miércoles, 16 de junio de 2021

ENTREGA DE RECONOCIMIENTOS AL MERITO CULTURAL JUNIO 2021

En la segunda mitad del mes de mayo 2021, al correr las campañas electorales de todo el país, en Azcapotzalco se presentó la oportunidad de que los Cronistas y Narradores, y otras personas del ámbito cultural, tuvieran una reunión con algunos candidatos a algún cargo público.

Dicha reunión se llevó a cabo el día 2 de junio en el Jardín Hidalgo.

Hubo oportunidad de plantear puntos interesantes acerca de que podría beneficiar al grupo participante desde la autoridad local, y las candidatas se llevaron anotaciones de todas esas ideas y preocupaciones plantadas, de modo que se llevaban la tarea de analizar y explorar que acciones podrían realizar en caso de ganar.

De las ideas expuestas a las candidatas, hubo una petición a la que se le vio posibilidades de atender, incluso antes de las elecciones, es decir, ganaran o no ganaran la elección. Dicha petición era el que la comunidad cultural y artística no tenía una mención, un reconocimiento ni una forma de presentarse con cierta representatividad oficial. Se puso el ejemplo de que cuando un cronista o una narradora van a un pueblo o barrio de Azcapotzalco, con el objetivo de entrevistar vecinos, documentar una investigación, tratar de armar un relato, verificar información, etc, pues no posee ningún tipo de credencial o documento que así lo señale, situación que se ha prestado a escenas difíciles e incomodas.

Las candidatas identificaron esta petición como posible de solucionar, y así lo comunicaron a quien funge como enlace con los Cronistas, narradores y participantes del ámbito cultural, que son Tere Legorreta  y la secretaria de la "Sociedad de Cronistas  y NarradoresAna Marisol Reséndiz Pizarro .

La retroalimentación fluyó y se fue dando forma al proyecto de otorgar un reconocimiento a todo el gremio de Azcapotzalco activo en esas actividades mencionadas. Es importante decir que al tiempo que las mentes iban aterrizando la posibilidad de llevarlo a cabo, también el tiempo límite para cerrar campañas se acercaba a su fin.

Guadalupe Delgado hija de Don David Delgado con Marisol Reséndiz y Gustavo Aquino Domínguez

Era necesario que por un lado las candidatas organizaran sus agendas, planes y recursos, así como que la población a la que iría orientada este esfuerzo, fuera siendo informada, avisada, y convocada. Pero todo era partir de cero. Así que había que exponer a contactos y conocidos del gremio la idea, preguntar a quien postulaban, y en ese proceso, es natural que pasara tiempo. Ya era la penúltima semana de mayo cuando por teléfono, mensajes y redes sociales, fue pasando esta información, y se fueron obteniendo respuestas.

En México en estos días, estos siete días, se juntaban muchos factores significativos, cada uno en diferentes ámbitos. Cuatro de ellos dan a entender que la gente estaba avocada en distintas ocupaciones, además de las habituales. 1) Las vacunas contra el SARS CoV2 (Covid 19) seguían aplicándose, unos ya tenían sus dos dosis, otros estaban justo en la semana en que les tocaba ir a recibir la primera, y emocionaba que el semáforo sanitario iba siendo cada vez más positivo según la región. 2) las elecciones ya en puerta para el 7 de junio, obligan a un final de campañas para dar lugar a un breve periodo de reflexión y permitir que el electorado evalúe la tendencia de su voto, y en este caso el ultimo día para permitir reuniones de proselitismo y de abierto contenido político con desplegado de banderas y logotipos, era el 2 de junio. 3) El semáforo sanitario que poco a poco pasó de naranja a amarillo, y ya rozaba al verde, fue permitiendo actividades y aforos más holgados que cuando inició la pandemia, así que ya las agendas y acciones cotidianas de las personas, se veían más abultadas y diversas, y comenzaba a complicar acordar fechas, o incluso asegurar participaciones. 4) Tras 23 años de sequía, el equipo Cruz Azul ganó el máximo campeonato de futbol nacional, y aunque dicen que el deporte es lo más importante de lo menos importante, no puede negarse que justamente este triunfo tuvo un impacto emocional en muchas personas, tanto para inclinar la balanza hacia la parte social que se reúne a ver partidos, la parte restaurantera que ofrece la transmisión en sus instalaciones, y el relajamiento de medidas sanitarias que aunque no es deseable que ocurra, no podemos negar que así fue. 5) un día después de las elecciones, iniciaría la asistencia a clases presenciales optativa, es decir, las familias podían decidir si continuar las clases de sus hijos vía digital o reanudar las rutinas previas a la pandemia de llevarlos a clases a la escuela en persona. Todo regreso a clases mueve las rutinas de las familias, y si se trata de un regreso después de un año de ausencia presencial, pues dicho movimiento tiene impacto más profundo.

 La Actriz Claudia Isela Djaddah  y las maestras Yolanda del Carmen Quintero y Martina Rodríguez

Estas cinco situaciones se dieron o darían a la vez en un periodo de una semana, y en ella se pretendía armar el evento para entregar reconocimientos al gremio cultural de Azcapotzalco, sin que hubiera estado en la agenda de nadie apenas una semana antes.

La decisión de llevarlo a cabo tuvo una gigantesca fuente de entusiasmo, ánimo e ideas. Era claro que de hacerse, el evento iba a tener bastante de espontáneo, lo cual sacrifica organización, difusión y orden. No hay como negar que esas importantes carencias se contemplaron y se asumieron. Aun así continuaba siendo más elevado el objetivo de entregar esos reconocimientos antes que detenerse por no alcanzar a asegurar la mejor forma, el mejor sitio, el mejor fondo, la mejor hora del día, etc.

Se estaban juntado los factores necesarios para satisfacer una petición gremial, pendiente de atención por décadas: -obtener un reconocimiento que identifique al receptor como participante cultural-, pero en un momento local y nacional agitado, nervioso, con euforia deportiva, con roce político, con reducción de medidas estrictas por el avance en el semáforo sanitario, con prisa por volver al supermercado y preparar el regreso a clases, entre muchas otras cosas.

Había dos cosas seguras: se haría el mejor esfuerzo espontáneo, y muchas cosas podían salir mal por hacerlo aprisa, con poca comunicación entre los involucrados y apostando a que los obstáculos serían pocos sin ninguna garantía. Era más el entusiasmo que la certeza. Y aun así, poniendo en juego todo lo que ello implica, se prefirió avanzar en alcanzar el objetivo, que era una petición gremial.

No es momento de aplicar citas de autores europeos exigentes con la formalidad. Más bien era momento de reforzarse con ideas como que los hechos hablaran por los que se esforzaron, y que el fin justifica el medio. Se podrá criticar la forma y la manera, pero el objetivo sería alcanzado, y se alcanzó.

Siendo las 4 de la tarde, del 2 de junio de 2021, último día de campañas electorales, casi cien personas de forma libre, gratuita, sabiendo que la convocatoria era hecha por dos partidos políticos aliados, sin recibir alimento ni agua, sin pedirle a nadie su voto ni su credencial de elector, comenzaba el evento.

Algo así empieza por la llegada de sus participantes, el inicial uso del micrófono, el aviso de una primera, segunda o tercer llamada, la instalación de las mesas, sillas y otros elementos que se fueran a usar. A las cuatro de la tarde ya sucedían estas cosas, y conforme pasó el tiempo se fueron sumando elementos. Los invitados seguían llegando, se comenzó una lectura, se continuaban instalando desplegados o acomodando banderas, se fue repartiendo material de propaganda de los partidos participantes, se fueron revisando los diplomas impresos ordenándolos según se detectaba que iban llegando los invitados. esa es una descripción fría de lo que estaba sucediendo.

La verdad es que los asistentes se iban reconociendo, había muchos que no se veían desde que inició la pandemia, había abrazos pendientes por darse, tanto por el gusto de verse como por las perdidas familiares sufridas en este largo periodo. Mucha gente no traía en su mano el reloj verificando si ya eran las cuatro. Mucha traía el corazón en la mano por la emoción de por fin volver al Jardín Hidalgo, por fin ver a sus amistades, por fin poder dar un pésame que antes solo fue telefónico, y mucha gente que había dejado esa tarde a un familiar en su casa y que requiere compañía.

Había demasiada tela de donde cortar si el propósito fuera encontrar fallas o puntos mejorables. Si uno conoce la parte del Jardín Hidalgo que está frente al monumento a Hidalgo, el tramo que va del Super Soya hacia donde se ubican los boleros, pues sabrá que es el paso de casi todos los que van y vienen por el centro de la alcaldía. Es el lado de la avenida por donde más transeúntes pasan pues hay bancas, negocios, comida y se interna uno hacia el jardín. La acera de enfrente solo es una larga barda atrial. Sumemos que en el kiosco del mismo jardín otro partido tenía todo armado para su cierre de campaña. Era un evento más de esos que si son agendados, porque se replican muchas veces: música, bailarinas, entretenimiento, banderines, camisetas, y motivación constante para el aplauso. Subrayo que en ese no se estaba atendiendo ninguna petición ciudadana, ni haciendo homenaje a ningún artista local fallecido. Era un cierre de campaña normal, con buen equipo de sonido, artistas contratados y tablas para armar ambiente.

El de la entrega de reconocimientos, tenía su mejor tesoro, en la cantidad de corazones, entusiasmos y sonrisas que se reunían. Por lo menos a tres destacados personajes de la cultura en Azcapotzalco se les deseaba rendir homenaje póstumo: Rafael Hernández Barba, Don David Delgado Jiménez, Antonio Urdapilleta, y así se hizo. Hubo familiares de algunos de ellos que asistieron a recibir el reconocimiento y a decir unas palabras. El momento y el lugar fueron los menos propicios para guardar un minuto de silencio. La colectividad presente manifestó su cariño a los fallecidos en forma de un minuto de aplausos, y esos aplausos rebasaron el minuto, me consta pues tuve el cronometro en mano, ya que a petición de la candidata Silvia alguien debía contar el tiempo, y yo estaba justo frente a ella cuando lo pidió.

Las personas que iban a recibir reconocimiento fueron siendo llamadas una por una, y si no estaba se preguntaba si algún familiar, y si tampoco estaba, se preguntaba si alguien cercano podía recibirlo. Como fuera, no faltaba el aplauso, porque el gusto de participar en ese evento, ver tantas caras sonrientes, tanta gente usando su celular para tomar la foto, la emoción de que quizá el próximo que nombren sea por fin yo, etc, muchas cosas lindas armaron un buen ambiente, a pesar de las carencias, omisiones, y larga lista de imperfecciones que podrían señalarse, y que no tendrían caso ocultar, callar ni minimizar en un texto.

Esas imperfecciones si fueron minimizadas por las emociones de muchos de los asistentes. No se veían caras largas ni rostros amargados. Era imposible, pues la asistencia fue libre, sin paredes ni cintas que fungieran como límites o accesos al evento. Todo lo contrario, hubo gente que se atravesó entre los ponentes y los asistentes, por ejemplo cuando llegaron utileros con  equipo y material de propaganda del partido que cerraba campaña en el kiosco, se pasaron de la banqueta exterior del jardín hacia el kiosco, justo para pasar al lado del monumento a Hidalgo, que de alguna forma enmarcaba nuestro evento. En su paso, algunos de esos utileros repartieron bolsas de su partido. Otros se quedaron un ratito a ver cómo íbamos nosotros, de que se trataba. Y así podríamos decir que mirones llegaron varios, a todo lo largo de las más de dos horas y media que duró el evento.

Sin música de fondo, y compitiendo con una niña que lloraba en la primera fila porque no se quería limpiar la mano, una excelente cantante dedicó al público una canción de “Chava” Flores. El público entusiasmado aplaudió y pidió “otra”. Ella nos dio gusto, y se me ocurrió voltear a ver los rostros de la gente. Que contentos se veían. Fue un evento de notorio corte político, dedicado a la gente del ámbito cultural, pero yo no distinguí militantes ni profesionistas, puedo decir que era una reunión de buenos ánimos, de optimismo, de gusto, de buenas intenciones, y de reconocimientos merecidos.

Ya sabemos que el tema ameritaba un mejor recito, una mejor plan, una optima organización. ¿Pero sin la autoridad no había decidido hacerlo y es quien autoriza o no el uso de esos recintos, quien tiene los recursos y dispone calendarios de actividades?

Claro que si la iniciativa hubiera sido de la autoridad, otro gallo hubiera cantado. Pero cuando se da la oportunidad de ir por el objetivo, sin pasar encima de nadie, sin lastimar ni faltar el respeto a nadie, sin pedirle un peso a nadie, sin pedir su voto ni su credencial a nadie, y en pocas palabras, cuando de la manera más limpia se puede armar una reunión y repartir los diplomas, pues a darle. Las oportunidades se pintan calvas, las tomas o se van (no tienen pelo del cual sujetarlas).

Montados en esas breves verdades, carentes de suficiente organización, apostando a la alegría y el contento del público asistente, que siempre supo que era convocados por partidos políticos, aun contra cualquier pronóstico, el evento salió adelante.

Diría que el buen ánimo subsanó las carencias. Ese sería un posible balance, además de subrayar que se alcanzó el objetivo.

Obstáculos fueron varios, y con escasa planeación, sin plan B para maniobrar, con un evento a un lado que tenía un mejor equipo de sonido, sin techo ni toldo ni carpa para protegernos, lógico que cuando llegó la lluvia, no había manera de apostar a un premio de logística ni de soñar con la aprobación unánime.

Sin embargo, seguían las sonrisas, la gente se tomaba foto con su diploma y quien se lo había entregado, muchos que ya tenían su reconocimiento en mano continuaban ahí, escuchando, aplaudiendo.  Es verdad que cuando inició la lluvia para muchos fue buena idea retirarse. Yo mismo me alejé cuando eso ocurrió. Y cuando estaba en la acera de la Casa de cultura me detuve, me di cuenta que un par de personas a quien había invitado no habían ido, y sentí mi responsabilidad solicitar sus diplomas para entregárselos posteriormente. En ese regreso me di cuenta que mucha gente aun seguía ahí. Me metí al centro de la reunión y pregunté a la convocante que cargaba los diplomas, y seguía repartiéndolos, si deseaba que la cubriera con mi paraguas. De inmediato me contestó: “No gracias, mejor cubre la urna”.


Francis y Mary de San Martín Xochinahuac y la candidata entregando un reconocimiento. 

Una de las candidatas quedó viuda durante la actual pandemia y llevó la urna de su esposo. A él cubrí durante el lapso de lluvia, que no fue muy largo, aproximadamente unos quince minutos.

Para entonces ya había llegado la otra candidata, y ella tomó el relevo de vocear los nombres que iban apareciendo en los diplomas, los entregaba, y casi todos posando con el receptor para la foto.

Siendo un evento libre, llegaba el que quería, se retiraba el que así lo deseaba, nuevos asistentes se incluían y otros eligieron continuar su encuentro en algún café o restaurante cercano.

El evento sirvió para muchas cosas, además de para entregar reconocimientos y difundir la imagen de los partidos convocantes. Los abrazos, las sonrisas, los aplausos, las fotos, las porras, los homenajes póstumos, todo eso nos lo llevamos puesto. Muchos llegando a casa mostraron su diploma, otros ya desde el jardín lo compartieron con su gente vía foto del celular. La alegría y el buen ánimo se contagió hacia esos familiares o amigos de los beneficiados. Y claro que quien tuvo observaciones y juicios críticos sobre el evento, también llegó a su casa a comunicarlo. Y eso se agradece. La crítica es un tributo de tiempo y acto mental que dedica el que juzga al juzgado, y se debe aprovechar y recibir. Así tiene sentido haberse arriesgado y hecho el esfuerzo, y las observaciones serán la guía para la próxima ocasión. Y para no recibir critica, la receta es no hacer nada. Hechos, la prueba de haber hecho algo es que te hayan criticado por haberlo hecho. La palabra clave es esa: Hechos.


Y claro, mucho antes que la crítica, lo deseable es que si creo que el evento está decaído y mal armado, me acerque como invitado y exprese un sincero y fraternal “¿En qué te ayudo camarada?”.

Porque no fue la autoridad quien lo ejecutó, ni fue la alcaldía quien lo programó, lo hicieron principalmente ciudadanas fuera de la nómina gubernamental, en pocas palabras, vecinas de Azcapotzalco, y en un tiempo de siete días partiendo de cero. Ese mérito de haberlo sacado adelante con tantas caritas felices y corazones satisfechos en tan cortísimo tiempo, sin pasar encima de nadie, es un acto limpio, y si se alcanzó el objetivo fue un éxito, un éxito limpio.

No hay forma de negar que este escrito fue elaborado con mucha simpatía y satisfacción por lo vivido el 2 de junio de 2021 en el Jardín Hidalgo, por lo que es bastante subjetivo y peca de tener enorme simpatía por las caras felices que vi en niños, jóvenes, adultos, y adultos mayores que recibieron su diploma, y por los conmovidos rostros de quienes recibieron el diploma póstumo de su familiar fallecido.

Todos los errores aquí contenidos cúlpese al embriagador gusto de haber visto un objetivo alcanzado. Durante la noche de ese día 2 de junio, y al día siguiente, continué verificando si esa alegría permanecía en mis contactos, y en su gran mayoría no pudieron esconderla.


No debemos echar en saco roto cada observación y critica que este evento obtuvo, pues habrá sido merecida cuando el afán es nuestra mejora. Favor que se hace al que arriesgó. Y en una próxima ocasión se debe mostrar que se aprendió. Se antoja bastante ver qué ocurre cuando pasen las elecciones, quizá las candidatas hayan ganado y ocupen los cargos que buscaban, y siendo autoridades, den o no seguimiento a lo sembrado aquella tarde del 2 de junio. Y en eso quiere decir abrir puertas físicas al desarrollo de las actividades, abrir carteras públicas para solventar gastos de esas expresiones, y facilitar la ejecución de las creaciones, de las manifestaciones culturales, sin dictar la agenda, sino formándola con los ciudadanos, como bien lo señala un pensador de Azcapotzalco en su opinión.

Bravo por las compañeras convocantes, bravo por los beneficiados, bravo por la atención que cada uno puso a este evento y con buena fe anotó sus reflexiones. Gracias por aquella tarde en el Jardín Hidalgo. Hoy, un día después, volvió a llover, y con el recuerdo de lo visto ayer, volví a sonreír de gusto. Y sé que varios hoy también lo están haciendo, lo han comentado en el chat. 


1 comentario:

  1. Me siento como wazowski salí en la foto awuau, mas que críticas lo que mas resaltó en esa entrega fue el entusiasmo por vernos después de tanto tiempo, el recibir un reconocimiento para mi fue especial ese día lleno de alegría felicidades a quien hizo esta gran crónica

    ResponderEliminar