lunes, 12 de abril de 2021

 

DÍA DEL CRONISTA

Por: José Carbajal Cortés, cronista de Azcapotzalco.


 En México existe días de conmemoraciones, festejos, fiestas, recordatorios calendarios cívicos y religiosos en donde se recuerda la importancia de un suceso, personaje, fecha, etc. Porque nuestro México es festivo y hasta mitotero.

 Una de estas conmemoraciones es orgullosamente el día del cronista que se empareja con otro dia significativo para la niñez como sabemos. ¿Cómo se originó ese día? Surgió un organismo que reunió a un número de cronistas de diversas regiones y ciudades y que tomó el nombre de Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas un 30 de abril de 1977 (Guerrero, 2012) por lo que esta Asociación, levantó la voz para que ese día de abril de su fundación, se propusiera para conmemorar al cronista y a la labor que realiza en nuestro país.

  De manera oficial gubernamentalmente Guillermo Tovar y de Teresa fué el último cronista nombrado de la Ciudad de México (ya que anteriormente los cronistas de la Ciudad eran nombrados por la autoridad) y que renunció a ese cargo en 1987 teniendo la visión de promover un Consejo de la Crónica de la Ciudad, el cual rindió varios frutos en los diversos años en que funcionó, con sus integrantes interesados en la cultura, historia y crónica en los diversos espacios de la ciudad. Actualmente ya no se nombra a un cronista de esa manera desde el gobierno, pues existen Asociaciones, Consejos y Grupos de cronistas por toda la Ciudad y al interior de las Estados, Ciudades y Municipios, que son conformados por sus miembros o integrantes abocados en la crónica de sus respectivos lugares.  

 El presente texto es un breve y sincero Manifiesto a propósito del quehacer del cronista, escrito desde algún lugar al norte de la Ciudad de México.

  Por lo que comenzamos diciendo: ¿Qué connotaciones lleva un cronista actualmente? Ser cronista no es un título, es aún más que ello, es una vocación con espíritu, una forma de percibir y describir la realidad, es el que recorre las calles, sus personajes, sus fiestas y conmemoraciones tanto civiles como religiosas, es quien hurga en cada rincón que precisa ser contado, es quien escribe sobre ello, no narrándolas tan sólo y difunde además sus hallazgos. El cronista ama su lugar de origen o en donde reside, es la persona que tiene ojos y oídos para expresar por medio de él la comunidad en la que vive, siendo quien tiene voz y presencia de la sociedad en la que está en el mundo.

 Así, el cronista Antonio Guerrero Aguilar nos dice acertadamente que: “El cronista mantiene nexos y cercanía con el pasado. Construye un puente entre el presente y la tradición” (Guerrero, 2014).

 La labor del cronista tiene su diferencia con el historiador, pues el historiador trabaja con fuentes o documentos del pasado remoto de manera exclusiva y rigurosa a partir del presente para la historia y el cronista observa, estudia, relata, el pasado inmediato y de además del presente, testimonia, rescata del olvido o del abandono, es quien documenta el entorno que le ha tocado vivir, es quien deja constancia y que rescata lugares y sucesos del patrimonio cultural material e inmaterial de todo lo que se ve o se vive, de la identidad y que es a fin de cuentas de todos.

  A los cronistas se les reconoce y se les debe seguir reconociendo en su labor, sean cronistas con nombramiento o sin nombramiento. En Azcapotzalco tenemos que la crónica tiene más de 30 años realizándose de manera ininterrumpida, difundiéndose en espacios representativos como son la Casa de la Cultura y el Archivo Histórico de Azcapotzalco, en sus diversos pueblos y barrios, a través de diversas publicaciones y pláticas de manera selectiva, por medio de un Consejo de la crónica, además de Grupos de cronistas y particulares interesados en ello.

  Mencionando las palabras de la cronista María de Jesús Real Figueroa pronunció al inaugurar el XXXIX Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas refiriéndose al Maestro Gonzalo Celorio en el tema, expresa que la crónica, quiere aprender de la herencia a la cual debemos salvaguardar del olvido nuestro trabajo que es, consolidar la tradición sobre la que se seguirá construyendo la cultura. Herencia, salvaguarda, tradición y construcción palabras abocadas en la crónica. 

  El cronista es por tanto veraz, objetivo, cronológico, denuncia, relata e incluso llega a interpretar, es quien tiene amor a lo que realiza, a su entorno de la sociedad en la que esta inserto y que le ha tocado vivir, describe el presente o se sitúa en un pasado relacionado con la identidad del entorno y que cuyo pueblo se identifica con el cronista, ya que es el quien recupera, rescata, plasma en un escrito que se fijará en el tiempo y que reiterando difunde, no sólo meramente se narra aunque loable precisa de ser escrito, registrado y sigue buscando ya que considera que siempre algo que “cronicar” un tema o tópicos a describir de la realidad, no de la ficción, aunque sí de la posible interpretación, con responsabilidad y bases para ello, en una sincera y humilde opinión. En suma, el cronista debe ser veraz y objetivo, tener el compromiso con la verdad que le toca registrar y describir para la presente generación y las venideras.

 Por lo que se acuña la siguiente frase a propósito de tan interesante labor:

       El cronista es la voz y sentir, es la presencia innata del pueblo.  

 Por ello los cronistas tienen un deber, un compromiso, como lo retoma Faz Gobea de la conversación con el cronista de la UAEM:  

 “Los cronistas tienen el compromiso de escribir lo que ven, oyen, leen y les cuentan, por eso tienen el deber de revisar, espulgar, depurar y en algunos casos, corregir los errores cometidos en la crónica” (Faz, 2016, p. 395).

  Ser cronista es tener también amor a lo que realiza, el cronista revive en sus escritos lo que testimonia al ocuparse del pasado o de los requerimientos del presente, es el vehículo de la memoria, la identidad que nos da cultura y es también el cronista mismo, patrimonio de nuestros pueblos para que no caigan en el olvido.   La noble misión del cronista es escribir y heredar para la posteridad las formas de vida, los lugares, historias, sucesos y un largo etcétera de quien ejerce este noble e ilustre oficio que ha elegido y quien nos lega sus apuntes, sus crónicas y que a la larga deja la constancia que será vista por otros a través de generaciones, siendo las características de la crónica y por tanto del cronista.  

  Por lo que existen diversidad de crónicas: históricas, costumbristas, comunitarias, temáticas, de personajes, deportivas, conmemorativas, barrios, pueblos, ciudades, comunidades, periodísticas y un largo etc., pero todas comparten una característica en común: nos relatan y describen sucesos del entorno real, pues la crónica no admite ficciones, sino veracidad y claro puede ser descrita con tintes literarios. 

  Y es que el cronista es custodio, guardián defensor y difusor del patrimonio documental y cultural tangible e intangible y por ello de la frase bien empleada de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas A. C. y que de sincero corazón y alma también comparto desde Azcapotzalco que hace una distinción, cuya frase es: SOY CRONISTA. En hora buena a todos los cronistas con verdadera vocación -ya que ser cronista no es una moda- que de una forma u otra dan a conocer el entorno de la comunidad, sus sucesos e historia, sus personajes y habitantes, su pueblo, su barrio, su ciudad.

 ¡Felicidades a los cronistas que colaboran en la Hormiga en Línea y que hacen posible ese esfuerzo, sin lucro, desde Azcapotzalco! Asimismo, extiendo la felicitación a todos los cronistas a lo largo y ancho de nuestro territorio en su loable y necesaria labor de todos los días, en su día 30 de abril. Un saludo sincero y abrazo a la distancia.

Referencias.

Faz, G. J. (2016). La cronista, celosa guardiana del patrimonio cultural. En María de Jesús Real García Figueroa. (presidente). XXXIX Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas (pp. 395-403).

Guerrero, A. (2012). De Solares y Resolanas: El dia del cronista. Recuperado de https://www.sabinashidalgo.net/articulos/de-solares-y-resolanas/8542-el-dia-del-cronista/

Ortiz, R.E. (s/f). La crónica: lo que es y lo que no es. Recuperado de http://web.uaemex.mx/identidad/docs/cronicas/TOMO%20VIII/lo_que_es_y_no_es.pdf

Guerrero, A. (2014). ¿Para qué sirve un cronista? Recuperado de https://www.sabinashidalgo.net/articulos/de-solares-y-resolanas/9500-para-que-sirve-un-cronista

 

1 comentario:

  1. Me encantó tu frace la tomaré prestada , El cronista es la voz y sentir, es la presencia innata del pueblo

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