viernes, 28 de abril de 2023

 

ANTONIO VALERIANO  (PARTE  4  DE  4)

Por Martín Borboa Gómez


ANTONO VALERIANO (1521- 1605) OPINADO POR CANONIGO DR. EDUARDO CHAVEZ (1956 - ) QUIEN NACIO 351 AÑOS DESPUES DE FALLECIDO VALERIANO

(Continuación de lo publicado en esta revista en junio 2021)

“La Virgen escogió un nombre compuesto: “María” nombre de origen muy conocido por los judíos, hay que recordar que la Madre de Dios era una humilde doncella de Nazaret, “María” que significa: “la elegida por Dios”, “la Preferida de Dios”, “la más hermosa”, “la Iluminadora”; y “Guadalupe” palabra de origen árabe; recordemos que los árabes estuvieron en la Península Ibérica por cerca de ocho siglos, por lo que muchas palabras españolas tiene su origen en la lengua árabe, como esta de “Guadalupe”, que viene de “Wadi al Lub” que se traduce como: “río de grava negra” o “la cama del río” o “río escondido” o “el cauce del río”, así que no es el agua, sino “lo que conduce el agua”.

El nombre compuesto de “María de Guadalupe” es por demás coherente y elocuente con su misión: pues Ella, ciertamente, es la elegida por Dios, es “María”, es decir, la más hermosa y es la que ilumina por la Luz que es su hijo amado: Jesús; y “Guadalupe”, el cauce del río, por lo que Ella no es el agua, sino que conduce el Agua Viva: Jesús.”

Fray Servando no estaba obligado a saber profundamente la lengua árabe, por eso en su opinión, descifraba Guadalupe como “río de lobos” (“Guadal” le era como río, y del latín” lupus” acomodaba el lobos. No explicó nunca como o porque se mezclaba árabe y latín en una misma palabra. Solo dijo que le sonaba horrendo, pero bueno, así era Don Servando y así lo deja ver también en sus memorias).

“Algunos españoles para no confundirla con la de Extremadura, España, la solían llamar también: “La Purísima Guadalupe”, “La Inmaculada Guadalupe”, “La Limpia Concepción Guadalupe”; ya que efectivamente tiene elementos que eran conocidos en la iconografía de la Inmaculada Concepción, iconografía y teología que describe el libro del Apocalipsis, capitulo 12; y, además, Ella se apareció del 9 al 12 de diciembre, precisamente en la octava de la Inmaculada Concepción”.

Fray Servando también opinaba que la elección del nombre era mala pues los indígenas no tenían el sonido de la “g” ni de la “d” en su idioma.

Dice el canónigo Eduardo Chávez que: “hay que tomar en cuenta que tanto Juan Diego como Juan Bernardino fueron bautizados con estos nombres cristianos en 1524, por lo tanto, para el momento de la aparición en 1531, ya tenían cerca de siete años usando estos nombres en donde esta, precisamente, el sonido “d”: “Juan Diego”, “Juan Bernanrdino”. Además el sonido “g” ligada con la “u” se suaviza y este sonido era bien conocido en náhuatl como “Anahuac”, “Teotihuacan” , “huacal”, “náhuatl”, etc. Por lo que Juan Bernardino ya usaba, durante varios años, estos sonidos”.

“Pero todavía hay mas con respecto a su nombre. En España, en ese mismo tiempo de las apariciones, expulsaron precisamente a los judíos y a los árabes que no se quisieran bautizar; así que Ella toma lo que a ojos del mundo y de ese tiempo era lo más despreciado. Por otro lado, Ella al presentarse como mestiza está tomando lo mas despreciado, en aquel tiempo, en estas tierras, pues los mestizos eran lo mas despreciado, ya que eran producto de guerra y violación, así que la Morenita, la de rostro mestizo, Santa María de Guadalupe, toma como su identidad lo más despreciado a los ojos del mundo, pero no a los ojos de Dios. Por ello, es importante que tanto su nombre judío-árabe, como en su piel morena, su piel mestiza, Santa María de Guadalupe, nos expresa con infinito amor que Ella se vuelve nuestra identidad…”.

Lo que Fray Servando califica en el Nican Mopohua como una copia porque Dios habló con Moisés y la Virgen con Juan Diego, es todo lo contrario, es la confirmación de que se trata de una continuidad solida de la misma Fe. Dice el canónigo Eduardo Chávez citando la Biblia:

 “Recordemos como Jesucristo al curar al enfermo de lepra le indicó que se tenía que presentar al sacerdote para que confirmara su salud y así reintegrarlo a la comunidad: “Anda –le dijo Jesús al que había estado enfermo- más bien preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda tal como lo mando Moisés cuando un leproso sana. Así comprobará lo sucedido” (Lc 5,14) Santa María de Guadalupe actuó de la misma manera, a Juan Bernardino lo dispone como el testigo de la salud y el comunicador de su nombre completo”. “Vemos que la Virgen María no le entregó su nombre completo a San Juan Diego, sino a si tío anciano, Juan Bernardino. A Juan Diego le había dicho que se llamaba “María”… sin embargo su nombre completo de “Santa María de Guadalupe” se lo entrego al moribundo anciano Juan Bernardino, y esto es por una profunda razón, ya que el anciano para los indígenas, como ya señalábamos, era la persona más importante dentro de la familia y la sociedad indígena”.


ANTONO VALERIANO (1521- 1605) MENCIONADO EN EL LIBRO “AZCAPOTZALCO EN EL TIEMPO”  (1974) PUBLICADO 369 AÑOS DESPUES DE FALLECIDO VALERIANO


Esta importante obra, en su sección “Personajes”, (Pág. 83, 84) apunta en primer lugar a Antonio Valeriano, del que dice:

“De raza india, nacido en Azcapotzalco, pronto se distinguió por sus dotes de inteligencia y sabiduría. Estuvo dedicado al cultivo de las letras, pero brilló también en la escultura. Dio grandes honores al Convento de Tlatelolco, del que fue discípulo, y uniendo sus esfuerzos a los de un grupo de muchachos como él, contribuyó a la fundación del Colegio del Convento en 1533. En el impartió cátedras de filosofía antes de elevarse al puesto de Rector del Colegio. Muchos fueron los beneficiados con la luz de su saber. Su literatura muestra la delicadeza de su espíritu que fue brillante en las disciplinas de Literatura Castellana y en Teología, principalmente”.

 

ANTONO VALERIANO (1521- 1605) EN LA OBRA (TESIS DOCTORAL) DE PABLO MOCTEZUMA BARRAGAN “CONSTRUCCION DE IDENTIDADES Y GLOBALIZACION EN AZCAPOTZALCO. AMPLIANDO LAS POSIBILIDADES DEL DISEÑO”  (2018), QUE CITA A MARTA DELGADO, PUBLICADA 400 AÑOS DESPUES DE FALLECIDO VALERIANO

Esta obra de la pluma de quien ya ha sido 2 veces cabeza del gobierno de Azcapotzalco, cita varias entrevistas y testimonios, además de la habitual bibliografía, lo que engrandece la capacidad de captura de opiniones y visiones sobre diversos temas. En el caso de Antonio Valeriano, Moctezuma Barragán cita a Marta Delgado, en (Pág. 110 y 111). Y dice:

“Detengámonos a analizar el testimonio de Martha Delgado: Antonio Valeriano, natural de Azcapotzalco, quien llegó a ser Rector del Colegio de Santiago Tlatelolco escribió el “Nican Mopohua” de las Apariciones de la Virgen de Guadalupe. En ese documento narra también el traslado de la Milagrosa Imagen, de la casa del Obispo Zumárraga a la primera ermita del Tepeyac, en peregrinación realizada el martes 26 de diciembre de 1531. En dicha procesión participaron mexicas, tlahuicas, milpaltenses, Coyoacanenses, cuajimalpenses y tecpanecas entre otros, quienes entonaron el “Cantar de Atzcapotzalco” y el “Pregón del Atabal” compuestos por Francisco Plácido, Señor de Atzcapotzalco.

A principios de 1532 habiéndose cristianizado a los indígenas, los chintololos fueron motivados por Antonio Valeriano para celebrar la “Fiesta de los Naturales de Atzcapotzalco en el Tepeyac”, acto de piedad popular realizado el día 14, segundo miércoles de noviembre de 1532. Utilizado también con fines de evangelización. Esta Primera Peregrinación del Pueblo de Atzcapotzalco fue encabezada por él mismo Antonio Valeriano y, la Santa Misa celebrada por un fraile designado por el obispo Zumárraga y con la presencia de Juan Diego, quien estaba dedicado al cuidado de su niña, la Señora del Cielo.

De lo anterior se deduce que Atzcapotzalco fue el primer pueblo que peregrinó al Tepeyac, teniéndose ésta como la Tradición Católica más antigua y en la que participaban los 27 barrios de la comunidad chintolola. Durante los siglos XVII y XVIII muchas personas se reunían en la cabecera del Pueblo de Atzcapotzalco, en el atrio del Convento de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago, construido por Fray Lorenzo de la Asunción (fraile dominico); de ahí se iban al Tepeyac unos caminando, otros cabalgando y los menos hacían el recorrido con sus volantas (carritos de trabajo de campo con asientos de tablas).

Hacían un descanso en el lugar conocido como “El Atorón” nombre que le daba una “pulquería establecida allí y que ostentaba ese rótulo, este sitio se ubicaba en el cruce de las Calzadas Atzcapotzalco–La Villa y Vallejo, ahí almorzaban y eran alcanzados por los nativos de los barrios Coltonco, Las Salinas, Huautla y Xocotitla.

Reanudaban su camino y al paso de los peregrinos se les unía gente de las haciendas y ranchos de por ahí, en ocasiones hacían otra parada donde empezaban las tierras de “Los Pirineos”, (eje 5 norte, Av Montevideo).

Con sus altas y sus bajas continúa año con año la Peregrinación de los Naturales, Durante el siglo XIX y XX. A finales del siglo pasado, formando ya parte de la Primera Vicaría Episcopal Santa María de Guadalupe, y teniendo tres decanatos, integrados por 35 parroquias, 5 rectorías y 23 capillas, se forma el grupo “Naturales de Atzcapotzalco”, dedicado a conservar y rescatar nuestras tradiciones religiosas, siendo la principal la peregrinación anual”.

 

ANTONO VALERIANO (1521- 1605) MENCIONADO EN EL LIBRO “RESCATE HISTORICO DE LOS BARRIOS DE AZCAPOTZALCO”  (2018) PUBLICADO 413 AÑOS DESPUES DE FALLECIDO VALERIANO

Ciudad de México, lunes 1° de mayo de 2017 #24 EN CRÓNICAS Y RELATOS DE  MÉXICO, ÁNGELES GONZÁLEZ GAMIO NOS MUESTRA UNA FORMA DIFERENTE DE VER LA  CIUDAD DE MÉXICO, A TRAVÉS DE SUS HISTORIAS, LEYENDAS Y ...

Las autoras de esta obra, Ángeles González Gamio y Margarita G. Martínez Domínguez, dicen sobre el año 1552, que (Pág. 199):

“en el mes de septiembre de este año el natural de Azcapotzalco, Antonio Valeriano recibe el privilegio que sólo se les concedía a los españoles, de vestir a la europea y montar cabalgadura, por considerarlo con méritos por ser maestro de españoles. Valeriano fue colegial del Colegio de Santa Cruz y preceptor del colegio de San Juan Bautista”.

Más adelante, misma página, señalan que:

“el hecho sobresaliente del año de 1561 se refiere al escrito suscrito por los caciques, gobernadores y funcionarios principales de la república de indios de Azcapotzalco, de las parcialidades de Tepanecapan y Mexicapan, de fecha 4 de febrero, dirigida en latín (se considera que la escribió el docto Antonio Valeriano, escribano municipal de Azcapotzalco) al rey de España…”.

 

ANTONO VALERIANO (1521- 1605) MENCIONADO POR LA DOCTORA MARIA CASTAÑEDA DE LA PAZ EN LA REVISTA ARQUEOLOGIA MEXICANA (2020) PUBLICADA 415 AÑOS DESPUES DE FALLECIDO VALERIANO

REVISTA (marzo abril 2020) editorial raíces. No. 162.

La investigadora María Castañeda de la Paz, Doctora en historia por la Universidad de Sevilla, España, investigadora del IIA de la UNAM, publicó un artículo en la Revista Arqueología mexicana No. 162, llamado “La casa real de Tenochtitlán. El gobierno de los Jueces-Gobernadores”, en donde hace un recuento que muestra cómo llegó Antonio Valeriano a gobernar. Afirma (pág. 12,13) que por diferentes circunstancias se: “detuvo el proceso de elección de los nuevos gobernadores indígenas hasta la llegada del virrey don Gastón de Peralta, en octubre de 1566. El nuevo virrey debió solicitar la presencia de un juez-gobernador para Tenochtitlan. Es decir, de uno de los indígenas educados bajo el amparo de los frailes, a quienes los virreyes comenzaron a emplear con el fin de romper el control que los linajes dinásticos habían tenido del cabildo indígena durante buena parte del siglo XVI. El designado para gobernar en Tenochtitlan fue don Francisco Jiménez, originario de Tecamachalco, con quien comenzó el periodo de los jueces-gobernadores”.

 

“Don Francisco llegó al cargo a mediados de enero de 1568, pero nada sabemos de su labor. Estuvo cinco años al frente de la ciudad y se fue a morir a su pueblo en enero de 1573. En ese mismo mes llegó el siguiente juez-gobernador: el renombrado sabio del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, don Antonio Valeriano, originario de Azcapotzalco”.

“Valeriano se casó con su prima hermana, doña Isabel, hija de don Diego de Alvarado Huanitzin y Francisca Moctezuma, convirtiéndose en cuñado del gobernador don Cristóbal Cecetzin y de su hermano, el cronista don Hernando de Alvarado Tezozómoc. Ahora bien, Tezozómoc aseveraba, e incluso insistía, que su cuñado Valeriano no era noble. Sin embargo, si esto fuera verdad, cómo explicar entonces que Valeriano hubiera sido alumno y maestro del Colegio de la Santa Cruz, donde sólo accedían los hijos de los caciques, y cómo entender que emparentara con la más encumbrada elite tenochca”.

“La cuestión es que hay al menos dos documentos que permiten asegurar que el padre de Valeriano era don Francisco de Alvarado Matlaccohuatzin, hermano de don Diego de Alvarado Huanitzin: una cédula real de 1536 y una petición de 1620, elaborada por un nieto de don Antonio Valeriano, llamado como su abuelo, aunque él se añadió el apellido Moctezuma. Así las cosas, se entiende entonces que Valeriano cumpliera con los requisitos para ingresar en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y se casara después con la hija de Huanitzin. Un matrimonio entre primos hermanos por medio del cual se reforzaba la legitimidad de Valeriano y su derecho a gobernar en Tenochtitlan, pues aunque era originario de Azcapotzalco, es importante saber que pertenecía a la parcialidad de Mexicapan y descendía del hijo que Itzcóatl, el cuarto tlatoani de Tenochtitlan, puso allí a gobernar. Por tanto, lo que don Antonio Valeriano hacía era lo mismo que tiempo atrás había hecho su suegro, don Diego de Alvarado Huanitzin, originario de Ehecatepec, al casarse con su prima hermana, doña Francisca de Moctezuma, hija de Moctezuma Xocoyotzin”.

“Las fuentes señalan que los virreyes le profesaban tal admiración a Valeriano que don Gaspar de Zúñiga, que había llegado a principios de noviembre de 1594, le nombró a un teniente para que lo ayudara en la gobernación de Tenochtitlan, pues ya era viejo y sordo, y no podía llevar él solo todos sus asuntos. El elegido fue Juan Martín, un juez con varios años de experiencia en los cabildos indios, puesto que antes de llegar a Tenochtitlan había ejercido como tal en Calimaya, Tlatelolco, Xochimilco, Cuitláhuac y Acolman, que era de donde venía”.

“Un intercambio de jueces se produjo en septiembre de 1599, cuando don Juan Martín se marchó como juez-gobernador a Tlatelolco, de donde vino Jerónimo López, que era mestizo y natural de Xaltocan. No obstante, tantas disposiciones y cambios sólo reflejan cómo los virreyes eran ya quienes disponían en los cabildos indios, colocando o deponiendo a los jueces-gobernadores. Las fuentes coinciden en señalar que Valeriano murió en agosto de 1605 y que fue enterrado en la capilla de San José, del convento de San Francisco”. 

 

 

Bibliografía

“Azcapotzalco en el tiempo”. Compañía editorial impresora y distribuidora, S. A., Departamento del Distrito Federal, Delegación Azcapotzalco, 1974, México

“Construcción de Identidades y Globalización en Azcapotzalco. Ampliando las posibilidades del diseño”. Pablo Moctezuma Barragán. 2005. México. https://core.ac.uk/download/pdf/48394469.pdf

“El increíble Fray Servando. Psicología y epistolario”, Alfonso Junco. . Colección “Figuras y episodios de la Historia de México”, Editorial Jus, S. A de C. V., Primera edición, 1959. México

“Historia de sabios novohispanos”, Juan José de Eguiara y Eguren. Biblioteca del estudiante unoiversitario, No. 125. UNAM. Primera edición. 1998. México.

“Historia Eclesiástica indiana”, Fray Gerónimo de Mendieta. Tomo II, pág. 80. Colección Cien de México. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Primera edición. 1997. México.

“Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional”. Lorenzo Boturni Benaducci. Colección Sepan Cuantos. No. 278. Editorial Porrúa, S.A., Segunda edición, 1986, México

“La casa real de Tenochtitlan. El gobierno de los jueces-gobernadores”, Castañeda de la Paz, María. Revista Arqueología Mexicana, núm. 162, Editorial Raíces, S. A. de C.V., Marzo-abril 2020. México

“La Colonia”, Ezequiel A. Chávez. Editorial Jus, S. A de C. V., 1994. México

“Memorias”, Fray Servando Teresa de Mier. Tomo I. Colección de Escritores mexicanos, Editorial Porrúa. Cuarta edición. 1988. México.

“Nican Mopohua. Análisis y reflexión”, Eduardo Chávez.  Instituto Superior de estudios Guadalupanos, A. C., 2017. Mèxico.

“Rescate histórico de los barrios de Azcapotzalco”, González Gamio, Ángeles y Martínez Domínguez, Margarita G., Delegación Azcapotzalco, 2018, México

“Tonantzin Guadalupe. Pensamiento náhuatl y mensaje cristiano en el “Nican Mopohua”, Miguel León-Portilla, Fondo de Cultura Económica, El Colegio Nacional, Primera edición, 2000, México

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