viernes, 15 de octubre de 2021

LA LLORONA, AZCAPOTZALCO Y YO

Primera parte.

Por Patricio Garibay

Desde luego no es que yo crea en la existencia de hechos sobre naturales o en seres fantasmagóricos, pero el fantasma de  "La Llorona"  ha estado ligado a mí durante toda mi vida y hasta podría decir que me ha perseguido  de diversas maneras y desde mis más lejanos recuerdos. Recuerdo que a mis 6 o 7 años de edad abría con una mezcla de atracción y temor el libro “Las calles de México”, del escritor y cronista de la ciudad de México, Luis González Obregón, libro que por cierto nunca supimos cómo llegó a parar al librero familiar. Se trataba de una vieja edición del año de 1922 por lo que sus hojas amarillentas y manchadas por el paso del tiempo lo volvían aún más lúgubre, misterioso y por lo tanto más atractivo. Dentro de todas las leyendas que contenía el añejo ejemplar, la crónica de "La Llorona" desde luego era mi favorita a pesar de estar narrada en ese estilo positivista y neo romántico propio de principios del siglo XX y que resulta un tanto incomprensible para un niño.  

Recuerdo además aquellas tardes en que solos en casa, mis hermanos y yo veíamos mordiéndonos las uñas la clásica película de 1963 “La maldición de la Llorona” dirigida por Rafael Baledón y protagonizada por Rosita Arenas, Abel Salazar, Rita Macedo y Carlos López Moctezuma.  Hace poco volví a ver la película con gran nostalgia y aunque hoy me resulta muy ingenua, aún contiene un gran atractivo debido a su bien lograda ambientación gótica que resulta muy interesante y atractiva.

Escuché a la llorona

Como varias personas de Azcapotzalco que conozco, yo también he escuchado a la Llorona en dos ocasiones y con un intervalo de dos años uno del otro. Mi habitación da a la calle y las dos veces que oí el aterrador alarido lo escuche provenir en dirección del jardín del Recreo, el silencio nocturno era absoluto cuando fue interrumpido por aquel clásico y desgarrador grito de "¡Ay mis hijos!", uno solo, y después nuevamente el silencio total, ni siquiera se escucharon ladridos de perros posteriormente y eso es quizá lo que más llamó mi atención y lo más inquietante, pues un, o mejor dicho una bromista hubiera insistido o  hubiera hecho algún otro ruido, y no, solo continuó luego de aquel alarido un gélido silencio. Tampoco ocurrió en los días cercanos a las fiestas de difuntos, lo que hace reducir la posibilidad de que hubiese sido una bromista inspirada por las fechas Halloweenescas, la voz de aquellos gritos era tétrica y no parecía la voz de una mujer normal.  Repito que no es que yo crea en la existencia de hechos sobre naturales o en seres fantasmagóricos, solo doy testimonio de esos dos extraños sucesos. 

Hace 40 años una mujer asesinó a sus dos pequeños hijos justo al lado de ese jardín, en el barrio aún se recuerda ese día con horror y tristeza,  pero no se comience a especular pensando que los tétricos alaridos que escuché esas noches se traten de los lamentos del alma penante de aquella Medea moderna, pues esa mujer aún vive hasta donde tenemos noticias los vecinos de San Lucas, salió libre de prisión luego de 10 años de clemente condena, y aunque ya no vive en la casa donde ocurrieron los espantosos hechos, se le ha visto algunas veces acompañada de su anciana madre en la parada del camión o comprando cualquier cosa en algún comercio de los alrededores.  Pero si yo por un momento creyera en fantasmas y en almas en pena, podría decir que talvez ese grito desgarrador que se suele escuchar en el jardín  del Recreo o jardín de San Lucas sea el alma en pena de esa infeliz mujer que por las noches lamenta su imperdonable crimen desde el más allá y desde el mismísimo futuro.

Parqué Tezozomoc noviembre 2018

El hecho es que la llorona ha sido también una constante en Azcapotzalco, recuerdo con afecto y nostalgia a mi amigo  el cronista José Antonio Urdapilleta quien justo hace 5 años por estas mismas fechas preparaba su puesta escénica "La Malinalli," obra escrita y protagonizada por él mismo, y en donde se recogía y narraba entre música y representaciones, distintas historias y leyendas de la llorona a lo largo de la historia de Azcapotzalco,  recuerdo que días antes del estreno me dijo luego de felicitarme por una obra que presenté en el teatro Azcapotzalco, -Patricio muy padre tú obra, pero prepárate a ver mi Malinalli, te voy a sorprender, te voy a dejar con la boca abierta. Una semana después el maestro Urdapilleta falleció intempestivamente, sorprendiendo y enlutando a la comunidad cultural de Azcapotzalco. Pero la función debía continuar, y los talentosos hermanos Urdapilleta sacaron  adelante  la obra que se presentó  como estaba previsto el 2 de noviembre en el tradicional panteón de San Juan Tlihuaca y en  verdad me sorprendió la calidad del guion, la puesta y la muy buena actuación de mi estimado Alberto Urdapilleta quien nunca antes había actuado en un escenario. Noche aquella entrañable en la que también reestrené mi obra "El velorio del Tenorio" obra que gustaba mucho a mi estimado José Antonio Urdapilleta quien estuvo presente de muchas formas esa noche.    

Estatua de José Antonio Urdapileta, Jardín Hidalgo.    

Llorona y lluvia en el parqué Tezozomoc

Hace tres años iniciaba el trienio del doctor Llerenas y por ser comienzos del mes de octubre la dirección de cultura de la nueva administración preparaba a marchas forzadas los festejos de los días de muertos. Y una actriz que a su vez era funcionaria de la administración saliente se empeñó en ser ella la única y eterna interprete que personificase a "La Llorona" en el espectáculo cultural del parqué Tezozomoc, hubo una negociación, hubo un estira y afloja, hubo berrinche, hubo chantaje y al final no hubo acuerdo. Yo me encontraba esos días preparando nuestro festival itinerante “Cuando trina la Catrina” festival de teatro dedicado al día de muertos y que año con año hemos venido realizando en nuestro querido Azcapotzalco. 

En eso estábamos cuando me llamó mi estimada Piedad Melgarejo a preguntarme si podríamos realizar una obra sobre “la Llorona” en el parqué Tezozomoc, faltaba menos de una semana para el evento y solo tendríamos un día para ensayar y no había presupuesto ni siquiera para cubrir los pagos de mis actrices, músicos y asistentes, tampoco tenía preparado un guion sobre "La Llorona", y aún a pesar de todo ello aceptamos el reto. Rápidamente adapté y reescribí un guion de Iveth Martínez, una de las actrices que participaría con nosotros, el productor Roberto Ortiz y yo cubrimos los modestos pagos a las actrices, músicos y asistentes que aceptaron participar a pesar de los pesares.

Tuve además que diseñar las imágenes que serían proyectadas en una gigantesca pantalla de agua sobre el lago, pues debo decir que la administración saliente al parecer había contratado y dejado pagado los servicios de una empresa que alquilaba equipo  sofisticado para eventos de espectáculos masivos,  micrófonos de alto alcance, potentísimas bocinas, aparatos llamados dragones que arrojan flamas enormes de fuego, neblina que cubría todo el lago en cuestión de segundos, luces en todas las gamas de colores y como mencione, una enorme pantalla de agua sobre el lago. Equipo que su solo alquiler de esos días debió costarle a la alcaldía cientos y cientos de miles de pesos, comprobando con esto una vez más que en cuestiones culturales todo mundo gana dinero excepto los creadores y artistas locales explotados hasta el cansancio por los alcaldes y los administraciones de todos los colores políticos.

Parqué Tezozomoc noviembre 2018

Así pues nos presentamos esa noche del 31 de octubre de 2018, y el primer problema fue organizar a los respectivos ingenieros, acordamos que yo les marcaria a su teléfono celular de cada uno para avisarles en que momento de la obra lanzarían la proyección, el fuego, la neblina, las luces etc… pues a diferencia de un teatro donde todos los efectos se controlan desde una sola cabina, aquí no era así, aquí cada ingeniero estaba apostado en algún sitio al rededor del lago y yo tendría que dirigir a cada uno de ellos vía celular y bajo la lluvia, pues yo tendría que colocarme en un sitio donde tuviera una visión  completa del escenario y ese sitio no contaba con techo que me protegiese de la lluvia que con impertinencia comenzó. Por supuesto que mis actrices también estarían expuestas a la heladísima lluvia pues se encontraban en medio del lago y en el embarcadero.  

Parqué Tezozomoc noviembre 2018

El público había abarrotado las gradas colocadas frente al lago muchas personas no pudieron entrar al parque porque se habían llenado todos los lugares, y así inicio la función que se llamó “La Noche de la Llorona”. Por si fuera poco el fantasma amenazante de cierta “Llorona”  despechada se cernía sobre nuestra obra para sabotearla, pues alguien nos avisó que le había llegado el rumor de que ciertos empleados de la alcaldía cercanos a “la Llorona” de la administración anterior planeaban tirar de la balsa a nuestra “Llorona” Claudia o hacer alguna otra cosa para boicotear el tradicional evento, la amenaza no era baladí pues esa persona había amenazado incluso con demandar a la alcaldía y a medio mundo por haber sido “desplazada” de ese evento. Esa circunstancia aumentó aún más la tensión de todos nosotros, pero como se dice en la tauromaquia; todo mi equipo se creció al castigo y sacó adelante la obra, y el resultado fue más que bueno, pues buena parte del público presente se paró para aplaudir con intensidad nuestra puesta escénica que enfocaba el mito de  "La Llorona"  con la lamentable trata de mujeres en México.  

Todos mis colaboradores y el que escribe estábamos empapados y lo único que impedía congelarnos por el inclemente frio húmedo era la gran cantidad de adrenalina que aún corría por nuestras venas. A cambio del esfuerzo tremendo de mi gente el alcalde Llerenas nos brindó uno de sus ya tradicionales desplantes que lo caracterizaron durante toda su administración, pues esa noche ni siquiera se dignó en saludar y mucho menos agradecer aquella tremenda odisea que realizamos para su gobierno de manera gratuita, recuerdo que esa noche les dije a mis colaboradores, que el gobierno del señor Llerenas iba a ser un completo fracaso, y creo que no me equivoqué.  

Parqué Tezozomoc noviembre 2018

Pero no hubo tiempo para más, la función debía  continuar, así que nos secamos la ropa y salimos del Tezozomoc a toda velocidad para llegar al mercado de Azcapotzalco a continuar con el itinerario del festival “Cuando trina la Catrina” El día 2 de noviembre volvimos al Tezozomoc a presentar nuevamente la obra y como es lógico el resultado fue aún mejor.  El talento artístico que conformaba en ese entonces la compañía teatral “Club Sándwich” (y que este mes cumple 6 años de actuar para el público azcapotzalca) eran, Claudia Djaddah Blanco como “la Llorona” Iveth Martínez interpretó a “la Muchacha” y Graciela Rojas hizo el papel de “doña Consuelo” la música original estuvo a cargo de Charlie Caifan Martínez, en la producción participaron Roberto Ortiz y Yolanda Quintero. A ellos que sacaron la casta por la cultura chintolola esas tremendas noches les dedico este texto.

 Continuara.

5 comentarios:

  1. Excelente te aplaudo maestro Garibay, por tu trabajo y pir tu crónica muchas felicidades, y si el maestro Urdapilleta se presentó con su llorona en nuestro querido panteón San José, bellos recuerdos!

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Maestro Patricio, su crónica tiene de todo, relato del esfuerzo actoral, de una amenaza, de una tragedia y de como los familiares sacaron adelante el valioso proyecto, de una autoridad sin gloria, y pues se queda uno picado con el "Continuará".

    Es la segunda vez que en su crónica es el parque Tezozómoc el escenario, y en ambas le llueve... Avise cuando vaya a ir para ir prevenidos je je

    Felicidades. Martín Borboa

    ResponderEliminar
  5. Buen reportaje Mtro. Garibay, con sus visitudes y bemoles en el montaje de la llorona, gracias por compartirnos esas experiencias. Saludos

    ResponderEliminar