jueves, 24 de septiembre de 2020

 

El misterioso escudo de armas  de Azcapozalco.



Por: Patricio Garibay

Dentro de la noble heráldica que existe en México desde los tiempos virreinales y que siguen representando icónicamente a Estados, ciudades y barrios, entre estos escudos de armas que por fortuna aún prevalecen prácticamente intactos y que nos recuerdan nuestro origen novohispano, existen diversos tipos de escudos, el que identifica una ciudad, él qué identifica a una familia, a un señorío o alguna institución, y sólo pueden ser validos bajo la autorización de alguna corona real. Los más antiguos otorgados a lo  que hoy es México corresponden a los del centro del país, por ser la región central el epicentro de la conquista y la evangelización, y estos principalmente fueron otorgados por el emperador Carlos I de España y por su hijo Felipe II, los primeros corresponden a los de Tlaxcala, pues los señoríos tlaxcaltecas fueron los principales aliados en  la guerra de conquista. Pero también abundan en señoríos del sur y ciudades del norte del país,  o el  qué por ejemplo corresponde al hoy barrio de Tacuba.  ¿pero Azcapotzalco también pudo obtener su propio escudo de armas otorgado por un monarca del imperio español? La Wikipedia asegura qué sí, que también al barrio o villa de Azcapotzalco obtuvo uno del poderoso Felipe II. ¿Fue así en realidad?
 



Múltiples son los escudos de armas obtenidos por la nobleza indígena qué les fueron otorgados por su participación en la conquista y la evangelización, como multiples fueron las peticiones de uno de estos  “tlahuiztli”  que era el nombre en náhuatl como los naturales le llamaban a estos escudos reales. Bernal Díaz del Castillo en su libro,  Historia verdadera de la conquista de Nueva España  narra que aun antes de la llegada de los conquistadores la nobleza tlaxcalteca ya utilizaba este tipo de emblemas en estandartes que definían a tal o cual señorío por lo que  a los naturales no les fue tan complejo entender la importancia de estos emblemas.
Por ello después de la conquista se volvió prioritario para pueblos y señores nobles y guerreros indígenas conseguir un emblema de la heráldica española, pero para ello se debían realizar una serie de trámites burocráticos, se tenía que presentar ante el monarca español documentos y evidencia que probarán ante los ojos del rey que eran merecedores de obtenerlo. Durante los primeros años de  concluida la conquista no fue tan difícil para  los señoríos y comunidades el poder demostrar su colaboración en la guerra contra los tenochcas y su apoyo a los españoles, pero con el paso de los años se fue volviendo más difícil y complejo poder demostrarlo, entonces se requirió además de evidencias y testimonios, de largos juicios legales. Los primeros que viajaron a España fueron los señores de Tlaxcala a entrevistarse con el rey Felipe II a quien le solicitaron títulos, escudos de armas y derechos sobre la Tierra para ellos y sus comunidades, que desde luego el rey les otorgó, recordemos qué el príncipe Xicoténcatl puso a disposición de Hernán Cortés y por lo tanto de la corona a 50,000 guerreros tlaxcaltecas quiénes fueron la principal fuerza  demoledora qué arrasó Tenochtitlan aún en contra de la voluntad de los españoles. 


Los tlaxcaltecas para dejar evidencia de su participación crearon lo que hoy se conoce como el códice Glasgow. En este documento gráfico los tlaxcaltecas intentan convencer al rey mostrándole una escena donde se ve a los guerreros de Tlaxcala luchar con mayor bravura que los propios españoles en contra de las huestes de Moctezuma, pues ellos se pintan en el primer plano combatiendo contra los tenochcas demostrando gráficamente  su arrojo y valentía. Los señores de Tlaxcala le aseguraban a Felipe II qué los españoles tenían poco aguante para la lucha y poca resistencia para caminar a diferencia de ellos.

Los cuatro señores de Tlaxcala

Otro pueblo que colaboró y que obtuvo su escudo de armas posteriormente fue el del grupo de los Quauhquecholtecaz, del pueblo de Quauhquechollan ubicado en él hoy estado de Puebla. Se trataba de un pueblo de guerreros náhuatl que se unieron a los Hermanos Alvarado para ir con ellos a la conquista de Centroamérica después de la derrota de los aztecas. Esta comunidad al final terminó estableciéndose en lo que hoy es Guatemala, por ello en Guatemala aún se habla el náhuatl, ya una vez instalados los Quauhquecholtecaz en las tierras conquistadas, pintaron una manta donde describen sus hazañas al mando de pedro de Alvarado, y se la envían al rey. Este códice se le conoce como el Lienzo de Quauhquechollan.  En esa misma pintura aparece el escudo qué les gustaría les fuese aprobado por el rey. 
En el escudo aparecen dos águilas juntas, una de color ocre y la otra negra, ambas están coronadas con la corona del Rey España, en el primer plano está un español y un indígena qué se abrazan, este escudo debería hoy formar parte de la bandera guatemalteca.



Además de la utilización de los lienzos y códices para solicitar un escudo de armas también existían las “Cartas y probanzas “donde en una misiva se le exponía al rey los motivos por los que debía ser otorgado ese derecho, entre algunas de ellas que aún se conservan, está la carta del indígena  cacique don Diego de San Francisco Tehuetzquitizin, la investigadora María Castañeda de La Paz indica que estás cartas debían contener los siguientes argumentos:
1 - Participación en la conquista ya sea con tropa tamemes o cargadores, espías  o lo que hiciera falta a los conquistadores.
2 - Ser buen cristiano ayudando a la evangelización, ayudar en las misas  y ofrecer limosnas.
4 - Ser amigo de los españoles.
3 - Ser de noble ascendencia (esto podía pasarse muchas veces por alto)

En esta carta de Francisco de San Diego, él asegura tener parentesco con el emperador Moctezuma, y haber ayudado en la conquista. También dice que defendió a muchos españoles de los indios idolatras.
Con respecto a los descendientes de Moctezuma ninguno de ellos ayudó en la lucha de la conquista pero eso no les impidió solicitar también privilegios y un escudo de armas, el servicio que prestaron a los españoles según escribieron en sus peticiones, era el de que su padre el tlatoani Moctezuma le había entregado el imperio a la monarquía española, lo que se conocía como translatio  imperii, por este sin duda enorme servicio prestado por parte de su antepasado a la corona española solicitaban títulos y tierras, estás peticiones fueron hechas por los hijos nietos y bisnietos del mismísimo Moctezuma, y muchas veces usaron como evidencia las cartas de relación que escribiera de puño y letra Hernán Cortés:
Moctezuma dijo: que desde entonces para siempre se daban ellos por vasallos de vuestra alteza y Desde allí todos juntos y cada uno prometían y prometieron, de hacer cumplir todo aquello que con el Real nombre de vuestra majestad le fuese mandado, como buenos y leales vasallos (...) lo cual todo pasó ante un escribano público, hilo acento por auto en forma, yo lo pedí así por testimonio en el presente de muchos españoles. (Cortes 1992; 60, segunda. carta)

Escudo de armas otorgado al hijo mayor de Moctezuma

De los primeros títulos nobiliarios otorgados a indígenas corresponden precisamente a los descendientes de Moctezuma, estas fueron Martín Cortés Nezahualtecolotzin Mtz. Hijo mayor de Moctezuma ( no confundir con el hijo de Hernán Cortés) y su primo hermano francisco de Alvarado Maltacochuatzin, ambos personajes se trasladaron a España en el año de 1532 dónde tomaron estudios por patrocinio del Rey en la ciudad de Toledo hasta el año de 1536 cuando se les otorgaron sus respectivos escudos nobiliarios. En estos escudos de armas de los parientes de Moctezuma no aparecen símbolos indígenas, cómo sí aparecen en el escudo otorgado a Don Hernando de Tapia Motelchiuhitzin un año antes, en él aparecen las figuras de un jaguar y un águila sobre el lago de Texcoco, Don Hernando solicitó expresamente que estas imágenes deberían estar ahí, pues su padre había formado parte  de las órdenes guerreras del águila y el Jaguar, es decir que muy probablemente había sido guerrero de ambas órdenes indígenas texcocanas.

“Los bandidos de Río frío” de Manuel Payno.

Aun después de la independencia de México, a mediados del siglo XIX muchas personas que se decían ser descendientes de Moctezuma continuaron haciendo reclamos legales hereditarios, como se lee  en la novela costumbrista “Los bandidos de Río frío” de Manuel Payno, en esta historia se relatan las peripecias del pícaro licenciado Lamparilla quien lleva el pleito legal de uno de tantos qué se dicen descendientes del emperador Moctezuma, entre su larga lista de reclamos, le exigen al gobierno de México que se le entregue por derecho de  herencia el mismísimo volcán del Popocatépetl.

El escudo de armas azcapotzalca y el códice Granados.
 
El códice Granados es una de las fuentes más importantes para el estudio del imperio tepaneca. El Imperio Tepaneca, con su eje en Azcapotzalco, alcanzó su mayor expansión bajo el reinado de Tezozomoc, llegando a dominar toda la Cuenca Central de México entre mediados del siglo XIV y 1428, fecha en que estalló la Guerra con el triunfo de Los mexicas, quienes a partir de entonces se empeñan en desaparecer la historia tepaneca. Una de las primeras medidas tomadas por Itzcoatl, primer tlahtoani independiente de Tenochtitlan, fue quemar los libros históricos para reescribir la historia de acuerdo a la nueva ideología militarista más agresiva y expansionista azteca. De ahí la importancia del códice granados que tienen como tema central la descripción del Imperio Tepaneca de Tezozomoc, y parecen estar elaboradas desde dentro de esa cultura. Son la Carta de Azcapotzalco de 1561 y el llamado "Circulo del Tepanecayotl" del Códice García Granados.


El códice Granados
Se conoce con el nombre de Códices Techialoyan a un grupo de documentos elaborados durante la primera mitad del siglo XVIII entre 1700 y 1743,  con la finalidad de responder a los requerimientos de la Corona Española para la legalización formal de las posesiones de tierra por parte de las comunidades indígenas novohispanas de la región noreste del valle de México. Estos documentos unen aún más la estilística indígena con la hispana, sobre todo en el ámbito pictórico que lo hacen aún más  comprensibles para la Administración Hispana y por las "audiencias y tribunales indígenas".
Los Códices Techialoyan suelen especificar con algún detalle la extensión y límites de las tierras, los grupos o individuos que las poseen, y ciertos elementos del paisaje que servían como referencias. En el conjunto de documentos Se mencionan también su participación en  la construcción de iglesias por parte de los miembros de una comunidad indígena y fundamentar los derechos a la tierra, hay descripciones en náhuatl pero sobre todo en latin para con ello dar mas formalidad del documento ante los ojos del rey.
Los Techialoyan contienen información histórica sobre sus antepasados desde tiempos prehispánicos hasta la época novohispana del siglo XVIII.
Los Códices Techialoyan, describen la región occidental de la cuenca lacustre del valle de mexico, con particular referencia a Tacuba (antigua Tlacopan) y el Valle de Toluca, área toda relacionada con los tepanecas.
Mucho se ha debatido sobre su autenticidad. Dado que como hemos dicho la Corona Española exigía documentos que probasen la antigua y legítima pertenencia de la tierra a sus propietarios indígenas, y ya en el siglo XVIII muchas  comunidades indígenas carecían de ellos, por lo que algunas veces elaboraron documentos supuestamente antiguos, pero cuyos datos históricos sobre los primeros tiempos virreinales solían contener errores de fechas, por lo que fueron denunciados en múltiples ocasiones como falsificaciones. Pero no porque un documento se halla querido hacer pasar por antiguo no quiere decir que la información que contenga deba de ser falsa, pues para su elaboración se pudieron utilizar diversas fuentes indígenas auténticas, incluso recogiendo tradiciones orales- que reflejaran  información veraz o, al menos, que reflejaran los hechos tal y como lo habrían aparecido en auténticos códices indígenas de los siglos XV y XVI. Por lo que diversos investigadores aseguran que "gran parte de la información que recogen [los Códices Techialoyan] es verdadera" independientemente de su validez legal en el contexto novohispano de la época, pero pueden ser utilizados, con todas las reservas, como documentos capaces de brindar información sobre las sociedades indígenas prehispánicas.
Al hablar del Códice García Granados es referiste a la parte de Los Códices Techialoyan mas colorida y donde se hace referencia a hechos históricos y a la estirpe real tepaneca que inicia con los primeros grupos chichimecas, continua con los reyes tepanecas y llega hasta la descripción de los gobernantes indígenas en la etapa novohispana, y se hizo con la finalidad de documentar y demostrar al rey la enorme importancia de Azcapotzalco a lo largo del tiempo. Sus dimensiones son de 674 x 49.5 cm. Y se abre a modo de biombo.
El Códice García Granados está confeccionado en papel de amate en bruto sin blanquear ni alisar utilizando un amplia gama de colores, incluso el oro, rasgo único en los Techialoyan.

Contiene tres secciones claramente definidas,  La primera se dedica al linaje de Xolotl, antiguo señor de los chichimecas de Tenayuca, y va reseñando los pueblos y señores con él emparentados. El nombre de este huey tlahtoani de Tenayuca fue invocado con posterioridad a su reinado por los señores tepanecas  buscando legitimar su propio dominio y ambiciones expansionistas, pugnaron por ser reconocidos como sus descendientes y distinguidos con el título señor de todos los chichimecas
La segunda sección contiene una escena que viene a significar el poderío de otro gran señor, dominante en su época: Tezozomoc de Azcapotzalco. Se trata del aludido "círculo del Tepanecayod" junto a un gran nopal genealógico mexica, que arranca desde los primeros señores de las dos ciudades gemelas hasta tiempos virreinales, que ya aparecen en la tercera sección.
En el centro de la pintura se encuentra el Llamado "Círculo del Tepanecayotl" y se ha dicho que pudiera ser copia de una pintura mural del palacio de Azcapotzalco palacio que fue destruido alrededor de 1430, con la derrota de Azcapotzalco en la llamada Guerra Tepaneca.

En el centro del "Círculo del Tepanecayotl" aparecen una serie de figuras que representan a los antiguos grandes señores tepanecas con símbolos de la máxima expresión de poder político de la época virreinal en que se realizó el códice. Y custodiado por toda la nobleza tepaneca hallamos el escudo imperial español, y bajo éste, la versión equivalente indígena novohispana del que sería escudo del Tepanecayotl, del Imperio Tepaneca. 

El investigador Carlos Santamarina Novillo  describe este escudo de la siguiente manera:  

Es una rara mezcla de elementos tradicionales indígenas y formas hispanas.
Sobre una piedra plana con dos volutas que recuerdan el signo estereotipado de tetl (piedra) se levanta un muro compuesto de dos bloques. A ambos lados del muro. un águila y un ocelote rampantes, y en el centro, cruzadas, dos varas con plumas en los extremos y dos colgantes en forma de "doble t". Sobre su vértice, una forma de color rojo que recuerda una jicara pero pudiera ser también un corazón. Está a su vez "coronado" por una diadema real o xiuhuitzolli, a la que se
han añadido dos volutas laterales que aumentan su apariencia de corona al estilo occidental.
Una fuente conocida' utiliza la combinación glifica de tetl (piedra) y pantli (bandera, hilera) para significar el gentilicio tepanecatl, en un claro uso fonético. Esta lectura de tepan(tli) -hilera de piedras- explica probablemente el muro sobre piedra del tan peculiar emblema, aunque no coincide con ningún glifo toponímico indígena que nosotros conozcamos. En el supuesto de que la forma central sea en realidad un corazón, existe la posibilidad de que constituya un signo fonético: yollotl -corazón- podría completar la lectura del emblema como "Tepanecayotl". En cuanto a las dos bestias rampantes, responden claramente a un uso heráldico europeo, pero con la peculiaridad de utilizar los dos animales que tradicionalmente más han simbolizado el poder político y militar en la cultura náhuatl: el ocelote y el águila. Por último, los dos estandartes y el tocado de plumas vienen a reforzar el mensaje de concentración del poder político. En concreto, las dos formas en "doble te" posiblemente sean una deformación del elemento diagnóstico tepaneca identificado por Noguez como estilización de una mariposa, que hallamos en otras fuentes.
En conjunto, el emblema ha de considerarse un completo neologismo desde el punto de vista glífico indígena. Reutiliza algunos elementos propios de la cultura náhuatl al servicio de un diseño puramente occidental que parece tratar de emular el escudo real español al que acompañaría.
El mensaje ideológico de legitimación del poder político tradicional mediante su apego a la Corona hispana es claro. Un símbolo más  refuerza la idea de autoridad política y le da un matiz militar. Entre los dos emblemas a los que nos hemos referido se halla una representación que, pese a su defectuosa realización, puede identificarse como la de un glifo bien conocido por otros códices indígenas más tempranos: el conjunto de macuahuitl (maza o espada prehispánica), flechas y escudo, que significa guerra.

El escudo tepaneca.

Por su elaboración tardía y al no haber documentación que compruebe que este documento se entregó ante una autoridad para que cómplice su cometido, y al no encontrarse este escudo de armas en los archivos reales de España no hay evidencia de haber sido visto por un monarca español y menos aún por Felipe II quien para 1743 llevaba casi 150 años de muerto,  por lo tanto este escudo no alcanzó a ser aprobado como escudo de armas para la villa de Azcapotzalco como algunos lo han sugerido, a pesar de su enorme contenido histórico y estar dibujado en uno de los más coloridos y bellos códices novohispanos. Pero si fue un valioso y ambicioso proyecto que buscó que Azcapotzalco tuviera su propio escudo de armas.

2 comentarios:

  1. Buen artículo , mis respetos por ese escrito y su reflexion final sobre la heráldica y escudo de Azcapotzalco , saludos

    ResponderEliminar