martes, 25 de octubre de 2022

 SAN JUAN TLILHUACA. 

PARTE 3.

 HISTORIA DEL TEMPLO PARROQUIAL.

 PUGNA ENTR DOS PARCIALIDADES.

Por Seminarista Sebastián Romero Olmos

Fachada principal del templo de San Juan Bautista- Tlilhuaca entre 1930 y 1950


San Juan Tlilhuaca fue siempre un pueblo que conjuntaba a dos comunidades distintas y rivales: los tepanecas (de raíces chichimecas y antiguos dominadores del Valle de México) y los mexicanos.

            En párrafos anteriores (publicados en esta revista los meses de agosto y septiembre 2022.Nota del editor), comenté algunas de las hipótesis que se tienen acerca del establecimiento de comunidades mexicanas en medio del territorio tepaneca conquistado, sea cual haya sido la causa de esta “invasión”, es seguro que en todo Azcapotzalco y especialmente en “el lugar de lo negro”, hubo una significativa pugna entre ambas etnias.

            Se cree que esta división en parcialidades dio origen al doble culto de San Juan, es decir, una parcialidad habría venerado al Bautista (los mexicanos) y la otra al Evangelista (los tepanecas). Incluso, hay quien llega a afirmar que existió en alguna zona de la estancia de Tlilhuaca una ermita dedicada exclusivamente al San Juan Apóstol, sin embargo, esto es poco probable, además quienes lo afirman no pueden sustentar con pruebas dicha hipótesis.

            Ambas parcialidades marcaban sus diferencias, incluso en la práctica de su fe, no deseaban entremezclarse los unos con los otros, pues se trataba de un pleito entre una tribu dominante e invasora y otra natural y víctima. Esta marcada separación cesó hasta el año de 1918, en que, según el testimonio de José Castillo, vecino de la comunidad, se convenció a la parcialidad tepaneca de celebrar en conjunto con los mexicanos la fiesta del Bautista, cada 24 de junio y así unificar al pueblo. Este trabajo de negociación y persuasión estuvo a cargo del Sr. Tomás Arroyo, quien fue presidente municipal de Azcapotzalco y perteneciente a la parcialidad mexicana, de ahí que se haya elegido celebrar en conjunto al Bautista y no al Evangelista[1].

            Esta determinación propició que ya para diciembre 1921 hubiera desaparecido casi por completo la devoción al Evangelista por parte de la parcialidad tepaneca, pues no hay registro de ninguna otra celebración en el templo parroquial en honor al llamado discípulo amado, como bien quedó plasmado en la fotografía antes presentada de su último festejo en 1920 donde se mandó colocar una bella portada y en la cual aparecen algunos varones pertenecientes a los tepanecas devotos de este santo.

            Habiendo descartado antes la existencia de una segunda ermita exclusiva para el Apóstol y Evangelista San Juan, se afirma que el templo dedicado al Bautista en Tlilhuaca, habría sido edificado inicialmente alrededor de 1535, sin embargo, se sabe que el Marqués de Villamanrique mandó derribarla entre 1585 y 1590 por dos aparentes motivos: el primero habría sido que se realizó dicha construcción sin la anuencia virreinal y en segundo lugar, se presumía que al interior de las paredes, los pobladores indígenas habrían colocado algunos de sus antiguos ídolos. Así, a finales del siglo XVI, en 1595 específicamente, habiéndose solicitado con anterioridad una ermita para Tlilhuaca y siendo aceptada la moción por el virrey Luis de Velasco el 29 de noviembre del año anterior, fue finalmente edificada, aunque considerablemente más pequeña, pues la primera edificación habría constado de siete arcos y la actual tan solo de cinco[2].

            Se encuentra en el Archivo General Agrario Nacional el documento que recoge esta solicitud al virrey y que detalla con claridad las dimensiones que el templo habría de tener:

Cinco arcos de catorce varas de medir de largo y diez varas de ancho, y la casa, dormitorio y sacristía, de ocho varas en cuadro y una cocina de tres varas en cuadro.[3]

            Esta reedificación era muy anhelada entre los habitantes del barrio, ya que señalaban que en el atrio del templo reposaban los restos mortales de un gran número de familiares que durante los primeros años del Virreinato habían fallecido, así, el edificar un templo, les permitía encomendar a las ánimas.

De este momento en adelante no se tienen demasiadas noticias acerca del templo parroquial, únicamente se sabe que en 1909 tenía una “torre mocha” y en general se encontraba muy deteriorada, especialmente en la fachada. Se dice que crecía hierba en los remates y comenzaban a anidar en ella las lechuzas.

Dibujo de la parte lateral izquierda del templo donde se observa una torre derrumbada, por Ángel G. Ducoing, 1900- 1925 aproximadamente.  Fuente: México en el Tiempo, Tomo II, Excélsior, 1945, p.175.

 

Se dice que, durante los años de persecución religiosa, especialmente entre 1926 y 1929, así como sucedió con la hoy Catedral de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago de Azcapotzalco, que fue cabecera de Tlilhuaca, el templo pudo ser utilizado como cuartel militar, ello explicaría la ausencia de un buen número de imágenes antiguas, cuadros, ornamentos, retablos y demás elementos propios de una parroquia tan antigua y de los cuales en la actualidad no se tiene registro.

            Hoy en día, la parroquia rinde honor a ambos “Juanes” y, aunque el templo en esencia es el mismo que ha sido datado en 1592, es indudable que ha sufrido una serie de transformaciones con el tiempo, se han retirado altares, nichos, imágenes, retablos, ornamentos y se han añadido otros tantos elementos como una capilla dedicada al Santísimo, un recubrimiento de azulejos a la cúpula, un retablo mayor de estilo neoclásico, y otras tantas modificaciones que ha experimentado el templo y sus inmediaciones a los cuales me referiré con mayor precisión en el último capítulo del presente.

            Ayudados por Antonio Urdapilleta, podemos describir en su arquitectura el templo de San Juan Tlilhuaca de la siguiente manera:

Es de una nave con arco triunfal, en el presbiterio se ven tres predelas neoclásicas donde se encuentran los santos patronos (San Juan Bautista y San Juan Evangelista) flanqueando al Cristo Crucificado; a un costado se incorporó una capilla lateral; cuenta con una de las cúpulas cubierta con azulejos [constituyendo una de las] más bellas que se halla en Azcapotzalco. La portada está formada por dos pilares dóricos con arco que sustentan un friso, en él se ve la imagen del Bautista. El campanario es de dos                                          cuerpos con cúpula con azulejos[4].

Simplemente debo hacer una actualización sencilla a la descripción de Urdapilleta, y es que en 2018 fueron cambiadas de lugar algunas imágenes, quedando ahora en el antiguo lugar del crucificado San Juan Bautista, en el anterior lugar del santo patrono se incorporó la imagen de Nuestra Señora del Carmen que ha cobrado popularidad entre muchos fieles, en la parte más alta del retablo, justo arriba del trono donde se ubica el Bautista, fue colocado un antiguo Cristo, datado en el siglo XVIII y elaborado en pasta de caña, mientras que el Evangelista conserva su misma posición.  

Cabe señalar que todas las imágenes que conforman el retablo mayor han sido catalogadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), así como la gran mayoría de piezas de arte sacro que la parroquia alberga y custodia celosamente, tales como San Antonio de Padua, la Inmaculada Concepción, la 

Virgen Dolorosa y el Nazareno. Interior del templo de San Juan Bautista- Tlilhuaca en 1920 durante la festividad de San Juan Evangelista                                         

    Interior del templo de San Juan Bautista- Tlilhuaca durante la fiesta de San Juan Bautista en 2021 

Bibliografía

·         AGAN (Archivo General Agrario Nacional), Expediente número 23/956, abril de 1921, dotación de ejido, Población de San Juan Tlilhuaca, Azcapotzalco, D.F., legajo 1, foja 90.

·         AGN (Archivo General de la Nación), Instituciones Coloniales, Ramo de Indios, GD58 Indios, año 1592, volumen 6, expediente 310, fs.84

·         José Antonio Urdapilleta Pérez, Azcapotzalco: templos, barrios y tradiciones, Primera Vicaría Episcopal Santa María de Guadalupe, México, 2010.

·         Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2017.



Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, p.195.

[4] José Antonio Urdapilleta Pérez, Azcapotzalco: templos, barrios y tradiciones, p. 68

No hay comentarios:

Publicar un comentario