas” -comenta el cronista David Delgado-; en esos tiempos en las escuelas de la SEP les daban, cuadernos, lápices, tinta y manguillos a los niños aplicados; por otra parte, el transporte, la comida y los antojitos se pagaban con centavos”.

Es muy interesante como el Dr. Moctezuma aprovecha la crónica de Don David para reforzar las ideas que quiso exponer en su tesis. A continuación un ejemplo, pág. 64:

“La familia en Azcapotzalco tiene raíces locales, en el pasado la población se movía a pie o en bicicleta en el área. Todavía en la actualidad, gran parte de la vida familiar y laboral de los chintololos se desarrolla en Azcapotzalco. El 61.2% de los hogares no tiene automóvil propio (INEGI, 2000). Cuenta el cronista David Delgado:

De mi casa a la primaria había que irse a pie, y en una de esas ocasiones, tuve oportunidad de llegar donde está ahora la tienda de Sanborns. Ahí inició la Usher, la fábrica de dulces, donde  ambién trabajé. Todo lo teníamos a la mano: al salir de la escuela iba a la fábrica y de regreso a la escuela, ya que estaban muy cerca, así era mi vida”.

Sobre la constructiva organización “Los Guardias de México”, pág. 101, cita a Don David:

Han pasado más de 40 años desde que se formó aquí en Azcapotzalco el Grupo de Rescate y Salvamento “Guardias de México” que reclutaban militarmente a los jóvenes que se ponían a trabajar para trabajos de forestación, ayudar a la gente en incendios, trabajando en sus barrios o colonias y colaborando en las Fiestas Patrias”. Y sobre el tema continúa en la siguiente página, pues Los Guardias de México tenía funciones similares a lo policial.

“Cuando la huelga de Camiones de Choferes de Ruta 100, al Grupo de Rescate y Salvamento “Guardias de México”, les pidió colaboración el DDF Durante la huelga de choferes de camiones de la Ruta 100.  “Nos pidieron colaboración y participamos en todas aquellas situaciones donde había problemas. Nosotros los del grupo de rescate, tomamos los corralones de Ruta 100, cosa que no podían hacer ni la policía, ni ninguna otra corporación, porque los chóferes los golpeaban con todo lo que tenían a la mano, le voy a decir que no tengo de que quejarme; llegamos con todo respeto a los corralones para hablar con los chóferes, ellos nos trataron con la misma cortesía, los invitamos a salir y pusimos los sellos, no hubo ni una sola mala palabra ahí, ni una agresión, solamente cerramos los corralones, ahí estaban los chóferes afuera, pero si algunos quedaban dentro, con toda prudencia se salieron”.

 

BIBLIOGRAFIA

CRONICA Y MEMORIA DE AZCAPOTZALCO (2001 – 2003), Delegación Azcapotzalco. México, 2003

LAS HORMIGAS DE AZCAPOTZALCO, Arqueólogo Gilberto Pérez Rico. Azcapotzalco en la Cultura, A. C., México, 2003.

CONSTRUCCION DE IDENTIDADES Y GLOBALIZACION EN AZCAPOTZALCO. AMPLIANDO LAS POSIBILIDADES DEL DISEÑO. Pablo Moctezuma Barragán. 2005. México. https://core.ac.uk/download/pdf/48394469.pdf