martes, 23 de agosto de 2022

 SAN JUAN TLILHUACA: 

PARTE 1: ORIGENES DEL BARRIO

Por Seminarista Sebastián Romero Olmos

San Juan Tlilhuaca es un poblado de orígenes prehispánicos al norponiente de la Alcaldía Azcapotzalco en la Ciudad de México, su nombre, Tlilhuaca, viene de tres vocablos de la lengua náhuatl: Tlilli que significa negro, hua una partícula que indica pertenencia y el sufijo can utilizado para referir a un lugar[1], dando por significado: “lugar de lo negro” o “lugar donde está lo negro”.

            Existen algunas otras interpretaciones más profundas de lo que este término pudiera significar, un ejemplo es la del historiador Antonio Urdapilleta, quien considera que se refiere más bien al “lugar donde se posee lo negro, lo oscuro, lo que está oculto, lugar del conocimiento secreto, de la magia”[2], aunque esto lo afirma sin explicar los argumentos que le llevan a pensar esto.

            Sin embargo, surge ahora la pregunta: ¿por qué este poblado era considerado “lugar de lo negro”? Se cree que, en tiempos precolombinos, esta población se dedicó a la curandería, una actividad relacionada por el cristianismo con la hechicería, de allí que se le conociera de esta manera. De hecho, hasta la actualidad algunos los habitantes de este poblado se identifican con el título de “brujos” o “tlahuepuches”[3], aunque hemos de señalar que emplear dicho término a los naturales de Tlilhuaca carece de sentido, pues su significado ha sido malversado y proviene de una interpretación sesgada de la historia antigua del pueblo.

En cuanto al origen histórico de la población de Tlilhuaca, resulta sumamente complicado definirlo con exactitud debido al contraste de fuentes y, en casos, a la inexistencia de las mismas.

Urdapilleta afirma que en este lugar se habría dado la fundación del Azcapotzalco Tepaneca con el acto simbólico de la plantación de siete Ahuehuetes alrededor del año 900 d.C[4], sin embargo, es muy fácil refutar este dicho, debido a que el dominio Tepaneca no se extendió sino hasta el siglo XIII. Con esto no se duda del origen precolombino de dicha población, pero si se puede inferir un probable renombramiento tras la ‘nahuatlización’ de los tepanecas, quienes estaban más ligados de origen con los otomíes que con la rama náhuatl.

            María Elena Solórzano, cronista de Azcapotzalco, sostiene que ya desde 1200 d.C se sabía de los barrios que conformaban Azcapotzalco, entre ellos, y con particular importancia, Tlilhuaca[5].

            Totalmente contrario a las dos versiones que se han presentado, afirma la investigadora María Castañeda de la Paz que la población de Tlilhuaca no tendría origen prehispánico sino meramente virreinal, esto basándose en una documentación que muestra el cronista Alejandro Brito Altamirano en su obra Los Ahuehuetes, donde narra que durante el Virreinato del Marqués de Falces, solicitaron los habitantes de Azcapotzalco la fundación de un barrio con el nombre de San Juan en la localidad de Tlilhuaca y Ahuehuetitla, esto entre 1566 y 1567. Sin embargo, el propio Brito expone en la misma obra un documento de pleito de tierras entre San Juan Tlilhuaca y la cabecera (Azcapotzalco), esto en 1561[6], por lo que esta estancia debió ser fundada mucho antes de lo estimado por María Castañeda de la Paz.

            Lo más adecuado sería afirmar que Tlilhuaca fue una población prehispánica del altépetl de Azcapotzalco, es decir, que ahí radicaba ya antes del arribo de los españoles una población organizada a manera de calpulli o tlaxilacalli[7]En cuanto a su fundación como barrio virreinal, se habría dado antes de 1535, cuando se presume se habría construido el primer templo en la localidad, sin embargo, es hasta 1548 que se tiene el primer registro del nombre del poblado en un documento novohispano.

Una explicación muy certera del posible origen prehispánico de Tlilhuaca es ofrecida por el historiador Julio César Farías, quien sostiene que posterior a la caída del señorío de Azcapotzalco por la invasión tenochca, los vencedores se habrían comenzado a instalar en diferentes barrios del altépetl vencido y al instalarse en Tlilhuaca, habrían dado origen a un tlaxilacalli conformado por dos etnias[8]. Los tenochcas habrían elegido este sitio muy probablemente por su gran extensión territorial, su riqueza natural y su posición geográfica privilegiada que le ponía cerca de la cabecera y no muy distante de Tlalnepantla.

            Hay quien afirma que el establecimiento de comunidades mexicas en Azcapotzalco respondía a un sistema militar de vigilancia y protección para contener posibles sublevaciones de las comunidades tepanecas.

            El pueblo de Tlilhuaca siempre ha sido considerado un ‘barrio bravo’, guerrero, contestatario y ello se muestra desde sus orígenes ya que existe gran variedad de documentos que recogen los múltiples pleitos de la población chintolola con algunas comunidades cercanas o con particulares, la gran mayoría de ocasiones, reclamando tierras. Muchos de estos documentos son considerados como fundacionales del barrio, aunque en épocas recientes se ha dado a conocer que algunos de éstos serían apócrifos.

            Más allá de la veracidad de los documentos, podemos observar los valiosos intentos de consolidar una identidad y legitimar el papel del barrio desde tiempos inmemoriales mediante la defensa de sus tierras y la protección de los intereses de los habitantes del pueblo.

            Tlilhuaca, pues, se desarrolló durante el virreinato como una entidad sujeta a la cabecera de Azcapotzalco[9]. Nos explica Charles Gibson que eran conocidos como barrios aquellas comunidades indígenas subdivididas que se relacionaban estrechamente con su cabecera y, por otra parte, se conocían como estancias a aquellas poblaciones situadas a distancias más lejanas del centro[10], de este modo, en un inicio Tlilhuaca fue considerado como estancia, debido a su relativo aislamiento respecto de la cabecera por sus distancias (3.5 kilómetros).

Tlilhuaca tendría, pues, un carácter semiautónomo y le habían sido entregadas grandes extensiones de tierras hacia el occidente, esto debido a que en San Juan Tlilhuaca hubo una población sumamente amplia en comparación con otros barrios y estancias de Azcapotzalco en la época novohispana.

            Según datos recopilados en 1567 en una audiencia con el oidor Orosco, habría 495 tributarios en la estancia de Tlilhuaca, 80 ausentes y una cierta cantidad de infantes, lo que resultaría en aproximadamente 800 habitantes, tenidendo en cuenta que las 100 parejas que se registran tendrían entre 3 y 5 hijos cada una[11]. El número de habitantes para aquella época resulta asombroso teniendo en cuenta que casi 350 años después, en 1921, el número de habitantes era de 920, no muy superior al antes mencionado.

            En cuanto a la totalidad de la población de Azcapotzalco, se llevó a cabo un censo en 1570, donde se contaban alrededor de 1800 tributarios, de este modo, los tributarios provenientes de Tlilhuaca eran poco menos de 2/7 partes del total, lo cual representa un número sumamente importante que explica también el arrojo y bravura con que los residentes de dicha estancia se condujeron respecto a las autoridades virreinales en sus descontentos, manifestando en repetidas ocasiones su intención de separarse de la cabecera y convertirse en una comunidad políticamente independiente, cosa que nunca sucedió.

            Respecto a su gran territorio, ya se manifiesta en 1709 los límites del barrio a través del documento: Testimonio de la composición de las tierras que posee el pueblo de Escapuzalco y los veintisiete barrios que se expresan, siendo los siguientes: al norte el camino Real de la Ciudad de México al Puente de Vigas; al sur las tierras de un tal Antonio González; al oriente las tierras del barrio de San Mateo y al poniente servía de barrera el río que venía de Nuestra Señora de los Remedios[12]. Es importante tener en cuenta que los límites se fueron reduciendo poco a poco con el paso del tiempo, por lo que, debe presumirse que, en el siglo XVI, los límites eran mucho mayores, se cree que habrían abarcado en su extremo poniente hasta lo que hoy conocemos como Torres de Satélite en Naucalpan, Estado de México, a 6 kilómetros del centro de San Juan Tlilhuaca.

A lo largo de su gran extensión territorial y en sus alrededores, San Juan Tlilhuaca contaba con amplios campos de cultivo, zonas lacustres cercanas, bosques y cerros, lo cual fue determinante ya que esta estancia fue eminentemente agrícola hasta mediados del siglo XX, cuando Azcapotzalco comenzó a sufrir una acelerada urbanización.

Bibliografía

       Alejandro Brito Altamirano, Los ahuehuetes, historia mexica tecpaneca TlilhuacaNarrada por la Srita. María Justiniana Sofía Arroyo Juárez “Tía Chofi”, Callprint, México,2006.

       Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810), traducción de Julieta Campos, Siglo XXI Editores, México, 2003.

       Expuesto por María Elena Solórzano en el programa El Foco, 15 de enero de 2019, Lugares emblemáticos de Azcapotzalco, ADN 40. Disponible en: https://www.adn40.mx/videoteca-prueba/cultura-prueba/eñ-refugio-de-los-conspiradores/videos/2019-01-15-18-42/lugares-emblematicos-de-azcapotzalco

       Fray Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y mexicana, Talleres de Imprenta, encuadernación y rayado “El Escritorio”, Puebla, 1910.

       José Antonio Urdapilleta Pérez, Azcapotzalco: templos, barrios y tradiciones, Primera Vicaría Episcopal Santa María de Guadalupe, México, 2010.

       Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2017.

       María Elena Solórzano, Cementerio vecinal de San Juan Tlilhuacan, Nubes y Arena Editores, México, 2011.

       Robert H. Barlow, Expediente Azcapotzalco, Biblioteca, Archivo Barlow, Universidad de las Américas, Cholula, Puebla.



[1] Fray Alonso de Molina, Vocabulario en lengua castellana y mexicana, p.272, y Gran Diccionario Náhuatl [en línea].

[2] José Antonio Urdapilleta, Azcapotzalco: templos, barrios y tradiciones, p.68

[3] Robert H Barlow, Expediente Azcapotzalco, p.105. Robert Barlow se encargó de recopilar los diversos apodos que recibían los habitantes de los distintos barrios a mediados del siglo XX.

[4] José Antonio Urdapilleta Pérez, Azcapotzalco: templos, barrios y tradiciones, p.69

[5] María Elena Solórzano, Cementerio vecinal de San Juan Tlilhuacan, p.7

[6] Alejandro Brito Altamirano, Los ahuehuetes… p.133

[7] Calpulli, “casa grande” refiere a una parte esencial del altépetl. Tlaxilacalli da a entender una serie de subgrupos del altépetl organizados de forma semiindependiente.

[8] Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, p. 221.

[9] Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, p.96.

[10] Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español (1519-1810), p. 283.

[11] Julio César Farías Reyes, Historia e identidad en San Juan Tlilhuacan, un pueblo de Azcapotzalco, durante el siglo XX, p.96.

[12] Ibidem, p. 97 [Con referencia a un documento del Archivo General de la Nación]

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